martes, 9 de febrero de 2021

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - 10 de Febrero - “Te gusta un corazón sincero”


        Orígenes (c. 185-253) presbítero y teólogo Homilías sobre el Génesis, nº 13, 3-4; PG 12, 233

“Te gusta un corazón sincero”

    Cristo nos ha enseñado que a Dios no hay que buscarle en un determinado lugar de la tierra, y que “se ofrece un sacrificio en su nombre en todas partes de la tierra” (Ml 1,11). En efecto, es ahora “el tiempo en que los verdaderos adoradores adoran al Padre”, ya no en Jerusalén ni en el monte Garizim, “sino en espíritu y verdad” (Jn 4, 21.24). No es pues en un lugar de la tierra donde Dios habita sino en el corazón. Entonces ¿buscáis dónde se encuentra Dios?” Dios reside en un corazón puro. Allí, en efecto, tiene su morada según lo que dice por el profeta: “Habitaré y andaré con ellos, ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios, dice el Señor” (Lv 26,12). Fijaos bien en que cada una de nuestras almas contiene un pozo de agua viva; en ella hay un cierto sentido celeste, una imagen de Dios escondida... Allí está el Verbo de Dios, y su operación actual es de sacar de cada uno la arena de vuestra alma para hacer que brote vuestra fuente. Esta fuente está en vosotros y no viene de fuera porque “el Reino de Dios está dentro de vosotros” (Lc 17, 21). La mujer encontró la moneda de plata que había perdido porque no estaba fuera de su casa sino dentro de ella. “Había encendido su lámpara, había barrido de su casa” (Lc15, 8) los escombros y suciedades que se habían acumulado en ella por su negligencia, y es allí que encontró su moneda de plata. En cuanto a vosotros, si encendéis vuestra lámpara, si os servís de la iluminación del Espíritu Santo, “si veis la luz en su luz” (Sl 36,10), encontraréis en vosotros la moneda de plata, porque es en vosotros mismos que se encuentra la imagen del rey celestial.

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