jueves, 11 de abril de 2024

GAUDETE ET EXSULTATE

CAPÍTULO QUINTO
COMBATE, VIGILANCIA Y DISCERNIMIENTO
El combate y la vigilancia


    163. En este camino, el desarrollo de lo bueno, la maduración espiritual y el crecimiento del amor son el mejor contrapeso ante el mal. Nadie resiste si opta por quedarse en un punto muerto, si se conforma con poco, si deja de soñar con ofrecerle al Señor una entrega más bella. Menos aún si cae en un espíritu de derrota, porque «el que comienza sin confiar perdió de antemano la mitad de la batalla y entierra sus talentos. […] El triunfo cristiano es siempre una cruz, pero una cruz que al mismo tiempo es bandera de victoria, que se lleva con una ternura combativa ante los embates del mal»[123].

[123] Exhort. ap. Evangelii gaudium (24 noviembre 2013), 85: AAS 105 (2013), 1056.


-PROPÓSITO DEL DÍA- "Para que por la práctica de los consejos evangélicos y la vida de oración, podamos crecer en el amor a Dios y nuestros hermanos"



 

EVANGELIO - 12 de Abril - San Juan 6,1-15.


   Libro de los Hechos de los Apóstoles 5,34-42.

    Un fariseo, llamado Gamaliel, que era doctor de la Ley, respetado por todo el pueblo, se levantó en medio del Sanedrín. Después de hacer salir por un momento a los Apóstoles, dijo a los del Sanedrín: "Israelitas, cuídense bien de lo que van a hacer con esos hombres.
    Hace poco apareció Teudas, que pretendía ser un personaje, y lo siguieron unos cuatrocientos hombres; sin embargo, lo mataron, sus partidarios se dispersaron, y ya no queda nada.
    Después de él, en la época del censo, apareció Judas de Galilea, que también arrastró mucha gente: igualmente murió, y todos sus partidarios se dispersaron.
    Por eso, ahora les digo: No se metan con esos hombres y déjenlos en paz, porque si lo que ellos intentan hacer viene de los hombres, se destruirá por sí mismo, pero si verdaderamente viene de Dios, ustedes no podrán destruirlos y correrán el riesgo de embarcarse en una lucha contra Dios". Los del Sanedrín siguieron su consejo: llamaron a los Apóstoles, y después de hacerlos azotar, les prohibieron hablar en el nombre de Jesús y los soltaron.
    Los Apóstoles, por su parte, salieron del Sanedrín, dichosos de haber sido considerados dignos de padecer por el nombre de Jesús.
    Y todos los días, tanto en el Templo como en las casas, no cesaban de enseñar y de anunciar la Buena Noticia de Cristo Jesús.


Salmo 27(26),1.4.13-14.

El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es el baluarte de mi vida,
¿ante quién temblaré?

Una sola cosa he pedido al Señor,
y esto es lo que quiero:
vivir en la Casa del Señor
todos los días de mi vida,
para gozar de la dulzura del Señor
y contemplar su Templo.

Yo creo que contemplaré la bondad del Señor
en la tierra de los vivientes.
Espera en el Señor y sé fuerte;
ten valor y espera en el Señor.


    Evangelio según San Juan 6,1-15.

    Jesús atravesó el mar de Galilea, llamado Tiberíades.
    Lo seguía una gran multitud, al ver los signos que hacía curando a los enfermos.
    Jesús subió a la montaña y se sentó allí con sus discípulos.
    Se acercaba la Pascua, la fiesta de los judíos.
    Al levantar los ojos, Jesús vio que una gran multitud acudía a él y dijo a Felipe: "¿Dónde compraremos pan para darles de comer?".
    El decía esto para ponerlo a prueba, porque sabía bien lo que iba a hacer.
    Felipe le respondió: "Doscientos denarios no bastarían para que cada uno pudiera comer un pedazo de pan".
    Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dijo: "Aquí hay un niño que tiene cinco panes de cebada y dos pescados, pero ¿qué es esto para tanta gente?".
    Jesús le respondió: "Háganlos sentar". Había mucho pasto en ese lugar. Todos se sentaron y eran uno cinco mil hombres.
    Jesús tomó los panes, dio gracias y los distribuyó a los que estaban sentados. Lo mismo hizo con los pescados, dándoles todo lo que quisieron.
    Cuando todos quedaron satisfechos, Jesús dijo a sus discípulos: "Recojan los pedazos que sobran, para que no se pierda nada".
    Los recogieron y llenaron doce canastas con los pedazos que sobraron de los cinco panes de cebada.
    Al ver el signo que Jesús acababa de hacer, la gente decía: "Este es, verdaderamente, el Profeta que debe venir al mundo".
    Jesús, sabiendo que querían apoderarse de él para hacerlo rey, se retiró otra vez solo a la montaña.

