19. Para un cristiano no es posible pensar en la propia misión en la tierra sin concebirla como un camino de santidad, porque «esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación» (1 Ts 4,3). Cada santo es una misión; es un proyecto del Padre para reflejar y encarnar, en un momento determinado de la historia, un aspecto del Evangelio.
sábado, 18 de noviembre de 2023
GAUDETE ET EXSULTATE
19. Para un cristiano no es posible pensar en la propia misión en la tierra sin concebirla como un camino de santidad, porque «esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación» (1 Ts 4,3). Cada santo es una misión; es un proyecto del Padre para reflejar y encarnar, en un momento determinado de la historia, un aspecto del Evangelio.
EVANGELIO - 19 de Noviembre - San Mateo 25,14-30
El corazón de su marido confía en ella y no le faltará compensación.
Ella le hace el bien, y nunca el mal, todos los días de su vida.
Se procura la lana y el lino, y trabaja de buena gana con sus manos.
Aplica sus manos a la rueca y sus dedos manejan el huso.
Abre su mano al desvalido y tiende sus brazos al indigente.
Engañoso es el encanto y vana la hermosura: la mujer que teme al Señor merece ser alabada.
Entréguenle el fruto de sus manos y que sus obras la alaben públicamente.
Salmo 128(127),1-2.3.4-5.
y sigue sus caminos!
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás feliz y todo te irá bien.
Tu esposa será como una vid fecunda
en el seno de tu hogar;
tus hijos, como retoños de olivo
alrededor de tu mesa.
¡Así será bendecido
el hombre que teme al Señor!
¡Que el Señor te bendiga desde Sión
todos los días de tu vida:
que contemples la paz de Jerusalén.
Primera Carta de San Pablo a los Tesalonicenses 5,1-6.
Ustedes saben perfectamente que el Día del Señor vendrá como un ladrón en plena noche.
Cuando la gente afirme que hay paz y seguridad, la destrucción caerá sobre ellos repentinamente, como los dolores de parto sobre una mujer embarazada, y nadie podrá escapar.
Pero ustedes, hermanos, no viven en las tinieblas para que ese Día los sorprenda como un ladrón: todos ustedes son hijos de la luz, hijos del día. Nosotros no pertenecemos a la noche ni a las tinieblas.
No nos durmamos, entonces, como hacen los otros: permanezcamos despiertos y seamos sobrios.
Evangelio según San Mateo 25,14-30.
A uno le dio cinco talentos, a otro dos, y uno solo a un tercero, a cada uno según su capacidad; y después partió. En seguida, el que había recibido cinco talentos, fue a negociar con ellos y ganó otros cinco.
De la misma manera, el que recibió dos, ganó otros dos, pero el que recibió uno solo, hizo un pozo y enterró el dinero de su señor.
Después de un largo tiempo, llegó el señor y arregló las cuentas con sus servidores.
El que había recibido los cinco talentos se adelantó y le presentó otros cinco. 'Señor, le dijo, me has confiado cinco talentos: aquí están los otros cinco que he ganado'.
'Está bien, servidor bueno y fiel, le dijo su señor, ya que respondiste fielmente en lo poco, te encargaré de mucho más: entra a participar del gozo de tu señor'.
Llegó luego el que había recibido dos talentos y le dijo: 'Señor, me has confiado dos talentos: aquí están los otros dos que he ganado'.
'Está bien, servidor bueno y fiel, ya que respondiste fielmente en lo poco, te encargaré de mucho más: entra a participar del gozo de tu señor'.
Llegó luego el que había recibido un solo talento. 'Señor, le dijo, sé que eres un hombre exigente: cosechas donde no has sembrado y recoges donde no has esparcido.
Por eso tuve miedo y fui a enterrar tu talento: ¡aquí tienes lo tuyo!'.
Pero el señor le respondió: 'Servidor malo y perezoso, si sabías que cosecho donde no he sembrado y recojo donde no he esparcido, tendrías que haber colocado el dinero en el banco, y así, a mi regreso, lo hubiera recuperado con intereses.
Quítenle el talento para dárselo al que tiene diez, porque a quien tiene, se le dará y tendrá de más, pero al que no tiene, se le quitará aun lo que tiene.
