Beato Juan van Ruysbroeck (1293-1381) canónigo regular Los siete modos del amor espiritual (Les sept degrés de l’amour spirituel, in Lectures chrétiennes pour notre temps, Abbaye d'Orval, 1970)
"El canto del Amor"
El primer modo de canto celeste es el amor a Dios y al prójimo. El Padre nos envió a su Hijo para enseñárnoslo. El que no conoce ese modo, no puede entrar en el coro celeste, ya que no tiene ni el conocimiento ni el ornamento y deberá vivir eternamente afuera. (…)
Amar a Dios y al prójimo en vista de Dios, a causa de Dios y en Dios, he aquí en efecto, lo más sublime y alegre que puede ser cantado en el cielo y la tierra. El arte y la ciencia de este canto son dados por el Espíritu Santo. Cristo, nuestro solista y director de coro, ha cantado desde el inicio y nos entonará eternamente el cántico de fidelidad y amor sin fin. Después, nosotros, también cantaremos con toda nuestra fuerza, tanto aquí abajo como en medio del coro de la gloria de Dios.
Así, el amor verdadero y sin fingimientos, es el canto común que tienen todos que conocer para ser parte del coro de los ángeles y santos en el Reino de Dios. El amor es raíz y causa de todas las virtudes interiores y ornamento y verdadero atavío de las buenas obras exteriores. Vive de sí mismo y es su propia recompensa. No puede equivocarse en su acción porque fuimos precedidos y superados por Cristo, que nos ha enseñado el amor y que vivió en el amor con los suyos. Debemos entonces imitarlo, para ser salvados y bienaventurados con él.
Tal es el primer modo del canto celeste, que la sabiduría de Dios enseña por medio del Espíritu Santo a todos sus discípulos obedientes.
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