lunes, 7 de diciembre de 2020

EVANGELIO - 08 de Diciembre - San Lucas 1,26-38


    Libro de Génesis 3,9-15.20.

    Después que Adán comió del árbol, el Señor Dios llamó al hombre y le dijo: "¿Dónde estás?".
    "Oí tus pasos por el jardín, respondió él, y tuve miedo porque estaba desnudo. Por eso me escondí".
    El replicó: "¿Y quién te dijo que estabas desnudo? ¿Acaso has comido del árbol que yo te prohibí?".
    El hombre respondió: "La mujer que pusiste a mi lado me dio el fruto y yo comí de él".
    El Señor Dios dijo a la mujer: "¿Cómo hiciste semejante cosa?". La mujer respondió: "La serpiente me sedujo y comí".
    Y el Señor Dios dijo a la serpiente: "Por haber hecho esto, maldita seas entre todos los animales domésticos y entre todos los animales del campo. Te arrastrarás sobre tu vientre, y comerás polvo todos los días de tu vida.
    Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu linaje y el suyo. El te aplastará la cabeza y tú le acecharás el talón".
    El hombre dio a su mujer el nombre de Eva, por ser ella la madre de todos los vivientes.


Salmo 98(97),1-4.

Canten al Señor un canto nuevo,
porque él hizo maravillas:
su mano derecha y su santo brazo
le obtuvieron la victoria.

El Señor manifestó su victoria,
reveló su justicia a los ojos de las naciones:
se acordó de su amor y su fidelidad
en favor del pueblo de Israel.

Los confines de la tierra han contemplado
el triunfo de nuestro Dios.
Aclame al Señor toda la tierra,
prorrumpan en cantos jubilosos.


    Carta de San Pablo a los Efesios 1,3-6.11-12.

    Bendito sea Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en Cristo con toda clase de bienes espirituales en el cielo, y nos ha elegido en él, antes de la creación del mundo, para que fuéramos santos e irreprochables en su presencia, por el amor.
    El nos predestinó a ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo, conforme al beneplácito de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, que nos dio en su Hijo muy querido.
    En él hemos sido constituidos herederos, y destinados de antemano -según el previo designio del que realiza todas las cosas conforme a su voluntad- a ser aquellos que han puesto su esperanza en Cristo, para alabanza de su gloria.


    Evangelio según San Lucas 1,26-38.

    El Ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María.
    El Ángel entró en su casa y la saludó, diciendo: "¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo".
    Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo.
    Pero el Ángel le dijo: "No temas, María, porque Dios te ha favorecido.
    Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin".
    María dijo al Ángel: "¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relaciones con ningún hombre?".
    El Ángel le respondió: "El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios.
    También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes, porque no hay nada imposible para Dios".
  
María dijo entonces: "Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho". Y el Ángel se alejó.

    Palabra del Señor

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - 08 de Diciembre - «Ahora hago el universo nuevo»


       San Juan Damasceno, monje y doctor de la Iglesia Homilía para la Natividad de la Virgen.

«Ahora hago el universo nuevo» 

    Hoy, el Creador de todas las cosas, el Verbo de Dios, ha hecho una obra nueva, salida del corazón del Padre para ser escrita, como con una caña, por el Espíritu que es la lengua de Dios… Hija santísima de Joaquín y Ana, que has escapado a las miradas de los Principados y de las Fuerzas y «de las flechas incendiarias del Maligno» (Col 1,16; Ef 6,16), has vivido en la cámara nupcial del Espíritu, y has sido guardada intacta para ser la esposa de Dios y Madre de Dios a través de la naturaleza… Hija amada de Dios, honor de tus padres, generaciones y generaciones te llamaran bienaventurada, como con verdad lo has afirmado (Lc 1,48). ¡Digna hija de Dios, belleza de la naturaleza humana, rehabilitación de Eva nuestra primera madre! Porque por tu nacimiento se ha levantado la que había caído… Si por la primera Eva «entró el pecado en el mundo» (Sab 2,24; Rm 5,12), porque se puso al servicio de la serpiente, María, que se hizo la servidora de la voluntad divina, engañó a la serpiente engañosa e introdujo en el mundo la inmortalidad.

