«Al que me ama, lo amará mi Padre, y yo también lo amaré y me revelaré a él»
[…] No tengáis miedo: abrid de par en par las puertas de vuestro corazón a Cristo salvador. Él os ama y está cerca de vosotros; os llama a un renovado compromiso de evangelización. La fe es don de Dios y patrimonio de incomparable valor, que hay que conservar y difundir. Para defender y promover los valores comunes, estad siempre abiertos a una colaboración eficaz con todos los grupos étnico-sociales y religiosos, que componen vuestro país. Que todas vuestras decisiones estén animadas siempre por la esperanza y el amor.
María, Madre del Redentor, os acompañe y proteja, para que podáis escribir nuevas páginas de santidad y de generoso testimonio cristiano en la historia… Amén.
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