martes, 4 de marzo de 2025

-PROPÓSITO DEL DÍA- "Para que por la práctica de los consejos evangélicos y la vida de oración, podamos crecer en el amor a Dios y nuestros hermanos"



 

EVANGELIO - 05 de Marzo - San Mateo 6,1-6.16-18.

 

   Libro de Joel 2,12-18.

    Ahora dice el Señor: Vuelvan a mí de todo corazón, con ayuno, llantos y lamentos.
    Desgarren su corazón y no sus vestiduras, y vuelvan al Señor, su Dios, porque él es bondadoso y compasivo, lento para la ira y rico en fidelidad, y se arrepiente de tus amenazas.
    ¡Quién sabe si él no se volverá atrás y se arrepentirá, y dejará detrás de sí una bendición: la ofrenda y la libación para el Señor, su Dios!
    ¡Toquen la trompeta en Sión, prescriban un ayuno, convoquen a una reunión solemne, reúnan al pueblo, convoquen a la asamblea, congreguen a los ancianos, reúnan a los pequeños y a los niños de pecho! ¡Que el recién casado salga de su alcoba y la recién casada de su lecho nupcial!
    Entre el vestíbulo y el altar lloren los sacerdotes, los ministros del Señor, y digan: "¡Perdona, Señor, a tu pueblo, no entregues tu herencia al oprobio, y que las naciones no se burlen de ella! ¿Por qué se ha de decir entre los pueblos: Dónde está su Dios?".
    El Señor se llenó de celos por su tierra y se compadeció de su pueblo.


Salmo 51(50),3-4.5-6a.12-13.14.17.

¡Ten piedad de mí, Señor, por tu bondad,
por tu gran compasión, borra mis faltas!
¡Lávame totalmente de mi culpa
y purifícame de mi pecado!

Porque yo reconozco mis faltas
y mi pecado está siempre ante mí.
Contra ti, contra ti sólo pequé
Crea en mí, Dios mío, un corazón puro,

y renueva la firmeza de mi espíritu.
No me arrojes lejos de tu presencia
ni retires de mí tu santo espíritu.
Devuélveme la alegría de tu salvación,

que tu espíritu generoso me sostenga:
Abre mis labios, Señor,
y mi boca proclamará tu alabanza.


    Carta II de San Pablo a los Corintios 5,20-21.6,1-2.

    Hermanos: Nosotros somos, entonces, embajadores de Cristo, y es Dios el que exhorta a los hombres por intermedio nuestro. Por eso, les suplicamos en nombre de Cristo: Déjense reconciliar con Dios.
    A aquel que no conoció el pecado, Dios lo identificó con el pecado en favor nuestro, a fin de que nosotros seamos justificados por él.
    Y porque somos sus colaboradores, los exhortamos a no recibir en vano la gracia de Dios.
    Porque él nos dice en la Escritura: En el momento favorable te escuché, y en el día de la salvación te socorrí. Este es el tiempo favorable, este es el día de la salvación.


    Evangelio según San Mateo 6,1-6.16-18.

    Jesús dijo a sus discípulos: Tengan cuidado de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos: de lo contrario, no recibirán ninguna recompensa del Padre que está en el cielo.
    Por lo tanto, cuando des limosna, no lo vayas pregonando delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser honrados por los hombres. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa.
    Cuando tú des limosna, que tu mano izquierda ignore lo que hace la derecha, para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
    Cuando ustedes oren, no hagan como los hipócritas: a ellos les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa.
    Tú, en cambio, cuando ores, retírate a tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
    Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como hacen los hipócritas, que desfiguran su rostro para que se note que ayunan. Les aseguro que con eso, ya han recibido su recompensa.
    Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro, para que tu ayuno no sea conocido por los hombres, sino por tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

    Palabra del Señor

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - 05 de Marzo - "Ejercicios de la Cuaresma: la limosna, la oración, el ayuno"


San Pedro Crisólogo (c. 406-450) obispo de Ravenna, doctor de la Iglesia Sermón 8; CCL 24, 59; PL 52, 208 


"Ejercicios de la Cuaresma: la limosna, la oración, el ayuno"
     
    Hermanos míos, hoy empezamos el gran viaje de la Cuaresma. Por lo tanto llevemos en nuestro barco todas nuestras provisiones de comida y bebida, colocando sobre el casco misericordia  abundante que necesitaremos. Porque nuestro ayuno tiene hambre, nuestro ayuno tiene sed, sino se nutre de bondad, sino se sacia de misericordia. Nuestro ayuno tiene frío, nuestro ayuno falla, si la cabellera de la limosna no lo cubre, si el vestido de la compasión no lo envuelve.

