miércoles, 12 de marzo de 2025

MES DE SAN JOSÉ

 DÉCIMO TERCER DÍA: REGRESO DE EGIPTO


Regreso de Egipto

    Herodes no sobrevivió mucho tiempo a esos inocentes que había hecho matar para asegurar s vida y su corona; entonces, “El Ángel apareció a José en sueños, y le dijo: Levántate y regresa a la tierra de Israel, porque los que buscaban la vida del Niño han muerto”. De inmediato, José se levantó y obedeció, y “como pensaba establecerse en Judea, supo que Arquéalo, hijo e Herodes reinaba en su lugar; fue advertido en sueños de que se estableciera en Nazaret, para cumplir lo que había sido predicho por los profetas: Será llamado Nazareno. Destaquemos con cuánta obediencia san José cumplió la voluntad divina; va a Egipto ni bien se lo ordena el Ángel; deja su casita, los trabajos que había encontrado en la tierra del exilio, al primer mandato; no va donde quiere, y todas sus viajes, divinamente inspirados, realizan a la letra las profecías: Llamaré a mi Hijo de Egipto, decía Oseas; será llamado Nazareno, es decir santo, había dicho igualmente la Escritura, la obediencia de san José no ha significado ningún obstáculo a los designios de la Providencia; así fuera por nuestra parte, si obedeciésemos en todo a la Iglesia, a nuestros parientes, a los deberes de nuestro estado. La salvación está ahí para todos, porque la gracia abunda donde abunda la obediencia; los espíritus indóciles y presuntuosos no tienen necesidad de nadie para perderse. Roguemos a san José que nos alcance un espíritu obediente.


Oración

    Acuérdate o casto Esposo de la Virgen María, san José, mi amable protector. Que no se ha oído decir que ninguno de cuantos han invocado tu protección e implorado tu auxilio, haya quedado sin consuelo. Lleno de tal confianza en tu poder me encomiendo a ti con fervor. No desdeñes mis oraciones, tú que eres llamado el Padre del redentor, sino escúchalas favorablemente y dígnate otorgarlas. San José, modelo de abnegación y de humildad, ruega por mí.

-PROPÓSITO DEL DÍA- "Para que por la práctica de los consejos evangélicos y la vida de oración, podamos crecer en el amor a Dios y nuestros hermanos"



 

EVANGELIO - 13 de Marzo - San Mateo 7,7-12.

 

   Libro de Ester 14,1.3-5.12-14.

    En aquellos días, la reina Ester, temiendo el peligro inminente, acudió al Señor y rezó así al Señor, Dios de Israel: "Señor mío, único rey nuestro. Protégeme, que estoy sola y no tengo otro defensor fuera de ti, pues yo misma me he expuesto al peligro.
    Desde mi infancia oí, en el seno de mi familia, cómo tú, Señor, escogiste a Israel entre las naciones, a nuestros padres entre todos sus antepasados, para ser tu heredad perpetua; y les cumpliste lo que habías prometido.
    Atiende, Señor, muéstrate a nosotros en la tribulación, y dame valor, Señor, rey de los dioses y señor de poderosos.
    Pon en mi boca un discurso acertado cuando tenga que hablar al león; haz que cambie y aborrezca a nuestro enemigo, para que perezca con todos sus cómplices.
    «¡Señor mío, nuestro Rey, tú eres el Único! Ven a socorrerme, porque estoy sola, no tengo otra ayuda fuera de ti.


Salmo 138(137),1-2a.2bc-3.7c-8.

¡Me respondiste cada vez que te invoqué, Señor!

Te doy gracias, Señor, de todo corazón,
te cantaré en presencia de los ángeles.
Me postraré ante tu santo Templo.

y daré gracias a tu Nombre
por tu amor y tu fidelidad.
Me respondiste cada vez que te invoqué
y aumentaste la fuerza de mi alma.

y tu derecha me salva.
El Señor lo hará todo por mí.
Tu amor es eterno, Señor,
¡no abandones la obra de tus manos!


    Evangelio según San Mateo 7,7-12.

