lunes, 23 de noviembre de 2015

LITURGIA

Elementos Materiales de la Liturgia

El Templo, el Altar, vestiduras del Papa, obispos y sacerdotes, colores litúrgicos.

Sobre el altar o junto a él hay una cruz con la imagen de Cristo crucificado, que pueda ser bien vista por la asamblea congregada. Conviene que esta cruz, al evocar a los fieles la pasión salvadora del Señor, permanezca cerca del altar también fuera de las celebraciones litúrgicas.” (IGMR 308). La cruz procesional puede ser la misma que la cruz de altar, en cuyo caso deberá preverse un lugar apropiado y la posibilidad de extraerla: “La cruz con la efigie de Cristo crucificado, si se lleva en la procesión, puede ser colocada junto al altar como cruz de altar; pero como ésta debe ser una sola, si ya hay cruz de altar fija, sea llevada a otro lugar distinto.” (cfr. IGMR 122). Desde un principio hay que estudiar bien la colocación de la Cruz, de la imagen de la Santísima Virgen María, la del patrono y otras eventuales imágenes (por ejemplo, el recorrido del Vía Crucis normalmente situado en un lugar específico de la nave o la cruz de altar), favoreciendo siempre la elevada calidad y dignidad artística de las obras. Esto contribuye a provocar la ordenada devoción del pueblo de Dios, a condición de que se respete la prioridad de los signos sacramentales. Para la unción y dedicación de un templo nuevo o aún no dedicado, se deberá prever la colocación de doce o al menos cuatro cruces de piedra, de bronce o de cualquier otro material adecuado, o bien pintadas o grabadas en las paredes del mismo. La crismación de los muros, que realiza el obispo sobre estas cruces, consiste en una unción con óleo, una incensación y enciende una vela delante. Por lo cual, estas cruces podrán contener un pequeño candelabro fijo.

Fuente: EL TEMPLO CATÓLICO Alejandro Hoese

No hay comentarios:

Publicar un comentario