     Hermanos, lo que es la primavera para la tierra, la misericordia es para el ayuno: el viento suave de la primavera hace florecer todos los brotes de las llanuras; la misericordia del ayuno siembra nuestras semillas hasta la floración, estas dan fruto hasta la recolecta celestial. Lo que es el aceite para la lámpara, la bondad es para el ayuno.

   Como la materia grasa del aceite mantiene encendida la luz de la lámpara y, también con un pequeño alimento, la hace brillar para consuelo de todos en la noche, así también la bondad hace resplandecer el ayuno: desprende rayos hasta que alcanza el pleno esplendor de la continencia. Lo que es el sol para el día, la limosna es para el ayuno: el esplendor del sol aumenta la plenitud del día, disipa la oscuridad de la noche; la limosna acompaña el ayuno santificando la santidad y, gracias a la luz de la bondad, purifica de nuestros deseos todo lo que podría ser mortífero. En una palabra, lo que es el cuerpo para el alma, la generosidad es para el ayuno: cuando el alma se retira del cuerpo, le ocasiona la muerte; si la generosidad se aleja del ayuno, es su muerte.

SANTORAL - SANTOS ADRIAN Y NATALIA

 05 de Marzo


    San Adrián. Este último era un centurión romano, de la milicia imperial, en la época del emperador Maximiano, a finales del siglo III. En una ocasión, mientras custodiaba a 33 cautivos cristianos condenados al martirio, estos lo convirtieron a su fe cuando él les preguntó qué recompensa esperaban obtener por el castigo que estaban a punto de sufrir. "La gloria de Dios", fue la convincente respuesta.

    Adrián los dejó libres y, desde luego, fue apresado por orden del propio emperador. Lo torturaron para que confesara dónde estaban los prisioneros, pero Adrián resistió. Ante su negativa, hicieron traer a su esposa, Natalia, para que presenciara el suplicio. Ella, que era cristiana en secreto desde hacía algún tiempo, en lugar de presionarlo para que confesara, le dio ánimos para resistir, para que no pensara el mundo terrenal, sino en la gloria divina.

    Los torturadores, entonces, cortaron las manos del centurión, que murió desangrado. Su esposa escondió una de sus manos entre la ropa y huyó, al poco tiempo, junto a otros cristianos en un barco, llevando sólo la mano de su esposo. Pero en mitad de la travesía, una terrible tormenta dejó la nave a la deriva.

    Entonces la mano de Adrián tomó el timón y llevó a los fugitivos a un sitio seguro. Luego, Natalia llevó la mano al lugar donde estaba enterrado el mártir, la puso junto al cuerpo y murió abrazada al esposo.

Oremos


    Dios todopoderoso y eterno, que diste a los santos mártires Adriano y Natalia la valentía de aceptar la muerte por el nombre de Cristo: concede también tu fuerza a nuestra debilidad para que, a ejemplo de aquellos que no dudaron en morir por tí, nosotros sepamos también ser fuertes, confesando tu nombre con nuestras vidas. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén

-FRASE DEL DÍA-



 

lunes, 3 de marzo de 2025

MES DE SAN JOSÉ

CUARTO DÍA: SUEÑO DE SAN JOSÉ


 Sueño de San José

    El ángel del Señor fue enviado a José y le dijo: No temas, José, en tomar a María por esposa, porque lo que nacerá es del Espíritu Santo. (Mt I). El Señor mismo viendo las inquietudes que había concebido José, fue a tranquilizarlo; por el ministerio de los Espíritus celestes, le reveló la maternidad milagrosa de la Virgen, y le confió el cuidado de la infancia del divino Mesías. María concebirá y dará a luz un hijo y le darán por nombre Jesús. A la confianza de junta el depósito de autoridad, más grande que el primer José, a quien el Faraón confió sus tesoros, recibe el tesoro del Cielo, el don que el Altísimo hace a los hombres, el Redentor prometido a Adán y Eva, prometido a Abrahán; el legislador divino del que Moisés dijo: les vendrá un profeta semejante a mí. Ese Mesías tan esperado, concebido en el seno de la inmaculada María, se hace hijo de san José, y toma inmediatamente para ese querido Hijo un corazón paternal.

    Una palabra de Dios basta para despertar su fe y su devoción. Si pudiésemos imitar su confianza en la divina Bondad, cuán felices seríamos, pero Dios no olvida nunca a los que se fían de Él, la Providencia de Dios los rodea como un santo y precioso vestido; no temen nada, puesto que tienen por defensor a Quien todo lo puede y a quien todo es sometido en el cielo y en la tierra.