    Jesús dijo a sus discípulos: Pidan y se les dará; busquen y encontrarán; llamen y se les abrirá.
    Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abrirá.
    ¿Quién de ustedes, cuando su hijo le pide pan, le da una piedra?
    ¿O si le pide un pez, le da una serpiente?
    Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre celestial dará cosas buenas a aquellos que se las pidan!
    Todo lo que deseen que los demás hagan por ustedes, háganlo por ellos: en esto consiste la Ley y los Profetas.

    Palabra del Señor

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - 13 de Marzo - "Más grande es su confianza, más recibe el alma"


Santa Faustina Kowalska (1905-1938) religiosa Pequeño diario (Petit journal, La Miséricorde divine dans mon âme, Parole et Dialogue, 2002)


"Más grande es su confianza, más recibe el alma"
             
    [Sor Faustina escuchó a Jesús decir estas palabras:] Hija mía, entre tú y yo existe un abismo infinito que separa al Creador de la criatura, pero mi misericordia llena este abismo. Yo te elevo hasta mí, no por necesitarte, sino que únicamente por misericordia te hago el don de la gracia de la unión conmigo. 

    Di a las almas que ellas en su corazón no pongan obstáculo a mi misericordia, que desea actuar en ellas. Mi misericordia está a la obra en todos los corazones que le abren la puerta. Tanto el pecador como el justo tienen necesidad de mi misericordia. La conversión como la perseverancia son gracias de mi misericordia. Qué las almas que tienden a la perfección veneren particularmente mi misericordia, ya que la abundancia de la gracia fluye de mi misericordia. Qué esas almas se distingan por una ilimitada confianza en mi misericordia. Me ocupo yo mismo de la santificación de esas almas, les procuro todo lo necesario para su santidad.

    Las gracias de mi misericordia se obtienen con la ayuda de un único medio: la confianza. Cuanto más grande es su confianza, más recibe el alma. La almas de confianza ilimitadas son una alegría, ya que verso en ellas el entero tesoro de mis gracias. Me alegro que pidan mucho ya que mi deseo es dar mucho, abundantemente. En cambio, me entristezco si las almas piden poco, si cierran su corazón.  

SANTORAL - SAN LEANDRO DE SEVILLA

13 de Marzo


    (Cartagena, ca. 534 – Sevilla, 13 de marzo de 600 ó 601). Clérigo católico, santo, nacido de una notable familia hispanorromana. Su padre era hispanorromano y su madre era visigoda. Su padre se llamaba Severiano y se le adjudica el título de dux (si bien su hermano Isidoro establece que era simplemente un ciudadano).

    Tuvo tres hermanos menores (Fulgencio, Isidoro y Florentina) todos los cuales, como él mismo, fueron canonizados y son conocidos como los Cuatro Santos de Cartagena. Se supone a su familia huida de Cartagena con ocasión de la ocupación bizantina (¿552? ¿555?), estableciéndose en Sevilla (si los bizantinos eran aliados de Agila I, tendría mucho sentido que la familia de Leandro se trasladara a la capital de su rival Atanagildo); la región de Cartagena en tal caso, hubiera sido partidaria de Atanagildo) donde ingresó en un monasterio. Cuando su padre murió, Leandro asumió la dirección de su familia quedándose como tutor de sus tres hermanos y ocupándose de la educación de Isidoro. Terminada la educación de sus hermanos San Leandro se dedicó a la vida monástica y a difundir el catolicismo entre los visigodos en contra del arrianismo

    Su hermano Isidoro de Sevilla le atribuye la conversión de Hermenegildo al catolicismo el 579 aunque podría tratarse de un afán de protagonismo (pues cuando lo escribió Hermenegildo ya había triunfado). Sí es cierto que, tras conseguir la conversión, saldría inmediatamente hacia Constantinopla a solicitar auxilio imperial para el príncipe, o bien acababa de regresar de la capital del Imperio de Oriente, pues no parece que tuviera tiempo de volver en el mismo año y convertir al príncipe.

