domingo, 4 de febrero de 2024

GAUDETE ET EXSULTATE

CAPÍTULO TERCERO
A LA LUZ DEL MAESTRO
El gran protocolo


    97. Ante la contundencia de estos pedidos de Jesús es mi deber rogar a los cristianos que los acepten y reciban con sincera apertura, «sine glossa», es decir, sin comentario, sin elucubraciones y excusas que les quiten fuerza. El Señor nos dejó bien claro que la santidad no puede entenderse ni vivirse al margen de estas exigencias suyas, porque la misericordia es «el corazón palpitante del Evangelio»[81].

[81] Bula Misericordiae Vultus (11 abril 2015), 12: AAS 107 (2015), 407.


-PROPÓSITO DEL DÍA- "Para que por la práctica de los consejos evangélicos y la vida de oración, podamos crecer en el amor a Dios y nuestros hermanos"



 

EVANGELIO - 05 de Febrero - San Marcos 6,53-56.


    Primer Libro de los Reyes 8,1-7.9-13.

   Entonces Salomón reunió junto a él en Jerusalén, a los ancianos de Israel, a todos los jefes de las tribus y a los príncipes de las casas paternas de los israelitas, para subir el Arca de la Alianza del Señor desde la Ciudad de David, o sea, desde Sión.
    Todos los hombres de Israel se reunieron junto al rey Salomón en el mes de Etaním - el séptimo mes - durante la Fiesta.
    Cuando llegaron todos los ancianos de Israel, los sacerdotes levantaron el Arca, y subieron el Arca del Señor, con la Carpa del Encuentro y todos los objetos sagrados que había en la Carpa. Los que trasladaron todo eso fueron los sacerdotes y los levitas.
    Mientras tanto, el rey Salomón y toda la comunidad de Israel reunida junto a él delante del Arca, sacrificaban carneros y toros, en tal cantidad que no se los podía contar ni calcular.
    Los sacerdotes introdujeron el Arca de la Alianza en su sitio, en el lugar santísimo de la Casa - el Santo de los santos - bajo las alas de los querubines.
    Porque los querubines desplegaban sus alas sobre el sitio destinado al Arca, y resguardaban por encima el Arca y sus andas.
    En el Arca se encontraban únicamente las dos tablas de piedra que Moisés, en el Horeb, había depositado allí: las tablas de la Alianza que el Señor había hecho con los israelitas a su salida de Egipto.
Mientras los sacerdotes salían del Santo, la nube llenó la Casa del Señor, de manera que los sacerdotes no pudieron continuar sus servicios a causa de la nube, porque la gloria del Señor llenaba la Casa.
    Entonces Salomón dijo: "El Señor ha decidido habitar en la nube oscura.
    Sí, yo te he construido la Casa de tu señorío, un lugar donde habitarás para siempre".


Salmo 132(131),6-7.8-10.

Sí, oímos hablar del Arca en Efratá,
y la encontramos en los campos de Jaar.
¡Entremos en su Morada,
postrémonos ante el estrado de sus pies!

¡Levántate, Señor,
entra en el lugar de tu Reposo,
tú y tu Arca poderosa!
Que tus sacerdotes se revistan de justicia

y tus fieles griten de alegría.
Por amor a David, tu servidor,
no rechaces a tu Ungido.

    
    Evangelio según San Marcos 6,53-56.

    Después de atravesar el lago, llegaron a Genesaret y atracaron allí.
    Apenas desembarcaron, la gente reconoció en seguida a Jesús, y comenzaron a recorrer toda la región para llevar en camilla a los enfermos, hasta el lugar donde sabían que él estaba.
    En todas partes donde entraba, pueblos, ciudades y poblados, ponían a los enfermos en las plazas y le rogaban que los dejara tocar tan sólo los flecos de su manto, y los que lo tocaban quedaban curados.

    Palabra del Señor

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - 05 de Febrero - «Todos los que tocaban el borde de su manto quedaban sanos»


Santa Teresa de Ávila (1515-1582) carmelita descalza y doctora de la Iglesia Exclamación 16


«Todos los que tocaban el borde de su manto quedaban sanos»

    ¡Oh verdadero Dios y Señor mío! Gran consuelo es para el alma que le fatiga la soledad de estar ausente de Vos, ver que estáis en todos cabos. Mas cuando la reciedumbre del amor y los grandes ímpetus de esta pena crece, ¿qué aprovecha, Dios mío?, que se turba el entendimiento y se esconde la razón para conocer esta verdad, de manera que no puede entender ni conocer. Sólo se conoce estar apartada de Vos, y ningún remedio admite; porque el corazón que mucho ama no admite consejo ni consuelo, sino del mismo que le llagó; porque de ahí espera que ha de ser remediada su pena.