    Tú eres más preciosa que toda la creación, porque sólo de ti compartió las primicias de nuestra humanidad. Su carne fue hecha de tu carne, su sangre de tu sangre; Dios se alimentó de tu leche, y tus labios tocaron los labios de Dios… En la presciencia de tu dignidad, el Dios del universo te amó; tal como te amó, te predestinó y «al final de os tiempos» (1P 1,20) te llamó a la existencia… Que Salomón, el gran sabio, se calle; que ya no vuelva a decir: "No hay nada nuevo bajo el sol» (Eccl 1,9).

SOLEMNIDAD DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARIA

 08 de Diciembre

    "Declaramos, pronunciamos y definimos que la doctrina que sostiene que la Santísima Virgen María, en el primer instante de su concepción, fue por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente en previsión de los méritos de Cristo Jesús, Salvador del género humano, preservada inmune de toda mancha de culpa original, ha sido revelada por Dios, por tanto, debe ser firme y constantemente creída por todos los fieles".

    Cada 8 de diciembre, la Iglesia celebra el dogma de fe que nos revela que, por la gracia de Dios, la Virgen María fue preservada del pecado desde el momento de su concepción, es decir desde el instante en que María comenzó la vida humana.

    El 8 de diciembre de 1854, en su bula Ineffabilis Deus, el Papa Pío IX proclamó este dogma: "...declaramos, proclamamos y definimos que la doctrina que sostiene que la beatísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de la culpa original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Cristo Jesús Salvador del género humano, está revelada por Dios y debe ser por tanto firme y constantemente creída por todos los fieles..." (Pío IX, Bula Ineffabilis Deus, 8 de diciembre de 1854)

    María es la "llena de gracia", del griego "kecharitomene" que significa una particular abundancia de gracia, es un estado sobrenatural en el que el alma está unida con el mismo Dios. María como la Mujer esperada en el Protoevangelio (Gn. 3, 15) se mantiene en enemistad con la serpiente porque es llena de gracia.

    Las devociones a la Inmaculada Virgen María son numerosas, y entre sus devotos destacan santos como San Francisco de Asís y San Agustín. Además la devoción a la Concepción Inmaculada de María fue llevada a toda la Iglesia de Occidente por el Papa Sixto IV, en 1483.

    El camino para la definición dogmática de la Concepción Inmaculada de María fue trazado por el franciscano Duns Scotto. Se dice que al encontrarse frente a una estatua de la Virgen María hizo esta petición: "Dignare me laudare te: Virgo Sacrata" (Oh Virgen sacrosanta dadme las palabras propias para hablar bien de Ti).

Y luego el franciscano hizo estos cuestionamientos:

1. ¿A Dios le convenía que su Madre naciera sin mancha del pecado original?
Sí, a Dios le convenía que su Madre naciera sin ninguna mancha. Esto es lo más honroso, para Él.

2. ¿Dios podía hacer que su Madre naciera sin mancha de pecado original?
Sí, Dios lo puede todo, y por tanto podía hacer que su Madre naciera sin mancha: Inmaculada.

3. ¿Lo que a Dios le conviene hacer lo hace? ¿O no lo hace?
Todos respondieron: Lo que a Dios le conviene hacer, lo que Dios ve que es mejor hacerlo, lo hace.

Entonces Scotto exclamó: luego 

1. Para Dios era mejor que su Madre fuera Inmaculada: o sea sin mancha del pecado original.

2. Dios podía hacer que su Madre naciera Inmaculada: sin mancha

3. Por lo tanto: Dios hizo que María naciera sin mancha del pecado original. Porque Dios cuando sabe que algo es mejor hacerlo, lo hace.

