martes, 2 de julio de 2024

FIESTA DE SANTO TOMÁS, APÓSTOL

  03 de Julio

 
    La tradición antigua dice que Santo Tomás Apóstol fue martirizado en la India el 3 de julio del año 72. Parece que en los últimos años de su vida estuvo evangelizando en Persia y en la India, y que allí sufrió el martirio.

De este apóstol narra el Santo Evangelio tres episodios

    El primero sucede cuando Jesús se dirige por última vez a Jerusalén, donde según lo anunciado, será atormentado y lo matarán. En este momento los discípulos sienten un impresionante temor acerca de los graves sucesos que pueden suceder y dicen a Jesús: "Los judíos quieren matarte y ¿vuelves allá?. Y es entonces cuando interviene Tomás, llamado Dídimo (en este tiempo muchas personas de Israel tenían dos nombres: uno en hebreo y otro en griego. Así por ej. Pedro en griego y Cefás en hebreo). Tomás, es nombre hebreo. En griego se dice "Dídimo", que significa lo mismo: el gemelo.

    Cuenta San Juan (Jn. 11,16) "Tomás, llamado Dídimo, dijo a los demás: Vayamos también nosotros y muramos con Él". Aquí el apóstol demuestra su admirable valor. Un escritor llegó a decir que en esto Tomás no demostró solamente "una fe esperanzada, sino una desesperación leal". O sea: él estaba seguro de una cosa: sucediera lo que sucediera, por grave y terrible que fuera, no quería abandonar a Jesús. El valor no significa no tener temor. Si no experimentáramos miedo y temor, resultaría muy fácil hacer cualquier heroísmo. El verdadero valor se demuestra cuando se está seguro de que puede suceder lo peor, sentirse lleno de temores y terrores y sin embargo arriesgarse a hacer lo que se tiene que hacer. Y eso fue lo que hizo Tomás aquel día. Nadie tiene porque sentirse avergonzado de tener miedo y pavor, pero lo que sí nos debe avergonzar totalmente es el que a causa del temor dejemos de hacer lo que la conciencia nos dice que sí debemos hacer, Santo Tomás nos sirva de ejemplo.

    La segunda intervención: sucedió en la Última Cena. Jesús les dijo a los apóstoles: "A donde Yo voy, ya sabéis el camino". Y Tomás le respondió: "Señor: no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?" (Jn. 14, 15). Los apóstoles no lograban entender el camino por el cual debía transitar Jesús, porque ese camino era el de la Cruz. En ese momento ellos eran incapaces de comprender esto tan doloroso. Y entre los apóstoles había uno que jamás podía decir que entendía algo que no lograba comprender. Ese hombre era Tomás. Era demasiado sincero, y tomaba las cosas muy en serio, para decir externamente aquello que su interior no aceptaba. Tenía que estar seguro. De manera que le expresó a Jesús sus dudas y su incapacidad para entender aquello que Él les estaba diciendo. Admirable respuesta: Y lo maravilloso es que la pregunta de un hombre que dudaba obtuvo una de las respuestas más formidables del Hijo de Dios. Uno de las más importantes afirmaciones que hizo Jesús en toda su vida. Nadie en la religión debe avergonzarse de preguntar y buscar respuestas acerca de aquello que no entiende, porque hay una verdad sorprendente y bendita: todo el que busca encuentra.

    Le dijo Jesús: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí" Ciertos santos como por ejemplo el Padre Alberione, Fundador de los Padres Paulinos, eligieron esta frase para meditarla todos los días de su vida. Porque es demasiado importante como para que se nos pueda olvidar. Esta hermosa frase nos admira y nos emociona a nosotros, pero mucho más debió impresionar a los que la escucharon por primera vez.

    En esta respuesta Jesús habla de tres cosas supremamente importantes para todo israelita: el Camino, la Verdad y la Vida. Para ellos el encontrar el verdadero camino para llegar a la santidad, y lograr tener la verdad y conseguir la vida verdadera, eran cosas extraordinariamente importantes.

    En sus viajes por el desierto sabían muy bien que si equivocaban el camino estaban irremediablemente perdidos, pero que si lograban viajar por el camino seguro, llegarían a su destino. Pero Jesús no sólo anuncia que les mostrará a sus discípulos cuál es el camino a seguir, sino que declara que Él mismo es el Camino, la Verdad y la Vida.