    Su acceso al arzobispado de Sevilla se había producido antes del 584, año en que Leovigildo tomó la ciudad, siendo después desterrado por el rey. Desde el monasterio es elevado a las sede episcopal hispalense, donde sigue su preocupación contra la herejía arriana, que Leovigildo quiso hacer extensiva a toda Hispania. Pero el plan real sufre un duro golpe cuando su hijo Hermenegildo se convierte al catolicismo. El padre le había hecho gobernador de la bética cuya capital era Sevilla. Aquí, San Leandro e Infunda esposa católica de Hermenegildo, logran que este se convierta a la fe católica. Todos los autores contemporáneos atribuyen su conversión a la predicación y consejos de San Leandro. Esto provoca una guerra civil entre el duque de la bética, Hermenegildo contra su padre Leovigildo. Hermenegildo es vencido y desterrado. El rey veía en Leandro el culpable de la conversión de su hijo y por tanto su mayor obstáculo en su intento de unificación político-religiosa sobre la base de la fe arriana, por eso lo desterró.

    Desde el exilio San Leandro siguió combatiendo el arrianismo. Viendo Leovigildo la imposibilidad de unificar la península en el arrianismo levanto el destierro a los obispos católicos. Su otro hijo, Recaredo, en contacto con San Leandro se convierte al catolicismo en el III Concilio De Toledo, en el año 586, presidido por el arzobispo hispalense. De esta forma, la población española adquiere la convicción de que forma un pueblo, una nación. Pero la influencia de San Leandro en la sociedad hispana no termina en ese concilio. En el 590 convoca y preside el I Concilio de Sevilla, creada por el, fue el más ilustre de todas las de España y el centro de la restauración científica visigótica. De esta escuela salió su discípulo más importante, su hermano San Isidoro.

    Falleció a finales del siglo (finales de febrero o mediados de marzo del 598 o 601) en Sevilla. Se ha llegado a suponer que tenía una hermana llamada Teodosia o Teodora, que sería la primera esposa de Leovigildo, y por tanto Hermenegildo y Recaredo serían sus sobrinas, a causa de lo cual tuvo tanta influencia sobre ellas, pero nada acredita este extremo.

    La mayor parte de sus restos mortales descansan junto a algunos de sus tres hermanos santos, Fulgencio, Isidoro y Florentina, en una urna de plata expuesta en el altar mayor de la Catedral de Murcia, ya que la mayor parte de los restos de San Fulgencio Y Santa Florentina están en la parroquia de San Juan Bautista de Berzocana (Cáceres) pueblo en donde fueron hallados sus restos en 1223 y del que son sus Santos Patronos.

Oremos

    San Leandro, fiel seguidor de Jesús; incansable maestro, con tu palabra y con tu vida, te pido por mi familia, que no nos falte la unión; que nuestros hijos se críen con la tranquilidad de saber que los queremos; cuídalos con todo el cariño que nosotros le damos; que no les falte la salud y el trabajo. Que seamos como tú incansables en el trabajo apostólico, que los más necesitados nos encuentren siempre junto a ellos,  que estemos cerca de los que sufren; que seamos una comunidad humilde y sencilla en la que nadie se sienta discriminado, que todos sepamos respetarnos y aceptarnos. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén

-FRASE DEL DÍA-



 

martes, 11 de marzo de 2025

MES DE SAN JOSÉ

DÉCIMO SEGUNDO DÍA: ESTADÍA EN EGIPTO


 Estadía en Egipto

    No se puede dudar que la estadía de la Sagrada Familia en Egipto no estuvo acompañada de circunstancias penosas. Vivía en medio de un pueblo pagano, que practicaba un culto abominable; era, exiliada, obligada a vivir de un trabajo asiduo, y San José, sobre quien reposaba la vida de Jesús y de María, experimentaba grandes fatigas, y no oponía más que su paciencia y su mansedumbre a los maltratos que los paganos prodigaban a los extranjeros, y sobre todo Hebreos. Sólo la presencia de Jesús consolaba a María y a José; lo adoraban con un más vivo ardor, cuando en torno de ellos, veían los excesos de la idolatría; lo contemplaban con ternura cuando estaban afligidos por las rudezas y las maldades de los hombres. Qué ejemplo y qué valor presenta la Sagrada familia a todos los que sufren, a las almas piadosas, exiliadas entre los impíos: a los pobres, que les cuesta trabajo satisfacer las necesidades de cada día; a los padres de familia, a la madres que se preocupan dolorosamente de las penas de aquellos que les son más queridos; a los hijos, finalmente, que ven el divino Infante, la dicha y el consuelo de su Padre y de su Madre. Meditemos este misterio, acompañemos a la Sagrada familia, para aprender en su escuela de dedicación, la resignación y la obediencia.