    Cuando Vos queréis, Señor, presto sanáis la herida que habéis dado; antes no hay que esperar salud ni gozo, sino el que se saca de padecer tan bien empleado. ¡Oh verdadero Amador, con cuánta piedad, con cuánta suavidad, con cuánto deleite, con cuánto regalo y con qué grandísimas muestras de amor curáis estas llagas, que con las saetas del mismo amor habéis hecho! ¡Oh Dios mío y descanso de todas las penas, qué desatinada estoy! ¿Cómo podía haber medios humanos que curasen los que ha enfermado el fuego divino? ¿Quién ha de saber hasta dónde llega esta herida, ni de qué procedió, ni cómo se puede aplacar tan penoso y deleitoso tormento?... Con cuánta razón dice la Esposa en los «Cantares»: Mi amado a mí, y yo a mi (11,6), porque semejante amor no es posible comenzarse de cosa tan baja como el mío. Pues si es bajo, Esposo mío, ¿cómo no para en cosa criada hasta llegar a su Criador?

SANTORAL - SANTA ÁGUEDA DE CATANIA

05 de Febrero


    Águeda significa "la buena", "la virtuosa". Un himno latino sumamente antiguo canta así: "Oh Águeda: tu corazón era tan fuerte que logró aguantar que el pecho fuera destrozado a machetazos y tu intercesión es tan poderosa, que los que te invocan cuando huyen al estallar el volcán Etna, se logran librar del fuego y de la lava ardiente, y los que te rezan, logran apagar el fuego de la concupiscencia.". Águeda nació en Catania, Sicilia, al sur de Italia, hacia el año 230.

    Como Santa Inés, Santa Cecilia y Santa Lucía, decidió conservarse siempre pura y virgen, por amor a Dios. En tiempos de la persecución del tirano emperador Decio, el gobernador Quinciano se propone enamorar a Águeda, pero ella le declara que se ha consagrado a Cristo.

    Para hacerle perder la fe y la pureza el gobernador la hace llevar a una casa de mujeres de mala vida y estarse allá un mes, pero nada ni nadie logra hacerla quebrantar el juramento de virginidad y de pureza que le ha hecho a Dios. Allí, en esta peligrosa situación, Águeda repetía las palabras del Salmo 16: "Señor Dios: defiéndeme como a las pupilas de tus ojos. A la sombra de tus alas escóndeme de los malvados que me atacan, de los enemigos mortales que asaltan.

    El gobernador le manda destrozar el pecho a machetazos y azotarla cruelmente. Pero esa noche se le aparece el apóstol San Pedro y la anima a sufrir por Cristo y la cura de sus heridas.

    Al encontrarla curada al día siguiente, el tirano le pregunta: ¿Quién te ha curado? Ella responde: "He sido curada por el poder de Jesucristo". El malvado le grita: ¿Cómo te atreves a nombrar a Cristo, si eso está prohibido? Y la joven le responde: "Yo no puedo dejar de hablar de Aquél a quien más fuertemente amo en mi corazón".

    Entonces el perseguidor la mandó echar sobre llamas y brasas ardientes, y ella mientras se quemaba iba diciendo en su oración: "Oh Señor, Creador mío: gracias porque desde la cuna me has protegido siempre. Gracias porque me has apartado del amor a lo mundano y de lo que es malo y dañoso. Gracias por la paciencia que me has concedido para sufrir. Recibe ahora en tus brazos mi alma". Y diciendo esto expiró. Era el 5 de febrero del año 251.

    Desde los antiguos siglos los cristianos le han tenido una gran devoción a Santa Águeda y muchísimos y muchísimas le han rezado con fe para obtener que ella les consiga el don de lograr dominar el fuego de la propia concupiscencia o inclinación a la sensualidad.

Oremos


    Santa Águeda victoriosa, que después de los más duros martirios, y antes de entregar tu alma, fuiste confortada por Dios misericordioso, mediante la visión de san Pedro que te consoló, intercede por nosotros ante el Padre Todopoderoso para que nos tome bajo su cuidado y amparo, y nos otorgue la salud del cuerpo, la mente y el alma, para que con su infinita bondad y clemencia nos ayude en estos momentos difíciles por Jesucristo nuestro único Señor, a quien sea la alabanza y la gloria y la acción de gracias por todos los tiempos. Amén.