    La Virgen María es Inmaculada gracias a Cristo su hijo, puesto que Él iba a nacer de su seno es que Dios la hizo Inmaculada para que tenga un vientre puro donde encarnarse. Ahí se demuestra cómo Jesús es Salvador en la guarda de Dios con María y la omnipotencia del Padre se revela como la causa de este don. Así, María nunca se inclinó ante las concupiscencias y su grandeza demuestra que como ser humano era libre pero nunca ofendió a Dios y así no perdió la enorme gracia que Él le otorgó.

    La Inmaculada Virgen María nos muestra la necesidad de tener un corazón puro para que el Señor Jesús pueda vivir en nuestro interior y de ahí naciese la Salvación. Y consagrarnos a ella nos lleva a que nuestra plegaria sea el medio por el cual se nos revele Jesucristo plenamente y nos lleve al camino por el cual seremos colmados por el Espíritu Santo.

Oremos
    
    Dios todopoderoso, que, por la Inmaculada Concepción de la Virgen María, preparaste una digna morada para tu Hijo y, en previsión de la muerte de Jesucristo, preservaste a su madre de toda mancha de pecado, concédenos también a nosotros, por intercesión de esta Madre Inmaculada, que lleguemos a ti limpios de toda culpa. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén

domingo, 6 de diciembre de 2020

EVANGELIO - 07 de Diciembre - San Lucas 5,17-26



    Libro de Isaías 35,1-10.

    ¡Regocíjese el desierto y la tierra reseca, alégrese y florezca la estepa!
    ¡Sí, florezca como el narciso, que se alegre y prorrumpa en cantos de júbilo! Le ha sido dada la gloria del Líbano, el esplendor del Carmelo y del Sarón. Ellos verán la gloria del Señor, el esplendor de nuestro Dios.
    Fortalezcan los brazos débiles, robustezcan las rodillas vacilantes; digan a los que están desalentados: "¡Sean fuertes, no teman: ahí está su Dios! Llega la venganza, la represalia de Dios: él mismo viene a salvarlos!".
    Entonces se abrirán los ojos de los ciegos y se destaparán los oídos de los sordos; entonces el tullido saltará como un ciervo y la lengua de los mudos gritará de júbilo. Porque brotarán aguas en el desierto y torrentes en la estepa; el páramo se convertirá en un estanque y la tierra sedienta en manantiales; la morada donde se recostaban los chacales será un paraje de caña y papiros.
    Allí habrá una senda y un camino que se llamará "Camino santo". No lo recorrerá ningún impuro ni los necios vagarán por él; no habrá allí ningún león ni penetrarán en él las fieras salvajes. Por allí caminarán los redimidos, volverán los rescatados por el Señor; y entrarán en Sión con gritos de júbilo, coronados de una alegría perpetua: los acompañarán el gozo y la alegría, la tristeza y los gemidos se alejarán.


Salmo 85:9-14

Voy a escuchar de qué habla Dios.
Sí, Yahveh habla de paz para su pueblo
y para sus amigos,
con tal que a su torpeza no retornen.

Ya está cerca su salvación para quienes le temen,
y la Gloria morará en nuestra tierra.
Amor y Verdad se han dado cita, Justicia y Paz se abrazan;
la Verdad brotará de la tierra,
y de los cielos se asomará la Justicia.

El mismo Yahveh dará la dicha,
y nuestra tierra su cosecha dará;
La Justicia marchará delante de él,
y con sus pasos trazará un camino.


    Evangelio según San Lucas 5,17-26.


    Un día, mientras Jesús enseñaba, había entre los presentes algunos fariseos y doctores de la Ley, llegados de todas las regiones de Galilea, de Judea y de Jerusalén. La fuerza del Señor le daba poder para curar.
    Llegaron entonces unas personas transportando a un paralítico sobre una camilla y buscaban el modo de entrar, para llevarlo ante Jesús.
    Como no sabían por dónde introducirlo a causa de la multitud, subieron a la terraza y, desde el techo, lo bajaron con su camilla en medio de la concurrencia y lo pusieron delante de Jesús.
    Al ver su fe, Jesús le dijo: "Hombre, tus pecados te son perdonados".
    Los escribas y los fariseos comenzaron a preguntarse: "¿Quién es este que blasfema? ¿Quién puede perdonar los pecados, sino sólo Dios?".
    Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, les dijo: "¿Qué es lo que están pensando? ¿Qué es más fácil decir: 'Tus pecados están perdonados', o 'Levántate y camina'?.
    Para que ustedes sepan que el Hijo del hombre tiene sobre la tierra el poder de perdonar los pecados -dijo al paralítico- yo te lo mando, levántate, toma tu camilla y vuelve a tu casa".
    Inmediatamente se levantó a la vista de todos, tomó su camilla y se fue a su casa alabando a Dios.
    Todos quedaron llenos de asombro y glorificaban a Dios, diciendo con gran temor: "Hoy hemos visto cosas maravillosas".

