“El discípulo perfecto, será como su Maestro”
“El discípulo no es superior al maestro, cuando el discípulo llegue a ser perfecto, será como su maestro” (Lc 6,40). No busquemos ser más perfectos que Jesús, no busquemos practicar las virtudes mejor que él, no creamos que podemos hacer algo mejor que él. Imitémoslo en todo, ya que sin imitarlo haríamos menos bien que él. La perfección es hacer todo como el maestro, creer que podemos superarlo es una locura. La perfección es hacer todo como él: practicar las virtudes y hacer el bien como él. Nosotros queremos hacer todo con perfección, la perfección es hacer las cosas como el maestro.
No busquemos las más altas virtudes, sería una locura querer ser más perfecto que Dios…. Querer ser más manso que Jesús sería debilidad; más severo sería dureza; más austero sería tentar a Dios… Más perfecto en lo que fuere, sería inmenso orgullo insensato. La perfección es hacer las cosas como el maestro, creer que podemos superarlo es una locura y un pecado pensar que sea posible “¿Quién es como Dios?”. No busquemos ser más grandes que Jesús a los ojos de los hombres… (…)
Imitemos a Jesús en todo, ahí está la perfección: Jesús es Dios…Dios es perfecto… Jesús es la perfección en todo… Nosotros somos criaturas imperfectas, siempre y en todo. Jamás podríamos llegar a la perfección. ¡Solamente podríamos aproximarnos a la perfección al imitar en lo posible al que es desde siempre nuestro Dios, Jesús!
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