-FRASE DEL DÍA-



 

sábado, 3 de febrero de 2024

GAUDETE ET EXSULTATE

CAPÍTULO TERCERO
A LA LUZ DEL MAESTRO
El gran protocolo


   96. Por lo tanto, ser santos no significa blanquear los ojos en un supuesto éxtasis. Decía San Juan Pablo II que «si verdaderamente hemos partido de la contemplación de Cristo, tenemos que saberlo descubrir sobre todo en el rostro de aquellos con los que él mismo ha querido identificarse»[79]. El texto de Mateo 25,35-36 «no es una simple invitación a la caridad: es una página de cristología, que ilumina el misterio de Cristo»[80]. En este llamado a reconocerlo en los pobres y sufrientes se revela el mismo corazón de Cristo, sus sentimientos y opciones más profundas, con las cuales todo santo intenta configurarse.

[79]Carta ap. Novo millennio ineunte (6 enero 2001), 49: AAS 93 (2001), 302.

[80] Ibíd.


-PROPÓSITO DEL DÍA- "Para que por la práctica de los consejos evangélicos y la vida de oración, podamos crecer en el amor a Dios y nuestros hermanos"



 

EVANGELIO - 04 de Febrero - San Marcos 1,29-39.


     Libro de Job 7,1-4.6-7.

    ¿No es una servidumbre la vida del hombre sobre la tierra? ¿No son sus jornadas las de un asalariado?
    ¿Cómo un esclavo que suspira por la sombra, como un asalariado que espera su jornal, así me han tocado en herencia meses vacíos, me han sido asignadas noches de dolor.
    Al acostarme, pienso: "¿Cuándo me levantaré?". Pero la noche se hace muy larga y soy presa de la inquietud hasta la aurora.
    Mis días corrieron más veloces que una lanzadera: al terminarse el hilo, llegaron a su fin.
    Recuerda que mi vida es un soplo y que mis ojos no verán más la felicidad.


Salmo 147(146),1-2.3-4.5-6.

¡Qué bueno es cantar a nuestro Dios,
qué agradable y merecida es su alabanza!
El Señor reconstruye a Jerusalén
y congrega a los dispersos de Israel.

Sana a los que están afligidos
y les venda las heridas.
Él cuenta el número de las estrellas
y llama a cada una por su nombre.

Nuestro Señor es grande y poderoso,
su inteligencia no tiene medida.
El Señor eleva a los oprimidos
y humilla a los malvados hasta el polvo.


    Carta I de San Pablo a los Corintios 9,16-19.22-23.

    Hermanos: Si anuncio el Evangelio, no lo hago para gloriarme: al contrario, es para mí una necesidad imperiosa. ¡Ay de mí si no predicara el Evangelio!
    Si yo realizara esta tarea por iniciativa propia, merecería ser recompensado, pero si lo hago por necesidad, quiere decir que se me ha confiado una misión.
    ¿Cuál es entonces mi recompensa? Predicar gratuitamente la Buena Noticia, renunciando al derecho que esa Buena Noticia me confiere.
    En efecto, siendo libre, me hice esclavo de todos, para ganar al mayor número posible.
    Y me hice débil con los débiles, para ganar a los débiles. Me hice todo para todos, para ganar por lo menos a algunos, a cualquier precio.
    Y todo esto, por amor a la Buena Noticia, a fin de poder participar de sus bienes.


    Evangelio según San Marcos 1,29-39.

    Jesús salió de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés.
    La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo dijeron de inmediato.
    El se acercó, la tomó de la mano y la hizo levantar. Entonces ella no tuvo más fiebre y se puso a servirlos.
    Al atardecer, después de ponerse el sol, le llevaron a todos los enfermos y endemoniados, y la ciudad entera se reunió delante de la puerta.
    Jesús curó a muchos enfermos, que sufrían de diversos males, y expulsó a muchos demonios; pero a estos no los dejaba hablar, porque sabían quién era él.
    Por la mañana, antes que amaneciera, Jesús se levantó, salió y fue a un lugar desierto; allí estuvo orando.
    Simón salió a buscarlo con sus compañeros, y cuando lo encontraron, le dijeron: "Todos te andan buscando".
    El les respondió: "Vayamos a otra parte, a predicar también en las poblaciones vecinas, porque para eso he salido".
    Y fue predicando en las sinagogas de toda la Galilea y expulsando demonios.