    Palabra del Señor

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - 07 de Diciembre - «¿Qué estáis pensando en vuestros corazones?»


        San Pedro Crisólogo, y doctor de la Iglesia Sermón: Sermón 50: PL 52, 339.

«¿Qué estáis pensando en vuestros corazones?» 

    Gracias a la fe de otros, el alma del paralítico es curada antes que su cuerpo. “Viendo la fe que tenían….” (Mt 9,4ss) dice el evangelio. ¡Notemos, hermanos, Dios no se preocupa de lo que los hombres desean sin razón, no espera encontrar fe en los ignorantes…, en los enfermos. Al contrario, no rechaza ayudar, gracias a la fe de los otros. Esta fe es un regalo de la gracia y es según la voluntad de Dios. .. En su divina bondad, este médico, Cristo, intenta atraer a la salvación a pesar de ellos mismos, a los que están enfermos en el alma, aquellos cuyos pecados y cuyas faltas los aplastan hasta el delirio. Pero ellos no quieren dejarse tratar.

    ¡Oh, hermanos míos, si quisiéramos, si quisiéramos todos ver hasta el fondo la parálisis de nuestra alma! Nos daríamos cuenta de que, privada de sus fuerzas, yace en un lecho de pecados. La acción de Cristo en nosotros sería fuente de luz. Comprenderíamos cómo cada día mira nuestra falta de fe tan perjudicial, nos arrastra hacia los remedios saludables y fuerza vivamente nuestras voluntades rebeldes. «Hombre, dice, tus pecados te son perdonados».

SANTORAL - SAN AMBROSIO

07 de Diciembre


    San Ambrosio cuyo nombre significa "Inmortal" es uno de los más famosos doctores que la Iglesia de occidente tuvo en la antigüedad junto con San Agustín, San Jerónimo y San León. Cuando apenas tenía 30 años fue nombrado gobernador de todo el norte de Italia, con residencia en Milán, y posteriormente, fue elegido Obispo de esta ciudad por clamor popular. San Ambrosio se negó a aceptar el cargo pues no era sacerdote, pero se hicieron memoriales y el Emperador mandó un decreto señalando que el santo debía aceptar ese cargo. Desde entonces se dedicó por horas y días a estudiar las Sagradas Escrituras hasta llegar a comprenderla maravillosamente.

    San Ambrosio componía hermosos cantos y los enseñaba al pueblo; además, escribió muy bellos libros explicando la Biblia, y aconsejando métodos prácticos para progresar en la santidad. Especialmente famoso se hizo un tratado que compuso acerca de la virginidad y de la pureza. Además de su sabiduría para escribir, tenía el don de la diplomacia siendo llamado muchas veces por el alto gobierno como embajador del país para obtener tratados de paz cuando se suscitaba algún conflicto.

    El día de su muerte, Ambrosio estuvo varias horas acostado con los brazos en cruz, orando constantemente. San Honorato de Vercelli, que se hallaba descansando en otra habitación, oyó una voz que le decía tres veces: «¡Levántate pronto, que se muere!» Inmediatamente bajó y dio el viático a san Ambrosio, quien murió a los pocos momentos. Era el Viernes Santo, 4 de abril de 397. El santo tenía aproximadamente cincuenta y siete años. Fue sepultado el día de Pascua. Sus reliquias reposan bajo el altar mayor de su basílica, a donde fueron trasladadas el año 835. Su fiesta se celebra el día del aniversario de su consagración episcopal, 7 de diciembre, tanto en Oriente como en Occidente. Su nombre figura en el canon de la misa del rito milanés.

