miércoles, 18 de octubre de 2023
EVANGELIO - 19 de Octubre - San Lucas 11,47-54
Pero ahora, sin la Ley, se ha manifestado la justicia de Dios atestiguada por la Ley y los Profetas: la justicia de Dios, por la fe en Jesucristo, para todos los que creen. Porque no hay ninguna distinción: todos han pecado y están privados de la gloria de Dios, pero son justificados gratuitamente por su gracia, en virtud de la redención cumplida en Cristo Jesús.
El fue puesto por Dios como instrumento de propiciación por su propia sangre, gracias a la fe. De esa manera, Dios ha querido mostrar su justicia: en el tiempo de la paciencia divina, pasando por alto los pecados cometidos anteriormente, y en el tiempo presente, siendo justo y justificado a los que creen en Jesús.
¿Qué derecho hay entonces para gloriarse? Ninguna. Pero, ¿en virtud de qué ley se excluye ese derecho? ¿Por la ley de las obras? No, sino por la ley de la fe.
Porque nosotros estimamos que el hombre es justificando por la fe, sin las obras de la Ley.
¿Acaso Dios es solamente el Dios de los judíos? ¿No lo es también de los paganos? Evidentemente que sí, porque no hay más que un solo Dios, que justifica por medio de la fe tanto a los judíos circuncidados como a los paganos incircuncisos.
Palabra de Dios
Salmo 130(129),1-2.3-4ab.5-6ab.
Desde lo más profundo te invoco, Señor.
¡Señor, oye mi voz!
Estén tus oídos atentos
al clamor de mi plegaria.
Si tienes en cuenta las culpas, Señor,
¿quién podrá subsistir?
Pero en ti se encuentra el perdón,
para que seas temido.
Mi alma espera en el Señor,
y yo confío en su palabra.
Mi alma espera en el Señor,
más que el centinela la aurora.
Evangelio según San Lucas 11,47-54.
Dijo el Señor: «¡Ay de ustedes, que construyen los sepulcros de los profetas, a quienes sus mismos padres han matado!
Así se convierten en testigos y aprueban los actos de sus padres: ellos los mataron y ustedes les construyen sepulcros.
Por eso la Sabiduría de Dios ha dicho: Yo les enviaré profetas y apóstoles: matarán y perseguirán a muchos de ellos.
Así se pedirá cuenta a esta generación de la sangre de todos los profetas, que ha sido derramada desde la creación del mundo: desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, que fue asesinado entre el altar y el santuario. Sí, les aseguro que a esta generación se le pedirá cuenta de todo esto.
¡Ay de ustedes, doctores de la Ley, porque se han apoderado de la llave de la ciencia! No han entrado ustedes, y a los que quieren entrar, se lo impiden.»
Cuando Jesús salió de allí, los escribas y los fariseos comenzaron a acosarlo, exigiéndole respuesta sobre muchas cosas y tendiéndole trampas para sorprenderlo en alguna afirmación.
MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - 19 de Octubre - «Le tendían trampas para cazarlo con alguna palabra en su boca»

Cuando un cristiano se convierte en discípulo de la ideología, ha perdido la fe y ya no es discípulo de Jesús. Y el único antídoto contra tal peligro es la oración.
«Ay de vosotros, que os habéis apoderado de la llave de la ciencia; vosotros no habéis entrado y a los que intentaban entrar se lo habéis impedido». En esto podemos ver la imagen de una iglesia cerrada en la que la gente que pasa delante no puede entrar y de donde el Señor que está dentro no puede salir. De aquí la referencia a esos cristianos que tienen en su mano la llave y se la llevan, no abren la puerta; o peor, se detienen en la puerta y no dejan entrar.
¿Pero cuál es la causa de todo ello? La falta de testimonio cristiano, que se presenta aún más grave si el cristiano en cuestión es un sacerdote, un obispo, un Papa. Por lo demás, Jesús es muy claro cuando dice: «Id, salid hasta los confines del mundo. Enseñad lo que yo he enseñado. Bautizad, id a las encrucijadas de los caminos y traed a todos dentro, buenos y malos». Así dice Jesús. ¡Todos dentro!.
