jueves, 2 de febrero de 2023

SANTORAL - SAN BLAS

03 de Febrero


     San Blas, obispo y mártir, que, por ser cristiano, en tiempo del emperador Licinio padeció el martirio en la ciudad de Sebaste, en la antigua Armenia.

    Parece que no hay pruebas de que existiera algún culto a san Blas antes del siglo VIII; pero los relatos de fechas posteriores están de acuerdo en afirmar que fue obispo de Sebaste, en lo que era en aquel momento Armenia (actual Turquía) y recibió la corona del martirio durante la persecución de Licinio, por mandato de Agrícola, gobernador de Capadocia y Asia Menor. En las actas legendarias de san Eustracio, de quien se dice que pereció en la persecución de Diocleciano, se menciona que san Blas recibió muy solemnemente sus reliquias, las depositó con las de san Oreste y llevó al cabo, punto por punto, la última voluntad del mártir.

    Esto es todo lo que puede afirmarse con cierta seguridad respecto a san Blas; pero en vista de la devoción con que se le venera en Alemania, Francia e Italia, conviene relatar brevemente la historia que contienen sus actas legendarias. De acuerdo con ellas, Blas nació rico, de padres nobles; fue educado cristianamente y se le consagró obispo cuando todavía era bastante joven. Al comenzar la persecución, por inspiración divina, se retiró a una cueva en las montañas, frecuentada únicamente por las fieras. San Blas recibía con afecto a sus salvajes visitantes y cuando estaban enfermos o heridos, los atendía y los curaba. Se dice que los animales acudían en manadas para que los bendijera. Cierta vez unos cazadores que buscaban atrapar fieras para el anfiteatro, encontraron al santo rodeado por ellas. Repuestos de su asombro, los cazadores intentaron capturar a las bestias, pero san Blas las espantó y entonces le capturaron a él. Al saber que era cristiano, lo llevaron preso ante el gobernador Agrícola. Se dice que cuando le conducían a la ciudad, encontraron a una mujer que gemía desesperada, porque un lobo acababa de llevarse a uno de sus lechones; entonces san Blas llamó con voz recia a la fiera y el lobo apareció a poco, con el lechón en el hocico, y lo dejó intacto a los pies de la maravillada mujer. Pero aquel prodigio no conmovió a los cazadores, que continuaron su camino arrastrando al preso consigo. En cuanto el gobernador se enteró de que el reo era un obispo cristiano, mandó que lo azotaran y después lo encerraran en un calabozo, privado de alimentos. San Blas soportó con paciencia el castigo y tuvo el consuelo de que la mujer, dueña del lechón que había salvado, se presentara en la oscura celda para ayudarle, llevándole provisiones y velas para alumbrarse. Pocos días más tarde, fue torturado para que renegara de su fe; sus carnes fueron desgarradas con garfios y, como el santo se mantuviera firme, se dio orden de que fuera decapitado.

    Así murió san Blas en Capadocia y, años más tarde, sus supuestas reliquias se trasladaron al Occidente, donde se extendió su culto enormemente en razón de las curaciones milagrosas que, al parecer, se realizaban por su intercesión. Se le venera como el santo patrono de los cardadores de lana y los animales salvajes y, en virtud de varias célebres curas que hizo en vida a enfermos de la garganta, es el abogado para esta clase de males; una de las variantes de la leyenda recuerda especialmente que el santo, camino del suplicio, curo el mal de un niño que se había atragantado con una espina. En Alemania se le honra, además como uno de los catorce «heilige Nothelfer» (santos auxiliadores en las necesidades). En algunas partes, el día de la fiesta de san Blas, se administra una bendición especial a los enfermos, colocando dos velas (al parecer en memoria de las que llevaron al santo en su calabozo) en posición de una cruz de san Andrés, en el cuello o sobre la cabeza del suplicante, pronunciándose estas palabras: «Per intercessionem Sancti Blasi Liberet te Deus a malo gutturis et a quovis alio malo» (por intercesión de san Blas te libere Dios de todo mal de la garganta y de todo otro mal). También leemos sobre el «agua de san Blas», que se bendice en su día y que generalmente se da a beber al ganado que está enfermo.

