ANTIGUO TESTAMENTO
El ser humano se encuentra muerto en pecados y delitos, espiritualmente incapaz de alcanzar la salvación y reorientarse hacia Dios y reinterpretar correctamente su mensaje. Es el Espíritu Santo quien dirigió en todo a Cristo, en todas sus etapas estuvo presente, fue dependiente de su dirección y consuelo. De la misma manera la obra del Espíritu Santo en la vida del creyente le permite entender el trabajo de la redención. A través de ocho lecciones, cada una presenta tres secciones, que incluye introducción y conclusión, desarrollaremos este comentario. El objetivo principal es mostrar la obra de Cristo y las enseñanzas concretas encontradas en el libro de Esdras. Durante todo el estudio, se quiere realizar un acercamiento al contexto histórico y diacrónico del mismo. El comentario quiere mostrar la obra de Cristo en el creyente hoy, como Dios restituyó a su pueblo instando a Ciro, a dejar en libertad a Judá y someterse voluntariamente, así Cristo nos liberta de todo tipo de esclavitud y nos hace verdaderamente libres. “Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres” (Juan 8:36). En cuanto al tema principal y al desarrollo en general sobre el comentario 8 al libro de Esdras, se resalta principalmente la manera cómo Dios usó a distintos reyes paganos de la época, líderes piadosos y en general a hombres del común, para restaurar y enseñar a su pueblo, confirmando la verdadera adoración en la casa de Dios y restituyendo la ley de Moisés. Se observa de igual manera cómo Dios cumple su voluntad a través de las distintas personas. Dios mismo intervino de manera sobrenatural por la victoria de la expedición de Esdras. Este fue escogido y protegido por la gracia de Dios, la mano poderosa del Señor estuvo con él. “Porque el día primero del primer mes fue el principio de la partida de Babilonia, y al primero del mes quinto llegó a Jerusalén, estando con él la buena mano de Dios” (Esdras 7:9). Es grandioso ver cómo Dios tomó el gobierno persa para concederle a Esdras el poder llevar a feliz término su tarea (Esdras 7:27- 28). El libro de Esdras muestra una confianza en un reino restaurado, reflejando esperanza en el Mesías prometido. A través de las profecías de Zacarías y Hageo pone de manifiesto la voluntad de Dios para que Su pueblo tenga un verdadero rey y sacerdote. La obra de Dios fue visible a los ojos de todo el pueblo, de tal manera que hubo un avivamiento espiritual que se vio reflejado en una renovación del pacto (Esdras 10:3).
El libro de Esdras, es verdaderamente un texto lleno de riquezas incalculables, con una veracidad única. Dios mismo intervino en la mente de un extraordinario hombre, como lo fue Esdras, lo llevo por el camino de la compasión con el fin de restaurar a su pueblo. Se entrego a la promoción de la observancia de la ley, la cual había sido olvidada por el pueblo de Israel. Dentro del plan eterno y amoroso de nuestro Señor Jesucristo, todo su pueblo ha sido llamado y guardado desde la eternidad “quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos” (2 Timoteo 1:9). El libro de Esdras nos muestra la manera soberana de su llamado, y cómo de manera eterna su palabra es cumplida en la cotidianidad del pueblo escogido, se da el regreso de algunos de los exilados de la cautividad y la reedificación del templo donde permite al pueblo tener un lugar específico y desde allí le adoren. La tarea de reedificar el lugar de adoración, llevada a cabo en n ambiente de hostilidad y paganismo, fue demorada también por la frialdad del pueblo. Cristo ha venido para cumplir la tarea de restauración en su pueblo hoy, donde el legalismo, el secularismo y el profesionalismo ha afectado aún más el corazón de los hombres, haciendo que se alejen cada día de la gracia de Dios. Llevando a cabo la gran misión encomendada por el Padre. Cristo a través de su obra ha glorificado al Padre, acabando con éxito total su trabajo como redentor. El versículo uno dice: “En el primer año de Ciro rey de Persia, para que se cumpliese la palabra de Jehová por boca de Jeremías, despertó Jehová el espíritu de Ciro rey de Persia, el cual hizo pregonar de palabra y también por escrito por todo su reino…” De manera similar, en el libro de Esdras se evidencia el trabajo Triuno de Dios, en guardar y dirigir a su pueblo hacia la victoria final, así como Cristo supuso enfrentar todo tipo de situaciones arduas y llegar hasta la muerte de cruz para que su pueblo estuviera segura la gloria eterna, también se evidencia la manera como Dios utiliza espacialmente a Esdras para conducir al pueblo de Israel a una reforma religiosa y éticos, orientada a evitar que su fe en el verdadero Señor fuera desviada a 12 contaminarse con elementos impuro y extraños. Con el fin de controlar la situación, el sacerdote Esdras tuvo que establecer una serie de normas rigurosas y dramáticas (Esdras 9:1–2, 12; 10:3–4, 10–11).
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