Oración

    Salve José, varón justísimo, la sabiduría está contigo, bendito eres entre todos los hombres, y bendita es María tu Santa Esposa. San José, fiel padre nutricio, fiel compañero de María, ruega por nosotros, ahora u en la ha hora de nuestra muerte. Amén. 

   San José, confidente de los designios del Cielo, ruega por nosotros.

-PROPÓSITO DEL DÍA- "Para que por la práctica de los consejos evangélicos y la vida de oración, podamos crecer en el amor a Dios y nuestros hermanos"



 

EVANGELIO - 12 de Marzo - San Lucas 11,29-32.

 

    Libro de Jonás 3,1-10.

    La palabra del Señor fue dirigida por segunda vez a Jonás, en estos términos: "Parte ahora mismo para Nínive, la gran ciudad, y anúnciale el mensaje que yo te indicaré".
    Jonás partió para Nínive, conforme a la palabra del Señor. Nínive era una ciudad enormemente grande: se necesitaban tres días para recorrerla.
    Jonás comenzó a internarse en la ciudad y caminó durante todo un día, proclamando: "Dentro de cuarenta días, Nínive será destruida".
    Los ninivitas creyeron en Dios, decretaron un ayuno y se vistieron con ropa de penitencia, desde el más grande hasta el más pequeño.
    Cuando la noticia llegó al rey de Nínive, este se levantó de su trono, se quitó su vestidura real, se vistió con ropa de penitencia y se sentó sobre ceniza.
    Además, mandó proclamar en Nínive el siguiente anuncio: "Por decreto del rey y de sus funcionarios, ningún hombre ni animal, ni el ganado mayor ni el menor, deberán probar bocado: no pasten ni beban agua; vístanse con ropa de penitencia hombres y animales; clamen a Dios con todas sus fuerzas y conviértase cada uno de su mala conducta y de la violencia que hay en sus manos.
    Tal vez Dios se vuelva atrás y se arrepienta, y aplaque el ardor de su ira, de manera que no perezcamos".
    Al ver todo lo que los ninivitas hacían para convertirse de su mala conducta, Dios se arrepintió de las amenazas que les había hecho y no las cumplió.


Salmo 51(50),3-4.12-13.18-19.

¡Ten piedad de mí, Señor, por tu bondad,
por tu gran compasión, borra mis faltas!
¡Lávame totalmente de mi culpa
y purifícame de mi pecado!

Crea en mí, Dios mío, un corazón puro,
y renueva la firmeza de mi espíritu.
No me arrojes lejos de tu presencia
ni retires de mí tu santo espíritu.

Los sacrificios no te satisfacen;
si ofrezco un holocausto, no lo aceptas:
mi sacrificio es un espíritu contrito,
tú no desprecias el corazón contrito y humillado.


    Evangelio según San Lucas 11,29-32.

    Al ver Jesús que la multitud se apretujaba, comenzó a decir: "Esta es una generación malvada. Pide un signo y no le será dado otro que el de Jonás.
    Así como Jonás fue un signo para los ninivitas, también el Hijo del hombre lo será para esta generación.
    El día del Juicio, la Reina del Sur se levantará contra los hombres de esta generación y los condenará, porque ella vino de los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón y aquí hay alguien que es más que Salomón.
    El día del Juicio, los hombres de Nínive se levantarán contra esta generación y la condenarán, porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás y aquí hay alguien que es más que Jonás.