    Notable diferencia: Si le preguntamos a alguien que sabe muy bien: ¿Dónde queda el hospital principal? Puede decirnos: siga 200 metros hacia el norte y 300 hacia occidente y luego suba 15 metros... Quizás logremos llegar. Quizás no. Pero si en vez de darnos esa respuesta nos dice: "Síganme, que yo voy para allá", entonces sí que vamos a llegar con toda seguridad. Es lo que hizo Jesús: No sólo nos dijo cual era el camino para llegar a la Eterna Feliz, sino que afirma solemnemente: "Yo voy para allá, síganme, que yo soy el Camino para llegar con toda seguridad". Y añade: Nadie viene al Padre sino por Mí: "O sea: que para no equivocarnos, lo mejor será siempre ser amigos de Jesús y seguir sus santos ejemplos y obedecer sus mandatos. Ese será nuestro camino, y la Verdad nos conseguirá la Vida Eterna".

El hecho más famoso de Tomás

    Los creyentes recordamos siempre al apóstol Santo Tomás por su famosa duda acerca de Jesús resucitado y su admirable profesión de fe cuando vio a Cristo glorioso.

    Dice San Juan (Jn. 20, 24) "En la primera aparición de Jesús resucitado a sus apóstoles no estaba con ellos Tomás. Los discípulos le decían: "Hemos visto al Señor". Él les contestó: "si no veo en sus manos los agujeros de los clavos, y si no meto mis dedos en los agujeros sus clavos, y no meto mi mano en la herida de su costado, no creeré". Ocho días después estaban los discípulos reunidos y Tomás con ellos. Se presentó Jesús y dijo a Tomás: "Acerca tu dedo: aquí tienes mis manos. Trae tu mano y métela en la herida de mi costado, y no seas incrédulo sino creyente". Tomás le contestó: "Señor mío y Dios mío". Jesús le dijo: "Has creído porque me has visto. Dichosos los que creen sin ver".

    Parece que Tomás era pesimista por naturaleza. No le cabía la menor duda de que amaba a Jesús y se sentía muy apesadumbrado por su pasión y muerte. Quizás porque quería sufrir a solas la inmensa pena que experimentaba por la muerte de su amigo, se había retirado por un poco de tiempo del grupo. De manera que cuando Jesús se apareció la primera vez, Tomás no estaba con los demás apóstoles. Y cuando los otros le contaron que el Señor había resucitado, aquella noticia le pareció demasiado hermosa para que fuera cierta.

    Tomás cometió un error al apartarse del grupo. Nadie está pero informado que el que está ausente. Separarse del grupo de los creyentes es exponerse a graves fallas y dudas de fe. Pero él tenía una gran cualidad: se negaba a creer sin más ni más, sin estar convencido, y a decir que sí creía, lo que en realidad no creía. El no apagaba las dudas diciendo que no quería tratar de ese tema. No, nunca iba a recitar el credo un loro. No era de esos que repiten maquinalmente lo que jamás han pensado y en lo que no creen. Quería estar seguro de su fe.

    Y Tomás tenía otra virtud: que cuando se convencía de sus creencias las seguía hasta el final, con todas sus consecuencias. Por eso hizo es bellísima profesión de fe "Señor mío y Dios mío", y por eso se fue después a propagar el evangelio, hasta morir martirizado por proclamar su fe en Jesucristo resucitado. Preciosas dudas de Tomás que obtuvieron de Jesús aquella bella noticia: "Dichosos serán los que crean sin ver".

Oremos

    Dios todopoderoso, concédenos celebrar con alegría la fiesta de tu apóstol Santo Tomás; que él nos ayude con su protección, para que tengamos en nosotros vida abundante por la fe en Jesucristo, tu Hijo, a quien tu apóstol reconoció como su Señor y su Dios, exclamando: ¡"Señor mío y Dios mío"!. Que vive y reina contigo, por los siglos de los siglos. Amén

-FRASE DEL DÍA-



 

lunes, 1 de julio de 2024

-PROPÓSITO DEL DÍA- "Para que por la práctica de los consejos evangélicos y la vida de oración, podamos crecer en el amor a Dios y nuestros hermanos"



 

EVANGELIO - 02 de Julio - San Mateo 8,23-27.


