viernes, 27 de octubre de 2023

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - 28 de Octubre - “Eligió a doce de ellos, a los que dio el nombre de Apóstoles”


San Cirilo de Alejandría (380-444) obispo y doctor de la Iglesia Comentario sobre el evangelio de San Juan, 3,130 (trad. breviario 28 de octubre)


“Eligió a doce de ellos, a los que dio el nombre de Apóstoles”

    Nuestro Señor Jesucristo instituyó a aquellos que habían de ser guías y maestros de todo el mundo y “administradores de sus divinos misterios” (1Co 4,1), y les mandó que fueran como astros que iluminaran con su luz no sólo el país de los judíos, sino también a todos los países que hay bajo el sol, a todos los hombres que habitan la tierra entera. Es verdad lo que afirma la Escritura: “Nadie puede arrogarse este honor: Dios es quien llama” (He 5,4). (…)

    Si el Señor tenía la convicción de que había de enviar a sus discípulos como el Padre lo había enviado a él (Jn 20,21), era necesario que ellos, que habían de ser imitadores de uno y otro, supieran con qué finalidad el Padre había enviado al Hijo. Por esto, Cristo, exponiendo en diversas ocasiones las características de su propia misión, decía: “No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores a que se conviertan.” (Lc 5,32) Y también: “He bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado”. (Jn 6,38) Porque “Dios no mandó su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.” (Jn 3,17)

    De este modo, resume en pocas palabras la regla de conducta de los apóstoles, ya que, al afirmar que los envía como el Padre lo ha enviado a él, les da a entender que su misión consiste en invitar a los pecadores a que se arrepientan y curar a los enfermos de cuerpo y de alma, y que en el ejercicio de su ministerio no han de buscar su voluntad, sino la de aquel que los ha enviado, y que han de salvar al mundo con la doctrina que de él han recibido.

FIESTA DE SANTOS SIMÓN Y JUDAS, APÓSTOLES

28 de Octubre


    Fiesta de San Simón y San Judas, apóstoles, el primero llamado Cananeo o Zelotas, y el segundo, hijo de Santiago, llamado también Tadeo, el cual, en la última Cena preguntó al Señor acerca de su manifestación, recibiendo esta respuesta: «El que me ame, observará mi palabra, y el Padre mío le amará, y vendremos a él y haremos nuestra mansión en él». Al igual que nos pasa con los demás Apóstoles, no tenemos sobre Simón y Judas Tadeo más que noticias imprecisas. Es natural: la Iglesia de los primeros años aguardaba la llegada del Reino con tanta inminencia, que no se ocupó de guardar memoria de los más cotidiano e insignificante -el día a día- de quienes la hacían; así que, paradójicamente, conservó con extremada fidelidad doctrina, espiritualidad, predicación, fe, todo lo más difícil de conservar... porque todo ello debía perdurar hasta el Reino; pero esos detalles mínimos que nos hacen «palpable» a cualquier personaje, no se conservaron: ¿tenían esposa? ¿hijos? ¿cuántos? ¿dónde nacieron? ¿dónde y cómo vivían? ¿dónde predicaron? ¿cómo murieron?

    Pasadas una o dos generaciones la Iglesia tuvo que comprender que la promesa de Jesús de una vuelta inmediata no se medía en la escala del tiempo humano, y naturalmente se volvió más cuidadosa al detalle de la memoria cotidiana; pero los datos concretos de los principales «héroes humanos» de su propia historia, los Apóstoles y la Virgen, se habían perdido ya. Sin embargo la memoria popular no soporta vacíos: la memoria cotidiana de esos primeros años se comenzó a rellenar con datos recopilados aquí y allá. Muchos de esos datos seguramente se basan en un boca a boca cierto, sin embargo todos tienen algo en común: no pueden ser verificados ni falsificados, porque carecemos de fuentes externas para contrastarlos. No son pues -según el criterio que aplicamos a todo lo demás, y corresponde también aplicar al conocimiento histórico de la Iglesia- datos «históricos». Algunos autores tienen por costumbre confundir al pueblo cristiano enseñándole que todos esos datos son «tradición» de la Iglesia, y que por ello deben ser aceptados. No es verdad: la Tradición que debe ser admitida como revelación es la Tradición de la fe, es decir «aquello que los apóstoles creyeron y nos transmitieron en la vida de la Iglesia como parte del depósito de la fe, aunque no esté escrito en la Biblia». Es Tradición de la fe la Inmaculada Concepción, la Asunción de la Virgen, el culto de los santos, la economía sacramental de la salvación... es Tradición de la fe todo aquello que, siendo esencial a la identidad de la fe católica, no está explícito en la Biblia pero podemos saber, por testimonios indirectos, que formaba parte de las creencias de la generación apostólica. No es Tradición de la fe un montón de detalles simpáticos, anecdóticos y cotidianos sobre la primera Iglesia, que carecen de relevancia para la fe y cuya fuente histórica nos es desconocida.

