miércoles, 20 de enero de 2016

LITURGIA

Elementos Materiales de la Liturgia

El Templo, el Altar, vestiduras del Papa, obispos y sacerdotes, colores litúrgicos


     La nave “Los lugares de los fieles han de disponerse como sumo cuidado, a fin de que puedan participar con la vista y con el espíritu en las celebraciones sagradas… Los bancos o sillas, sobre todo en los edificios recientemente construidos, han de disponerse de tal modo que los fieles puedan adoptar las posturas indicadas para las diversas partes de la celebración y puedan acercarse sin dificultad a recibir la sagrada Comunión.” (IGMR, 311). “El templo también debe ser un espacio que invite al recogimiento y a la oración silenciosa, que prolonga e interioriza la gran plegaria de la Eucaristía.” (Catec. I.C., 1185). Las posturas de los fieles en la celebración eucarística son: de pié, de rodillas y sentados (cfr. IGMR, 42-43). La disposición de los bancos en la nave también debe prever -y facilitarlos diversos movimientos procesionales: Entrada, Evangelio, Ofertorio, Comunión, Salida, Vía Crucis, etc. (Cfr. IGMR, 44; 47; 74;86). Los principales requerimientos que debe satisfacer la nave son (cfr. CEA): - Visión: hacia el altar y presbiterio, en todas las posturas rituales (de pié, de rodillas, sentados) - Audición: clara, reforzada eventualmente con equipos de amplificación y parlantes de haz chato para evitar reverberaciones y ecos. Aquí también es necesario considerar que diseños rectilíneos de las paredes de la nave, con muros paralelos, son perjudiciales a la acústica del lugar. - Iluminación: de una intensidad mínima de 100 lux y uniforme en los sectores de asientos, deberá prever refuerzos escalonados en los sectores de circulaciones y adyacentes al presbiterio, reservándose para éste y en especial el altar, el mayor énfasis de iluminación. Las ventanas deberán ser elevadas, de modo que los fieles no tengan visión directa hacia el exterior, y viceversa. - Ventilación y calefacción: La arquitectura debe prever la adaptación al clima de la zona donde se emplazará el templo. Se debe procurar la formación de corrientes naturales de aire, cruzando en lo posible el sector de los asientos o en su defecto mediante corrientes ascendentes con suficiente chimenea. La conjunción del diseño y las orientaciones adecuadas en cuanto a vientos dominantes son de gran ayuda en este sentido.






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