    Libro de Amós 3,1-8.4,11-12.

    Escuchen esta palabra que el Señor pronuncia contra ustedes, israelitas, contra toda la familia que yo hice subir del país de Egipto: Sólo a ustedes los elegí entre todas las familias de la tierra; por eso les haré rendir cuenta de todas sus iniquidades.
    ¿Van juntos dos hombres sin haberse puesto de acuerdo?
    ¿Ruge el león en la selva sin tener una presa? ¿Alza la voz el cachorro desde su guarida sin haber cazado nada?
    ¿Cae el pájaro a tierra sobre una trampa si no hay un cebo? ¿Salta la trampa del suelo sin haber atrapado nada?
    ¿Suena la trompeta en una ciudad sin que el pueblo se alarme ¿Sucede una desgracia en la ciudad sin que el Señor la provoque?
    Porque el Señor no hace nada sin revelar su secreto a sus servidores los profetas.
    El león ha rugido: ¿quién no temerá? El Señor ha hablado: ¿quién no profetizará?
    Yo les envié una catástrofe como la de Sodoma y Gomorra, y ustedes fueron como un tizón salvado del incendio, ¡pero ustedes no han vuelto a mí! -oráculo del Señor-.
    Por eso, mira cómo voy a tratarte, Israel; y ya que te voy a tratar así, prepárate a enfrentarte con tu Dios, Israel.


Salmo 5,5-6.7.8.

Tú no eres un Dios que ama la maldad;
ningún impío será tu huésped,
ni los orgullosos podrán resistir
delante de tu mirada.

Tu detestas a los que hacen el mal
y destruyes a los mentirosos.
¡Al hombre sanguinario y traicionero
lo abomina el Señor!

Pero yo, por tu inmensa bondad,
llego hasta tu Casa,
y me postro ante tu santo Templo
con profundo temor.


    Evangelio según San Mateo 8,23-27.

    Jesús subió a la barca y sus discípulos lo siguieron.
    De pronto se desató en el mar una tormenta tan grande, que las olas cubrían la barca. Mientras tanto, Jesús dormía.
    Acercándose a él, sus discípulos lo despertaron, diciéndole: "¡Sálvanos, Señor, nos hundimos!".
    El les respondió: "¿Por qué tienen miedo, hombres de poca fe?".  Y levantándose, increpó al viento y al mar, y sobrevino una gran calma.
    Los hombres se decían entonces, llenos de admiración: "¿Quién es este, que hasta el viento y el mar le obedecen?".

    Palabra del Señor

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - 02 de Julio - ¿Por qué tener miedo?


San Carlos de Foucauld (1858-1916) ermitaño y misionero en el Sahara Meditación "Ocho días en Efrén", la tempestad apaciguada


¿Por qué tener miedo?
    
    Hijos míos, pase lo que pase, recordad que yo estoy siempre con vosotros. Acordaros que, visible o invisible, despierto o dormido, vigilo siempre, estoy por todas partes, soy todopoderoso. No tengáis jamás ningún temor, ninguna inquietud: estoy ahí, vigilo, os amo, lo puedo todo... ¿Qué más hacer por vosotros?... Acordaros de estas tempestades, cuando erais tranquilizados con una palabra, haciendo suceder una gran calma. Tened confianza, fe, y coraje; acordaros sin inquietud por parte de vuestro cuerpo y vuestra alma, pues yo estoy ahí, todopoderoso y amándoos.

    Pero que vuestra confianza no nazca de la dejadez, de la ignorancia de los peligros, ni de vuestra confianza o la de otras criaturas... Los peligros que corréis son inminentes; los demonios, enemigos fuertes y astutos, vuestra naturaleza pecadora y el mundo mismo os harán una guerra encarnizada. Y en esta vida, la tempestad es casi constante, y vuestra barca estás siempre cerca de zozobrar... Más no olvidéis, estoy ahí, contigo, ¡esta barca es insumergible! Desconfiad de todo, sobretodo de vosotros, pero tened una confianza total en mí que he desterrado toda inquietud.  

