viernes, 29 de enero de 2016

LITURGIA

Elementos Materiales de la Liturgia

El Templo, el Altar, vestiduras del Papa, obispos y sacerdotes, colores litúrgicos




    “La renovación de la vida bautismal exige la penitencia. Por tanto el templo debe estar preparado para que se pueda expresar el arrepentimiento y la recepción del perdón, lo cual exige asimismo un lugar apropiado.” (Catec. I.C., 1185). “El lugar propio para oír confesiones es una iglesia u oratorio. Por lo que se refiere a la sede para oír confesiones, la Conferencia Episcopal dé normas, asegurando en todo caso que existan siempre en lugar patente confesionarios provistos de rejillas entre el penitente y el confesor que puedan utilizar libremente los fieles que así lo deseen. No se deben oír confesiones fuera del confesionario, si no es por justa causa.” (CIC, 964) La penitenciaría o confesionario deberá diseñarse de modo que el fiel pueda optar por 1° una confesión que resguarde el anonimato, o bien 2° en contacto visual con el confesor. En todos los casos, el penitente debe poder realizar su confesión de rodillas y el diseño deberá contribuir a la discreción auditiva respecto de las otras personas que se encuentren en el templo. En esto último juega un papel importante el lugar destinado para el confesionario. Según el tamaño del templo, deberá preverse uno o más confesionarios. Además, se considerará la posibilidad que cada uno pueda ser identificado con el nombre del confesor habitual. “En el diseño de estos deberá brindarse una buena iluminación y ventilación al recinto del confesor; atendiendo también a la posición relativa del asiento con respecto a las rejas de escuchar, de manera que pueda permanecer en una postura natural, debida cuenta de las muchas horas que en él pasa en no pocas oportunidades. Es práctico tener algún lugar para colocar libros o publicaciones.” (CEA). También debe preverse la instalación de locales pequeños y cerrados que permitan conversaciones privadas entre el sacerdote y el fiel, con visión directa del interior de la iglesia, destinados al trabajo de dirección espiritual (cfr. CEA).

    Junto al sagrario luce constantemente una lámpara, con la que se indica y honra la presencia de Cristo. La presencia del Señor en el sagrario.

Fuente: : Alejandro Hoese EL TEMPLO CATÓLICO




REFLEXIÓN

Reflexiones Espirituales

Viernes 29 de Enero


Del Comentario de san Juan Fisher, obispo y mártir, sobre los salmos
(Salmo 101: Opera omnia, edición 1597, pp. 1588-1589)

LAS MARAVILLAS DE DIOS

    Primero Dios liberó al pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto, con grandes portentos y prodigios; los hizo pasar el mar Rojo a pie enjuto; en el desierto los alimentó con manjar llovido del cielo, el maná y las codornices; cuando padecían sed hizo salir de la piedra durísima un perenne manantial de agua; les concedió la victoria sobre todos los que guerreaban contra ellos; por un tiempo detuvo de su curso natural las aguas del Jordán; les repartió por suertes la tierra prometida, según sus tribus y familias. Pero aquellos hombres ingratos, olvidándose del amor y munificencia con que les había otorgado tales cosas, abandonaron el culto del Dios verdadero y se entregaron, una y otra vez, al crimen abominable de la idolatría.

    Después, también a nosotros, que, cuando éramos gentiles, nos dejábamos arrebatar a los pies de los ídolos mudos, como si fuésemos arrastrados por ellos, Dios nos arrancó del olivo silvestre de la gentilidad, al que pertenecíamos por naturaleza, nos injertó en el verdadero olivo del pueblo judío, desgajando para ello algunas de sus ramas naturales, y nos hizo partícipes de la raíz de su gracia y de la rica sustancia del olivo. Finalmente, no perdonó a su propio Hijo, sino que lo entregó a la muerte por todos nosotros, como oblación de suave fragancia, para redimirnos de toda iniquidad y para reservarse para sí, como posesión propia, un pueblo purificado.

    Todo ello, más que argumentos, son signos evidentes del inmenso amor y bondad de Dios para con nosotros; y, sin embargo, nosotros, sumamente ingratos, más aún, traspasando todos los límites de la ingratitud, no tenemos en cuenta su amor ni reconocemos la magnitud de sus beneficios, sino que menospreciamos y tenemos casi en nada al autor y dador de tan grandes bienes; ni tan siquiera la extraordinaria misericordia de que usa continuamente con los pecadores nos mueve a ordenar nuestra vida y conducta conforme a sus mandamientos.

