martes, 17 de noviembre de 2015

Año de la Misericordia

La arquidiócesis de Santa Fe se apresta para el Año de la Misericordia






    Santa Fe (AICA): El arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, monseñor José María Arancedo, designó las Puertas Santas a las que se podrá peregrinar y cruzar para obtener la indulgencia plenaria por el Año Santo de la Misericordia, convocado por el papa Francisco y que comenzará el 8 de diciembre.     En el territorio diocesano los lugares para ganar ese don son la catedral Todos los Santos, la basílica y santuario de Nuestra Señora de Guadalupe (Santa Fe), la basílica Nuestra Señora del Carmen (Santa Fe) y la basílica Natividad de la Santísima Virgen (Esperanza). Las condiciones para obtener la indulgencia.

    El arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, monseñor José María Arancedo, designó las Puertas Santas a las que se podrá peregrinar y cruzar para obtener la indulgencia plenaria por el Año Santo de la Misericordia, convocado por el papa Francisco y que comenzará el 8 de diciembre.

    El prelado recordó que para obtener la indulgencia se debe cumplir “primeramente” con las condiciones habituales: confesión sacramental, comunión eucarística, rezo de la profesión de fe y oración por las intenciones del Santo Padre.

    Asimismo, puntualizó que el pontífice señala que para obtener la indulgencia, los fieles “están llamados a realizar una breve peregrinación hacia la Puerta Santa, abierta en cada catedral o en las iglesias establecidas por el obispo diocesano y en las cuatro basílicas mayores en Roma, como signo del deseo profundo de auténtica conversión”.

    En la arquidiócesis los lugares designados para tal fin son: la catedral Todos los Santos, la basílica y santuario de Nuestra Señora de Guadalupe (Santa Fe), la basílica Nuestra Señora del Carmen (Santa Fe) y la basílica Natividad de la Santísima Virgen (Esperanza).

    Monseñor Arancedo precisó que el Papa concede también que se puede ganar indulgencias “en los santuarios donde se abra la Puerta de la Misericordia y en las iglesias que tradicionalmente se identifican como jubilares. Es importante que este momento esté unido, ante todo, al sacramento de la Reconciliación y a la celebración de la santa Eucaristía con una reflexión sobre la misericordia”.

    Los lugares seleccionados son: santuario de Nuestra Señora de los Milagros (padres jesuitas), santuario de Nuestra Señora de los Dolores (San Martín Norte), santuario de San Cayetano (Santa Fe), parroquia y santuario San Francisco Javier (San Javier), parroquia Nuestra Señora de la Merced (San Justo), parroquia San Agustín y Santa Mónica (Carlos Pellegrini), parroquia Santa Margarita de Escocia (Gálvez) y la capilla Jesús de la Divina Misericordia (Barrio Las Flores II, Santa Fe).

    El arzobispo santafesino destacó que el Papa señala también que “cada vez que un fiel realice personalmente una o más obras de misericordia corporales y espirituales obtendrá ciertamente la indulgencia jubilar”.

    En relación con los enfermos y las personas ancianas que no pueden salir de casa, el pontífice afirma que para ellos “será de gran ayuda vivir la enfermedad y el sufrimiento como experiencia de cercanía al Señor que en el misterio de su pasión, muerte y resurrección indica la vía maestra para dar sentido al dolor y a la soledad. Vivir con fe y gozosa esperanza este momento de prueba, recibiendo la comunión o participando en la Santa Misa y en la oración comunitaria, también a través de los diversos medios de comunicación, será para ellos el modo de obtener la indulgencia jubilar”.

    “El pontífice explica que los presos podrán ganar la indulgencia en las capillas de las cárceles, y cada vez que atraviesen la puerta de su celda, dirigiendo su pensamiento y la oración al Padre, pueda este gesto ser para ellos el paso de la Puerta Santa, porque la misericordia de Dios, capaz de convertir los corazones, es también capaz de convertir las rejas en experiencia de libertad”, agregó.

    Monseñor Arancedo indicó que también se podrá pedir la indulgencia para los difuntos: “De igual modo que los recordamos en la celebración eucarística, también podemos, en el gran misterio de la comunión de los santos, rezar por ellos para que el rostro misericordioso del Padre los libere de todo residuo de culpa y pueda abrazarlos en la bienaventuranza que no tiene fin”.

    “El don de la indulgencia va unido a la peregrinación a los lugares indicados, a la práctica de las obras de misericordia, a la oración por los difuntos, el ofrecimiento de los sufrimientos de enfermos y encarcelados. No se da Indulgencia, como en otra oportunidad, a fiestas de Nuestro Señor, de la Santísima Virgen y de los santos, tampoco con ocasión de las fiestas patronales”, subrayó y sugirió que para realizar las peregrinaciones en grupo se acuerde previamente con los respectivos párrocos y responsables de las basílicas, santuarios, parroquias y de la catedral.


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