SANTORAL - NUESTRA SEÑORA DEL HUERTO

 02 de Julio


    Surgió como una promesa ante la protección brindada en una epidemia de peste en 1493. Pero en 1609 y 1610 se apareció a dos videntes derramando gracias de curaciones y otros prodigios. En 1613 se le levantó un templo a la patrona de Chavari. En 1809 San Antonio María Gianelli funda en la misma ciudad la Congregación Hijas de María Santísima del Huerto muy conocida en las América y España. Y a un kilómetro y medio de Belén, Monseñor Mariano Soler (Arzobispo de Montevideo) funda en 1901 un santuario Argentino-Uruguayo dedicado a Nuestra Señora del Huerto y regido por tal congregación. En el lugar en que según la tradición se escribió el Cantar de los Cantares.

La Aparición de Chiavari

    En 1493 una grave epidemia de cólera azotó a la ciudad de Génova, alcanzando la vecina localidad de Chiavari. Donde María Turquina Quercio, piadosa mujer del suburbio de Rupinaro, prometió a la Virgen una señal de público reconocimiento si la mantenía inmune a la peste. Superado el flagelo, María Turquina encargó al artista Benedicto Borzone pintar sobre un muro del huerto ubicado entre el Palacio de Gobierno y el puerto, una imagen de la Santa Madre y el Niño. Que debía ser venerada por los transeúntes que, en su diario trajín, no tenían tiempo de entrar al templo para orar. Con el paso de los años el huerto fue transformado en depósito y chiquero.

    Pero la bella pintura siguió allí, manteniendo su aspecto y tonalidad y llamando poderosamente la atención de quienes pasaban por el lugar. En 1528 la peste volvió a castigar la Liguria, abatiéndose con especial fuerza en Chiavari, hecho que acrecentó la devoción por la imagen.

    Por esa razón, las autoridades de la ciudad decidieron construirle un altar que permitiese a los fieles inclinarse y orar ante ella. La noche del 18 de diciembre de 1609, Gerónima Turrio, una lavandera del barrio de Rupinaro, rezaba frente a la Virgen cuando, repentinamente, la pintura comenzó a irradiar una luz intensa.

    El prodigio se conoció en los alrededores y al cabo de un tiempo, cientos de peregrinos comenzaron a acudir al lugar para implorar gracias. La fama de Nuestra Señora del Huerto se vio reforzada el 2 de julio de 1610 cuando, en horas de la mañana, se le apareció a Sebastián Descalzo, un humilde poblador de las inmediaciones.

    Quien en esos momentos caminaba desde su casa al suburbio de Carrasco, recitando sus oraciones. Transitaba Sebastián la plaza de la ciudad cuando vio frente a sí a la Virgen bendita luciendo un hermoso manto celeste. Poco después, comenzaron los milagros.

    Una rajadura que atravesó el muro de un extremo a otro de la pintura, se reparó sola, sin la intervención de ningún albañil. Otro día, frente a su imagen, dos enemigos acérrimos fray Miguel Raggio y Battino Marini, se reconciliaron dándose el abrazo de la paz. Y al cabo de un tiempo se producían curaciones, se solucionaban diferendos y se concedían peticiones, todo por medio de la Virgen del Huerto.

    La aparición de María en el huerto de Chiávari respondía al designio de la Providencia que quería suscitar un despertar en la fe y en la piedad mediante el culto de María, Mediadora y Corredentora del género humano. María concedió una lluvia de dones y gracias: curaciones de enfermedades, extinción de odios y enemistades y conquistó el corazón aún de los incrédulos.

    La fama de estas maravillas se divulgó acrecentando más la devoción entre los chiavareses y las poblaciones vecinas, de tal manera que se originó una reforma general de vida. Fueron desterradas las diversiones ilícitas; se volvió a la devoción, a una enmienda en el lenguaje, a la sinceridad en las obras, a la prontitud en los actos religiosos, a la oración. Fueron a postrarse delante de la imagen aquellos que la habían profanado con sus juegos y blasfemias.

La Imagen


    La imagen representa a la Virgen en el acto de estrechar en su seno con la mano izquierda al Niño Jesús, que se toma de su cuello. Mientras que con la mano derecha sostiene alzado el pequeño brazo del Hijo para bendecir a la ciudad ya cualquiera que tuviese la gracia de pasar delante de ella. En torno a la cabeza de la Virgen se leen las palabras del saludo angélico: Ave gratia plena, y, más alto, la frase bíblica: Hortus Conclusus.