Oremos

    Señor Dios, que hiciste del obispo San Ambrosio un insigne maestro de la fe católica y un admirable ejemplo de fortaleza apostólica, suscita en tu Iglesia hombres según tu corazón, que guíen siempre a tu pueblo con fortaleza y sabiduría. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén

sábado, 5 de diciembre de 2020

SEGUNDO DOMINGO DE ADVIENTO



     La conversión, nota predominante de la predicación de Juan Bautista. Durante la segunda semana, la liturgia nos invita a reflexionar con la exhortación del profeta Juan Bautista: "Preparen el camino, Jesús llega" y, ¿Qué mejor manera de prepararlo que buscando ahora la reconciliación con Dios? En la semana anterior nos reconciliamos con las personas que nos rodean; como siguiente paso, la Iglesia nos invita a acudir al Sacramento de la Reconciliación (Confesión) que nos devuelve la amistad con Dios que habíamos perdido por el pecado. Encenderemos la segunda vela morada de la Corona de Adviento, como signo del proceso de conversión que estamos viviendo. Durante esta semana puedes buscar en los diferentes templos que tienes cerca, los horarios de confesiones disponibles, para que cuando llegue la Navidad, estés bien preparado interiormente, uniéndote a Jesús y a los hermanos en la Eucaristía.

EVANGELIO - 06 de Diciembre - San Marcos 1,1-8


    Libro de Isaías 40,1-5.9-11.

    ¡Consuelen, consuelen a mi Pueblo, dice su Dios!
    Hablen al corazón de Jerusalén y anúncienle que su tiempo de servicio se ha cumplido, que su culpa está paga, que ha recibido de la mano del Señor doble castigo por todos sus pecados.
    Una voz proclama: ¡Preparen en el desierto el camino del Señor, tracen en la estepa un sendero para nuestro Dios!
    ¡Que se rellenen todos los valles y se aplanen todas las montañas y colinas; que las quebradas se conviertan en llanuras y los terrenos escarpados, en planicies!
    Entonces se revelará la gloria del Señor y todos los hombres la verán juntamente, porque ha hablado la boca del Señor.
    Súbete a una montaña elevada, tú que llevas la buena noticia a Sión; levanta con fuerza tu voz, tú que llevas la buena noticia a Jerusalén. Levántala sin temor, di a las ciudades de Judá: "¡Aquí está su Dios!".
    Ya llega el Señor con poder y su brazo le asegura el dominio: el premio de su victoria lo acompaña y su recompensa lo precede.
    Como un pastor, él apacienta su rebaño, lo reúne con su brazo; lleva sobre su pecho a los corderos y guía con cuidado a las que han dado a luz.


Salmo 84,9ab-10.11-12.13-14


Voy a escuchar lo que dice el Señor:

«Dios anuncia la paz a su pueblo y a sus amigos.»

La salvación está ya cerca de sus fieles,

y la gloria habitará en nuestra tierra. R/.




La misericordia y la fidelidad se encuentran,

la justicia y la paz se besan;

la fidelidad brota de la tierra,

y la justicia mira desde el cielo. R/.




El Señor nos dará la lluvia,

y nuestra tierra dará su fruto.

La justicia marchará ante él,

la salvación seguirá sus pasos.


    Epístola I de San Pedro 3,8-14.

    En fin, vivan todos unidos, compartan las preocupaciones de los demás, ámense como hermanos, sean misericordiosos y humildes.
    No devuelvan mal por mal, ni injuria por injuria: al contrario, retribuyan con bendiciones, porque ustedes mismos están llamados a heredar una bendición.
    El que ama la vida y desea gozar de días felices, guarde su lengua del mal y sus labios de palabras mentirosas; apártese del mal y practique el bien; busque la paz y siga tras ella.
    Porque los ojos del Señor miran al justo y sus oídos están atentos a su plegaria, pero él rechaza a los que hacen el mal.
¿Quién puede hacerles daño si se dedican a practicar el bien?
Dichosos ustedes, si tienen que sufrir por la justicia. No teman ni se inquieten;



    Evangelio según San Marcos 1,1-8.