Oración

    Agradezco al divino Hijo que se digno elegir a la santísima Virgen María por su Madre bien amada, y al Patriarca san José por su padre putativo. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
San José, servidor fiel y prudente, ruega por nosotros.

MES DE SAN JOSÉ

TERCER DÍA: EL MATRIMONIO DE SAN JOSÉ


 El matrimonio de San José

    La santísima Virgen María fue llevada al Templo, y cuando tenía catorce años, el sumo sacerdote pensó en casarla; convocó a los descendientes de David, que eran los únicos que podían aspirar a la mano de esta Virgen, que también descendía de este santo rey; y José se encontraba entre ellos. Una antigua tradición dice que se envió a los pretendientes una rama de árbol que debían sostener en la mano, mientras que los sacerdotes ofrecían un sacrificio al Señor: la rama que sostenía José floreció y dejó ver un lirio resplandeciente de blancura; ese signo lo designó, y fue propuesto a María como su prometido. Sumisa a la voluntad de Dios, ella aceptó, y su santísimo y purísimo matrimonio fue consagrado según la ley de Moisés. Los ángeles del Cielo admiraron esta bella y virginal unión, que hacía de San José el protector, el guardián, el amigo de la Virgen Inmaculada y de María, la sierva, la amiga, la compañera devota del más justo de los hombres. Están unidos porque Dios lo quiere, para cumplir los designios de Dios, para vivir bajo su mirada y cumplir su ley. Hijos, ustedes no conocen cuál es la vocación a la que los llama el señor, pero sea cual fuere,.pueden prepararse mediante la oración, mediante la guarda de su corazón y por una santa fidelidad para seguir las opiniones de aquel que ha tomado el cuidado de sus conciencias. Dios, que verá la preparación de sus almas los bendecirá.


Oración

    Agradezco al Padre eterno que se dignó elegir a la santísima Virgen María como Madre de Dios y al Patriarca san José por su esposo. Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo, como era en un principio ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. San José, casto esposo de la más pura de las Vígenes, ora por nosotros. Amén.

-PROPÓSITO DEL DÍA- "Para que por la práctica de los consejos evangélicos y la vida de oración, podamos crecer en el amor a Dios y nuestros hermanos"



 

EVANGELIO - 04 de Marzo - San Marcos 10,28-31.


    Libro de Eclesiástico 35,1-15.

    Observar la Ley es como presentar muchas ofrendas y ser fiel a los mandamientos es ofrecer un sacrificio de comunión; devolver un favor es hacer una oblación de harina y hacer limosna es ofrecer un sacrifico de alabanza.
    La manera de agradar al Señor es apartarse del mal, y apartarse de la injusticia es un sacrificio de expiación.
    No te presentes ante el Señor con las manos vacías, porque todo esto lo prescriben los mandamientos.
    Cuando la ofrenda del justo engrasa el altar, su fragancia llega a la presencia del Altísimo.
    El sacrificio del justo es aceptado y su memorial no caerá en el olvido.
    Glorifica al Señor con generosidad y no mezquines las primicias de tus manos.
    Da siempre con el rostro radiante y consagra el diezmo con alegría.
    Da al Altísimo según lo que él te dio, y con generosidad, conforme a tus recursos, porque el Señor sabe retribuir y te dará siete veces más.
    No pretendas sobornarlo con un don, porque no lo aceptaría, y no te apoyes en un sacrificio injusto.
    Porque el Señor es juez y no hace distinción de personas: no se muestra parcial contra el pobre y escucha la súplica del oprimido; no desoye la plegaria del huérfano, ni a la viuda, cuando expone su queja.
    ¿No corren las lágrimas por las mejillas de la viuda y su clamor no acusa al que las hace derramar?


Salmo 50(49),5-6.7-8.14.23.

¡El Señor es el único Juez!

“Reúnanme a mis amigos,
a los que sellaron mi alianza con un sacrificio”.
¡Que el cielo proclame su justicia,
porque el Señor es el único Juez!

“Escucha, pueblo mío, yo te hablo;
Israel, voy a alegar contra ti:
yo soy el Señor, tu Dios.
No te acuso por tus sacrificios:

¡tus holocaustos están siempre en mi presencia!
Ofrece al Señor un sacrificio de alabanza
y cumple tus votos al Altísimo;
El que ofrece sacrificios de alabanza,

me honra de verdad;
y al que va por el buen camino,
le haré gustar la salvación de Dios."


