San Juan María Vianney (1786-1859) presbítero, párroco de ArsSermón para el IIº domingo después de Pentecostés (Sermons de Saint Jean Baptiste Marie Vianney, Curé d'Ars, II, Ste Jeanne d'Arc, 1982)
"La grandeza del sacrificio de la misa"
Hay que decir una palabra acerca de lo que uno entiende por santo sacrificio de la misa. Ustedes saben que el santo sacrificio de la misa es el mismo que el de la cruz, una vez ofrecido en el Calvario. La única diferencia que existe es que cuando Jesucristo se ofreció en el Calvario, este sacrificio era visible (…). En la santa misa, Jesucristo se ofrece a su Padre de una manera invisible. Es decir, vemos entonces con los ojos del alma y no con los del cuerpo.
He aquí, mis hermanos, abreviando, lo que es el santo sacrificio de la misa. Para darles una idea de la grandeza del mérito de la santa misa, mis hermanos, es suficiente que les diga que la santa misa regocija toda la corte celeste. Ella alivia a las pobres almas del purgatorio, atrae sobre la tierra toda clase de bendiciones. Rende más gloria a Dios que todos los sufrimientos de todos los mártires, que las penitencias de los solitarios, que las lágrimas derramadas desde el comienzo del mundo y todo lo que se realizará hasta el fin de los siglos.
Si me preguntan la razón, es clara. Esas acciones son realizadas por pecadores, más o menos culpables, mientras que en el santo sacrificio de la misa es el Hombre-Dios, igual a su Padre, que ofrece el mérito de su pasión y muerte. Ven, mis hermanos, que la santa misa es de un valor infinito.
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