    El conjunto de la imagen es una admirable representación pictórica de la palabras inspiradas del salmista: “Has sostenido mi mano derecha y me has guiado según tu voluntad”. La obra de Borzone logró conseguir una belleza incomparable, ya por la profunda verdad teológica que encarna, ya por la feliz disposición de las figuras y por la frescura y naturalidad del colorido. La imagen de María que sostiene levantado el brazo del Hijo para bendecir, era común en el siglo XV. Pero en las representaciones de aquel tiempo la bendición de Jesús era sólo para el pequeño Juan Bautista.

    El pintor Borzone, por el contrario, sustituye al pequeño hijo de Isabel por una numerosa familia de almas que imploran la bendición del Hijo de María.Y haciéndolo así prolonga el horizonte del cuadro de un círculo restringido de un episodio familiar, a la vida de un pueblo entero. Más aún, de toda la humanidad, para confirmar el poder y la bondad de la Madre Divina, solícita y piadosa hacia las necesidades de todos los hombres redimidos con la sangre de su Hijo.

    La imagen da hacia la plaza, mirando con el rostro al poniente y con los ojos hacia Chiávari. Encontrándose situada en el ángulo del camino, resulta muy visible a cuantos, ciudadanos o forasteros, deben entrar en aquella plaza, que es muy frecuentada por ser camino obligado para las comunicaciones con los valles. La Turquina había escogido el lugar más apropiado para colocar a la Virgen Madre exactamente sobre el camino de los chiavareses y de los forasteros. Una posición muy adecuada para provocar el encuentro entre la Madre y sus hijos.


Santa Patrona de Chiavari
    

    El día 27 de julio de 1610 se congregó todo el pueblo para un acto de pública veneración. Después del canto de las letanías, entonadas por el vicario, hizo el primer panegírico de la Virgen del Huerto el Padre Gavanto, uno de los más insignes teólogos de entonces. Con el consentimiento del Vicario, en lugar del simple nicho se construyó una capilla, para preservar mejor la sagrada imagen de los peligros de la intemperie. El 25 de marzo de 1612 el canónigo Bartolomé Chiappe celebraba en la capilla de la Virgen del Huerto la primer Misa solemne. Finalmente se decidió construir una nueva Iglesia que fuera una digna respuesta de las muestras de predilección que María hacía a los del pueblo.
    
    El 1 de julio de 1613 se puso la primera piedra del templo de María del Huerto, bendecida por Mons. Papiniano Denalio, vicario general de la curia de Génova. Dentro de la piedra fue encerrada una medalla de plata representando a la Virgen del Huerto. Los trabajos para levantar el Santuario requirieron años y a menudo fueron suspendidos por falta de fondos.

    Para poder continuar con esta obra contribuyó mucho la familia Costaguta, que se comprometió a levantar el Coro y la Capilla Mayor a sus expensas.La inauguración con la bendición del templo se hizo el 23 de noviembre de 1633. Terminada la construcción del Santuario se iniciaron enseguida los preparativos para el traslado de la sagrada imagen a la capilla central, al puesto de honor.

    Se fijó como fecha el día 8 de septiembre de 1634. El 7 de marzo de 1634 el Consejo de Gobierno de la ciudad declaró a la Virgen del Huerto patrona de la población y del distrito de Chiávari. Y el 8 de septiembre el sector de la pared donde se hallaba pintada la imagen fue trasladado al Altar Mayor del santuario, inaugurado el año anterior.

    En 1769 Nuestra Señora del Huerto fue solemnemente coronada con oro del Capitolio Vaticano y su iglesia entregada a la congregación de los Carmelitas Descalzos quienes la tuvieron en su poder hasta 1797, cuando al proclamar Napoleón la República Ligur, se alejaron.

    En 1892, instituida la nueva diócesis de Chiavari, S.S. León XIII elevó el santuario a Catedral designando dos años después a su primer obispo, Monseñor Fortunato Vinelli. El 3 de julio de 1907 San Pío X la elevó a Basílica.