    Evangelio según San Marcos 10,28-31.

    Pedro le dijo a Jesús: "Tú sabes que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido".
    Jesús respondió: "Les aseguro que el que haya dejado casa, hermanos y hermanas, madre y padre, hijos o campos por mí y por la Buena Noticia, desde ahora, en este mundo, recibirá el ciento por uno en casas, hermanos y hermanas, madres, hijos y, campos, en medio de las persecuciones; y en el mundo futuro recibirá la Vida eterna.
    Muchos de los primeros serán los últimos y los últimos serán los primeros".

    Palabra del Señor 

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - 04 de Marzo - "Dejarlo todo para seguirle"


Santa Madre Teresa de Calcuta (1910-1997) fundadora de las Hermanas Misioneras de la Caridad El amor más grande, pág. 40


"Dejarlo todo para seguirle"
    
    Las riquezas, tanto las materiales como las espirituales, pueden ahogarnos si no las usamos bien. Porque ni siquiera Dios puede poner algo en un corazón que ya está lleno. Un día surge el deseo de tener dinero y todas las cosas que éste puede proporcionar, las cosas superfluas, lujos en la comida, exquisiteces en el vestir. Las necesidades aumentan porque una cosa lleva a la otra, y la consecuencia es una insatisfacción incontrolable. Conservémonos todo lo vacíos que podamos para que Dios pueda llenarnos. 

    Nuestro Dios nos da el ejemplo: desde el primer día de su existencia humana se crío en una pobreza que ningún ser humano podrá experimentar jamás, porque “Siendo rico se hizo pobre” (2 Co 8,9). Siendo rico se vació a sí mismo. En esto es donde está la contradicción. Si deseo ser pobre como Cristo, que se hizo pobre aun cuando era rico, yo debo hacer lo mismo. Sería vergonzoso ser más ricos que Jesús, quien soportó la pobreza para nuestro bien. 

    En la cruz Cristo no tenía nada. La cruz se la dio Pilatos; los clavos y la corona, los soldados. Estaba desnudo. Cuando murió le quitaron la cruz, los clavos y la corona. Lo envolvieron en un trozo de lienzo donado por un alma caritativa y lo enterraron en una tumba que no le pertenecía. Aunque podría haber muerto como un rey e incluso haberse librado de la muerte, eligió la pobreza porque sabía que ése era el auténtico camino para poseer a Dios y para traer su amor a la tierra.
 

SANTORAL - SAN GIOVANNI ANTONIO FARINA

04 de Marzo


     Nació en Gambellara, Vicenza, Italia el 11 de enero de 1803. Un hermano de su padre era sacerdote y en él recayó la responsabilidad de su formación académica y espiritual, paliando el vacío existente en los pueblos pequeños faltos de escuelas, deficiencia que no le afectó porque tuvo la fortuna de hallar en su tío a un hombre de Dios que, además, estaba bien preparado. Ingresó en el seminario de Vicenza con 15 años y se convirtió en profesor del mismo cuando tenía 21 y aún era alumno de teología. Fue ordenado sacerdote en 1827 y prosiguió ejerciendo la docencia en el seminario, misión que ocupó dieciocho años de su vida. Durante una década fue capellán de la parroquia de san Pedro en Vicenza de la que se hizo cargo al ser ordenado. En esa época ya estaba en marcha la Pía obra de santa Dorotea dedicada a proporcionar educación y formación espiritual cristiana a las niñas de la localidad, cuya dirección le ofrecieron en 1827. Tres años más tarde fue invitado a implicarse también en la gerencia de la Escuela de Caridad, cuya existencia se debía a la generosidad del conde milanés Baldassare Porta, quien pensaba en las niñas que mendigaban por las calles y sufrían abandono.

    En 1831 Giovanni fusionó estas dos obras. A su competencia como profesional de la enseñanza, añadía prudencia, audacia y visión. Estaba al tanto de las últimas corrientes pedagógicas, simpatizando especialmente con las tesis de Lambruschini, de Pestalozzi y de Girard. Todo ello enriquecido por el influjo de Felipe Neri, Calasanz y La Salle dio como resultado una labor de indiscutible riqueza humana y espiritual. Efectuó un proyecto ambicioso y, a la par, sencillo, factible. Puso en marcha una escuela gratuita que tenía como objeto la educación de la mujer equiparando su formación a la que recibían los varones. La consideraba igualmente digna de recibir una enseñanza integral, y además, subrayaba su importante papel en el tejido familiar y social. El proyecto fue aprobado por las autoridades. Así nacía la primera escuela popular femenina. En 1836 se percató de que las educadoras no podían quedarse ancladas en el compromiso de una acción laboral remunerada, sino que debían ir más lejos. Y buscó «maestras de auténtica vocación, consagradas al Señor y dedicadas totalmente a la educación de las niñas pobres». En noviembre de ese año puso en marcha el Instituto de las «Hermanas Maestras de S. Dorotea, Hijas de los Sagrados Corazones» con tres maestras (religiosas) y con la directora y cofundadora, Redenta Olivieri.