En el cristiano que asume esta actitud de “llave en el bolsillo y puerta cerrada” existe todo un proceso espiritual y mental que lleva a que la fe pase por un alambique transformándola en ideología. Pero la ideología no convoca. En las ideologías no está Jesús. Jesús es ternura, amor, mansedumbre, y las ideologías, de cualquier sentido, son siempre rígidas. Se corre el riesgo de hacer al cristiano discípulo de esta actitud de pensamiento antes que discípulo de Jesús.
Por ello sigue siendo actual el reproche de Cristo: Vosotros os habéis llevado la llave del conocimiento, pues el conocimiento de Jesús se ha transformado en un conocimiento ideológico y también moralista, según el mismo comportamiento de los doctores de la ley que cerraban la puerta con tantas prescripciones. Hay al respecto otra advertencia de Cristo —contenida en el capítulo 23 del Evangelio de Mateo— contra escribas y fariseos que lían fardos pesados y se los cargan a la gente en los hombros. Es precisamente a causa de estas actitudes que se desencadena un proceso por el que la fe se convierte en ideología ¡y la ideología espanta! La ideología expulsa a la gente y aleja a la Iglesia de la gente.
Es una enfermedad grave ésta de los cristianos ideólogos; una enfermedad no nueva. Ya había hablado de ello el apóstol Juan en su primera carta, describiendo a los cristianos que pierden la fe y prefieren las ideologías: su actitud es hacerse rígidos, moralistas, “eticistas”, pero sin bondad. Entonces es necesario preguntarse qué provoca en el corazón de ese cristiano, de ese sacerdote, de ese obispo, o de ese Papa una actitud así. La respuesta es sencilla: Ese cristiano no reza. Y si no hay oración, se cierra la puerta. Así que la llave que abre la puerta a la fe es la oración. Porque cuando un cristiano no ora, su testimonio es soberbio. Y él mismo es un soberbio, es un orgulloso, es uno seguro de sí, no es humilde. Busca la propia promoción. En cambio, cuando un cristiano ora, no se aleja de la fe: habla con Jesús.
Pero el verbo orar no significa decir oraciones, porque también los doctores de la ley decían muchas oraciones, pero sólo para hacerse ver. En efecto, una cosa es orar y otra es decir oraciones. En este último caso se abandona la fe, transformándola precisamente en ideología moralista y sin Jesús.
Quienes oran como los doctores de la ley reaccionan de igual modo cuando un profeta o un buen cristiano les reprocha, utilizando el mismo método que se usó contra Jesús: «Al salir de allí los escribas y los fariseos empezaron a acosarlo implacablemente y a tirarle de la lengua con muchas preguntas capciosas, tendiéndole trampas para cazarle con alguna palabra de su boca». Porque estos ideólogos son hostiles e insidiosos. ¡No son transparentes! Y, pobrecitos, ¡son gente ensuciada por la soberbia!.
Pidamos al Señor la gracia de no dejar nunca de orar para no perder la fe y de permanecer humildes a fin de no transformarse en personas cerradas que cierran el camino al Señor.
SANTORAL - SANTOS JUAN DE BRÉBEUF, ISAAC JOGUES Y COMPAÑEROS MÁRTIRES
Santos mártires Juan de Brébeuf e Isaac Jogues, presbíteros y compañeros de la Orden de la Compañía de Jesús, en el día en que san Juan de la Lande, religioso, fue asesinado por los paganos en el lugar llamado Ossernenon, entonces en territorio del Canadá, el mismo lugar donde algunos años antes había conseguido la corona del martirio san Renato Goupil. Son venerados conjuntamente sus santos compañeros Gabriel Lalemant, Antonio Daniel, Carlos Garnier y Natal Chabanel, que, en la región canadiense, en días distintos, después de muchas fatigas en la misión del pueblo de los hurones para anunciar el evangelio de Cristo a aquellas gentes, terminaron muriendo mártires.