    Palabra del Señor

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - 12 de Marzo - «Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del Hombre para esta generación»


San Juan-María Vianney [Cura de Ars] Sermón: Quien ante Dios se humilla no perece. Sermón para el domingo 3º después de Pentecostés


«Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, 
lo mismo será el Hijo del Hombre para esta generación» 

    Hermanos, si recorremos las diferentes edades del mundo vemos que toda la tierra está cubierta de las misericordias del Señor, y los hombres envueltos en sus beneficios. No hermanos, no es el pecador quien vuelve a Dios para pedirle perdón, sino que es el mismo Dios que corre a buscar al pecador y le hace volver a él… Espera que los pecadores hagan penitencia y les invita a través de movimientos interiores de su gracia y por la voz de sus ministros.

    Fijaos como se comporta con Nínive, esta gran ciudad pecadora. Antes de castigar a sus habitantes, manda al profeta Jonás que vaya de su parte a anunciarles que dentro de cuarenta días les va a castigar. Jonás, en lugar de ir a Nínive, huye hacia el otro lado. Quiere atravesar el mar; pero Dios, antes de castigar a los ninivitas sin haberles advertido con anterioridad y para mantener en vida a su profeta, hace un milagro y lo guarda en el vientre de la ballena durante tres días y tres noches, la cual, al cabo de tres días lo vomita sobre la tierra. Entonces el Señor dice a Jonás: «Ves a anunciar a la gran ciudad que dentro de cuarenta días perecerá». No les pone condiciones de ninguna clase. El profeta va y anuncia a Nínive que dentro de cuarenta días perecerá.

    Ante esta noticia todos se entregan a la penitencia y al llanto, desde el campesino hasta el rey. «¿Quién sabe, les dice el rey, si el Señor todavía va a apiadarse de nosotros?». El Señor, viendo como recurren a la penitencia, parece alegrarse y poder tener el gozo de perdonarles. Jonás viendo que era llegado el tiempo del castigo, se retiró a las afueras de la ciudad y esperar allí ver como caía sobre la ciudad fuego del cielo. Viendo que no caía, exclamó: «¡Ah, Señor!, ¿es que queréis hacerme pasar por un falso profeta? Es mejor que me hagas morir. ¡Ah, sé muy bien que sois demasiado bueno, y que sólo queréis perdonar! –Y pues, Jonás, le dice el Señor, ¿es que tú querrías que hiciera morir a tantas personas que se han humillado ante mí? ¡Oh no! no, Jonás, yo no sería capaz de ello; sino todo lo contrario, les amaré y los guardaré.»

SANTORAL - SAN LUIS ORIONE

 12 de Marzo


    Nació en Pontecurone, Italia, el 23 de junio de 1872. Tenía 13 años cuando se abrazó a la vida religiosa ingresando en el convento franciscano de Voghera, Pavía. Pero graves problemas de salud dieron al traste momentáneamente con su sueño. Su destino sería otro. Durante tres años, los que median entre 1886 y 1889, tuvo la gracia de formar parte de los discípulos de Don Bosco en el Oratorio turinés de Valdocco. Y concluida allí su formación, ingresó en el seminario de Tortona. Lo que aprendió en Valdocco, con el testimonio de Don Bosco, dejó en él una huella imborrable. Antes de ser sacerdote, ya había puesto en marcha el Oratorio «San Luis», y un colegio en el barrio de San Bernardino. Eran los primeros signos de su impronta apostólica con niños y jóvenes que no tenían recursos económicos. Fue ordenado en abril de 1895. Ese año fundó la Pequeña Obra de la Divina Providencia. Y en 1899 los Ermitaños de la Divina Providencia, integrada por el grupo de clérigos y sacerdotes que se aglutinaron en torno a él. En 1903 el obispo de Tortona, Mons. Bandi, se apresuró a reconocer canónicamente estas fundaciones que tenían como objeto de su acción los desposeídos, los humildes, los afectados por lesiones físicas y morales, etc., atendidos en sus «Pequeños Cottolengos». Para los enfermos y ancianos, entre otros, Luis puso en marcha hospitales diversos. El admirable plan de vida que se había trazado, basado exclusivamente en el Evangelio: «hacer el bien siempre a todos, el mal nunca a nadie», estaba dando sus frutos. Aspiró a tener «un corazón grande y generoso capaz de llegar a todos los dolores y a todas las lágrimas», y lo consiguió.