Echen afuera, a las tinieblas, a este servidor inútil; allí habrá llanto y rechinar de dientes'.
MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - 19 DE NOVIEMBRE - «Mucho después, llegó su amo»
“Hermanos míos, hasta ahora no hemos hecho nada todavía. ¡Empecemos hoy!” San Francisco se hizo a sí mismo esta exhortación. ¡Hagamos nosotros lo mismo! Es verdad, todavía no hemos hecho nada, o casi nada. Los años se han seguido uno tras otro sin que nos hubiéramos preguntado qué hemos hecho con el tiempo. ¿No hay nada en nuestra conducta que necesite modificarse, nada que añadir, nada que quitar? Hemos vividos despreocupados, como si nunca tuviera que llegar aquel día en que el juez eterno nos llame para dar cuenta de nuestras acciones y de cómo hemos aprovechado nuestro tiempo.
¡No perdamos el tiempo! No hay que dejar para mañana lo que se puede hacer hoy. ¡Las tumbas rebosan de buenas intenciones! Y desde luego ¿quién nos asegura que mañana viviremos? ¡Escuchemos la voz de nuestra conciencia. Es la voz del profeta: “Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor, no endurezcáis el corazón!” (Sal 94,7.8) No poseemos más que el momento presente. Vigilemos, pues, y vivámoslo como un tesoro que nos ha sido confiado. El tiempo no nos pertenece. No lo malgastemos.
SANTORAL - SANTA ISABEL DE HUNGRÍA
Su padre era rey de Hungría y fue hermano de Santa Eduvigis. Nacida en 1207, vivió en la tierra solamente 24 años, y fue canonizada apenas cuatro años después de su muerte. La Iglesia Católica ha visto en ella un modelo admirable de donación completa de sus bienes y de su vida entera a favor de los pobres y de los enfermos. Cuando ella sólo tenía veinte años y su hijo menor estaba recién nacido, el esposo murió luchando en las Cruzadas. La Santa estuvo a punto de sucumbir a la desesperanza, pero luego aceptó la voluntad de Dios. Renunció a propuestas que le hacían para nuevos matrimonios y decidió que el resto de su vida sería para vivir totalmente pobre y dedicarse a los más pobres. Daba de comer cada día a 900 pobres en el castillo.
Un día, después de las ceremonias, cuando ya habían quitado los manteles a los altares, la santa se arrodilló ante un altar y delante de varios religiosos hizo voto de renunciar a todos sus bienes y de vivir totalmente pobre, como San Francisco de Asís hasta el final de su vida y de dedicarse por completo a ayudar a los más pobres. Cambió sus vestidos de princesa por un simple hábito de hermana franciscana. Cuando apenas iba a cumplir sus 24 años, el 17 de noviembre del año 1231, pasó de esta vida a la eternidad.
Los milagros que sucedieron en su sepulcro movieron al Sumo Pontífice a declararla santa, cuando apenas habían pasado cuatro años de su muerte, y además, Santa Isabel de Hungría fue declarada patrona de la Arquidiócesis de Bogotá.
Oh Dios misericordioso alumbra los corazones de tus fieles; y por las súplicas gloriosas de Santa Isabel, haz que despreciemos las prosperidades mundanales, y gocemos siempre de la celestial consolación. Oh dulce Isabel, tú que superaste el sufrimiento con el gozo de elevar himnos a Dios, infunde en nosotros tu espíritu de paciencia ante la adversidad. Concédenos el don de saber perdonar. Líbranos de las pasiones dañinas, de manera que podamos seguir sirviendo al Señor con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas. Que así sea. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.
viernes, 17 de noviembre de 2023
GAUDETE ET EXSULTATE
18. Así, bajo el impulso de la gracia divina, con muchos gestos vamos construyendo esa figura de santidad que Dios quería, pero no como seres autosuficientes sino «como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios» (1 P 4,10). Bien nos enseñaron los Obispos de Nueva Zelanda que es posible amar con el amor incondicional del Señor, porque el Resucitado comparte su vida poderosa con nuestras frágiles vidas: «Su amor no tiene límites y una vez dado nunca se echó atrás. Fue incondicional y permaneció fiel. Amar así no es fácil porque muchas veces somos tan débiles. Pero precisamente para tratar de amar como Cristo nos amó, Cristo comparte su propia vida resucitada con nosotros. De esta manera, nuestras vidas demuestran su poder en acción, incluso en medio de la debilidad humana»[17].