Hijas de María Santísima del Huerto

    La Congregación de las Hijas de María Santísima del Huerto, conocidas también como Gianellinas, es fundada por Antonio María Gianelli, obispo de Bobbio, (Sacerdote nombrado Santo por la Iglesia Católica Apostólica Romana) el 12 de enero de 1829 en la ciudad de Chiávari, provincia de Liguria, Italia.

    En 1846, fallece el Santo Fundador, y cinco años después (en 1853) la Iglesia Católica Diocesana reconoce oficialmente al Instituto. Este reconocimiento otorga un nuevo impulso a la Institución, y en 1856, ocho religiosas gianellinas expanden la obra de Gianelli hacia el continente americano, llegando ese año a Montevideo, Uruguay.

    Dos años después (1858) la Congregación llega a Argentina.En 1868, el Instituto consigue la aprobación pontificia. En 1882, la Santa Sede de la Iglesia Católica aprueba las Constituciones. Durante el siglo XX, el Instituto sigue su expansión por América, Asia y África.

    En 1901, la Congregación asume la custodia del Santuario del Hortus Conclusus, en Ortás, cerca de Belén (Palestina) y sucesivamente la dirección del orfanato anexo. En 1908 llegan a Brasil; en 1915 a Chile; en 1945 a Paraguay; en 1949 a España; en 1962 a los EE. UU.; en 1979 a India; en 1989 a la República Democrática del Congo y, por último, en 2001 en Bolivia, en la extremadamente pobre ciudad de Potosí.

    Las hijas de María Santísima del Huerto se expandieron por 13 países entre los que se encontraba Jordania. Del cual se retiraron recientemente debido a la inestabilidad del lugar y a la dificultad de llevar adelante su obra por la falta de recursos humanos, quedando actualmente la congregación presente en 12 países.

El "Hortus Conclusus" de Tierra Santa

        Las palabras latinas Hortus Conclusus, significan Huerto Cerrado, y se aplican a María Santísima, Madre de Dios y Madre nuestra. En Tierra Santa, en las inmediaciones de Belén, existe el verdadero Hortus Conclusus, bíblico, figura de María.

    Por iniciativa del gran devoto de María del Huerto, Mons. Mariano Soler, Arzobispo de Montevideo, allí, en ese Huerto sagrado, las Repúblicas Uruguaya y Argentina han levantado un Santuario dedicado a Nuestra Señora del Huerto. Con la ayuda del pueblo uruguayo y argentino se levantó ese santuario en sólo cuatro años(fue terminado en 1901).

    Además, muchas de las primeras hermanas que fueron eran argentinas, por lo cual se llamó al Santuario “El rincón argentino en Tierra Santa”. El Santuario argentino – uruguayo dedicado a Nuestra Señora del Huerto se encuentra ubicado en la localidad de Ortás, a un kilómetro y medio al sur de Belén.

    Según una tradición fue aquí donde se escribió el Cantar de los Cantares. Ciertamente que al menos se inspiró en ese valle para escribir ese libro de la Biblia, pues las expresiones que encontramos en el Cantar de los Cantares sobre vegetación, jardines, sobre hermosura natural, no se encuentran en ningún lugar de Judea a excepción del Valle de Ortás.


Oración a Nuestra Señora del Huerto

Oh, María del Huerto! Madre piadosísima,
dignaos aceptar benigna la pobre ofrenda
de nuestros obsequios y oraciones que,
como hijos amantes, venimos a ofreceros.

Dignaos inclinar vuestros oídos a nuestras humildes súplicas
para que no sea vana la confianza que en Vos ponemos,
seguros de obtener de vuestro divino Hijo
el perdón de nuestros pecados y el favor particular que solicitamos por vuestra poderosa mediación.

Alcanzadnos a todos la gracia de la perseverancia final,
viviendo y muriendo como verdaderos hijos vuestros,
para poder bendecir y alabar a Dios eternamente
y ensalzar para siempre vuestras misericordias
en el Huerto dichoso de la Jerusalén celestial. Amén.

-FRASE DEL DÍA-



 

domingo, 30 de junio de 2024

-PROPÓSITO DEL DÍA- "Para que por la práctica de los consejos evangélicos y la vida de oración, podamos crecer en el amor a Dios y nuestros hermanos"



 

EVANGELIO - 01 de Julio - San Mateo 8,18-22.