    Dicho esto, y aunque sea una auténtica lástima no poder cubrir la curiosidad mínima de cualquier persona, lo que sabemos con certeza sobre los Doce en conjunto no llega a ocupar lo mínimo que sabemos sobre uno sólo de los cristianos de la siguiente generación.

Simón el «zelote»


    De lo poco que conocemos de los apóstoles, casi nada más que su nombre es lo que sabemos de Simón, llamado por Mateo y Marcos «el cananeo», mientras que por Lucas/Hechos, «el zelote». Puede ser que con ese apodo se refiere a los «zelotes» (que podría traducirse como «llenos de celo»), un grupo radical dentro de los tantos que conformaban el polifacético judaísmo de la época; estos zelotes se oponían a la dominación romana, y al sincretismo cultural que ello traía aparejado. Se comprende que Jesús -que hablaba de una inminente instauración del Reino de Dios- atrajera la atención de estas corrientes. Aunque algunos autores afirman que los zelotes, como grupo de resistencia, nacieron algunas décadas después, así que este adjetivo indicaría más bien el hecho de que era un celoso cumplidor de la Ley, que más que un problema con la dominación romana, lo tenía con los judíos de mentalidad más relajada. No parece claro qué podía atraer de Jesús, que comía con publicanos y pecadores, a alguien que mereciera el apodo de «legalista celoso»; sin embargo, el mismo Jesús que comía con publicanos y pecadores dijo que no caería ni una «iod» de la Ley. Sin duda que Jesús se supo atraer a todas las sensibilidades, a un recaudador de impuestos como Leví y a un celoso cumplidor como Simón, y a cada uno le enseñó, y le exigió -y le exige- renunciar a sus criterios exclusivistas para abrazar los criterios de inclusividad del Reino.

    El apelativo «cananeo» podría corresponder al gentilicio de «nacido en Caná» (aldea que conocemos por las bodas narradas por Juan), sin embargo podría ser también -y en general la crítica actual toma este partido- la forma aramea original (qan'ana) del nombre «zelote», que es griego y que, por tanto, no es la forma original del apelativo.

    Por lo demás a Simón a no se le atribuye ninguna anécdota dentro de los evangelios; es uno de los Doce, y sólo lo podemos imaginar actuando como coro, ya que cuanto se habla de Simón en el NT se refiere a Simón Pedro. No sabemos, por tanto, tampoco cómo continuó el curso de su vida ni cómo murió, más allá de la suposición general de que los Doce sufrieron la misma suerte martirial que el Maestro.

    A partir de esta falta de datos, la imaginación ha hecho el resto, y lo ha hecho así: -Puesto que se dice de él que es «de Santiago», algunos lo identifican como «hermano de Santiago» y no -como es más natural- como «hijo de [algún] Santiago», por lo tanto deducen que tiene que ser el Simón que es pariente de Jesús, según Mt 13,55 (y paralelos). Como al Santiago pariente del Señor la tradición posterior lo ha identificado (también sin demasiada base) con uno de los Santiago Apóstol (el llamado menor), entonces Simón resultaría ser, según cuenta Hegesipo en el siglo II, el sucesor de Santiago el Menor como obispo de Jerusalén, hasta el 107, cuando sufrió el martirio en Pella.
-También se lo ha identificado con Natanael de Caná y ¡con el maestresala de las Bodas de Caná!, apoyadas estas identificaciones en la solidísima base del supuesto gentilicio «cananeo».
-en Armenia se lo identifica como apóstol de los armenios, y habría sufrido allí el martirio.
-San Fortunato de Poitiers transmite que evangelizó Persia con Judas Tadeo, y sufrió allí el martirio y fue enterrado, aunque otras tradiciones sitúan la tumba en el Cáucaso...