En estos años ha cambiado la actitud hacia los indios pielrojas. Se tiene conciencia de que la prepotencia de los blancos colonizadores destruyó la vida de pueblos de los que se aprecian, también demasiado tarde, algunas características. Pero, aun para estos pueblos se puede decir que el cristianismo y sobre todo los misioneros se han preocupado realmente por entablar un diálogo que permita hacer sobrevivir los valores más genuinos. Esto queda confirmado con los acontecimientos de los ocho jesuitas que murieron mártires en Canadá a mediados del siglo XVII, y sobre todo de Juan Brébeuf.
Este había nacido en 1593 de una familia normana que había acompañado a Guillermo el Conquistador y a San Luis IX. Se hizo jesuita y fue ordenado sacerdote a los 29 años. Tres años después, en compañía de los Padres Massé y Lalemant y el franciscano Joseph Roche d'Aillon, partió para Canadá. La primera tribu con la cual tuvo contacto fue la de los Algonquinos, que acompañó cinco meses durante las cacerías por los bosques llenos de nieve; tenía grande espíritu de observación y buena memoria, y esto le facilitó el aprendizaje del idioma de la tribu, de la que escribió una gramática y un vocabulario. Pasó después entre los Hurones, en cuya lengua ya desaparecida redactó un catecismo, precioso aun desde el punto de vista filológico. Con infinita paciencia recomenzó la misión entre los Hurones, después que terminaron las luchas entre franceses e ingleses. Los indios lo admiraban mucho por su calma, su inteligencia y hasta por su fuerza (lo llamaban "el hombre que lleva los pesos"). Hacia 1637 pudo administrar los primeros bautismos a los adultos: cuando murió, ya había unos 7.000 Hurones cristianos.
Toda su vida fue un martirio: "Nuestras chozas son de cortezas, como las de los salvajes... El interior de las chozas es una pequeña imagen del infierno. Ordinariamente no se ve ahí sino fuego y humo; aquí y allí se ven cuerpos desnudos, ennegrecidos y medio quemados, entre tropas de perros". El 16 de marzo de 1649 los Iroqueses enemigos de los Hurones, atacaron a la misión, amarraron a Brébeuf a un árbol, le arrancaron las uñas, lo despellejaron, lo torturaron de mil modos y, finalmente, admirados de su valentía, le abrieron el pecho y se comieron el corazón, para adueñarse de su fuerza de ánimo. Con siete de sus compañeros mártires (Antonio Daniel, Carlos Garnier, Gabriel Lalemant, Juan de La Lande, Isaac Jogues, Natale Chabanel y Renato Goupil)Ninguno abandonó su puesto, y cuando se les canonizó colectivamente en 1930 la iglesia les hizo modelos de las prioridades espirituales sobre la propia vida.
Oh Dios, tú quisiste que los comienzos de tu Iglesia en América del Norte fueran santificados con la predicación y la sangre de San Juan y San Isaac y sus compañeros, mártires, haz que, por su intercesión, crezca, de día en día y en todas las partes del mundo, una abundante cosecha de nuevos cristianos. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén
martes, 17 de octubre de 2023
EVANGELIO - 18 de Octubre - San Lucas 10,1-9
Salmo 145(144),10-11.12-13ab.17-18.
Y les dijo: "La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha.
¡Vayan! Yo los envío como a ovejas en medio de lobos.
No lleven dinero, ni alforja, ni calzado, y no se detengan a saludar a nadie por el camino.
Al entrar en una casa, digan primero: '¡Que descienda la paz sobre esta casa!'.
Y si hay allí alguien digno de recibirla, esa paz reposará sobre él; de lo contrario, volverá a ustedes.
Permanezcan en esa misma casa, comiendo y bebiendo de lo que haya, porque el que trabaja merece su salario. No vayan de casa en casa.
En las ciudades donde entren y sean recibidos, coman lo que les sirvan; curen a sus enfermos y digan a la gente: 'El Reino de Dios está cerca de ustedes'."
MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - 18 de Octubre - "San Lucas, compañero y colaborador de los apóstoles"
Que Lucas haya sido compañero inseparable de Pablo y colaborador suyo en la obra de evangelización, él mismo nos lo muestra con clara evidencia, no para gloriarse, sino para decir, sencillamente, la Verdad, tal cual es. Escribe: “Bernabé y Juan, por sobrenombre Marco, se separaron de Pablo y embarcaron para Chipre, y nosotros zarpamos para Troas” (Hch 16,8-11); después de lo cual describe detalladamente su viaje, su llegada a Filipos, su primer discurso… Y relata por orden todo el viaje que hizo con Pablo, del cual señala con gran cuidado las circunstancias del mismo… Porque Lucas estuvo presente en todas, las ha podido relatar con detalle –no podemos encontrar en él ni mentira ni orgullo, porque todos estos hechos eran patentes…
Que Lucas haya sido no solamente el compañero sino también el cooperador de los apóstoles, sobre todo de Pablo, lo dice claramente en sus epístolas: “Dimas me ha abandonado y se ha ido a Tesalónica, Crescencio a Galacia, Tito a Dalmacia, tan sólo Lucas está conmigo” (2Tm 4,11). Todo ello es una prueba de que Lucas ha estado siempre unido a Pablo y de manera inseparable. Igualmente en la epístola a los Colosenses, se lee: “Lucas, el médico amado, os saluda” (Col 4,14).
Por otra parte, Lucas nos ha dado a conocer muchos rasgos del Evangelio, y de los más importantes…Y también, nadie sabe si Dios lo ha hecho con el fin de que muchos rasgos del Evangelio hayan sido revelados sólo por Lucas, precisamente con el fin de que todos den su asentimiento a lo que él mismo da, seguidamente, en las actas y la doctrina de los apóstoles, y así, manteniendo inalterada la norma de la verdad, todos puedan ser salvados. De esta manera el testimonio de Lucas es verdad, la enseñanza de los apóstoles queda manifiesta, sólida, y no esconde nada… Estas son las voces de la Iglesia, de donde toda la Iglesia saca su origen.
FIESTA DE SAN LUCAS EVANGELISTA
Lucas significa: "luminoso, iluminado" (viene del latín "luce" = luz). San Lucas escribió dos libros muy famosos: el tercer Evangelio y Los Hechos de los apóstoles. Es un escritor muy agradable, y el que tiene el estilo más hermoso en el Nuevo Testamento. Sus dos pequeños libros se leen con verdadero agrado.
Era médico. San Pablo lo llama "Lucas, el médico muy amado", y probablemente cuidaba de la quebrantada salud del gran apóstol. Era compañero de viajes de San Pablo. En los Hechos de los apóstoles, al narrar los grandes viajes del Apóstol, habla en plural diciendo "fuimos a... navegamos a..." Y va narrando con todo detalle los sucesos tan impresionantes que le sucedieron a San Pablo en sus 4 famosos viajes. Lucas acompañó a San Pablo cuando éste estuvo prisionero, primero dos años en Cesarea y después otros dos en Roma. Es el único escritor del Nuevo Testamento que no es israelita. Era griego.
El poeta Dante le dio a San Lucas este apelativo: "el que describe la amabilidad de Cristo". Y con razón el Cardenal Mercier cuando un alumno le dijo: "Por favor aconséjeme cuál es el mejor libro que se ha escrito acerca de Jesucristo", le respondió: "El mejor libro que se ha escrito acerca de Jesucristo se llama: El Evangelio de San Lucas". Un autor llamó a este escrito: "El libro más encantador del mundo".
Como era médico era muy comprensivo. Dicen que un teórico de oficina, ve a las gentes mejor de lo que son. Un sociólogo las ve peor de lo que son en realidad. Pero el médico ve a cada uno tal cual es. San Lucas veía a las personas tal cual son (mitad debilidad y mitad buena voluntad) y las amaba y las comprendía.