    Ciertamente es digno todo ello de que sea escrito para las generaciones futuras, para memoria perpetua, a fin de que todos los que en el futuro han de llamarse cristianos reconozcan la inmensa benignidad de Dios para con nosotros y no dejen nunca de cantar sus alabanzas.


EXTRAÍDA : SEGUNDA LECTURA OFICIO DE LECTURA DEL DÍA




LA FRASE DEL DÍA

Viernes 29 de Enero






EVANGELIO

Tiempo Ordinario

Viernes 29 de Enero  Semana III


Segundo Libro de Samuel 11,1-4a.5-10a.13-17.

    Al comienzo del año, en la época en que los reyes salen de campaña, David envió a Joab con sus servidores y todo Israel, y ellos arrasaron a los amonitas y sitiaron Rabá. Mientras tanto, David permanecía en Jerusalén.
    Una tarde, después que se levantó de la siesta, David se puso a caminar por la azotea del palacio real, y desde allí vio a una mujer que se estaba bañando. La mujer era muy hermosa.
    David mandó a averiguar quién era esa mujer, y le dijeron: "¡Pero si es Betsabé, hija de Eliám, la mujer de Urías, el hitita!".
    Entonces David mandó unos mensajeros para que se la trajeran.   La mujer vino, y David se acostó con ella, que acababa de purificarse de su menstruación. Después ella volvió a su casa.
    La mujer quedó embarazada y envió a David este mensaje: "Estoy embarazada".
    Entonces David mandó decir a Joab: "Envíame a Urías, el hitita". Joab se lo envió, y cuando Urías se presentó ante el rey, David le preguntó cómo estaban Joab y la tropa y cómo iba la guerra.
    Luego David dijo a Urías: "Baja a tu casa y lávate los pies".     Urías salió de la casa del rey y le mandaron detrás un obsequio de la mesa real.
    Pero Urías se acostó a la puerta de la casa del rey junto a todos los servidores de su señor, y no bajó a su casa.
    Cuando informaron a David que Urías no había bajado a su casa, el rey le dijo: "Tú acabas de llegar de viaje. ¿Por qué no has bajado a tu casa?".
    David lo invitó a comer y a beber en su presencia y lo embriagó.     A la noche, Urías salió y se acostó junto a los servidores de su señor, pero no bajó a su casa.
    A la mañana siguiente, David escribió una carta a Joab y se la mandó por intermedio de Urías.
    En esa carta, había escrito lo siguiente: "Pongan a Urías en primera línea, donde el combate sea más encarnizado, y después déjenlo solo, para que sea herido y muera".
    Joab, que tenía cercada la ciudad, puso a Urías en el sitio donde sabía que estaban los soldados más aguerridos.
    Los hombres de la ciudad hicieron una salida y atacaron a Joab.   Así cayeron unos cuantos servidores de David, y también murió Urías, el hitita.



Salmo 51(50),3-4.5-6a.6bc-7.10-11.


¡Ten piedad de mí, Señor, por tu bondad,
por tu gran compasión, borra mis faltas!
¡Lávame totalmente de mi culpa
y purifícame de mi pecado!

Porque yo reconozco mis faltas
y mi pecado está siempre ante mí.
Contra ti, contra ti sólo pequé
e hice lo que es malo a tus ojos.

Por eso, será justa tu sentencia
y tu juicio será irreprochable;
yo soy culpable desde que nací;
pecador me concibió mi madre.

Anúnciame el gozo y la alegría:
que se alegren los huesos quebrantados.
Aparta tu vista de mis pecados
y borra todas mis culpas.

Fuente: Evangelizo.org





MEDITACIÓN DEL EVANGELIO

Viernes 29 de Enero





HIMNO

Tiempo Ordinario

VIERNES DE LA SEMANA III
De la Feria. Salterio III
29 de Enero




SANTORAL

Santoral del Día

Viernes 29 de Enero


     Nació en Florencia en 1322; su padre era un rico y conocido mercader. Vivió una adolescencia serena y religiosa, pero su matrimonio con Rosso Benintendi (1351) la puso en contacto con el fastuoso y frívolo ambiente florentino que pareció haberla hecho olvidarse de Dios.

    La portentosa visión del demonio, cuando se preparaba ante el espejo para participar en una fiesta mundana, fue el principio de una conversión ejemplar. Acudió a los frailes dominicos de Santa María Novella, movida por el arrepentimiento, a confesar sus pecados, para después buscar con una vida humilde y penitente expiar su vida pasada. Tomó el hábito de las hermanas de la Penitencia de santo Domingo e inició una nueva vida bajo la dirección de los frailes de santo Domingo, de quien, según su biógrafo fray Jerónimo di Giovanni, era "devotísima".