[17] Conferencia de Obispos católicos de Nueva Zelanda, Healing love (1 enero 1988).
EVANGELIO DEL DÍA - 18 DE NOVIEMBRE - San Lucas 18,1-8.
Porque la creación entera, obedeciendo a tus órdenes, adquiría nuevas formas en su propia naturaleza, para que tus hijos fueran preservados incólumes.
Se vio a la nube cubrir el campamento con su sombra y emerger la tierra seca de lo que antes era agua; apareció en el Mar Rojo un camino despejado y una verde llanura, entre las olas impetuosas: por allí paso todo un pueblo, protegido por tu mano, contemplando prodigios admirables.
Eran como caballos en un pastizal y retozaban como corderos, alabándote a ti, Señor, su liberador.
Palabra de Dios.
pregonen todas sus maravillas!
¡Gloríense en su santo Nombre,
alégrense los que buscan al Señor!
Hirió de muerte a los primogénitos de aquel país,
a las primicias de todo ser viviente;
sacó a su pueblo cargado de oro y plata,
y nadie desfalleció entre sus tribus:
Él se acordó de la palabra sagrada,
que había dado a Abraham, su servidor,
e hizo salir a su pueblo con alegría,
a sus elegidos, entre cantos de triunfo.
Evangelio según San Lucas 18,1-8.
Durante mucho tiempo el juez se negó, pero después dijo: 'Yo no temo a Dios ni me importan los hombres, pero como esta viuda me molesta, le haré justicia para que no venga continuamente a fastidiarme'".
Y el Señor dijo: "Oigan lo que dijo este juez injusto.
Y Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos, que claman a él día y noche, aunque los haga esperar?
Les aseguro que en un abrir y cerrar de ojos les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe sobre la tierra?".
MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - 18 DE NOVIEMBRE - "¡Soy un pobre, un mendigo, pero Dios es mi sostén!"

“Que el débil no retroceda lleno de confusión, que el pobre y el oprimido alaben tu Nombre” (Sal 74(73),21). ¿Qué pobreza es más grande o más santa, que la de un hombre que se sabe desprovisto de todo medio y de toda fuerza? La ayuda que necesita cada día la solicita a la bondad de los otros. Ve que su vida y su ser se sostienen cada instante por la divina asistencia y se proclama, con justicia, un verdadero mendigo del Señor. Grita hacia él cada día, con voz suplicante: “Soy un pobre, un mendigo, pero Dios es mi sostén” Por eso, Dios mismo lo aclarará con su luz, para hacerlo subir a la ciencia multiforme de su Ser. Se saciará con la visión de los misterios más sublimes y escondidos, según dice el profeta “Los altos peñascos son para las cabras, y en las rocas se refugian los erizos” (Sal 104(103),18).
Este texto conviene a la idea que expresamos. El que persevere en la inocencia y la sencillez, no molesta, ni es una carga para nadie. Contento de su sencillez, sólo desea un abrigo que lo preserve de convertirse en la presa de sus enemigos. Se transformó en una especie de erizo espiritual, que encuentra asilo y protección bajo la piedra de la que habla el Evangelio. Protegido por el recuerdo de la pasión del Señor y la oración incesante (…), escapa a los ataques del enemigo. El libro de los Proverbios habla de los damanes que, como los erizos espirituales, se protegen en las rocas: “Los damanes, pueblo sin poder, que instalan sus casas en la roca” (Prov 30,26). Porque, ¿hay de menos fuerte que un cristiano y de más débil que un monje?
