viernes, 21 de febrero de 2025

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - 22 de Febrero - "Pedro, mantienes el timón de la fe, en medio del oleaje"


San Ambrosio (c. 340-397) obispo de Milán y doctor de la Iglesia Cartas, 2 (PL 16. Lectures chrétiennes pour notre temps, Abbaye d'Orval, 1970)


"Pedro, mantienes el timón de la fe, en medio del oleaje"
            
    Has recibido el cargo de sacerdote. Sentado a la popa de la Iglesia, piloteas la nave en medio del oleaje. Sostienes el timón de la fe, para que la nave no naufrague con las graves tempestades de este siglo. El mar es grande y vasto, pero no temas, ya que es el Señor el que ha establecido la tierra sobre los mares y la ha fundado sobre los ríos (Sal 23,2). En medio de un mundo tan agitado, la Iglesia del Señor, edificada sobre la roca de los apóstoles, sobre una base inquebrantable, permanece estable y sólida contra los asaltos furiosos del mar (cf. Mt 16,18). Está rodeada por el oleaje, pero no es afectada. Aunque los elementos de este mundo resuenan con un inmenso clamor, ofrece a los que penan la gran seguridad de un refugio de salvación. 

    Mismo si parece un leño sacudido en el mar, es siempre la Iglesia de los ríos en los que corren las aguas. Grandes ríos de los que se dice “Los ríos elevaron sus voces” (Sal 92,3). Ríos que fluyen del seno de la Iglesia, alimentada por Cristo y receptáculo del Espíritu de Dios (cf. Jn 7,38). Esos ríos, si permanecen en gracia espiritual, elevan sus voces. Existe un río que corre en los hombres de Dios cómo un torrente (cf. Is 66,12), río del que la impetuosidad alegra el alma pacífica y tranquila. Como Juan el Evangelista o como Pedro y Pablo, el que recibe la abundancia de ese río eleva la voz. También se pone a predicar el Evangelio del Señor Jesucristo, lo mismo que los apóstoles han difundido por su predicación la palabra evangélica, hasta el confín del mundo. 

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