    Se dedicó al estudio de la Sagrada Escritura y a la contemplación de Cristo crucificado, a quien Vilana invocaba frecuentemente como: "Cristo Jesús, amor mío crucificado". Su austeridad de vida influyó entre las demás mujeres de su ambiente y muchas se decidieron a imitarla. Fervorosa con Dios y generosa con los necesitados, distribuyó todos sus bienes para los pobres y pidió limosna para ellos por las calles de Florencia.

    Adornada de méritos murió con solo veintinueve años el 29 de enero de 1361. Su cuerpo fue expuesto a la veneración pública durante muchos días en la iglesia dominicana de Santa María Novella y allí fue sepultada, amortajada según su voluntad con el hábito dominicano, en un hermoso sepulcro marmóreo obra de Bernardo Rossellino. León XII confirmó su culto el 27 de marzo de 1824.


Fuente: Academia de Humanidades PP Dominicos






jueves, 28 de enero de 2016

EN LA CRUZ HALLAMOS EL EJEMPLO DE TODAS LAS VIRTUDES


    ¿Era necesario que el Hijo de Dios padeciera por nosotros? Lo era, ciertamente, y por dos razones fáciles de deducir: la una, para remediar nuestros pecados; la otra, para darnos ejemplo de cómo hemos de obrar.

    Para remediar nuestros pecados, en efecto, porque en la pasión de Cristo encontramos el remedio contra todos los males que nos sobrevienen a causa del pecado.

    La segunda razón tiene también su importancia, ya que la pasión de Cristo basta para servir de guía y modelo a toda nuestra vida. Pues todo aquel que quiera llevar una vida perfecta no necesita hacer otra cosa que despreciar lo que Cristo despreció en la cruz y apetecer lo que Cristo apeteció. En la cruz hallamos el ejemplo de todas las virtudes.

    Si buscas un ejemplo de amor: Nadie tiene más amor que el que da la vida por sus amigos. Esto es lo que hizo Cristo en la cruz. Y por esto, si él entregó su vida por nosotros, no debemos considerar gravoso cualquier mal que tengamos que sufrir por él.

    Si buscas un ejemplo de paciencia, encontrarás el mejor de ellos en la cruz. Dos cosas son las que nos dan la medida de la paciencia: sufrir pacientemente grandes males, o sufrir, sin rehuirlos, unos males que podrían evitarse. Ahora bien, Cristo, en la cruz, sufrió grandes males y los soportó pacientemente, ya que en su pasión no profería amenazas; como cordero llevado al matadero, enmudecía y no abría la boca. Grande fue la paciencia de Cristo en la cruz: corramos también nosotros con firmeza y constancia la carrera para nosotros preparada. Llevemos los ojos fijos en Jesús, caudillo y consumador de la fe, quien, para ganar el gozo que se le ofrecía, sufrió con toda constancia la cruz, pasando por encima de su ignominia.

    Si buscas un ejemplo de humildad, mira al crucificado: él, que era Dios, quiso ser juzgado bajo el poder de Poncio Pilato y morir.

    Si buscas un ejemplo de obediencia, imita a aquel que se hizo obediente al Padre hasta la muerte: Como por la desobediencia de un solo hombre -es decir, de Adán- todos los demás quedaron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno solo todos quedarán constituidos justos.

    Si buscas un ejemplo de desprecio de las cosas terrenales, imita a aquel que es Rey de reyes y Señor de señores, en el cual están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia, desnudo en la cruz, burlado, escupido, flagelado, coronado de espinas, a quien, finalmente, dieron a beber hiel y vinagre.

    No te aficiones a los vestidos y riquezas, ya que se reparten mi ropa; ni a los honores, ya que él experimentó las burlas y azotes; ni a las dignidades, ya que, entretejiendo una corona de espinas, la pusieron sobre mi cabeza; ni a los placeres, ya que para mi sed me dieron vinagre.



    De las Conferencias de santo Tomás de Aquino, presbítero
(Conferencia 6 sobre el Credo)





LITURGIA

Elementos Materiales de la Liturgia

El Templo, el Altar, vestiduras del Papa, obispos y sacerdotes, colores litúrgicos