    Palabra del Señor

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - 12 de Abril - «¿Con qué compraremos panes para que coman estos?»

 

San Francisco de Sales Sermón (16-03-1622): Alimento de los pobres y humildes X, 300-303. 16 de marzo de 1622


«¿Con qué compraremos panes para que coman estos?» 

    «Subió Jesús a un monte... Levantando los ojos y contemplando la gran muchedumbre que venía a Él, dijo a Felipe: ¿dónde compraríamos pan para dar de comer a éstos?... aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces.» Jn 6, 3. 5. 9

    Contemplemos esa muchedumbre que sigue al Maestro hasta el monte; con qué paz y serenidad de espíritu van tras Él. Ninguno murmura ni se queja, aunque parecía que iban a exhalar el último aliento por el desfallecimiento y el hambre...

    Cuando nos faltan los apoyos humanos, Dios los sustituye y cuida de nosotros con especial providencia. Esas pobres gentes que siguen al Señor fueron socorridas por el Señor solamente cuando ya iban a desfallecer de hambre.

    Jesús tuvo mucha compasión, pues por amor de Él se habían olvidado de sí mismas y ni siquiera habían llevado provisiones, excepto el pequeño Marcial, que tenía cinco panes de cebada y dos peces.

    Parece que el Salvador, enamorado del corazón de aquellas buenas gentes, se decía: no habéis tenido tiempo de pensar en vosotros, pero yo me encargaré de cuidaros.

    Y llamando a Felipe, le dijo: ¿Dónde podríamos encontrar comida para éstos?» y no preguntaba por no saber, sino para probarle.

    Nunca debemos pensar que Dios nos prueba para que caigamos, sino que prueba a sus servidores más amados para que demuestren su fidelidad y el amor que le tienen...

    Nuestro Señor probó a Felipe, y fue una buena ocasión, ya que había dado una respuesta llena de prudencia humana.

    Buena cosa es que, como Dios ama tanto la humildad, alguna vez nos pruebe, no para hacernos un mal, sino para enseñarnos por propia experiencia lo que somos, por eso permite que hagamos o digamos grandes locuras o cosas que nos dan materia para humillarnos. 

SANTORAL - SAN JOSÉ MOSCATI

12 de Abril


    Giuseppe Moscati nació 25 de julio 1880 en Benevento, séptimo entre los nueve hijos de un magistrado Francesco Moscati y Rosa De Luca, del Marqués de Roseto. Fue bautizado 31 de julio de 1880. En 1881 la familia se trasladó a Moscú, luego a Ancona y Nápoles, donde José tuvo su primera comunión en la fiesta de la Inmaculada Concepción en 1888. De 1889 a 1894 completó sus estudios y luego en el "Vittorio Emanuele", el Bachillerato en 1897, a la edad de sólo 17 años. Unos meses más tarde, comenzó sus estudios universitarios en la facultad de medicina.

    Desde una edad temprana, Giuseppe Moscati demuestra una aguda sensibilidad hacia el sufrimiento físico de los demás, penetra hasta el último rincón del corazón humano. Quiere curar o aliviar las heridas del cuerpo, pero al mismo tiempo, profundamente convencido de que el alma y el cuerpo son uno y sinceramente desea preparar a sus hermanos que sufren. El 4 de agosto de 1903, Giuseppe Moscati obtuvo su licenciatura en medicina.
Desde 1904 la Moscati, después de dos concursos, se desempeñó en Nápoles, y entre otras organizaciones, la hospitalización de los afectados durante la erupción del Vesubio en el año 1906.