    La tarea de las religiosas, que comenzó con las niñas necesitadas, se extendió después a las de clases pudientes, a ciegas y a sordomudas. Él quería que inculcaran «la formación de la mente y del corazón de las jóvenes, sembrando en ellas los primeros gérmenes del temor de Dios, y de las virtudes sociales». Fue para todas como un padre excepcional y entrañable amigo. A esta misión que compaginaba con su participación en distintas instituciones espirituales y culturales realizadas en la ciudad, añadiría luego la asistencia a enfermos y ancianos recluidos en hospitales, asilos y en sus propios domicilios, junto a la dirección de la Escuela Pública primaria y superior. En 1839 recibió el decreto de alabanza de Gregorio XVI. La primera «Casa Asilo» de Vicenza y el «Instituto de los Expuestos» en manos de las religiosas se convirtieron en centros de emblemática asistencia a los necesitados. Giovanni fue designado obispo de Treviso en 1851 desarrollando una acción pastoral en la que los pobres y enfermos recibían de forma preeminente su atención. Por ella se le denominó «el obispo de los pobres». Se dedicó a formar a los fieles, al clero y a los jóvenes. Tuvo que sortear muchos obstáculos incluidos los creados por miembros del cabildo catedralicio que vetaron incluso la celebración del Sínodo diocesano. La oposición conllevaba la paralización de muchos proyectos apostólicos que un espíritu como el suyo no cesaba de forjar. Sabía que «las obras de Dios están sujetas a contradicciones». Diez años de sufrimientos en esta misión no pudieron doblegar el noble corazón de un hombre que vivía completamente volcado en los demás. Hacía notar: «la verdadera ciencia consiste en la educación del corazón, es decir, en el práctico temor de Dios»; una sencilla y efectiva lección. El santo temor al que aludía era en su vida un instrumento activo de una fuerza y fecundidad apostólica imparables.

    En 1861 fue destinado a la sede episcopal de Vicenza, y en ella pudo desarrollar su amplio programa espiritual y educativo. Se trasladaba a pie o a lomos de una mula. Así recorría kilómetros para llevar el mensaje de la fe, el consuelo y aliento a todos, con especial dilección por los pobres y ancianos sacerdotes. Era un hombre de oración, gran devoto del Sagrado Corazón de Jesús, de la Eucaristía y de la Virgen María, y ese amor especialísimo lo infundía por doquier. Fue un prelado aclamado, pero también vituperado. A las muestras de gratitud por su fértil misión se unían voces acusadoras sin fundamento alguno que le ocasionaron grandes sufrimientos. Su respuesta, como la de todo fiel seguidor de Cristo, fue el perdón. Todo lo acogió en silencio llevado por su ardiente caridad, la que hizo que fuera conocido como «el hombre de la caridad». Sufrió una grave enfermedad en 1886 que le dejó extremadamente debilitado. Dos años más tarde, el 4 de marzo de 1888, murió de un ataque de apoplejía. En 1905 Pío X, que en su momento había sido ordenado sacerdote por Giovanni, aprobó el Instituto fundado por éste. Juan Pablo II lo beatificó el 4 de noviembre de 2001. Fue canonizado por el Papa Francisco el 23 de noviembre de 2014.

Oremos
    
    Oh Dios Padre, única fuente de santidad, te damos gracias porque nos has dado en el San Giovanni Antonio Farina un pastor infatigable, un maestro intrépido y un padre de los pobre. Alimentado de tu palabra y de la Divina Eucaristía, encendido de caridad del corazón de tu Hijo y de la Virgen María, lo hiciste fuerte en las pruebas de la vida y lleno de compasión ante el sufrimiento de los hermanos. A imitación suya concédenos amor y fidelidad a la Iglesia, sentimientos de misericordia y ternura para servirte en los pequeños, en los pobres, en los enfermos. Danos tu Santo Espíritu para colaborar contigo en la construcción de tu reino y abrir las puertas del mundo a cristo tu hijo. Concédenos Señor por su intercesión, la gracia que necesitamos. Amén.

-FRASE DEL DÍA-