Oremos

    Oh glorioso San Blas, que con vuestro martirio habéis dejado a la Iglesia un ilustre testimonio de la fe, alcanzadnos la gracia de conservar este divino don, y de defender sin respetos humanos, de palabra y con las obras, la verdad de la misma fe, hoy tan combatida y ultrajada. Vos que milagrosamente salvasteis a un niño que iba a morir desgraciadamente del mal de garganta, concedednos vuestro poderoso patrocinio en semejantes enfermedades; y sobre todo obtenedme la gracia de la mortificación cristiana, guardando fielmente los preceptos de la Iglesia, que tanto nos preservan de ofender a Dios. Así sea. Amén

-FRASE DEL DÍA-




miércoles, 1 de febrero de 2023

-PROPÓSITO DEL DÍA- "Para que por la práctica de los consejos evangélicos y la vida de oración, podamos crecer en el amor a Dios y nuestros hermanos"

 


EVANGELIO - 02 de Febrero - San Lucas 2,22-40



     Libro de Malaquías 3,1-4.

    Así habla el Señor Dios. Yo envío a mi mensajero, para que prepare el camino delante de mí. Y en seguida entrará en su Templo el Señor que ustedes buscan; y el Ángel de la alianza que ustedes desean ya viene, dice el Señor de los ejércitos.
    ¿Quién podrá soportar el Día de su venida? ¿Quién permanecerá de pie cuando aparezca? Porque él es como el fuego del fundidor y como la lejía de los lavanderos.
    El se sentará para fundir y purificar: purificará a los hijos de Leví y los depurará como al oro y la plata; y ellos serán para el Señor los que presentan la ofrenda conforme a la justicia.
    La ofrenda de Judá y de Jerusalén será agradable al Señor, como en los tiempos pasados, como en los primeros años.


Salmo 24(23),7.8.9.10.

¡Puertas, levanten sus dinteles,
levántense, puertas eternas,
para que entre el Rey de la gloria!

¿Y quién es ese Rey de la gloria?
Es el Señor, el fuerte, el poderoso,
el Señor poderoso en los combates.

¡Puertas, levanten sus dinteles,
levántense, puertas eternas,
para que entre el Rey de la gloria!

¿Y quién es ese Rey de la gloria?
El Rey de la gloria es
el Señor de los ejércitos.


    Evangelio según San Lucas 2,22-40.

    Cuando llegó el día fijado por la Ley de Moisés para la purificación, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, como está escrito en la Ley: Todo varón primogénito será consagrado al Señor.
    También debían ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o de pichones de paloma, como ordena la Ley del Señor.
    Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, que era justo y piadoso, y esperaba el consuelo de Israel. El Espíritu Santo estaba en él y le había revelado que no moriría antes de ver al Mesías del Señor.
    Conducido por el mismo Espíritu, fue al Templo, y cuando los padres de Jesús llevaron al niño para cumplir con él las prescripciones de la Ley, Simeón lo tomó en sus brazos y alabó a Dios, diciendo: "Ahora, Señor, puedes dejar que tu servidor muera en paz, como lo has prometido, porque mis ojos han visto la salvación que preparaste delante de todos los pueblos: luz para iluminar a las naciones paganas y gloria de tu pueblo Israel".
    Su padre y su madre estaban admirados por lo que oían decir de él.
    Simeón, después de bendecirlos, dijo a María, la madre: "Este niño será causa de caída y de elevación para muchos en Israel; será signo de contradicción, y a ti misma una espada te atravesará el corazón. Así se manifestarán claramente los pensamientos íntimos de muchos".
    Estaba también allí una profetisa llamada Ana, hija de Fanuel, de la familia de Aser, mujer ya entrada en años, que, casada en su juventud, había vivido siete años con su marido.
    Desde entonces había permanecido viuda, y tenía ochenta y cuatro años. No se apartaba del Templo, sirviendo a Dios noche y día con ayunos y oraciones.
    Se presentó en ese mismo momento y se puso a dar gracias a Dios. Y hablaba acerca del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén.
    Después de cumplir todo lo que ordenaba la Ley del Señor, volvieron a su ciudad de Nazaret, en Galilea.
    El niño iba creciendo y se fortalecía, lleno de sabiduría, y la gracia de Dios estaba con él.