    Los atributos del apóstol en la iconografía son variables: hasta el siglo XIII, pero retomado en el XVI, suele estar representado con un rollo o libro, sin símbolos de martirio, mientras que en los siglos intermedios a los mencionados aparece con distintos atributos martiriales, acorde con las mil leyendas sobre su muerte (serrado en dos, decapitado, etc).

Judas Tadeo
    
    En cuanto a Judas Tadeo, poco más de lo mismo: le cupo la escasa suerte de llamarse con un nombre precioso en la tradición bíblica («el judío», que es lo que significa Judas), pero lamentablemente infamante para los cristianos, por el otro Judas, el traidor; con una mano en el corazón, por mucha devoción que se le tenga a Judas Tadeo, ¿quién le pondría a su hijo de nombre Judas?

    Tadeo (Thaddaios) es un apelativo, cuyo significado quedó incierto para nosotros; algunos lo hacen significar «de pecho amplio», es decir, «magnánimo». A este Judas se le atribuye una única intervención individual en el Evangelio, en Juan 14,22: «Le dice Judas -no el Iscariote-: 'Señor, ¿qué pasa para que te vayas a manifestar a nosotros y no al mundo?' "Lo que mereció de Jesús esa hermosa respuesta: "Si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él.»

    A Judas Tadeo se le atribuye una epístola muy breve -apenas 25 versículos- del NT, la llamada, precisamente, Epístola de San Judas, última del grupo de las siete «católicas» (es decir, sin destinatario conocido, y por tanto universales). La epístola depende estrechamente del libro apócrifo de Henoc, y a su vez es citada casi literalmente por Pedro ; es sin duda una epístola-puente en un problema que acució a la primera iglesia: ¿por qué Jesús, que dijo que volvía enseguida, se retrasa? El hecho de que subyaga precisamente esta pregunta, junto a otros datos de crítica interna del texto hacen casi seguro afirmar hoy que la epístola es escasísimamente probable que provenga de mano directa de uno de los apóstoles.

    Las tradiciones posteriores hacen de Tadeo el evangelizador de Mesopotamia o de Libia, y sufrido el martirio, su cuerpo estaría, junto con Simón Zelote, en Persia, según la tradición ya mencionada de Fortunato de Poitiers. En la iconografía tradicional se lo representa con una alabarda o lanza, dato que proviene de algunas leyendas sobre su martirio. Debe señalarse que no todos los autores están de acuerdo con que Judas «no el Iscariote» y Judas «Tadeo» sean la misma persona, en cuyo caso lo poco que afirmábamos antes, se reduce a mucho menos. Es el patrono de las «causas perdidas», dentro de las cuales se encuentran los intentos por conocerlo históricamente un poco mejor...

Oremos

    ¡Santo Apóstol San Judas, fiel siervo y amigo de Jesús!, la Iglesia te honra e invoca universalmente, como el patrón de los casos difíciles y desesperados. Te imploro hagas uso del privilegio especial que se te ha concedido, de socorrer pronto y visiblemente cuando casi se ha perdido toda esperanza. Ven en mi ayuda en esta gran necesidad, para que pueda recibir consuelo y socorro del cielo en todas mis necesidades, tribulaciones y sufrimientos, particularmente... (haga aquí su petición), y para que pueda alabar a Dios contigo y con todos los elegidos por siempre. Te doy las gracias glorioso San Judas, y prometo nunca olvidarme de este gran favor, honrarte siempre como mi patrono especial y poderoso y, con agradecimiento hacer todo lo que pueda para fomentar tu devoción. Amén.