    Comienzo de la Buena Noticia de Jesús, Mesías, Hijo de Dios.
    Como está escrito en el libro del profeta Isaías: Mira, yo envío a mi mensajero delante de ti para prepararte el camino.
    Una voz grita en el desierto: Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos, así se presentó Juan el Bautista en el desierto, proclamando un bautismo de conversión para el perdón de los pecados.
    Toda la gente de Judea y todos los habitantes de Jerusalén acudían a él, y se hacían bautizar en las aguas del Jordán, confesando sus pecados.
    Juan estaba vestido con una piel de camello y un cinturón de cuero, y se alimentaba con langostas y miel silvestre. Y predicaba, diciendo: "Detrás de mí vendrá el que es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de ponerme a sus pies para desatar la correa de sus sandalias.
    Yo los he bautizado a ustedes con agua, pero él los bautizará con el Espíritu Santo".

    Palabra del Señor

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - 06 de Diciembre - «No soy digno de desatarle las sandalias»


        Homilía atribuida a San Gregorio Taumaturgo  obispo Homilía sobre la santa Teofanía, 4; PG 10, 1181

«No soy digno de desatarle las sandalias»

    [Jesús fue a Juan para que lo bautizara. Juan dijo: ¡soy yo quien tengo que ser bautizado por ti! (Mt 3,3.14).] En tu presencia, Señor, no me puedo callar, porque «yo soy la voz, y la voz del que clama en el desierto: preparad el camino del Señor. Soy yo el que necesita que tú me bautices, ¿y tú vienes a mí?» (Mt 3,3.14).

    En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba junto a Dios y el Verbo era Dios (Juan 1,1) ; eres el reflejo resplandeciente de la gloria del Padre, la expresión perfecta del Padre(He 1,3); eres la verdadera luz que ilumina el mundo(Jn 1,9); tú que aunque estabas en el mundo, viniste donde ya estabas; tú que te hiciste carne, pero que habitas en nosotros(Jn 1,14; 14,23) y que te mostraste a tus siervos en condición de siervo(Fil 2,7); tú que uniste la tierra y el cielo con tu santo nombre como puente; ¿Eres tú quien vienes a mi?¿Tú que eres tan poderoso en comparación a mi pobreza? El rey hacia el servidor, el Señor hacia el servidor...

    "Yo sé cuál es el abismo entre la tierra y el Creador». Cuál la diferencia entre el barro de la tierra y el que la ha modelado (Gen 2,7). Yo sé que tú eres el sol de justicia mayor que yo, que soy la lámpara de tu gracia (Mt 3,20 y Jn 5,35). Y mientras estás cubierto por la nube de tu cuerpo puro, yo, sin embargo, reconozco mi condición de siervo, que proclama tu gloria. "Yo no soy digno de desatar la correa de tus sandalias." ¿Y cómo me atrevo a tocar tu cabeza? Cómo extenderé la mano sobre ti, »que has extendido los cielos como una tienda de campaña" y que has afianzado «las aguas sobre la tierra" (Salmo 103,2, 135,6) … ¿Qué oración voy a hacer sobre ti, que acoges las oraciones de aquellos que te ignoran?

SANTORAL - SAN NICOLÁS DE BARI

06 de Diciembre


   San Nicolás, cuyo nombre significa "protector y defensor de los pueblos" fue tan popular en la antigüedad que se le han consagrado en el mundo más de dos mil templos. Era invocado por los fieles en los peligros, en los naufragios, en los incendios y cuando la situación económica se ponía difícil, consiguiendo éstos favores admirables por parte del santo.