    Palabra del Señor

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - 02 de Febrero - «Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios»


     Beato Guerrico de Igny, abad cisterciense Sermón 1º para la Purificación.

«Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios» 

    «Tened en las manos las lámparas encendidas» (Lc 12,35). A través de este signo visible, demos muestras del gozo que compartimos con Simeón llevando en sus manos la luz del mundo… Seamos ardorosos por nuestra devoción y resplandecientes por nuestras obras, y junto con Simeón llevaremos a Cristo en nuestras manos… La Iglesia tiene hoy la costumbre tan bella de hacernos llevar cirios… ¿Quién es que hoy, teniendo en su mano la antorcha encendida no se acuerda del bienaventurado anciano? En este día tomó a Jesús en sus brazos, el Verbo presente en la carne, como lo es la luz en el cirio, dando testimonio de que era «la luz destinada para iluminar a las naciones». Ciertamente que el mismo Simeón era «una lámpara ardiente y luminosa» dando testimonio de la luz (Jn 5,35; 1,7). Es para eso que, conducido por el Espíritu Santo del que estaba lleno, fue al Templo «para recibir, oh Dios, tu misericordia en medio de tu Templo» (Sal 47,10) y proclamar que ella era la misericordia y la luz de tu pueblo.

    Oh anciano irradiando paz, no sólo llevabas la luz en tus manos sino que estabas penetrado de ella. Estabas tan iluminado por Cristo que veías por adelantado cómo él iluminaría a las naciones…, cómo estallaría hoy el resplandor de nuestra fe. Alégrate ahora, santo anciano; hoy ves lo que tú habías previsto: las tinieblas del mundo se han disipado; «las naciones caminan a su luz»; «toda la tierra está llena de tu gloria» (Is 60,3; 6,3).

FIESTA DE LA PRESENTACIÓN DEL SEÑOR

02 de Febrero


     Aunque esta fiesta del 2 de febrero cae fuera del tiempo de navidad, es una parte integrante del relato de navidad. Es una chispa de fuego de navidad, es una epifanía del día cuadragésimo. Navidad, epifanía, presentación del Señor son tres paneles de un tríptico litúrgico.

    Es una fiesta antiquísima de origen oriental. La Iglesia de Jerusalén la celebraba ya en el siglo IV. Se celebraba allí a los cuarenta días de la fiesta de la epifanía, el 14 de febrero. La peregrina Eteria, que cuenta esto en su famoso diario, añade el interesante comentario de que se "celebraba con el mayor gozo, como si fuera la pascua misma"'. Desde Jerusalén, la fiesta se propagó a otras iglesias de Oriente y de Occidente. En el siglo VII, si no antes, había sido introducida en Roma. Se asoció con esta fiesta una procesión de las candelas. La Iglesia romana celebraba la fiesta cuarenta días después de navidad.

    Entre las iglesias orientales se conocía esta fiesta como "La fiesta del Encuentro" (en griego, Hypapante), nombre muy significativo y expresivo, que destaca un aspecto fundamental de la fiesta: el encuentro del Ungido de Dios con su pueblo. San Lucas narra el hecho en el capítulo 2 de su evangelio. Obedeciendo a la ley mosaica, los padres de Jesús llevaron a su hijo al templo cuarenta días después de su nacimiento para presentarlo al Señor y hacer una ofrenda por él 1.

    Esta fiesta comenzó a ser conocida en Occidente, desde el siglo X, con el nombre de Purificación de la bienaventurada virgen María. Fue incluida entre las fiestas de Nuestra Señora. Pero esto no era del todo correcto, ya que la Iglesia celebra en este día, esencialmente, un misterio de nuestro Señor. En el calendario romano, revisado en 1969, se cambió el nombre por el de "La Presentación del Señor". Esta es una indicación más verdadera de la naturaleza y del objeto de la fiesta. Sin embargo, ello no quiere decir que infravaloremos el papel importantísimo de María en los acontecimientos que celebramos. Los misterios de Cristo y de su madre están estrechamente ligados, de manera que nos encontramos aquí con una especie de celebración dual, una fiesta de Cristo y de María.

