miércoles, 23 de octubre de 2019

SANTO ROSARIO

MISTERIOS LUMINOSOS
(Jueves)

    Los Misterios Luminosos, introducidos en el Rosario por el Papa Juan Pablo II, nos invitan a contemplar cinco momentos de la vida pública de Jesús, de especial significación tanto para él como para nosotros.


QUINTO MISTERIO LUMINOSO

JESÚS INSTITUYE LA EUCARISTÍA Y EL SACERDOCIO 
EN SU ÚLTIMA CENA CON LOS DISCÍPULOS 

Del Evangelio según san Lucas: (22,14- 20) 

    Llegada la hora, Jesús se puso a la mesa con los apóstoles y les dijo: "Yo tenía gran deseo de comer esta Pascua con ustedes, antes de padecer. Porque les digo que ya no la volveré a comer, hasta que sea la nueva y perfecta Pascua en el Reino de Dios". Jesús, aceptando una copa, dio gracias y les dijo: "Tomen esto y repártanlo entre ustedes, porque les aseguro que ya no volveré a beber del fruto de la vid hasta que llegue el Reino de Dios". Después tomó pan y, dando gracias, lo partió y se lo dio diciendo: "Esto es mi cuerpo que es entregado por ustedes. Hagan esto en memoria mía". Hizo lo mismo con la copa después de cenar, diciendo: "Esta copa es la alianza nueva sellada con mi sangre, que es derramada por ustedes".


Reflexión 

    En la Última Cena con sus discípulos, Jesús instituyó para nosotros el maravilloso Sacramento de la Eucaristía, que lo hace eternamente presente en el mundo, bajo las especies del pan y del vino, consagrado por la efusión del Espíritu Santo y las palabras del sacerdote. Recibir la Eucaristía es alimentarnos con el Cuerpo y la Sangre de Jesús, es decir, con su vida, para empezar a ser como él. Para amar a los demás como él amó a todas las personas que encontró en su camino. Para servir a los demás como él sirvió a quienes solicitaban su ayuda. Para perdonar como él perdonó a los pecadores con quienes se encontró, incluyendo a quienes lo condenaron a muerte y quienes ejecutaron la pena. Para anunciar la verdad de Dios, su santidad y su justicia, como él lo hizo con cada una de sus palabras y de sus acciones. Tenemos que tomar conciencia clara de esto. Acercarnos a recibir a Jesús en la Eucaristía tiene que transformarnos poco a poco en personas humildes, sencillas, bondadosas y amorosas como él. Si esto no se realiza, es que todavía no hemos comprendido lo que estamos haciendo y no hemos abierto las puertas de nuestro corazón a la verdad y al amor transformante de Dios.


Intención

    Ofrezcamos esta decena del Rosario, pidiendo al Señor por intercesión de María, que nos dé la gracia de comprender, cada vez con mayor profundidad el Misterio de su presencia amorosa en la Eucaristía, y lo que significa para nosotros acercarnos a recibirla. Hagamos también una oración especial por los sacerdotes, que con sus enseñanzas nos acercan a Dios, y que hacen posible que con la celebración de la Eucaristía, Jesús renueve cada día su presencia sacramental en el mundo.

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