Pero Ajaz respondió: «No lo pediré ni tentaré al Señor.»
Isaías dijo: «Escuchen, entonces, casa de David: ¿Acaso no les basta cansar a los hombres, que cansan también a mi Dios?.
Por eso el Señor mismo les dará un signo. Miren, la joven está embarazada y dará a luz un hijo, y lo llamará con el nombre de Emmanuel.
Hagan un proyecto: ¡fracasará! Digan una palabra: ¡no se realizará! Porque Dios está con nosotros.
Salmo 66(65),2-3.5.7-8.
¡Canten la gloria de su Nombre!
Tribútenle una alabanza gloriosa,
digan al Señor: “¡Qué admirables son tus obras!”.
Por la inmensidad de tu poder,
tus enemigos te rinden pleitesía;
Vengan a ver las obras del Señor,
las cosas admirables que hizo por los hombres.
que gobierna eternamente con su fuerza;
sus ojos vigilan a las naciones,
y los rebeldes no pueden sublevarse.
Bendigan, pueblos, a nuestro Dios,
hagan oír bien alto su alabanza:
Evangelio según San Lucas 1,39-48.
Tribútenle una alabanza gloriosa,
digan al Señor: “¡Qué admirables son tus obras!”.
Por la inmensidad de tu poder,
tus enemigos te rinden pleitesía;
Vengan a ver las obras del Señor,
las cosas admirables que hizo por los hombres.
que gobierna eternamente con su fuerza;
sus ojos vigilan a las naciones,
y los rebeldes no pueden sublevarse.
Bendigan, pueblos, a nuestro Dios,
hagan oír bien alto su alabanza:
Evangelio según San Lucas 1,39-48.
María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá.
Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel.
Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó: "¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre!
¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme?
Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno.
Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor".
María dijo entonces: "Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador, porque él miró con bondad la pequeñez de tu servidora.
En adelante todas las generaciones me llamarán feliz".
Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel.
Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó: "¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre!
¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme?
Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno.
Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor".
María dijo entonces: "Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador, porque él miró con bondad la pequeñez de tu servidora.
En adelante todas las generaciones me llamarán feliz".
Palabra del Señor
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