    Por haber sido tan amigo de la niñez, en su fiesta se reparten dulces y regalos a los niños, y como en alemán se llama "San Nikolaus", lo empezaron a llamar Santa Claus, siendo representado como un anciano vestido de rojo, con una barba muy blanca, que pasaba de casa en casa repartiendo regalos y dulces a los niños. De San Nicolás escribieron muy hermosamente San Juan Crisóstomo y otros grandes santos, pero su biografía fue escrita por el Arzobispo de Constantinopla, San Metodio.

    Desde niño se caracterizó porque todo lo que conseguía lo repartía entre los pobres. Unos de sus tíos era obispo y fue éste quien lo consagró como sacerdote, pero al quedar huérfano, el santo repartió todas sus riquezas entre los pobres e ingresó a un monasterio.

    Según la tradición, en la ciudad de Mira, en Turquía, los obispos y sacerdotes se encontraban en el templo reunidos para la elección del nuevo obispo, ya que el anterior había muerto. Al fin dijeron: "elegiremos al próximo sacerdote que entre al templo". En ese momento sin saber lo que ocurría, entró Nicolás y por aclamación de todos fue elegido obispo. Fue muy querido por la cantidad de milagros que concedió a los fieles.

    En la época del Licino, quien decretó una persecución contra los cristianos, Nicolás fue encarcelado y azotado. Con Constantino fueron liberados él y los demás prisioneros cristianos. Se dice que el santo logró impedir que los herejes arrianos entrasen a la ciudad de Mira.

    El santo murió el 6 de diciembre del año 345. En oriente lo llaman Nicolás de Mira, por la ciudad donde fue obispo, pero en occidente se le llama Nicolás de Bari, porque cuando los mahometanos invadieron a Turquía, un grupo de católicos sacó de allí, en secreto, las reliquias del santo y se las llevó a la ciudad de Bari, en Italia.

    En esta ciudad se obtuvieron tan admirables milagros por su intercesión, que su culto llegó a ser sumamente popular en toda Europa. Es Patrono de Rusia, de Grecia y de Turquía.



Oremos

    ¡Oh bienaventurado San Nicolás de Bari! a quién Dios ha glorificado con innumerables milagros manifestando su voluntad de que acudamos a ti, en los momentos difíciles de nuestra vida, confiados en tu protección. ¡Oh portento de caridad! al que acuden las familias, los pobres, los enfermos, los comerciantes, los empleados, los presos, los niños, las doncellas en peligro; yo, humildemente te pido me alcances la gracia que de ti espero, confiado en tu valiosísima protección, la que nunca niegas a tus devotos, para que favorecidos por tus bondades, cantemos una vez más las misericordias del Señor, y las maravillas de sus santos. ¡Providentísimo San Nicolás! no me abandones.

viernes, 4 de diciembre de 2020

EVANGELIO - 05 de Diciembre - San Mateo 9,35-38.10,1.5a.6-8


    Libro de Isaías 30,19-21.23-36.

    Así habla el Señor: Sí, pueblo de Sión, que habitas en Jerusalén, ya no tendrás que llorar: él se apiadará de ti al oír tu clamor; apenas te escuche, te responderá.
    Cuando el Señor les haya dado el pan de la angustia y el agua de la aflicción, aquel que te instruye no se ocultará más, sino que verás a tu maestro con tus propios ojos.
    Tus oídos escucharán detrás de ti una palabra: "Este es el camino, síganlo, aunque se hayan desviado a la derecha o a la izquierda".
    El Señor te dará lluvia para la semilla que siembres en el suelo, y el pan que produzca el terreno será rico y sustancioso. Aquel día, tu ganado pacerá en extensas praderas.
    Los bueyes y los asnos que trabajen el suelo comerán forraje bien sazonado, aventado con el bieldo y la horquilla.
    En todo monte elevado y en toda colina alta, habrá arroyos y corrientes de agua, el día de la gran masacre, cuando se derrumben las torres.
    Entonces, la luz de la luna será como la luz del sol, y la luz del sol será siete veces más intensa -como la luz de siete días- el día en que el Señor vende la herida de su pueblo y sane las llagas de los golpes que le infligió.
    ¡Miren que el nombre del Señor viene de lejos! Arde su ira y es densa la humareda; sus labios desbordan de indignación y su lengua es como fuego devorador.
    Su aliento es como un torrente desbordado, que sube hasta el cuello, para zarandear a las naciones con la criba destructora y poner el freno del extravío en las quijadas de los pueblos.
    Entonces, ustedes cantarán como en la noche sagrada de la fiesta, y habrá alegría en los corazones, como cuando se avanza al son de la flauta para ir a la montaña del Señor, hacia la Roca de Israel.
    El Señor hará oír su voz majestuosa y mostrará su brazo que se descarga en el ardor de su ira, en la llama de un fuego devorador, en el huracán, la tormenta y el granizo.
    Asiria temblará ante la voz del Señor, que golpeará con el bastón; y cada vez que pase la vara vengadora que el Señor descargará contra ella, irá acompañada de tamboriles y cítaras, en los combates que el Señor entablará con ella, blandiendo su brazo.
    Porque la hoguera está preparada hace tiempo, está dispuesta también para el rey: se ha hecho una pira profunda y ancha, con fuego y leña en abundancia, y el soplo del Señor la encenderá como un torrente de azufre.