SANTORAL - MÁRTIRES SALESAS
Sor Gabriela; Sor Teresa María; Sor Josefa María; Sor Ángela; Sor Inés; Sor Engracia; Sor Cecilia (Monjas de la Visitación de Santa María [fundación Salesas]). La siete oyeron un día la «llamada» a la Visitación y dijeron que Sí a Cristo y día a día en el silencio del claustro fueron viviendo su entrega. Ocultas a los ojos de los hombres, pero llevando en su corazón las preocupaciones y sufrimientos de todos ellos en constante oración y sacrificio, fueron gastando su existencia en bien de la Iglesia. «Desde aquí se puede ser misionera aprovechando todos los instantes de una vida de inmolación y sacrificio.» « Todo por su amor, su gloria, las almas» Este es el motivo de su entrega. « Junto a Dios todo se transforma, todo cambia de aspecto... ¡vivir en estrecha unión con Jesús nuestro Dios, nuestro todo! ¡Que dicha, qué felicidad tan grande! ¡Pobrecitos los que aún no saben que existe! Pero todo lo que tengamos... lo daremos para ellos...» (extracto de sus escritos) Verano de 1936. Está a punto de estallar la guerra. Alarmas, inquietudes... El riesgo es grande porque intentan incendiar el Monasterio de la Visitación de Santa María. Cómo vírgenes prudentes sale de él refugiándose en un bajo semi-sótano que se convierte en una pequeña catacumba donde suben incesantemente al Señor sus ardientes súplicas y constante oración.
El hecho de vivir varias mujeres juntas y oyéndolas rezar, infunde sospechas de su estado religioso que origina la persecución... Algunos de sus familiares les suplican que vayan con ellos. El portero de la finca se ofrece a ponerlas a salvo una a una ... pero no aceptan. « Queremos seguir reunidas, dispuestas a sufrir todo lo que el Señor permita, felices y contentas de dar nuestra vida por Él « Su fe viva les hace ver la voluntad de Dios en el simple consejo de su Superiora que le había insinuado que, mientras fuera posible no se separan: fe heroica en estas circunstancias, fiel ante la prueba, inconmovible a la vida del martirio.
«Hemos prometido ante Jesús las siete juntas, no separarnos» Fraternidad exquisita exenta de todo egoísmo, no queriendo dejar a las otras para salvarse cada una a sí misma, y tampoco comprometer a los demás. Amor a su vocación al no aceptar estas ofertas, continuando en la observancia de su vida religiosa con mayor sacrificio... Con paz, serenidad y alegría. Disposición de ánimo tan notoria en todas que admiró a cuantos las visitaron.« El hará de nosotras lo que más convenga» Abandonadas a El permanecen tranquilas.
El Padre Vargas Zúñiga S.J. que tuvo contacto con cada una de ellas se expresa así: « Fui testigo presencial de la santa vida que llevaban estas religiosas en Manuel G. Longoria, 4. La confesé las dos últimas veces y pude admirar la fineza de sus almas y la serenidad de sus ánimos.» Dado su fervor anhelan el martirio y hasta lo esperan con júbilo y deseo de la salvación de las almas: «¡Jesús mío, cuanto antes! « ¡Si por nuestra sangre se salvara España!» Acostumbradas a ver a Dios en las personas y acontecimientos exclaman ante el peligro inminente: « El Señor nos anuncia el martirio «... No miran a las criaturas; se sienten llamadas por Dios a la suprema entrega del amor: dar la vida. « Estamos esperando que de un momento a otro vengan a buscarnos en nombre de Dios.» Una noche de oración templa sus almas.
Están preparadas; sus lámparas bien encendidas con el óleo de la fe y el fuego de la caridad. Pronto darán la mayor prueba de ella. Ansían este momento y crece el deseo a medida que se acerca, dando gracias a Dios al ver llegada la hora. Al dirigirse al camión que las conduce al martirio, las siete, con gran entereza y serenidad proclaman valientemente su fe haciendo la señal de la cruz ante el alboroto de cuantos presencian su marcha.
Apenas llegadas a un descampado, acribilladas a balazos rubrican con su sangre el último y generoso Sí de su entrega. Hna. M.a Cecilia al sentir que se desploma Hna. M.a Gabriela a la que va tomada de la mano, instintivamente huye aterrorizada, pero bien pronto se entregará diciendo: « Soy religiosa « En la checa lo repetirá a amigos y enemigos... Anima a sus compañeras de prisión a sufrir por Dios, edificándolas por su paciencia y unión a la voluntad divina.
Cinco días después, 23 noviembre seguirá las huellas de sus Hermanas dando la vida por Cristo ¿Cuántas almas habrán sentido el influjo de esta entrega?