La cueva de Belén era pobre y además de pobre estaba abandonada. Sin embargo, por allí fueron los pastores, cantaron los Ángeles y estaban adorándolo al Niño Jesús, la Virgen y San José. En muchos templos el Señor está más abandonado que allí. Hay muchos cristianos que ni siquiera saben que Jesús está presente bajo los velas sacramentales, ni tienen idea delo que es la Santa Misa. El secularismo ha hecho estragos. Pero no es el momento de lamentarse, sino de luchar con toda nuestra fuerza para hacer descubrir quién está en el Sagrario y por qué se quedó escondido allí.
Reflexiona
Nuestro amado Papa San Juan Pablo II en sus últimos días de pontificado quiso que los cristianos descubriéramos el tesoro de la Eucaristía. Tomemos este tan precioso tesoro que nos dejó el Papa para conocer, amar y serví al Corazón Eucarístico de Cristo.
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