Monasterio Santa Catalina del Monte Sinaí Liturgia de las Horas, s. IX Sticheres de la sepultura del Divino Cuerpo del Señor (SC 486. Sinaiticus graecus 864, Cerf, 2004)
¡Cristo resucitó! ¡Estalla la Buena Noticia!
“Terrible prodigio, hijo mío, ¿cómo el sepulcro te retiene, a ti, que los límites del mundo no pueden contener?”-preguntaba la Virgen- “La luz de mis ojos se oscurece, Sol sin poniente, no entiendo cómo puedo verte desaparecer bajo tierra”. (…)
A ti, Uno de la Trinidad, el sol se revestía de tinieblas al verte esconder tus rayos bajo tierra y despojar las cavernas del Infierno, rescatando de viva fuerza el condenado a cadenas y remitiéndole su pena.
Corran todas, almas de los fieles, que se apresuran hacia el sepulcro con los perfumes. He aquí que estalla la Buena Noticia de la alegría y el regocijo. ¡Cristo Salvador resucitó con su fuerza, liberando de la corrupción a todos los encadenados!
Rechazando la tristeza que nos estrecha, vayamos decididamente a formar los coros por la Resurrección de Cristo. Gritemos a plena voz su salvación “¡Alégrense!”. Y tomémosla para nosotros, con el pensamiento de la fe: ¡Cristo ha resucitado, llenando al universo de alegría!
A ti, Uno de la Trinidad, el sol se revestía de tinieblas al verte esconder tus rayos bajo tierra y despojar las cavernas del Infierno, rescatando de viva fuerza el condenado a cadenas y remitiéndole su pena.
Corran todas, almas de los fieles, que se apresuran hacia el sepulcro con los perfumes. He aquí que estalla la Buena Noticia de la alegría y el regocijo. ¡Cristo Salvador resucitó con su fuerza, liberando de la corrupción a todos los encadenados!
Rechazando la tristeza que nos estrecha, vayamos decididamente a formar los coros por la Resurrección de Cristo. Gritemos a plena voz su salvación “¡Alégrense!”. Y tomémosla para nosotros, con el pensamiento de la fe: ¡Cristo ha resucitado, llenando al universo de alegría!
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