El signo de Jonás
A pesar de todos los signos que Nuestro Señor había dado, estos ciegos le dicen: «Queremos ver un milagro tuyo». Nuestro señor, dejando de lado los reyes y profetas como a testigos suyos, apela a los ninivitas… Jonás había anunciado la destrucción a los ninivitas; les había inspirado el temor y había sembrado en ellos el estupor; y ellos le presentaron la gavilla de la contrición de alma y frutos de penitencia. Las naciones fueron elegidas, y los incircuncisos se acercaron a Dios. Los paganos recibieron la vida, y los pecadores se convirtieron…
«Le reclamaban un signo venido del cielo», por ejemplo un trueno, como lo hizo para Samuel (cf 1Sm 7,10)… Habían oído una predicación venida de lo alto y no habían creído; aunque la predicación venía de las profundidades… «El Hijo del hombre estará tres días y tres noches en el seno de la tierra, como Jonás estuvo en el vientre de la ballena»… Jonás subió del mar y predicó a los ninivitas que hicieron penitencia y se salvaron; también Nuestro Señor, después de haber resucitado su cuerpo del shéol, envió a sus apóstoles a las naciones; éstas se convirtieron y recibieron la plenitud de la vida.
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