    En 1915 vio la luz otra de sus obras: las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad, y creó el primer Cottolengo. Los frutos se multiplicaban. Se había implicado de lleno en la Sociedad de Mutuo Socorro San Marciano y en la Conferencia de San Vicente, y toda acción que lleva a cabo un apóstol redunda en numerosas bendiciones. Surgieron casas en Pavía, Sicilia, Roma… Prestó su ayuda a los damnificados en los terremotos que asolaron las regiones de Reggio, Messina y Marsica. Desempeñó la misión de vicario general de Messina a petición de Pío X, ante quien realizó sus votos perpetuos en 1912. Entre 1920 y 1927 fundó las Hermanas adoratrices Sacramentinas invidentes, y las Contemplativas de Jesús crucificado. Este prolífico fundador no fue ajeno a las dificultades histórico-sociales que afectaron a la Iglesia y al mundo en la época que le tocó vivir. Para contrarrestarlas solo cabía la santidad, y así lo dijo: «Tenemos que ser santos, pero no tales que nuestra santidad pertenezca solo al culto de los fieles o quede solo en la Iglesia, sino que trascienda y proyecte sobre la sociedad tanto esplendor de luz, tanta vida de amor a Dios y a los hombres que más que ser santos de la Iglesia seamos santos del pueblo y de la salvación social». Envió misioneros a diversos países de Europa y de América del Sur. Y él mismo viajó por diversos países del Cono Sur en 1921. Volvió después y entre 1934 hasta 1937 permaneció en esta zona impulsando las fundaciones y asociaciones para laicos, entre las que también se cuentan las «Damas de la Divina Providencia», los «Ex Alumnos» y los «Amigos».

    Su edificante existencia fue la de un hombre de oración, devoto de María, sencillo, humilde, intrépido. Un apóstol entregado a Cristo por completo, que viendo su rostro en el sufrimiento de las personas que conoció, hizo todo lo que estuvo en su mano para asistirlas. Un insigne predicador y confesor. Un fundador que gozó de la confianza de la Santa Sede, pero al que no faltaron incomprensiones, oposiciones, dificultades, y sufrimientos a todos los niveles. Su amor al Santo Padre le llevó a incluir un cuarto voto de fidelidad a él. Fue impulsor de dos santuarios. A lo largo de su vida llegó a «ver y sentir a Cristo en el hombre». Con gran visión se adelantó a los tiempos, impulsando todas las vías de la nueva evangelización. Decía a los suyos: «¿Son tiempos nuevos? Fuera los miedos. No dudemos. Lancémonos en las formas nuevas, en los nuevos métodos… No nos fosilicemos: basta conseguir sembrar, basta poder arar a Jesucristo en la sociedad y fecundarla de Cristo». Estaba claro que quería combatir el inmovilismo y la rutina enemigos del apóstol. Murió el 12 de marzo de 1940 en la casa de San Remo, exclamando: «¡Jesús! ¡Jesús! Voy». Fue beatificado por Juan Pablo II el 26 de octubre de 1980, quien glosó su existencia recordando que fue: «un hombre tierno y sensible hasta las lágrimas; infatigable y valiente hasta el agotamiento; tenaz y dinámico hasta el heroísmo; afrontando peligros de todo género; iluminando a hombres sin fe; convirtiendo a pecadores; siempre recogido en continua y confiada oración...». Este mismo pontífice lo canonizó el 16 de mayo de 2004.

Oremos

    San Luis Orione, que desde tus más tiernos años sentiste una irresistible atracción hacia Dios, y, animado por una devoción filial a la Santísima Virgen, ofreciste la vida entera en holocausto de amor a Cristo y a la Iglesia, en generoso servicio de caridad hacia los hermanos, especialmente hacia los que sufren y los pobres, tus predilectos: Obtennos la gracia de seguir tu ejemplo, para servir a Dios y al prójimo con tu misma generosidad y difundir ampliamente el mensaje de amor que Dios, por tu intermedio, ha querido comunicar al mundo entero. Amén.

-FRASE DEL DÍA-