    En 1911, tiene la tarea de llevar a cabo investigaciones y experimentos científicos en el Instituto de Química Biológica. Enseñó desde 1911 sin interrupción, "Laboratorio de Investigación aplicada a la clínica y la química aplicada a la medicina, con ejercicios prácticos y demostraciones. En privado, durante algunos años de escuela, enseña a estudiantes de posgrado y varios semeiologia y casuística hospitalaria, clínicas y anatomo-patológicos. Durante varios años, los académicos realizar la sustitución en el curso de oficial de Fisiología y Química Fisiológica. En 1922, se indica el Tratado de Libre Enseñanza de Clínica Médica en general, con una dispensa de la lección o la prueba práctica a la unanimidad de votos de la comisión.

    Famosa y refinada en partenopea cuando todavía es muy joven, el profesor Moscati pronto como conquistar una reputación a nivel nacional e internacional por su original diseño de investigación, cuyos resultados son que publicó en diversas revistas en Italia y en el extranjero. Sin embargo, no son únicamente, ni siquiera principalmente, el genial talento y éxitos de Moscati sensacional que despiertan el asombro. Más que cualquier otra cosa es su propia personalidad que deja una profunda impresión en aquellos que encuentran, su vida clara y coherente, todos imbuidos de la fe y el amor hacia Dios y hacia los hombres.

    Moscati es un científico en primer lugar, pero para él no hay conflicto entre la fe y la ciencia: como investigador al servicio de la verdad y la verdad nunca está en contradicción con ella misma o, mejor aún, con lo que nos reveló verdades eternas. Moscati ve en sus pacientes el sufrimiento de Cristo, el amor y le sirven en ellas. Es este generoso impulso de amor que le impulsa a luchar sin cesar por los que sufren, y no esperar a que el enfermo vaya a él, pero una búsqueda en los más pobres y abandonados de la ciudad para sanar de forma gratuita, más bien, para ayudar con su sus ingresos. Y todos, pero especialmente los que viven en la pobreza, el sentido admirado del poder divino que anima a su benefactor.

    Moscati se convierte así en el apóstol de Jesús, sin predicar, anunció, con su amor y la forma en que vive su profesión como médico, y el Divino Pastor conduce a su pueblo oprimido y sed de la verdad y la bondad . La actividad exterior crece constantemente, sino también ampliar sus horas de oración y es gradualmente interiorizar sus encuentros con Jesús en el Santísimo Sacramento. Su concepción de la relación entre la fe y la ciencia está bien resumido en dos de sus pensamientos: 'No es la ciencia, pero el amor ha transformado el mundo, en algunos períodos, y sólo muy pocos hombres se han ido a la historia de la ciencia, pero todos seguirán siendo imperecedero símbolo de la eternidad de la vida, en la que la muerte es sólo un etapa, una metamorfosis a un mayor ascenso, si se dedican a la buena ".

    "La ciencia nos promete bienestar y más placer, la religión y la fe nos da el bálsamo de consuelo y de la verdadera felicidad ... » El 12 de abril de 1927, el Profesor. Moscati después de participar en la Misa, como todos los días, y él espera que sus funciones en el hospital y la práctica privada, murió en su silla, se detuvo en pleno apogeo, a sólo 46 años, la noticia de su muerte es anuncio y la propagación de boca en boca con las palabras: "Murió el santo médico."  El 16 de noviembre de 1930, su cuerpo fue trasladado desde el cementerio Poggioreale de la Iglesia de Gesù Nuovo Giuseppe Moscati fue beatificado por Pablo VI, durante el Año Santo, el 16 de noviembre de 1975 y proclamado santo por Juan Pablo II, 25 de octubre de 1987.

Oremos

    "O San José Moscati, eminente médico y científico, que en el curso curabas cuerpo y el espíritu de sus pacientes, mira ahora la usamos con fe en su intercesión. Danos la salud física y espiritual, intercediendo por nosotros con el Señor. Alivia los dolores de los que sufren da consuelo a los enfermos, los afligidos, esperanza a los desalentados. Los jóvenes encuentren en ti un modelo, un ejemplo de los trabajadores, los ancianos comodidad, la eterna esperanza del premio eterno. Ser para todos nosotros andar sin peligro, laboriosidad, honradez y caridad, para cumplir con nuestros deberes como cristianos, y dar gloria a Dios nuestro Padre. Amén ".

