Gustarás la ternura escondida
Ubica tu espíritu delante del espejo de la eternidad, deja tu alma sumergirse en el esplendor de la Gloria. Únete de corazón a Quien es la encarnación de la esencia divina y, gracias a esta contemplación, transfórmate enteramente a la imagen de su divinidad. Llegarás así a sentir lo que sólo perciben sus amigos. Gustarás la ternura escondida que Dios desde el comienzo tiene reservada a los que lo aman. No acordes ni una mirada a las seducciones engañosas con las que el mundo encadena a los pobres enceguecidos que adhieren a él. Ama de todo tu ser a Quien se ha dado enteramente, por amor a ti. El sol y la luna admiran su belleza y él prodiga recompensas de amplitud y valor sin límites. Hablo del Hijo del Altísimo, que la Virgen alumbró sin dejar de ser virgen.
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