    La bendición de las candelas antes de la misa y la procesión con las velas encendidas son rasgos chocantes de la celebración actual. El misal romano ha mantenido estas costumbres, ofreciendo dos formas alternativas de procesión. Es adecuado que, en este día, al escuchar el cántico de Simeón en el evangelio (Lc 2,22-40), aclamemos a Cristo como "luz para iluminar a las naciones y para dar gloria a tu pueblo, Israel".

Oremos

    Oh María, Madre de Cristo y Madre nuestra, te damos gracias por la solicitud con que nos acompañas a lo largo del camino de la vida, y te pedimos: preséntanos hoy nuevamente a Dios, nuestro único bien, para que nuestra vida, consumada por el Amor, sea sacrificio vivo, santo y agradable a él. Así sea.

-FRASE DEL DÍA-




martes, 31 de enero de 2023

-PROPÓSITO DEL DÍA- "Para que por la práctica de los consejos evangélicos y la vida de oración, podamos crecer en el amor a Dios y nuestros hermanos"

 


EVANGELIO - 01 de Febrero - San Marcos 6,1-6.


    Carta a los Hebreos 12,4-7.11-15.

    Hermanos: En la lucha contra el pecado, ustedes no han resistido todavía hasta derramar su sangre.
    Ustedes se han olvidado de la exhortación que Dios les dirige como a hijos suyos: Hijo mío, no desprecies la corrección del Señor, y cuando te reprenda, no te desalientes.
    Porque el Señor corrige al que ama y castiga a todo aquel que recibe por hijo.
    Si ustedes tienen que sufrir es para su corrección; porque Dios los trata como a hijos, y ¿hay algún hijo que no sea corregido por su padre?
    Es verdad que toda corrección, en el momento de recibirla, es motivo de tristeza y no de alegría; pero más tarde, produce frutos de paz y de justicia en los que han sido adiestrados por ella.
    Por eso, que recobren su vigor las manos que desfallecen y las rodillas que flaquean.
    Y ustedes, avancen por un camino llano, para que el rengo no caiga, sino que se cure.
    Busquen la paz con todos y la santificación, porque sin ella nadie verá al Señor.
    Estén atentos para que nadie sea privado de la gracia de Dios, y para que no brote ninguna raíz venenosa capaz de perturbar y contaminar a la comunidad.


Salmo 103(102),1-2.13-14.17-18a.

Bendice al Señor, alma mía,
que todo mi ser bendiga a su santo Nombre;
bendice al Señor, alma mía,
y nunca olvides sus beneficios.

Como un padre cariñoso con sus hijos,
así es cariñoso el Señor con sus fieles;
él conoce de qué estamos hechos,
sabe muy bien que no somos más que polvo.

Pero el amor del Señor permanece para siempre,
y su justicia llega hasta los hijos y los nietos
de los que lo temen y observan su alianza.

 
    Evangelio según San Marcos 6,1-6.

    Jesús salió de allí y se dirigió a su pueblo, seguido de sus discípulos.
    Cuando llegó el sábado, comenzó a enseñar en la sinagoga, y la multitud que lo escuchaba estaba asombrada y decía: "¿De dónde saca todo esto? ¿Qué sabiduría es esa que le ha sido dada y esos grandes milagros que se realizan por sus manos?
    ¿No es acaso el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago, de José, de Judas y de Simón? ¿Y sus hermanas no viven aquí entre nosotros?". Y Jesús era para ellos un motivo de tropiezo.
    Por eso les dijo: "Un profeta es despreciado solamente en su pueblo, en su familia y en su casa".
    Y no pudo hacer allí ningún milagro, fuera de curar a unos pocos enfermos, imponiéndoles las manos.
    Y él se asombraba de su falta de fe. Jesús recorría las poblaciones de los alrededores, enseñando a la gente.

    Palabra del Señor

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - 01 de Febrero - ¿No es este el hijo del carpintero?


   San Josemaría Escrivá de Balaguer, presbítero Homilía: José, maestro de Jesús. Es Cristo que pasa, homilía del 19-03-1963.

«¿No es este el hijo del carpintero?»