-FRASE DEL DÍA-

 


miércoles, 10 de abril de 2024

GAUDETE ET EXSULTATE

CAPÍTULO QUINTO
COMBATE, VIGILANCIA Y DISCERNIMIENTO
El combate y la vigilancia


    Despiertos y confiados

    162. La Palabra de Dios nos invita claramente a «afrontar las asechanzas del diablo» (Ef 6,11) y a detener «las flechas incendiarias del maligno» (Ef 6,16). No son palabras románticas, porque nuestro camino hacia la santidad es también una lucha constante. Quien no quiera reconocerlo se verá expuesto al fracaso o a la mediocridad. Para el combate tenemos las armas poderosas que el Señor nos da: la fe que se expresa en la oración, la meditación de la Palabra de Dios, la celebración de la Misa, la adoración eucarística, la reconciliación sacramental, las obras de caridad, la vida comunitaria, el empeño misionero. Si nos descuidamos nos seducirán fácilmente las falsas promesas del mal, porque, como decía el santo cura Brochero, «¿qué importa que Lucifer os prometa liberar y aun os arroje al seno de todos sus bienes, si son bienes engañosos, si son bienes envenenados?»[122].

[122] S. José Gabriel del Rosario Brochero, Plática de las banderas, en Conferencia Episcopal Argentina, El Cura Brochero. Cartas y sermones, Buenos Aires 1999, 71.


-PROPÓSITO DEL DÍA- "Para que por la práctica de los consejos evangélicos y la vida de oración, podamos crecer en el amor a Dios y nuestros hermanos"



 

EVANGELIO - 11 de Abril - San Juan 3,31-36.


    Libro de los Hechos de los Apóstoles 5,27-33.

    Los guardias hicieron comparecer a los Apóstoles ante el Sanedrín, y el Sumo Sacerdote les dijo: "Nosotros les habíamos prohibido expresamente predicar en ese Nombre, y ustedes han llenado Jerusalén con su doctrina. ¡Así quieren hacer recaer sobre nosotros la sangre de ese hombre!".
    Pedro, junto con los Apóstoles, respondió: "Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres.
    El Dios de nuestros padres ha resucitado a Jesús, al que ustedes hicieron morir suspendiéndolo del patíbulo.
    A él, Dios lo exaltó con su poder, haciéndolo Jefe y Salvador, a fin de conceder a Israel la conversión y el perdón de los pecados.
    Nosotros somos testigos de estas cosas, nosotros y el Espíritu Santo que Dios ha enviado a los que le obedecen".
    Al oír estas palabras, ellos se enfurecieron y querían matarlos.


Salmo 34(33),2.9.17-18.19-20.

Bendeciré al Señor en todo tiempo,
su alabanza estará siempre en mis labios.
¡Gusten y vean qué bueno es el Señor!
¡Felices los que en El se refugian!

pero el Señor rechaza a los que hacen el mal
para borrar su recuerdo de la tierra.
Cuando ellos claman, el Señor los escucha
y los libra de todas sus angustias.

El Señor está cerca del que sufre
y salva a los que están abatidos.
El justo padece muchos males,
pero el Señor lo libra de ellos.


    Evangelio según San Juan 3,31-36.

    El que viene de lo alto está por encima de todos. El que es de la tierra pertenece a la tierra y habla de la tierra. El que vino del cielo da testimonio de lo que ha visto y oído, pero nadie recibe su testimonio.
    El que recibe su testimonio certifica que Dios es veraz.
    El que Dios envió dice las palabras de Dios, porque Dios le da el Espíritu sin medida.
    El Padre ama al Hijo y ha puesto todo en sus manos.
    El que cree en el Hijo tiene Vida eterna. El que se niega a creer en el Hijo no verá la Vida, sino que la ira de Dios pesa sobre él.

    Palabra del Señor

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - 11 de Abril - «El que Dios envió habla las palabras de Dios, porque da el Espíritu sin medida»


San Agustín (354-430) obispo de Hipona (África del Norte), doctor de la Iglesia Confesiones XI, 2.3


«El que Dios envió habla las palabras de Dios, porque da el Espíritu sin medida»

    Oh Señor, Dios mío, luz de los ciegos y fuerza de los débiles, pero al mismo tiempo luz de los videntes y fuerza de los fuertes, presta atención a mi alma, óyela gritar desde el fondo del abismo (Sl 129,1). Porque si tú no nos escuchas incluso en el abismo, ¿a dónde iremos? ¿A quién vamos a dirigir nuestro clamor?

