sábado, 15 de marzo de 2025

MES DE SAN JOSÉ

DÉCIMO SEXTO DÍA: JESÚS PERDIDO DURANTE TRES DÍAS (II)


 Jesús perdido durante tres días (II)

    ¡Tres días y tres noches de desolación para esas dos almas que unía el tierno amor de Jesús! Lo buscaban, dice el santo Evangelio, entre sus amigos y sus conocidos, con quienes lo creía (Lc I); ambos profundamente inquietos y afligidos, elevando a Dios, en una oración incesante, sus corazones oprimidos, ambos modelos de paciencia, de resignación y de dulzura en medio de una pena tan amarga. Perdemos tan a menudo, cometemos tan fácilmente el pecado que fuerza a Jesús a alejarse, sacrificamos a Jesús, el bien eterno, a una palabra malvada y maldiciente, a una mal pensamiento, aun temor, nacido del respeto humano, y cuando lo perdemos ¿lo buscamos? ¡Frecuentemente pasan meses y años antes que nos tomemos el trabajo de buscarlo! Hijos, están en la mañana de la vida, la gracia de la primera comunión está todavía con ustedes; Jesús habita, por esta gracia, en el fondo de sus almas: ¡no lo fuercen a desaparecer! No lo arrojen faltando a la caridad, a la pureza, a la humildad, ¡si la pierden, a quién tendrán por amigo! (Imit.) y, si por desgracia, lo han ofendido, búsquenlo rápido, no esperan que llegue la tarde; pidan a San José que los asista para conservar a Jesús o para recuperarlo.


Oración

    Dios de las misericordias, que has elevado al bienaventurado José ala gloria de ser el tutor de tu divino Hijo y el Esposo de la santísima Virgen, concédenos, por la intercesión de este gran santo, la gracia de conservar nuestros corazones puros y sin mancha, para que podamos aparecer un día delante de ti, revestidos de inocencia y ser admitidos al banquete celeste. Por Jesucristo nuestro Señor.
    San José, modelo y patrón de las almas interiores, ruega por nosotros.

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