    José amó a Jesús como un padre ama a su hijo, lo trató dándole todo lo mejor que tenía. José, cuidando de aquel Niño, como le había sido ordenado, hizo de Jesús un artesano: le transmitió su oficio. Por eso los vecinos de Nazareth hablarán de Jesús, llamándole indistintamente faber y fabri filius: artesano e hijo del artesano (Mt 13,55)…

    Porque Jesús debía parecerse a José: en el modo de trabajar, en rasgos de su carácter, en la manera de hablar. En el realismo de Jesús, en su espíritu de observación, en su modo de sentarse a la mesa y de partir el pan, en su gusto por exponer la doctrina de una manera concreta, tomando ejemplo de las cosas de la vida ordinaria, se refleja lo que ha sido la infancia y la juventud de Jesús y, por tanto, su trato con José.

    No es posible desconocer la sublimidad del misterio. Ese Jesús que es hombre, que habla con el acento de una región determinada de Israel, que se parece a un artesano llamado José, ése es el Hijo de Dios. Y ¿quién puede enseñar algo a Dios? Pero es realmente hombre, y vive normalmente: primero como niño, luego como muchacho, que ayuda en el taller de José; finalmente como un hombre maduro, en la plenitud de su edad. Jesús crecía en sabiduría, en edad y en gracia delante de Dios y de los hombres (Lc 2,52).

    José ha sido, en lo humano, maestro de Jesús; le ha tratado diariamente, con cariño delicado, y ha cuidado de Él con abnegación alegre. ¿No será ésta una buena razón para que consideremos a este varón justo, a este Santo Patriarca en quien culmina la fe de la Antigua Alianza, como Maestro de vida interior?

SANTORAL - SANTA BRÍGIDA DE KILDARE

01 de Febrero


    Santa Brígida nació en el año 450 en Faughart, Irlanda. Su madre Brocca, fue bautizada por San Patricio. La madre de Brígida era esclava, entonces la pequeña nació en medio de la esclavitud. Desde el inicio era claro que Brígida era santa. Cuando su patrón malvado, quería alimentarla, ella vomitaba la comida porque él era impuro. En cambio ella se alimentaba de una vaca blanca con orejas rojas.

    Cuando crece, la Santa de Kildare, hace varios milagros como sanar y alimentar a los enfermos. Una vuelta, para ayudar a otros, regalo toda la mantequilla que tenía su madre, pero a continuación la mantequilla se reponía, como respuesta de las oraciones de la santa. Ademas donaba sus cosas a quién se lo pidiese.

    Su padre y patrón, estaba tan molesto con ella, que la llevó hacia el rey de Leinster para venderla. Mientras ellos estaban distraídos, Brígida vendió la lujosa espada de su jefe, a un mendigo por comida para alimentar a su familia. El Rey reconoció su santidad y convenció a el patrón de dejar en libertad a su hija.

Vida religiosa

    Santa Brígida de Kildare, cogió el hábito gracias a Santa Mel. Alrededor del año 450 un monasterio, en el lugar donde antes había un templo pagano celta. Ella fundo dos instituciones monásticas, una para hombres y una para mujeres. También fundo una escuela de arte. Era muy amiga del gran San Patricio. Ellos dos eran y son los dos pilares de la fe en Irlanda. Santa Brígida de Kildare murió el 1 de febrero del año 525.

Sus milagros

    Cuando Brígida llegó a la edad adulta, un hombre se le acercó a coquetear con ella. Pero como ella ya le había ofrecido su virginidad a Dios, le dijo al hombre que valla a su casa detrás del bosque, y que allí él encontraría a la mujer que él se debía casar. El hombre siguió sus instrucciones, y así fue, aquella mujer terminó siendo su esposa. Curo a dos hermanas que eran sordas milagrosamente. Varias curaciones también milagrosas y muchos otros innumerables milagros.

Oremos

    Santa Brígida, fuiste una mujer de paz. Ustedes trajeron la armonía donde hubo conflicto. Tú trajiste luz a la oscuridad. Trajiste esperanza al abatido. Que el manto de tu paz cubra a aquellos que están preocupados y ansiosos, y que la paz esté firmemente arraigada en nuestros corazones y en nuestro mundo. Inspíranos a actuar con justicia y a reverenciar todo lo que Dios ha hecho. Santa Brígida, eras una voz para los heridos y los cansados. Fortalece lo que es débil dentro de nosotros. Cálmanos en una quietud que sana y escucha. Que podamos crecer cada día en una mayor integridad en mente, cuerpo y espíritu. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

-FRASE DEL DÍA-