    «Tuyo es el día y tuya es la noche» (Sl 73,16). A un signo tuyo, los instantes se esfuman. Da desde ahora ampliamente a nuestros pensamientos el tiempo para escudriñar los lugares escondidos de tu ley y no cierres su puerta a los que llaman a ella (Mt 7,7). No es sin razón que has querido se escribieran tantas páginas llenas de oscuridad y misterio. Estas bellas selvas ¿no tienen sus ciervos (Sl 28,9) que vienen a ella para refugiarse y saciarse, pasearse y alimentarse, acostarse y rumiar? Oh Señor, condúceme hasta el fin y revélame sus secretos.

    Tu palabra es todo mi gozo, tu palabra es más dulce que un torrente deleitoso. Dame lo que amo, porque amo y ese amor es un don tuyo. No abandones tus dones, no desdeñes tu brizna de hierba sedienta. Que yo proclame todo lo que descubriré en tus libros; haz que «escuche la voz de tu alabanza» (Sl 25,7). Que yo pueda beber tu palabra y considerar las maravillas de tu ley (Sl 118,18) desde el primer instante en que has creado el cielo y la tierra hasta el reino eterno contigo en la ciudad santa.

SANTORAL - SANTA GEMMA GALGANI VERGINE

11 de Abril


    Sus 25 años de vida estuvieron marcados en su mayoría por fenómenos místicos ante los cuales hubo disparidades, incomprensiones y numerosos desprecios. Nació en Borgonuovo de Capannori, Italia el 12 marzo de 1878. Era la cuarta de ocho hermanos y la primera niña que alegraba el hogar. Su madre no quería bautizarla con el nombre de Gemma, que fue sugerido por un tío de la pequeña, porque en el martirologio no existían ascendentes de ninguna mujer canonizada que se hubiera llamado así. El párroco Olivio Dinelli con inspirado juicio alegó: «Muchas gemas hay en el cielo; esperemos que también ella sea un día otra Gemma del paraíso». Cuando tenía un mes de vida la familia se trasladó a Lucca, donde la santa pasó el resto de su existencia. A los 4 años oraba tiernamente a María, amor que le inculcó Aurelia, su madre, junto a la devoción por Jesús crucificado: «De lo primero que me acuerdo es que mi mamá, cuando yo era pequeñita, acostumbraba a tomarme a menudo en brazos y, llorando... me enseñaba un crucifijo y me decía que había muerto en la Cruz por los hombres». La catequesis materna dio sus frutos sembrando en el corazón de Gemma una pasión desbordante por Cristo: «Jesús; yo quiero llegar con mi voz hasta los últimos confines del universo para alcanzar a todos los pecadores y gritarles que entren todos dentro de tu Corazón». Intuyendo Aurelia su inminente muerte, quiso que preparasen a la niña para la confirmación. Y mientras la recibía entendió que Jesús le pedía el sacrificio de verse privada de su madre.

    Aurelia murió el 17 de septiembre de 1885 a los 39 años. Gemma tenía 7 y se refugió en la Virgen: «Al perder a mi madre terrena me entregué a la Madre del cielo. Postrada ante su imagen, le dije: ‘¡María!, ya no tengo madre en la tierra; se tú desde el cielo mi Madre’». Por fortuna, tuvo la certeza de que Ella le amparaba porque su personal calvario no había hecho más que empezar. A los 9 años inició sus estudios en el colegio de Santa Zita fundado por la beata Elena Guerra. Por esa época, al conocer la Pasión de Cristo sintió un dolor que le desgarraba por dentro acompañado de fiebre alta. El 17 de junio de 1887, festividad del Sagrado Corazón, determinó ser religiosa, sentimiento unido a «un ardiente anhelo de padecer y de ayudar a Jesús a sobrellevar la cruz». Se cumpliría con creces este deseo. En 1894 pereció Gino, el primogénito de la familia, al que ella amaba de forma singular. En 1896 fue intervenida de una lesión en el pie, que se efectuó sin anestesia, debiendo soportar inmenso dolor, y el 25 de diciembre de ese año privadamente consagró a Dios su castidad. En 1897 falleció su padre Enrico, que había sido farmacéutico, y con su deceso llegó un periodo de sinsabores al hogar de los Galgani. Perdieron todo y los hermanos se separaron. Gemma fue acogida por unos tíos y pasó por un breve y convulso periodo. Relegó las prácticas religiosas y las reemplazó por diversiones. Pero el sufrimiento la perseguía. Y sin darle apenas tregua a los 20 años se le presentó una osteítis en las vértebras lumbares que la dejó imposibilitada para caminar. Los dolores en la cabeza eran insoportables, la enfermedad avanzaba y los médicos la desahuciaron. Aunque se había propuesto llevar la cruz, no ocultó su contrariedad: «le dije a Jesús que no rezaría más si no me curaba. Y le pregunté qué pretendía teniéndome así. El ángel de la guarda me respondió: ‘Si Jesús te aflige en el cuerpo es para purificarte cada vez más en el espíritu’». Sanó con la mediación de santa Margarita María Alacoque. La cortejaron dos caballeros que se prendaron de su belleza, pero no tuvieron nada que hacer. Dios era su único dueño. En los círculos del vecindario la conocían como «la jovencita de la gracia».