    Libro de Amós 2,6-10.13-16.

    Así habla el Señor: Por tres crímenes de Israel, y por cuatro, no revocaré mi sentencia. Porque ellos venden al justo por dinero y al pobre por un par de sandalias; pisotean sobre el polvo de la tierra la cabeza de los débiles y desvían el camino de los humildes; el hijo y el padre tienen relaciones con la misma joven, profanando así mi santo Nombre; se tienden sobre ropas tomadas en prenda, al lado de cualquier altar, y beben en la Casa de su Dios el vino confiscado injustamente...
    ¡Y pensar que yo destruí ante ellos al amorreo, cuya altura era igual a la de los cedros y que era fuerte como las encinas: arranqué su fruto por arriba y sus raíces por debajo!
    Y a ustedes, los hice subir del país de Egipto y los conduje cuarenta años por el desierto, para que tomaran en posesión el país del amorreo.
    Por eso, yo los voy a aplastar, como aplasta un carro cargado de gavillas.
    El hombre veloz no tendrá escapatoria, el fuerte no podrá valerse de su fuerza ni el valiente salvará su vida; el arquero no resistirá, el de piernas ágiles no escapará, el jinete no salvará su vida, y el más valeroso entre los valientes huirá desnudo aquel día -oráculo del Señor-.


Salmo 50(49),16bc-17.18-19.20-21.22-23.

¿Cómo te atreves a pregonar mis mandamientos
y a mencionar mi alianza con tu boca,
tú, que aborreces toda enseñanza
y te despreocupas de mis palabras?

Si ves a un ladrón, tratas de emularlo;
haces causa común con los adúlteros;
hablas mal sin ningún reparo
y tramas engaños con tu lengua.

Te sientas a conversar contra tu hermano,
deshonras al hijo de tu propia madre.
Haces esto, ¿y yo me voy a callar?
¿Piensas acaso que soy como tú?
Te acusaré y te argüiré cara a cara.

Entiendan bien esto, los que olvidan a Dios,
no sea que yo los destruya sin remedio.
El que ofrece sacrificios de alabanza,
me honra de verdad;
y al que va por el buen camino,
le haré gustar la salvación de Dios."


    Evangelio según San Mateo 8,18-22.

    Al verse rodeado de tanta gente, Jesús mandó a sus discípulos que cruzaran a la otra orilla.
    Entonces se aproximó un escriba y le dijo: "Maestro, te seguiré adonde vayas".
    Jesús le respondió: "Los zorros tienen sus cuevas y las aves del cielo sus nidos; pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza".
    Otro de sus discípulos le dijo: "Señor, permíteme que vaya antes a enterrar a mi padre".
    Pero Jesús le respondió: "Sígueme, y deja que los muertos entierren a sus muertos".
 
    Palabra del Señor

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - 01 de Julio - “Sígueme, y deja…”


San Juan Clímaco (c. 575-c. 650) monje en el Monte Sinaí La Escala Santa, 2º Escalón (L’Échelle sainte, Col. SO n° 24, Bellefontaine, 1978)


“Sígueme, y deja…”
            
    El que de verdad ama a Dios, y el que de verdad busca el Reino de los cielos,  el que de verdad se arrepiente de sus pecados, y recuerda al juicio a venir, y ha entrado en el temor de su  propio fin, no amará desordenadamente nada en este mundo. No tendrá más apego, ni preocupación por el dinero, las riquezas, parientes o la gloria del mundo, ni por amigos, hermanos o lo que fuere sobre la tierra. Sino que, habiendo rechazado toda preocupación que concierna todo esto, y más aún su propia carne, seguirá a Cristo. Lo seguirá desnudo, sin preocupaciones, con fuerza, mirando sin cesar hacia el cielo, esperando de él toda ayuda, según las palabras del santo profeta “¡Bendito el hombre que confía en el Señor y en él tiene puesta su confianza!” (Jer 17,7).

