Escritos del 25-01-1937. Obras completas – Editorial Monte Carmelo, p. 767.768, § 883.884.885.
«¡Ay de vosotros que limpiáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro estáis rebosando de robo y desenfreno!»
Amamos a Cristo como él nos ha amado. Nos ha dejado un ejemplo para que sigamos sus huellas (1Pe 2,21).Porque él dice:“Ponme como un sello sobre tu corazón” (Ct 8,6), esto viene a decir: “Ámame como yo te amo. Llévame en tu espíritu, en tu memoria, en tu deseo, en tus suspiros, en tus gemidos y tus sollozos. Acuérdate, hombre en qué estado yo te he creado, cuánto te he elevado por encima de otras criaturas, con qué dignidad te he ennoblecido, cómo te he coronado de gloria y honor, cómo te he situado un poco inferior a los ángeles, y cómo todo lo he puesto bajo tus pies(Sal 8). Acuérdate no solo de todo esto que he hecho por ti sino de qué pruebas y qué humillaciones he sufrido por ti…Y tú, si me amas, muéstralo; no de palabra y de lengua, sino en acto y verdad… Ponme como un sello sobre tu corazón y ámame con todas tus fuerzas”…
Señor, quita mi corazón de piedra, este corazón duro e incircunciso. Dame un corazón nuevo, un corazón de carne, un corazón puro (Ez 36, 26). Tú que purificas los corazones, que amas los corazones puros, toma posesión de mi corazón, ven y vive.
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