LA ENFERMEDAD COMO MEDIO DE SANTIFICACIÓN - TERCERA ENTREGA
Ante el molesto e insensato sentimiento de inutilidad, hay que aprender que lo que esté en nuestras posibilidades, poco o mucho, se hace todo. Quizás algunos, al atravesar cierta enfermedad, no pueda continuar con el trabajo que realizaba anteriormente. Eso no significa que no pueda convertir esta nueva circunstancia en un “trabajo”. Por ejemplo, manteniendo acomodada la pieza en la que se encuentra, o realizando trabajos manuales, o intelectuales, todo según las limitaciones y las capacidades.
Quizás para alguno todo lo anterior sea imposible. En ese caso, el “trabajo” es, simplemente, ser un buen enfermo. Realizar apostolado. Santificar a los demás.
Fuente: Catholic-link
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