Salmo 147(146),1-6.

¡Qué bueno es cantar a nuestro Dios,
qué agradable y merecida es su alabanza!
El Señor reconstruye a Jerusalén
y congrega a los dispersos de Israel.

Sana a los que están afligidos
y les venda las heridas.
Él cuenta el número de las estrellas
y llama a cada una por su nombre.

Nuestro Señor es grande y poderoso,
su inteligencia no tiene medida.
El Señor eleva a los oprimidos
y humilla a los malvados hasta el polvo.


    Evangelio según San Mateo 9,35-38.10,1.5a.6-8.

    Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las sinagogas, proclamando la Buena Noticia del Reino y curando todas las enfermedades y dolencias.
    Al ver a la multitud, tuvo compasión, porque estaban fatigados y abatidos, como ovejas que no tienen pastor.
    Entonces dijo a sus discípulos: "La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos.
    Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha."
    Jesús convocó a sus doce discípulos y les dio el poder de expulsar a los espíritus impuros y de curar cualquier enfermedad o dolencia.
    A estos Doce, Jesús los envió con las siguientes instrucciones: "Vayan, en cambio, a las ovejas perdidas del pueblo de Israel.
    Por el camino, proclamen que el Reino de los Cielos está cerca.
    Curen a los enfermos, resuciten a los muertos, purifiquen a los leprosos, expulsen a los demonios. Ustedes han recibido gratuitamente, den también gratuitamente."

    Palabra del Señor

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - 05 de Diciembre - «Al contemplar aquel gran gentío, Jesús sintió compasión, porque estaban decaídos y desanimados»



     San Padre Pío de Pietrelcina, capuchino Escritos GF 171,169, Buona Giornata.

«Al contemplar aquel gran gentío, Jesús sintió compasión,
 porque estaban decaídos y desanimados»

    La esperanza en la misericordia inagotable de Dios nos sostiene en el tumulto de las pasiones y en la tempestad de las contrariedades. Con confianza acudamos al sacramento de la penitencia donde el Señor nos espera en todo momento como un Padre de misericordia. Es cierto que en su presencia somos conscientes de no merecer su perdón; pero no dudamos de su misericordia infinita. Olvidemos, pues, nuestros pecados como Dios los olvida antes que nosotros.

    No hay que volver sobre ellos, ni con el pensamiento ni en la confesión, si ya los hemos confesado anteriormente. Gracias a nuestro arrepentimiento sincero, el Señor los ha perdonado una vez por todas. Querer volver sobre ellos para quedar de nuevo absueltos o porque dudamos que nos hayan sido perdonados ¿no sería una falta de confianza en la bondad divina?

    Si esto te puede traer algún alivio, puedes volver con tu pensamiento sobre las ofensas contra la justicia de Dios, o su sabiduría, o su misericordia, pero únicamente para llorar lágrimas saludables de arrepentimiento y de amor.