-FRASE DEL DÍA-



 

jueves, 26 de octubre de 2023

-PROPÓSITO DEL DÍA- "Para que por la práctica de los consejos evangélicos y la vida de oración, podamos crecer en el amor a Dios y nuestros hermanos"



EVANGELIO DEL DÍA - 27 DE OCTUBRE - San Lucas 12,54-59.


    Carta de San Pablo a los Romanos 7,18-25a.

    Porque sé que nada bueno hay en mí, es decir, en mi carne. En efecto, el deseo de hacer el bien está a mi alcance, pero no el realizarlo.
    Y así, no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero.
    Pero cuando hago lo que no quiero, no soy yo quien lo hace, sino el pecado que reside en mí.
    De esa manera, vengo a descubrir esta ley: queriendo hacer el bien, se me presenta el mal.
    Porque de acuerdo con el hombre interior, me complazco en la Ley de Dios, pero observo que hay en mis miembros otra ley que lucha contra la ley de mi razón y me ata a la ley del pecado que está en mis miembros.
    ¡Ay de mí! ¿Quién podrá librarme de este cuerpo que me lleva a la muerte?
    ¡Gracias a Dios, por Jesucristo, nuestro Señor! En una palabra, con mi razón sirvo a la Ley de Dios, pero con mi carne sirvo a la ley del pecado.

    Palabra de Dios


Salmo 119(118),66.68.76.77.93.94.

Enséñame la discreción y la sabiduría,
porque confío en tus mandamientos.
Tú eres bueno y haces el bien:
enséñame tus mandamientos.

Que tu misericordia me consuele,
de acuerdo con la promesa que me hiciste.
Que llegue hasta mí tu compasión, y viviré,
porque tu ley es toda mi alegría.

Nunca me olvidaré de tus preceptos:
por medio de ellos, me has dado la vida.
Sálvame, porque yo te pertenezco
y busco tus preceptos.


    Evangelio según San Lucas 12,54-59.

    Jesús dijo a la multitud: "Cuando ven que una nube se levanta en occidente, ustedes dicen en seguida que va a llover, y así sucede.
    Y cuando sopla viento del sur, dicen que hará calor, y así sucede.
    ¡Hipócritas! Ustedes saben discernir el aspecto de la tierra y del cielo; ¿cómo entonces no saben discernir el tiempo presente?
    ¿Por qué no juzgan ustedes mismos lo que es justo?
    Cuando vas con tu adversario a presentarte ante el magistrado, trata de llegar a un acuerdo con él en el camino, no sea que el adversario te lleve ante el juez, y el juez te entregue al guardia, y este te ponga en la cárcel.
    Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo."

    Palabra del Señor

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - 27 de Octubre - "Interpretar el tiempo presente"


        Concilio Vaticano II Gaudium et Spes, 1,4,10

 
"Interpretar el tiempo presente"

    Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón. La comunidad cristiana está integrada por hombres que, reunidos en Cristo, son guiados por el Espíritu Santo en su peregrinar hacia el reino del Padre y han recibido la buena nueva de la salvación para comunicarla a todos. La Iglesia por ello se siente íntima y realmente solidaria del genero humano y de su historia… Por ello, el Concilio Vaticano II, tras haber profundizado en el misterio de la Iglesia, se dirige ahora no sólo a los hijos de la Iglesia católica y a cuantos invocan a Cristo, sino a todos los hombres…

    Para cumplir esta misión es deber permanente de la Iglesia escrutar a fondo los signos de la época e interpretarlos a la luz del Evangelio, de forma que, acomodándose a cada generación, pueda la Iglesia responder a los perennes interrogantes de la humanidad sobre el sentido de la vida presente y de la vida futura… Es necesario por ello conocer y comprender el mundo en que vivimos, sus esperanzas, sus aspiraciones y el sesgo dramático…

    Afectados por tan compleja situación, muchos de nuestros contemporáneos difícilmente llegan a conocer los valores permanentes y a compaginarlos con exactitud al mismo tiempo con los nuevos descubrimientos. La inquietud los atormenta, y se preguntan, entre angustias y esperanzas, sobre la actual evolución del mundo. El curso de la historia presente en un desafío al hombre que le obliga a responder.