    Después de haber abandonado todo lo que he dicho, siguiendo el llamado  no de un hombre sino del Señor, sería muestra de una gran confusión que nos preocupáramos por otra cosa  que no será de utilidad  cuando lo requiriésemos, es decir, en el momento de la muerte. Por eso, el Señor expresa “El que ha puesto la mano en el arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios” (Lc 9,62). El Señor conoce bien nuestra fragilidad en los comienzos y sabe con qué facilidad la estadía entre la gente del mundo o sus conversaciones, nos llevarían de nuevo hacia lo mundano. Por eso cuando uno de sus discípulos le dijo “Señor, permíteme que vaya antes a enterrar a mi padre”, Jesús le respondió: “Sígueme, y deja que los muertos entierren a sus muertos” (Mt 8,21-22). (…)

    Nosotros, que resolvimos seguir nuestra carrera con ardor y prontitud, estemos atentos al juicio que el Señor ha portado hacia los que viven en forma mundana y, aunque vivos, están muertos. 

SANTORAL - SAN SIMEÓN EL LOCO

01 de Julio


    San Simeón, apellidado el Loco, es uno de los santos más desconcertantes y originales que haya existido. Nació en Emesa, antigua ciudad de Siria, a las orillas del río Orontes, a principios del siglo VI. Visitó los Santos Lugares con un amigo llamado Juan. En su viaje encontraron muchos ermitaños y decidieron imitar su vida sin tardanza. Primero estuvieron en un monasterio, cerca de Jericó. Después atravesaron el Jordán, en busca de mayor soledad, y se establecieron al oriente del Mar Muerto. Cada uno se construyó su laura o ermita, bastante distante la una de la otra, para no importunarse en sus oraciones.

     Después de treinta años de vida de anacoreta, Simeón se sintió impelido a dejar aquellos parajes y volver al mundo para trabajar directamente por la salvación de las almas. Se separó de su amigo y regresó a su ciudad natal. Al pasar por Jerusalén meditó largamente ante el Santo Sepulcro sobre los peligros que podía acarrearle su nueva vida.- Le parecía que había dominado todas las tentaciones que le habían asaltado en la vida eremítica. Sólo de una cosa dudaba: del amor propio, del orgullo.

    ¿En todas aquellas austeridades y rigores, no estaría de por medio la soberbia, el deseo de ser considerado como el mayor de los santos?.- Para cortar de raíz este peligro, ideó un método original: hacerse pasar por loco. Y empezó sin demora. Entró en Emesa arrastrando de su cinturón un perro muerto que encontró en el camino.

    El domingo entró en la iglesia bien provisto de nueces, y empezó a arrojarlas contra las velas, con tan buen tino que las apagó todas. Luego subió al púlpito y tiró las que le quedaban contra las mujeres. Y así otros disparates.

    El Martirologio Romano dice de San Simeón: "Se hizo necio por Cristo, pero Dios reveló con milagros su alta sabiduría". San Juan Clímaco decía que el orgullo del espíritu es la bestia más feroz de los desiertos. Por eso Simeón trataba de encubrir su virtud bajo el velo de la locura. Murió San Simeón hacia el año 590, después de realizar muchos milagros.

    Su contemporáneo Evagrio, y un siglo más tarde, Leoncio, obispo de Chipre, nos han dejado muchas peripecias de su curiosa vida. Profeta, taumaturgo, excéntrico escandaloso, payaso, comparte su vida con las prostitutas, los mendigos, los desechos de la sociedad, riéndose de todo y de todos, saboteando la lógica de los que le rodean con una rara alegría inexplicable que viene de arriba; así escarnece Simeón las seguridades de nuestra vida y se transforma en caricatura de nuestra precaria fe, tan envarada y solemne. ¿Para qué estar tan serios, para qué tomarnos tan en serio, para qué respetar tantas normas y convenciones?

     Todo es como una gigantesca broma que sólo tiene sentido si sabemos vivirla con humor, porque la voluntad de Dios y su Providencia, vista con ojos humanos, es un absurdo, y nuestras certezas, a la luz de Dios, deben de ser de una suprema comicidad. El más sensato de los hombres, que vuelve al revés todo prejuicio, san Simeón el loco, nos valga a la hora de tomarnos a burla a nosotros mismos y a los demás, para ser fieles, para corresponder con abandono y humor a la sonrisa del Cielo.

Oremos

    Concédenos, Señor todopoderoso, que el ejemplo de San Simeón nos estimule a una vida más perfecta y que cuantos celebramos su fiesta sepamos también imitar sus ejemplos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo. Amén.

-FRASE DEL DÍA-