En su evangelio demuestra una gran estimación por la mujer. Todas las mujeres que allí aparecen son amables y Jesús siempre les demuestra gran aprecio y verdadera comprensión. Su evangelio es el más fácil de leer, de todos los cuatro. Son 1,200 renglones escritos en excelente estilo literario. Lo han llamado "el evangelio de los pobres", porque allí aparece Jesús prefiriendo siempre a los pequeños, a los enfermos, a los pobres y a los pecadores arrepentidos. Es un Jesús que corre al encuentro de aquellos para quienes la vida es más dura y angustiosa.
También se ha llamado: "el evangelio de la oración", porque presenta a Jesús orando en todos los grandes momentos de su vida e insistiendo continuamente en la necesidad de orar siempre y de no cansarse de orar. Otro nombre que le han dado a su escrito es el "evangelio de los pecadores", porque presenta siempre a Jesús infinitamente comprensivo con los que han sido víctimas de las pasiones humanas. San Lucas quiere insistir en que el amor de Dios no tiene límites ni rechaza a quien desea arrepentirse y cambiar de vida. Por eso los pecadores leen con tanto agrado y consuelo el evangelio de San Lucas. Es que fue escrito pensando en ellos.
Su evangelio es el que narra los hechos de la infancia de Jesús, y en él se han inspirado los más famosos pintores para representar en imágenes tan amables escenas. Dicen que murió soltero, a la edad de 84 años, después de haber gastado su vida en hacer conocer y amar a Nuestro Señor Jesucristo.
¡Oh Dios, que sanas las enfermedades de tu pueblo, y que llamaste a Lucas, el médico amado, para que fuese uno, de tus evangelistas! Concédenos que en la saludable doctrina de tu Palabra transmitida por él, hallen nuestras almas la medicina eficaz para todas tus dolencias; por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
lunes, 16 de octubre de 2023
EVANGELIO DEL DÍA - 17 DE OCTUBRE - San Lucas 11,37-41.
Yo no me avergüenzo del Evangelio, porque es el poder de Dios para la salvación de todos los que creen: de los judíos en primer lugar, y después de los que no lo son.
En el Evangelio se revela la justicia de Dios, por la fe y para la fe, conforme a lo que dice la Escritura: El justo vivirá por la fe.
En efecto, la ira de Dios se revela desde el cielo contra la impiedad y la injusticia de los hombres, que por su injusticia retienen prisionera la verdad.
Porque todo cuanto de se puede conocer acerca de Dios está patente ante ellos: Dios mismo se lo dio a conocer, ya que sus atributos invisibles -su poder eterno y su divinidad- se hacen visibles a los ojos de la inteligencia, desde la creación del mundo, por medio de sus obras. Por lo tanto, aquellos no tienen ninguna excusa: en efecto, habiendo conocido a Dios, no lo glorificaron ni le dieron gracias como corresponde. Por el contrario, se extraviaron en vanos razonamientos y su mente insensata quedó en la oscuridad.
Haciendo alarde de sabios se convirtieron en necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible por imágenes que representan a hombres corruptibles, aves, cuadrúpedos y reptiles.
Por eso, dejándolos abandonados a los deseos de su corazón, Dios los entregó a una impureza que deshonraba sus propios cuerpos, ya que han sustituido la verdad de Dios por la mentira, adorando y sirviendo a las criaturas en lugar del Creador, que es bendito eternamente. Amén.
Salmo 19(18),2-3.4-5ab.
El cielo proclama la gloria de Dios
y el firmamento anuncia la obra de sus manos;
un día transmite al otro este mensaje
y las noches se van dando la noticia.
Sin hablar, sin pronunciar palabras,
sin que se escuche su voz,
resuena su eco por toda la tierra
y su lenguaje, hasta los confines del mundo.
Evangelio según San Lucas 11,37-41.
Cuando terminó de hablar, un fariseo lo invitó a cenar a su casa. Jesús entró y se sentó a la mesa.
El fariseo se extrañó de que no se lavara antes de comer.
Pero el Señor le dijo: "¡Así son ustedes, los fariseos! Purifican por fuera la copa y el plato, y por dentro están llenos de voracidad y perfidia.
¡Insensatos! El que hizo lo de afuera, ¿no hizo también lo de adentro?
Den más bien como limosna lo que tienen y todo será puro.