    Palabra del Señor

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - 04 de Febrero - «Jesús se acercó y la tomó de la mano»


San Vicente de Paúl (1581-1660) presbítero, fundador de la Congregación de la Misión y las Hijas de la Caridad Carta 16/08/1656 a dos hermanas enviadas a Arras


«Jesús se acercó y la tomó de la mano»

    Es bello leer lo que le sucede a la suegra de San Pedro en el Evangelio. Esta buena mujer, estando enferma de una fiebre extraña, escuchó decir que el Señor estaba en Cafarnaún, que hacía grandes milagros, curando a los enfermos, expulsando a los demonios de los poseídos, y otras maravillas. Sabía que su yerno estaba con el Hijo de Dios y podía decirle a san Pedro: " Hijo mío, tu Maestro es poderoso y tiene poder para librarme de esta enfermedad". Algún tiempo después, el Señor vino a su casa, pero ella no demuestra, en absoluto, impaciencia por su dolor; ni se queja, ni pide nada a su yerno, ni al Señor, al que podía decirle: " Sé que tienes poder de curar todo tipo de enfermedades, Señor; ten compasión de mí". Sin embargo no dice nada de todo eso, y nuestro Señor, viendo su indiferencia, mandó a la fiebre dejarla, y en el mismo instante quedó curada.

    En todas las cosas lastimosas que nos llegan, no nos entristezcamos, abandonémoslo todo a la Providencia, y que nos baste que nuestro Señor nos vea y sepa lo que aguantamos por su amor y para imitar los bellos ejemplos que nos dio, particularmente en el huerto de los Olivos, cuando aceptó el cáliz... Porque, aunque hubiera pedido que pasara, si pudiera ser, sin beberlo, añadió en seguida que se cumpliera la voluntad de su Padre (Mt 26,42).

SANTORAL - SAN JUAN DE BRITO

04 de Febrero


    En Oriur, en el reino de Maravá, en la India, San Juan de Brito, presbítero de la Orden de la Compañía de Jesús y mártir, que, tras convertir a muchos a la fe imitando la vida y la conducta de los ascetas de aquellas regiones, terminó su vida con un glorioso martirio. Santo y Mártir jesuita.(Lisboa ,1-Marzo-1647; Maduré,India,4-Febrero-1693)

    Hijo de Salvador Brito y Pereira y de Beatriz de Brittes. Fue el último de cuatro hermanos. Su padre fue gobernador en Brasil y falleció cuando Juan tenía dos años.

    Comenzó sus estudios en el Colegio San Antonio de Lisboa de los jesuitas, donde fue compañero del príncipe heredero. A los once años enfermó grávemente, su madre lo encomendó a San Francisco Javier, su increíble curación fue tomada como milagro, en gratitud vistió un año completo el hábito de los jesuitas.

    Ingresó al Noviciado de Catavia de los jesuitas en 1662. Luego hizo estudios en el Colegio de Evora y en la Universidad de Coímbra . En 1673 recibió las órdenes sagradas y fue destinado a las misiones de India en Malabar. Aquí se convirtió en un panderam asceta con barba y turbante, mediador entre los parias y los brahamanes.

    En 1684 fue a Madurai donde fue capturado y torturado, se le perdonó la vida con la condición que no vuelva a predicar por esas regiones. En 1687 volvió a Portugal, donde fue muy bien recibido y el Rey le pidió educara a sus hijos, él prefirió lo devolvieran a la India. En 1690 convirtió al príncipe Teriadevan de Malabar, quien dejó la poligamia, quedándose con su primera mujer, dándole recompensa a las otras, pero una de ellas se quejó y lo calumnió, por lo que fue tomado prisionero y degollado el 4 de febrero de 1693.

    Esos son los que vienen de la gran tribulación; han lavado sus vestiduras y las han blanqueado con la sangre del Cordero. Por eso están delante del trono de Dios, dándole culto día y noche en su santuario; y el que está sentado en el trono extenderá su tienda sobre ellos. Ya no tendrán hambre ni sed; ya no los molestará el sol ni el calor alguno; porque el Cordero que está en medio del trono los apacentará y los guiará a los manantiales de las aguas de la vida. Y Dios enjugará toda lágrima de sus ojos. Ap. 7, 14-17

Oremos

    Señor, tu que iluminaste la vida de San Juan de Brito, llenándolo de gracias para transmitir tu palabra. Te pido que por medio de su santa intercesión nos des la fortaleza espiritual para salir adelante en la enfermedad, en los problemas cotidianos, en los dolores, en las incomprensiones, en cada una de las batallas que prueban nuestra fe. Haz que tus abundantes gracias den vigor al cuerpo y al alma y vayamos por todo el mundo proclamando tu palabra siendo coherentes con nuestros actos como lo hizo San Juan. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor que vive y reina por los siglos de los siglos. San Juan de Brito ruega por nosotros! Amén.

-FRASE DEL DÍA-