    La sacristía estará ubicada en un lugar interior de la iglesia aunque distinto de la nave y del presbiterio, se guarda el ajuar sagrado. En ella el celebrante y los ministros se preparan para la celebración en los días feriales, y también en los días festivos o solemnidades . La sacristía tiene las siguientes funciones (cfr. CEA): 
1- lugar de guarda y custodia de vestimentas, ornamentos y objetos sagrados; 
2- depósito ordenado de los elementos más variados que hacen a las distintas celebraciones;
 3- cuarto donde los celebrantes se revisten y se recogen antes de salir al presbiterio;
 4- en él se realizan las abluciones y purificaciones que corresponde a la liturgia. La sacristía debe tener un ambiente decoroso, decorado adecuadamente para acoger a celebrantes y ministros, suficientemente amplio para contener los siguientes roperos, armarios, anaqueles y cajones, debidamente etiquetados: a) Roperos para el resguardo de los ornamentos y vestiduras sagradas (cfr. IGMR 337 - 341) del sacerdote, del diácono y de los otros ministros. Estos armarios deberán disponer de percheros especiales para la colocación de las casullas, de forma tal que no se arruguen o se dañen mientras están colgadas. b) Armarios para guardar: i. objetos sagrados para la celebración: cálices, patenas, copones, cruz procesional, báculo, cirial, custodia, hisopos para aspersión (aspersorios), fuentes para abluciones, turíbulos, naveta, manteles, purificadores, manutergios, etc; ii. insumos litúrgicos: hostias grandes y pequeñas, vino, velas, incienso, óleos, floreros, etc. iii. mobiliario litúrgico: candelabros, floreros, estandartes, etc. c) Bibliotecas con los libros sagrados: Misales, Leccionarios, Evangeliarios, Rituales, etc. El registro parroquial se conserva a menudo en la sacristía, por lo que deberá disponerse de un lugar apropiado y seguro para tal fin. d) Una mesada amplia para ayudar a revestir a los ministros. e) Un sagrario móvil para la reserva Eucarística temporal (conciertos en el templo, Triduo Sacro, etc.); f) Un lavabo (sacrarium) cuyo desagüe no debe estar conectado al sistema cloacal, sino directamente a la tierra natural, donde el ministro celebrante se pueda lavar las manos, y para la purificación de objetos sagrados y otros usos litúrgicos. g) Un reclinatorio y un espejo de cuerpo entero. h) Un crucifijo o alguna imagen conveniente ante la que el ministro celebrante hace una reverencia antes de entrar al santuario o al regresar de él. i) Es conveniente que esté dotada de servicios higiénicos. j) Se acostumbra también tener en la puerta que lleva al santuario una fuente de agua bendita, y una campanilla para avisarle a la congregación de la llegada del celebrante. La puerta de entrada, a ser posible, ha de ser doble: una directamente hacia la zona del presbiterio y la otra hacia la nave, para facilitar el desarrollo de las procesiones de entrada y salida de la celebración. Por la importancia de los objetos, vestiduras e insumos que se resguardan en la sacristía, la misma deberá tener la conveniente seguridad contra eventuales intentos de robo y/o profanación. También su disposición deberá ser tal que impida el ingreso de personas no autorizadas, especialmente en los momentos previos al inicio de la celebración litúrgica. La sacristía no puede ser "lugar de paso". Junto a la sacristía –o en su misma entrada– se podría prever un lugar para el "coloquio" entre sacerdotes y fieles, a fin de favorecer la debida reserva. La sacristía también puede encontrarse en un anexo o en un edificio separado del templo (como en algunos monasterios), aunque por su función y para resguardar la seguridad de los objetos que contiene, se deberá evaluar con cautela este tipo de disposición espacial. El depósito para almacenamiento de otros objetos e instrumentos varios, que además puede servir para la preparación de los adornos florales, podrá ser diferente y separado de la sacristía.



Fuente: : Alejandro Hoese EL TEMPLO CATÓLICO









REFLEXIÓN

Reflexiones Espirituales

Jueves 28 de Enero


De las Conferencias de santo Tomás de Aquino, presbítero (Conferencia 6 sobre el Credo)

EN LA CRUZ HALLAMOS EL EJEMPLO
 DE TODAS LAS VIRTUDES

    ¿Era necesario que el Hijo de Dios padeciera por nosotros? Lo era, ciertamente, y por dos razones fáciles de deducir: la una, para remediar nuestros pecados; la otra, para darnos ejemplo de cómo hemos de obrar.
    Para remediar nuestros pecados, en efecto, porque en la pasión de Cristo encontramos el remedio contra todos los males que nos sobrevienen a causa del pecado.

    La segunda razón tiene también su importancia, ya que la pasión de Cristo basta para servir de guía y modelo a toda nuestra vida. Pues todo aquel que quiera llevar una vida perfecta no necesita hacer otra cosa que despreciar lo que Cristo despreció en la cruz y apetecer lo que Cristo apeteció. En la cruz hallamos el ejemplo de todas las virtudes.

