Qué poco meditamos de la compasión de Cristo por los hombres! Cuántos pasajes del Evangelio lo muestran, sobre todo aquel que prefigura la Eucaristía: “Tuvo compasión de aquella muchedumbre hambrienta”. Sabemos que Él desea que todos los hambrientos de justicia, de paz y de amor vayan a saciarse en el Pan de la Eucaristía. No olvides el hambre que Jesús tiene de que tengan hambre de Él.
Reflexiona
Qué dolor para el Corazón de Jesús poner la mesa de la Eucaristía y no tener comensales, o tenerlos desganados o desagradecidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario