sábado, 19 de octubre de 2024

EVANGELIO - 20 de Octubre - San Marcos 10,35-45.


    Libro de Isaías 53,10-11.

    El Señor quiso aplastarlo con el sufrimiento. Si ofrece su vida en sacrificio de reparación, verá su descendencia, prolongará sus días, y la voluntad del Señor se cumplirá por medio de él.
    A causa de tantas fatigas, él verá la luz y, al saberlo, quedará saciado. Mi Servidor justo justificará a muchos y cargará sobre sí las faltas de ellos.

    Palabra de Dios


Salmo 33(32),4-5.18-19.20.22.

Porque la palabra del Señor es recta
y él obra siempre con lealtad;
él ama la justicia y el derecho,
y la tierra está llena de su amor.

Los ojos del Señor están fijos sobre sus fieles,
sobre los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y sustentarlos en el tiempo de indigencia.

Nuestra alma espera en el Señor;
él es nuestra ayuda y nuestro escudo.
Señor, que tu amor descienda sobre nosotros,
conforme a la esperanza que tenemos en ti.


    Carta a los Hebreos 4,14-16.


    Y ya que tenemos en Jesús, el Hijo de Dios, un Sumo Sacerdote insigne que penetró en el cielo, permanezcamos firmes en la confesión de nuestra fe.
    Porque no tenemos un Sumo Sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades; al contrario él fue sometido a las mismas pruebas que nosotros, a excepción del pecado.
    Vayamos, entonces, confiadamente al trono de la gracia, a fin de obtener misericordia y alcanzar la gracia de un auxilio oportuno.

    Palabra de Dios


    Evangelio según San Marcos 10,35-45.

    Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, se acercaron a Jesús y le dijeron: "Maestro, queremos que nos concedas lo que te vamos a pedir".
    El les respondió: "¿Qué quieren que haga por ustedes?".
    Ellos le dijeron: "Concédenos sentarnos uno a tu derecha y el otro a tu izquierda, cuando estés en tu gloria".
    Jesús les dijo: "No saben lo que piden. ¿Pueden beber el cáliz que yo beberé y recibir el bautismo que yo recibiré?".
    "Podemos", le respondieron. Entonces Jesús agregó: "Ustedes beberán el cáliz que yo beberé y recibirán el mismo bautismo que yo.
    En cuanto a sentarse a mi derecha o a mi izquierda, no me toca a mí concederlo, sino que esos puestos son para quienes han sido destinados".
    Los otros diez, que habían oído a Santiago y a Juan, se indignaron contra ellos.
    Jesús los llamó y les dijo: "Ustedes saben que aquellos a quienes se considera gobernantes, dominan a las naciones como si fueran sus dueños, y los poderosos les hacen sentir su autoridad.
    Entre ustedes no debe suceder así. Al contrario, el que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes; y el que quiera ser el primero, que se haga servidor de todos.
    Porque el mismo Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud".

    Palabra del Señor

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - 20 de Octubre - “Porque el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por todos.”


San Juan Crisóstomo (c. 345-407) presbítero en Antioquía, después obispo de Constantinopla, doctor de la Iglesia Homilías contra los anoméos, 8,6; PG 48, 776-777


“Porque el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, 
sino para servir y dar su vida en rescate por todos.”
   
    Lo que los dos hermanos, Juan y Santiago querían, al aspirar a los primeros puestos, a los cargos y honores más destacados, era según mi parecer, tener autoridad sobre los demás. Por esto Jesús se opone a su pretensión. Descubre y pone al desnudo sus pensamientos secretos cuando les dice: “El que quiera ser primero, sea esclavo de todos.” Dicho de otra manera: "Si aspiráis a los primeros puestos y a los grandes honores, buscad el último lugar, esforzaos a ser los más sencillos, los más humildes y pequeños entre todos. Poneos detrás de los otros. Esta es la virtud que conduce al honor que deseáis. Tenéis cerca de vosotros un ejemplo elocuente, 'porque el Hijo del hombre  no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por todos.' Así obtendréis gloria y celebridad. Mirad lo que me toca vivir no busco ni honra ni gloria, y no obstante, el bien que realizo de esta manera es infinito.”

    Lo sabemos: antes de la encarnación de Cristo  y su abajamiento, todo estaba perdido, todo estaba corrompido; pero, después de que él se humillara, nos lo ha revelado todo. Ha abolido la maldición, ha destruido la muerte, ha abierto el paraíso, ha dado muerte al pecado, ha roto los cerrojos de las puertas del cielo para introducir las primicias de nuestra humanidad. El ha propagado la fe por todo el mundo. Ha expulsado el error y ha establecido la verdad. Ha hecho tomar posesión del trono a las primicias de nuestra naturaleza. Cristo es el autor de beneficios innumerables que mi palabra ni ninguna palabra humana es capaz de expresar. Antes de su abajamiento, sólo los ángeles lo contemplaron, pero después que él se humillara la raza humana entera lo ha reconocido.

SANTORAL - SANTA MARÍA BERTILA BOSCARDIN

20 de Octubre


    En Treviso, en Italia, Santa María Bertila (Ana Francisca) Boscardin, virgen de la Congregación de las Hermanas de Santa Dorotea de los Sagrados Corazones, que en su trabajo en un hospital se mostró solicita de la salud corporal y espiritual de los enfermos.

    «La fuerza del Sacramento de la Eucaristía me alcanza siempre y en todas partes para que yo me comporte con responsabilidad... Porque yo siento necesidad de estar un rato con nuestro Señor.»

    Santa Bertilia siguió el «caminito espiritual» de santa Teresa del Niño Jesús. Era una mujer de gran juicio práctico y voluntad muy firme que se santificó cumpliendo sencillamente su deber de todos los días, a pesar de su mala salud, su reducida capacidad intelectual y su falta de iniciativa. Nació en 1888, en Brendola, entre Vicenza y Verona, en el seno de una pobre familia de campesinos. Su nombre de pila era Ana Francisca, pero todos la llamaban Anita. El P. Emigdio Federici, su biógrafo, escribe que Anita era una niña «tranquila y muy trabajadora, cuya infancia no tuvo nada de pintoresco». Ángel Boscardin, el padre de Anita, era un hombre muy celoso y dado a la bebida, de suerte que los pleitos abundaban en su casa, según testificó él mismo en el proceso de beatificación de su hija. Anita no podía asistir regularmente a la escuela, pues desde pequeña tuvo que trabajar en el hogar y ganar un poco de dinero ayudando en casa de los vecinos. Sus compañeros de juegos la apodaban «la tontita». Probablemente no les faltaba razón, ya que, cuando el P. Capovilla, párroco del lugar, habló de la vocación religiosa de la niña con el arcipreste Gresele, éste no pudo contener la risa. Sin embargo, como la consideraba por lo menos suficientemente inteligente para pelar patatas, el P. Gresele habló de Anita a ciertas religiosas, quienes se negaron a admitirla.

    Como quiera que fuese, a los dieciséis años Anita ingresó en el convento de las Hermanas de Santa Dorotea, en Vicenza y recibió el nombre de Bertilia, en honor de la santa abadesa de Chelles. La joven dijo a su maestra de novicias: «Yo no sé hacer nada. Soy una inútil, una 'tontita'. Enseñadme a ser santa». La hermana Bertilia pasó un año ayudando en la cocina, en la panadería y en la lavandería. Después, fue enviada a aprender las tareas de enfermera en Treviso, donde las hermanas de Santa Dorotea tenían a su cargo el hospital municipal. Pero la superiora prefirió emplearla como ayudante de la cocinera. Anita no pudo salir de la cocina hasta después de su profesión. En 1907, pasó a ayudar en el pabellón de los niños diftéricos y, a partir de entonces, vivió consagrada al cuidado de los enfermos. Pero, bien pronto contrajo una penosa enfermedad que la atormentó durante los últimos doce años de su vida. y la llevó finalmente al sepulcro, a pesar de las intervenciones de los cirujanos.

    A principios de 1915, el hospital de Treviso fue ocupado por las tropas. Dos años más tarde, a raíz de la derrota de Caporetto, el ejército italiano tuvo que replegarse a Piave, y el hospital quedó en pleno frente de batalla. Durante los bombardeos aéreos, en tanto que el terror paralizaba a algunas de sus hermanas, santa Bertilia, no menos asustada, se ocupaba en llevar café y vino de Marsala a los enfermos, sin que sus quehaceres le impidieran pasar las cuentas de su rosario. Bertilia y algunas de sus hermanas fueron pronto enviadas a un hospital militar de Viggiu, en las cercanías de Como. El capellán, Pedro Savoldelli y el oficial, Mario Lameri, no pudieron menos de admirar la laboriosidad y la caridad de Bertilia. En cambio, la superiora no supo apreciar las cualidades de su súbdita, como había sucedido ya con otras superioras, y la reprendía por trabajar exageradamente y por estar demasiado apegada a los enfermos. Finalmente, acabó por enviarla a la lavandería. Bertilia trabajó allí sin una queja durante cuatro meses, hasta que la madre general, una mujer extraordinaria que se llamaba Azelia Farinea, comprendió la injusticia y sacó a la santa de Viggiu.

    Después del armisticio, la hermana Bertilia retornó al hospital de Treviso, donde se le confió el pabellón de infecciosos para niños. La salud de la hermanita iba de mal en peor; tres años más tarde los médicos decidieron operarla. La operación resultó fatal, y la hermana Bertilia murió tres días después, el 20 de octubre de 1922. En el primer aniversario de su muerte, se puso en el Hospital de Treviso una placa con la siguiente inscripción: «A la hermana Bertilia Boscardin, alma escogida y de bondad heroica, quien durante varios años alivió como un ángel el sufrimiento humano en este hospital ...» El pueblo empezó a acudir a la tumba de la hermana Bertilia en Treviso. Sus restos fueron más tarde trasladados a Vicenza, donde Dios obró por su intercesión muchas curaciones. Fue beatificada en 1952, en presencia de algunos miembros de su familia y de varios pacientes a los que había asistido, y el papa Juan XXIII la canonizó el 11 de mayo de 1961.

Oremos

    ¡Oh Jesús, que subes al cielo; oh Señor, Rey bendito e inmortal de los siglos, te damos gracias por haber asociado hoy a Santa Bertila a tu triunfo y haber encendido con ella una nueva estrella en el firmamento de tu Iglesia! Al volver al Padre prometiste no dejarnos nunca, y benignamente sigues estando con nosotros, también en el testimonio y amor de tus Santos, que son tu más bello  cortejo en el cielo y tu buen olor aquí en la tierra. Por intercesión de Santa Bertila y de todos los Santos, suscita en las almas, en las familias, en las diócesis semillas fecundas y siempre nuevas de santidad; numerosas y ardientes vocaciones; almas bellas y puras; familias sanas y generosas que vivan en tu santo amor. Y concédenos que, sostenidos por tu gracia y fortalecidos por los ejemplos de tus Santos, podamos honrarte todos los días con serenidad y alegría, ánimo y perseverancia para poder vivir una vida divina. Amén

-FRASE DEL DÍA-



 

viernes, 18 de octubre de 2024

-PROPÓSITO DEL DÍA- "Para que por la práctica de los consejos evangélicos y la vida de oración, podamos crecer en el amor a Dios y nuestros hermanos"



 

EVANGELIO - 19 de Octubre - San Lucas 12,8-12


    Carta de San Pablo a los Efesios 1,15-23.

    Por eso, habiéndome enterado de la fe que ustedes tienen en el Señor Jesús y del amor que demuestran por todos los hermanos, doy gracias sin cesar por ustedes recordándolos siempre en mis oraciones
    Que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, les conceda un espíritu de sabiduría y de revelación que les permita conocerlo verdaderamente.
    Que él ilumine sus corazones, para que ustedes puedan valorar la esperanza a la que han sido llamados, los tesoros de gloria que encierra su herencia entre los santos, y la extraordinaria grandeza del poder con que él obra en nosotros, los creyentes, por la eficacia de su fuerza. Este es el mismo poder que Dios manifestó en Cristo, cuando lo resucitó de entre los muertos y lo hizo sentar a su derecha en el cielo, elevándolo por encima de todo Principado, Potestad, Poder y Dominación, y de cualquier otra dignidad que pueda mencionarse tanto en este mundo como en el futuro.
    El puso todas las cosas bajo sus pies y lo constituyó, por encima de todo, Cabeza de la Iglesia, que es su Cuerpo y la Plenitud de aquel que llena completamente todas las cosas.