    El año 1899 fue crucial. El 8 de junio se le manifestaron por vez primera los estigmas de la Pasión. Serían ostensibles en numerosas ocasiones cuando oraba, momento en que sudaba sangre. Meses más tarde, en el transcurso de una misión, conoció a los padres pasionistas. Entonces sintió que Cristo le decía: «Tu serás una hija predilecta de mi Corazón». Estos religiosos la condujeron a la familia Gianni, cuya ayuda fue decisiva para afrontar lo que iba a sobrevenirle. Había caído en sus manos la vida de san Gabriel de la Dolorosa, escrita por el P. Germán de San Estanislao, C.P., que sería su director espiritual, y a partir de entonces su vida dio un giro radical. Las visiones, éxtasis y vaticinios comenzaron a sucederse mientras su salud empeoraba. Su virtud traspasaba la morada y los hechos inexplicables formaban parte de su día a día. Los estigmas invariablemente se le reproducían del jueves al viernes. Para que no viesen sus llagas usaba guantes negros y se ataviaba con un discreto vestido del mismo color. Aún así, no pudo evitar que estos favores saltaran a la calle. Y la misma gente que antes la admiró, se burlaba de ella y la tildaban de histérica y farsante. También el obispo Mons. Volpi, que fue su confesor, tuvo sus dudas. Paralelamente, los científicos no hallaban explicación a los hechos que le acontecían. El P. Germán la sostuvo espiritualmente ante la exigencia de pruebas y el arrecio de las dificultades. Gemma sobrellevaba su dolor en silencio. Por su mediación, se obraban grandes conversiones. Con todo, en su trayectoria espiritual hubo muchas incursiones violentas del diablo. En 1901 su director le indicó que redactase su biografía: «El cuaderno de mis pecados». En ella se percibe su profundo sentido victimal: se había ofrendado en holocausto por los pecadores. Instada por Cristo a fundar un monasterio para los pasionistas en Lucca, en 1901 enfermó gravemente. En el último periodo de su vida la oscuridad y la angustia por sus pecados le pesaron como una losa. Murió el Sábado Santo, 11 de abril de 1903, en medio de espantosos dolores que ofreció con carácter expiatorio. Ese año Pío X autorizó la erección del monasterio. Pío XI la beatificó el 14 de mayo de 1933. Pío XII la canonizó el 2 de mayo de 1940.

Oración compuesta por Santa Gemma

    Aquí me tenéis postrada a vuestros Pies Santísimos, mi querido Jesús, para manifestaros en cada instante mi reconocimiento y gratitud por tantos y tan continuos favores como me habéis otorgado y que todavía queréis concederme. Cuántas veces os he invocado, ¡oh Jesús!, me habéis dejado siempre satisfecha; he recurrido a menudo a vos, y siempre me habéis consolado . ¿Cómo podré expresaros mis sentimientos amado Jesús? Os doy gracias ... pero otra gracia quiero de Vos. ¡Oh, Dios mío! , si es de vuestro agrado ... Si no fuerais Todopoderoso no os haría esta súplica.¡Oh Jesús!, tened piedad de mí. Hágase en todo vuestra santísima Voluntad. Padrenuestro, Avemaría y Gloria

-FRASE DEL DÍA-