    Cree la Iglesia que Cristo, muerto y resucitado por todos, da al hombre su luz y su fuerza por el Espíritu Santo a fin de que pueda responder a su máxima vocación… Igualmente cree que la clave, el centro y el fin de toda la historia humana se halla en su Señor y Maestro.

SANTORAL - SAN GAUDIOSO DE ABITINIA

27 de Octubre


    En Nápoles, de la Campania, sepultura de san Gaudioso, obispo, el cual, a causa de la persecución de los vándalos, pasó de Abitinia a Campania, y terminó sus días en la paz de un monasterio.El núcleo de la historia es muy semejante a la del obispo, también africano, san Quodvultusdeus; no obstante, no sólo no parece que sea una mera repetición, sino que realmente son dos obispos distintos que pasaron por circunstancias de persecución parecida: Durante el episcopado de Nostriano en Nápoles, Gaudioso, perseguido por Genserico, rey arriano de los vándalos, llegó exiliado a esa ciudad en el 429, en un barca maltrecha, privado de todo.

    Llegaron así a Nápoles muchas reliquias de santos, y tal vez la regla agustiniana para la vida monástica. Construyó en las afueras de Nápoles un monasterio que subsistió por siglos y tomó con el tiempo su propio nombre. Murió Gaudioso en ese monasterio, en el año 453 o 468, según surge de los restos de una lápida que, aunque mutilada, aun se conserva, y fue sepultado bajo el suelo de la iglesia. Vivió cerca de 70 años.

-FRASE DEL DÍA-

 


miércoles, 25 de octubre de 2023

-PROPÓSITO DEL DÍA- "Para que por la práctica de los consejos evangélicos y la vida de oración, podamos crecer en el amor a Dios y nuestros hermanos"



 

EVANGELIO DEL DÍA - 26 DE OCTUBRE - San Lucas 12,49-53.


    Carta de San Pablo a los Romanos 6,19-23.

    Voy a hablarles de una manera humana, teniendo en cuenta la debilidad natural de ustedes. Si antes entregaron sus miembros, haciéndolos esclavos de la impureza y del desorden hasta llegar a sus excesos, pónganlos ahora al servicio de la justicia para alcanzar la santidad.
    Cuando eran esclavos del pecado, ustedes estaban libres con respecto de la justicia.
    Pero, ¿Qué provecho sacaron entonces de las obras que ahora los avergüenzan? El resultado de esas obras es la muerte.
    Ahora, en cambio, ustedes están libres del pecado y sometidos a Dios: el fruto de esto es la santidad y su resultado, la Vida eterna.
    Porque el salario del pecado es la muerte, mientras que el don gratuito de Dios es la Vida eterna, en Cristo Jesús, nuestro Señor.

    Palabra de Dios


Salmo 1,1-2.3.4.6.

¡Feliz el hombre
que no sigue el consejo de los malvados,
ni se detiene en el camino de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los impíos,
sino que se complace en la ley del Señor
y la medita de día y de noche!

El es como un árbol
plantado al borde de las aguas,
que produce fruto a su debido tiempo,
y cuyas hojas nunca se marchitan:
todo lo que haga le saldrá bien.

No sucede así con los malvados:
ellos son como paja que se lleva el viento.
Porque el Señor cuida el camino de los justos,
pero el camino de los malvados termina mal.
 

    Evangelio según San Lucas 12,49-53.

    Jesús dijo a sus discípulos: "Yo he venido a traer fuego sobre la tierra, ¡y cómo desearía que ya estuviera ardiendo!
    Tengo que recibir un bautismo, ¡y qué angustia siento hasta que esto se cumpla plenamente!
    ¿Piensan ustedes que he venido a traer la paz a la tierra? No, les digo que he venido a traer la división.
    De ahora en adelante, cinco miembros de una familia estarán divididos, tres contra dos y dos contra tres: el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra".