Salmo 8,2-3a.4-5.6-7.

¡Señor, nuestro Dios,
qué admirable es tu Nombre en toda la tierra!
Tú, que afirmaste tu majestad sobre el cielo,
con la alabanza de los niños

y de los más pequeños,
erigiste una fortaleza contra tus adversarios
para reprimir al enemigo y al rebelde.
Al ver el cielo, obra de tus manos,

la luna y la estrellas que has creado:
¿Qué es el hombre para que pienses en él,
el ser humano para que lo cuides?
Lo hiciste poco inferior a los ángeles,

lo coronaste de gloria y esplendor;
le diste dominio sobre la obra de tus manos.
Todo lo pusiste bajo sus pies.


    Evangelio según San Lucas 12,8-12.


    Les aseguro que aquel que me reconozca abiertamente delante de los hombres, el Hijo del hombre lo reconocerá ante los ángeles de Dios.
    Pero el que no me reconozca delante de los hombres, no será reconocido ante los ángeles de Dios.
    Al que diga una palabra contra el Hijo del hombre, se le perdonará; pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo, no se le perdonará.
    Cuando los lleven ante las sinagogas, ante los magistrados y las autoridades, no se preocupen de cómo se van a defender o qué van a decir, porque el Espíritu Santo les enseñará en ese momento lo que deban decir".

    Palabra del Señor

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - 19 de Octubre - «Aquel que me defienda delante de los hombres, el Hijo del hombre le defenderá ante los ángeles»


   San Rafael Arnaiz Barón, monje trapense español Escrito: ¿Por qué callarlo? Escritos Espirituales


«Aquel que me defienda delante de los hombres, 
el Hijo del hombre le defenderá ante los ángeles» 

    Cojo hoy en nombre de Dios la pluma, para que mis palabras al estamparse en el blanco papel sirvan de perpetua alabanza al Dios bendito, autor de mi vida, de mi alma y de mi corazón. Quisiera que el universo entero, con todos los planetas, los astros todos y los innumerables sistemas siderales, fueran una inmensa superficie tersa donde poder escribir el nombre de Dios.

    Quisiera que mi voz fuera más potente que mil truenos, y más fuerte que el ímpetu del mar, y más terrible que el fragor de los volcanes, para sólo decir, Dios. Quisiera que mi corazón fuera tan grande como el cielo, puro como el de los ángeles, sencillo como la paloma, para en él tener a Dios. Mas ya que toda esa grandeza soñada no se puede ver realizada, conténtate, hermano Rafael, con lo poco, y tú que no eres nada, la misma nada te debe bastar.

    ¡Qué hipocresía decir que nada tiene, el que tiene a Dios! ¡Sí!, ¿por qué callarlo? ¿Por qué ocultarlo? ¿Por qué no gritar al mundo entero, y publicar a los cuatro vientos, las maravillas de Dios? ¿Por qué no decir a las gentes, y a todo el que quiera oírlo? ¿Ves lo que soy? ¿Veis lo que fui? ¿Veis mi miseria arrastrada por el fango? Pues no importa, maravillaos, a pesar de todo, yo tengo a Dios, Dios es mi amigo, que se hunda el sol, y se seque el mar de asombro…, Dios a mí me quiere tan entrañablemente, que si el mundo entero lo comprendiera, se volverían locas todas las criaturas y rugirían de estupor. Más aún todo eso es poco.

    Dios me quiere tanto que los mismos ángeles no lo comprenden. ¡Qué grande es la misericordia de Dios! ¡Quererme a mí, ser mi amigo, mi hermano, mi padre, mi maestro, ser Dios y ser yo lo que soy! ¡Ah!, Jesús mío, no tengo papel ni pluma. ¡Qué diré! ¿Cómo no enloquecer? ¿Cómo es posible vivir, comer, dormir, hablar y tratar con todos? ¿Cómo es posible que aún tenga serenidad para pensar en algo que el mundo llama razonable, yo que pierdo la razón pensando en Ti? ¡Cómo es posible, Señor! Ya lo sé, Tú me lo has explicado, es por el milagro de la gracia.

SANTORAL - SANTOS JUAN DE BRÉBEUF, ISAAC JOGUES Y COMPAÑEROS MÁRTIRES

19 de Octubre


    Santos mártires Juan de Brébeuf e Isaac Jogues, presbíteros y compañeros de la Orden de la Compañía de Jesús, en el día en que san Juan de la Lande, religioso, fue asesinado por los paganos en el lugar llamado Ossernenon, entonces en territorio del Canadá, el mismo lugar donde algunos años antes había conseguido la corona del martirio san Renato Goupil. Son venerados conjuntamente sus santos compañeros Gabriel Lalemant, Antonio Daniel, Carlos Garnier y Natal Chabanel, que, en la región canadiense, en días distintos, después de muchas fatigas en la misión del pueblo de los hurones para anunciar el evangelio de Cristo a aquellas gentes, terminaron muriendo mártires.

    En estos años ha cambiado la actitud hacia los indios pielrojas. Se tiene conciencia de que la prepotencia de los blancos colonizadores destruyó la vida de pueblos de los que se aprecian, también demasiado tarde, algunas características. Pero, aun para estos pueblos se puede decir que el cristianismo y sobre todo los misioneros se han preocupado realmente por entablar un diálogo que permita hacer sobrevivir los valores más genuinos. Esto queda confirmado con los acontecimientos de los ocho jesuitas que murieron mártires en Canadá a mediados del siglo XVII, y sobre todo de Juan Brébeuf.

    Este había nacido en 1593 de una familia normana que había acompañado a Guillermo el Conquistador y a San Luis IX. Se hizo jesuita y fue ordenado sacerdote a los 29 años. Tres años después, en compañía de los Padres Massé y Lalemant y el franciscano Joseph Roche d'Aillon, partió para Canadá. La primera tribu con la cual tuvo contacto fue la de los Algonquinos, que acompañó cinco meses durante las cacerías por los bosques llenos de nieve; tenía grande espíritu de observación y buena memoria, y esto le facilitó el aprendizaje del idioma de la tribu, de la que escribió una gramática y un vocabulario. Pasó después entre los Hurones, en cuya lengua ya desaparecida redactó un catecismo, precioso aun desde el punto de vista filológico. Con infinita paciencia recomenzó la misión entre los Hurones, después que terminaron las luchas entre franceses e ingleses. Los indios lo admiraban mucho por su calma, su inteligencia y hasta por su fuerza (lo llamaban "el hombre que lleva los pesos"). Hacia 1637 pudo administrar los primeros bautismos a los adultos: cuando murió, ya había unos 7.000 Hurones cristianos.

    Toda su vida fue un martirio: "Nuestras chozas son de cortezas, como las de los salvajes... El interior de las chozas es una pequeña imagen del infierno. Ordinariamente no se ve ahí sino fuego y humo; aquí y allí se ven cuerpos desnudos, ennegrecidos y medio quemados, entre tropas de perros". El 16 de marzo de 1649 los Iroqueses enemigos de los Hurones, atacaron a la misión, amarraron a Brébeuf a un árbol, le arrancaron las uñas, lo despellejaron, lo torturaron de mil modos y, finalmente, admirados de su valentía, le abrieron el pecho y se comieron el corazón, para adueñarse de su fuerza de ánimo. Con siete de sus compañeros mártires (Antonio Daniel, Carlos Garnier, Gabriel Lalemant, Juan de La Lande, Isaac Jogues, Natale Chabanel y Renato Goupil)Ninguno abandonó su puesto, y cuando se les canonizó colectivamente en 1930 la iglesia les hizo modelos de las prioridades espirituales sobre la propia vida.

Oremos

    Oh Dios, tú quisiste que los comienzos de tu Iglesia en América del Norte fueran santificados con la predicación y la sangre de San Juan y San Isaac y sus compañeros, mártires, haz que, por su intercesión, crezca, de día en día y en todas las partes del mundo, una abundante cosecha de nuevos cristianos. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén

-FRASE DEL DÍA-



 

jueves, 17 de octubre de 2024

-PROPÓSITO DEL DÍA- "Para que por la práctica de los consejos evangélicos y la vida de oración, podamos crecer en el amor a Dios y nuestros hermanos"



 

EVANGELIO - 18 de Octubre - San Lucas 10,1-9


   Segunda Carta de San Pablo a Timoteo 4,10-17b.