    Si buscas un ejemplo de amor: Nadie tiene más amor que el que da la vida por sus amigos. Esto es lo que hizo Cristo en la cruz. Y por esto, si él entregó su vida por nosotros, no debemos considerar gravoso cualquier mal que tengamos que sufrir por él.

    Si buscas un ejemplo de paciencia, encontrarás el mejor de ellos en la cruz. Dos cosas son las que nos dan la medida de la paciencia: sufrir pacientemente grandes males, o sufrir, sin rehuirlos, unos males que podrían evitarse. Ahora bien, Cristo, en la cruz, sufrió grandes males y los soportó pacientemente, ya que en su pasión no profería amenazas; como cordero llevado al matadero, enmudecía y no abría la boca. Grande fue la paciencia de Cristo en la cruz: corramos también nosotros con firmeza y constancia la carrera para nosotros preparada. Llevemos los ojos fijos en Jesús, caudillo y consumador de la fe, quien, para ganar el gozo que se le ofrecía, sufrió con toda constancia la cruz, pasando por encima de su ignominia.

    Si buscas un ejemplo de humildad, mira al crucificado: él, que era Dios, quiso ser juzgado bajo el poder de Poncio Pilato y morir.

    Si buscas un ejemplo de obediencia, imita a aquel que se hizo obediente al Padre hasta la muerte: Como por la desobediencia de un solo hombre -es decir, de Adán- todos los demás quedaron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno solo todos quedarán constituidos justos.

    Si buscas un ejemplo de desprecio de las cosas terrenales, imita a aquel que es Rey de reyes y Señor de señores, en el cual están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia, desnudo en la cruz, burlado, escupido, flagelado, coronado de espinas, a quien, finalmente, dieron a beber hiel y vinagre.

    No te aficiones a los vestidos y riquezas, ya que se reparten mi ropa; ni a los honores, ya que él experimentó las burlas y azotes; ni a las dignidades, ya que, entretejiendo una corona de espinas, la pusieron sobre mi cabeza; ni a los placeres, ya que para mi sed me dieron vinagre.

EXTRAÍDA : SEGUNDA LECTURA OFICIO DE LECTURA DEL DÍA




LA FRASE DEL DÍA

Jueves 28 de Enero






EVANGELIO

Tiempo Ordinario

Jueves 28 de Enero   Semana III


Segundo Libro de Samuel 7,18-19.24-29.


    Entonces el rey David fue a sentarse delante del Señor y exclamó: "¿Quién soy yo, Señor, y qué es mi casa para que me hayas hecho llegar hasta aquí?
    Y como esto te pareció demasiado poco, también le has hecho una promesa a la casa de tu servidor, para un futuro lejano. ¿Es esto lo que haces habitualmente con los hombres, Señor?
    Tú has establecido a tu pueblo Israel para que sea tu pueblo eternamente, y tú, Señor, eres su Dios.
    Y ahora, Señor Dios, confirma para siempre la palabra que has pronunciado acerca de tu servidor y de su casa, y obra conforme a lo que has dicho.
    Que tu Nombre sea engrandecido para siempre, y que se diga: '¡El Señor de los ejércitos es el Dios de Israel!'. Y que la casa de David, tu servidor, esté bien afianzada delante de ti.
    Porque tú mismo, Señor de los ejércitos, Dios de Israel, te has revelado a tu servidor, diciendo: 'Yo te edificaré una casa'. Por eso tu servidor se ha atrevido a dirigirte esta plegaria.
    Ahora, Señor, tú eres Dios, tus palabras son leales y has prometido estos bienes a tu servidor.
    Dígnate, entonces, bendecir la casa de tu servidor, para que ella permanezca siempre en tu presencia. Porque tú, Señor, has hablado, y con tu bendición la casa de tu servidor será bendita para siempre".



Salmo 132(131),1-2.3-5.11.12.13-14.

Acuérdate, Señor, en favor de David,
de todos sus desvelos,
del juramento que prestó al Señor,
del voto que hizo al Fuerte de Jacob:

“No entraré bajo el techo de mi casa
ni me acostaré en mi propio lecho;
no daré descanso a mis ojos
ni reposo a mis párpados,

hasta que encuentre un lugar para el Señor,
una Morada para el Fuerte de Jacob”.
El Señor hizo un juramento a David,
una firme promesa, de la que no se retractará:

“Yo pondré sobre tu trono
a uno de tus descendientes.
Si tus descendientes observan mi alianza
y los preceptos que yo les enseñaré,

también se sentarán sus hijos
en tu trono para siempre”.
Porque el Señor eligió a Sión,
y la deseó para que fuera su Morada.

«Este es mi Reposo para siempre;
aquí habitaré, porque lo he deseado.
Fuente: Evangelizo.org