    Palabra del Señor

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - 26 de Octubre - « He venido a traer un fuego sobre la tierra »


Santa Catalina de Siena (1347-1380) terciaria dominica, doctora de la Iglesia, copatrona de Europa Carta 85 a Nicolás de Osimo, n° 39 (trad. Cartier; Téqui, 1976, tomo 1; p. 581-584)


« He venido a traer un fuego sobre la tierra »

    Recuerdo, muy tierno Padre, una sierva de Dios [santa Catalina] a quien fue revelado cuánto le es agradable lo que hacemos por la Iglesia, y os lo digo a fin de que sea alentado a sufrir por ella.

    Sé que en una ocasión esta sierva de Dios deseaba ardientemente dar su sangre, destruir y consumir todo lo que estaba en ella en favor de la Esposa de Cristo, en favor de la santa Iglesia. Ella aplicaba su inteligencia en comprender su nada y la bondad de Dios para con ella. Veía que Dios, por amor, le había dado el ser, y todas las gracias, todos los dones que le había añadido a este. Viendo este amor y gustando de él, este abismo de caridad, no veía otro modo de agradecer a Dios que de amarlo. Pero como ella no podía serle útil, no podía probarle su amor, buscaba amar por él algo que le permitiese mostrarle su amor. Veía que Dios ama de un amor infinito la criatura racional, y este amor, ella lo encontraba en sí misma y en todos los hombres, puesto que todos somos amados por Dios : de esta manera, tenía un medio de mostrar si amaba o no a Dios, ya que así podía serle útil. Entonces, se entregaba con ardor a la caridad hacia el prójimo, y sentía tal amor por la salvación de este, que alegremente hubiera dado su vida para obtenerla. (...)

    Entonces esta alma, viendo tanta grandeza y profundidad en la bondad de Dios, y lo que ella debía hacer para agradarle más, aumentaba más y más el ardor de su deseo ; le parecía que si hubiese podido dar su vida mil veces al día hasta el juicio final, habría sido menos que una gota de vino en el mar ; y ésta es también la verdad.

SANTORAL - SAN EVARISTO

26 de Octubre


    Martirologio Romano: En Roma, San Evaristo, papa, que fue el cuarto sucesor de san Pedro y rigió la Iglesia romana en tiempo del emperador Trajano. Nació por los años 60, de una familia judía asentada en tierras griegas. Recibió educación judía y aprendió en los liceos helénicos.

    No se conocen datos de su conversión al cristianismo, pero se le ve ya en Roma como uno de los presbíteros muy estimados por los fieles que, lleno de celo, eleva el nivel de la comunidad de cristianos de la ciudad, entregándose por completo a mostrarle a Jesucristo. Amplio conocedor de la Sagrada Escritura, es docto en la predicación y humilde en el servicio.

    Muerto mártir el Papa Anacleto, sucesor de Clemente, la atención se fija en Evaristo. Por humildad se resistió con todas las fuerzas posibles a asumir la dignidad que comportaba tan alto servicio. El día 27 de Julio del año 108 tuvo la Iglesia por Papa a Evaristo.

    Atendió cuidadosamente las necesidades del rebaño: Defiende la verdadera fe contra los errores gnósticos. Establece normas que afectan a la consagración y trabajo pastoral de los Obispos y de los diáconos. Manda la celebración pública de los matrimonios. Se ocupa de la vida de los fieles, esbozándose ya una cierta administración territorial, para su mejor atención y gobierno. También escribió cartas a los fieles de África y de Egipto.
Murió mártir, siendo Trajano emperador, hacia el 117.

    La iglesia del tiempo cada día crece en número, pero está perseguida por las leyes; es silenciosa y fuerte en la fe, oculta y limpia en las obras; vive dentro del Imperio en estado latente, desplegando poco a poco su potencialidad al soplo del Espíritu.

Oremos

    Dios todopoderoso y eterno, que quisiste que San Evaristo, Papa, presidiera a todo tu pueblo y lo iluminara con su ejemplo y sus palabras, por su intercesión protege a los pastores de la Iglesia y a sus rebaños y hazlos progresar por el camino de la salvación eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo. Amén