    Querido hermano: Demas me ha abandonado por amor a este mundo. Él se fue a Tesalónica, Crescente emprendió viaje a Galacia, y Tito, a Dalmacia.
    Solamente Lucas se ha quedado conmigo. Trae contigo a Marcos, porque me prestará buenos servicios.
    A Tíquico lo envié a Efeso.
    Cuando vengas, tráeme la capa que dejé en Tróade, en la casa de Carpo, y también los libros, sobre todo, los rollos de pergamino.
    Alejandro, el herrero, me ha hecho mucho daño: el Señor le pagará conforme a sus obras.
    Ten cuidado de él, porque se opuesto encarnizadamente a nuestra enseñanza.
    Cuando hice mi primera defensa, nadie me acompañó, sino que todos me abandonaron. ¡Ojalá que no les sea tenido en cuenta!
    Pero el Señor estuvo a mi lado, dándome fuerzas, para que el mensaje fuera proclamado por mi intermedio y llegara a oídos de todos los paganos.


Salmo 145(144),10-11.12-13ab.17-18.

Que todas tus obras te den gracias, Señor,
y tus fieles te bendigan;
que anuncien la gloria de tu reino
y proclamen tu poder.

Así manifestarán a los hombres tu fuerza
y el glorioso esplendor de tu reino:
tu reino es un reino eterno,
y tu dominio permanece para siempre.

El Señor es justo en todos sus caminos
y bondadoso en todas sus acciones;
está cerca de aquellos que lo invocan,
de aquellos que lo invocan de verdad;

    
    Evangelio según San Lucas 10,1-9.

    El Señor designó a otros setenta y dos, y los envió de dos en dos para que lo precedieran en todas las ciudades y sitios adonde él debía ir.
    Y les dijo: "La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha.
    ¡Vayan! Yo los envío como a ovejas en medio de lobos.
    No lleven dinero, ni alforja, ni calzado, y no se detengan a saludar a nadie por el camino.
    Al entrar en una casa, digan primero: '¡Que descienda la paz sobre esta casa!'.
    Y si hay allí alguien digno de recibirla, esa paz reposará sobre él; de lo contrario, volverá a ustedes.
    Permanezcan en esa misma casa, comiendo y bebiendo de lo que haya, porque el que trabaja merece su salario. No vayan de casa en casa.
    En las ciudades donde entren y sean recibidos, coman lo que les sirvan; curen a sus enfermos y digan a la gente: 'El Reino de Dios está cerca de ustedes'."

    Palabra del Señor

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - 18 de Octubre - «Os envío como corderos en medio de lobos»


San Ambrosio, obispo Sobre el evangelio de Lucas: Cumplieron con humildad el mandato del Señor


«Os envío como corderos en medio de lobos» 

    Cuando Jesús mandó a los discípulos ir a su mies, que había sido bien sembrada por el Verbo del Padre, pero que necesitaba ser trabajada, cultivada, cuidada con solicitud para que los pájaros no saquearan la simiente, les dijo: «Mirad que os mando como corderos en medio de lobos»... El Buen Pastor no podía temer a los lobos para su rebaño; sus discípulos no fueron enviados para ser una presa, sino para difundir la gracia. La solicitud del Buen Pastor hace que los lobos no puedan emprender nada contra los corderos que envía; les envía para que se cumpla la profecía de Isaías: «Llegará el día en que lobos y corderos pacerán juntos» (Is 65,25)... Por otra parte ¿no han sido enviados los discípulos con la orden de no llevar ni tan siquiera un bastón en la mano?...

    Lo que el humilde Señor les ha mandado, sus discípulo los cumplen por la práctica de la humildad. Porque les envía a sembrar la fe no por obligación sino por la enseñanza; no haciendo servir la fuerza de su poder, sino exaltando la doctrina de la humildad. Y juzgó necesario unir la paciencia a la humildad, y de ahí el testimonio de Pedro en favor de Cristo: «Cuando lo insultaban no devolvía el insulto; cuando lo golpeaban, no devolvía los golpes» (1Pe 2,23).

    Todo eso quiere decir: «Sed mis imitadores: abandonad el gusto por la venganza, a los golpes arrogantes responded devolviendo el mal a través de una paciencia que perdona. Que nadie imite por su propia cuenta lo que reprende de otro; la suavidad es la mejor respuesta a los insolentes».