domingo, 29 de noviembre de 2020

EVANGELIO - 30 de Noviembre - San Mateo 4,18-22

 

        Carta de San Pablo a los Romanos 10,9-18.

    Hermanos: Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, serás salvado.
    Con el corazón se cree para alcanzar la justicia, y con la boca se confiesa para obtener la salvación.
    Así lo afirma la Escritura: El que cree en él, no quedará confundido.
    Porque no hay distinción entre judíos y los que no lo son: todos tienen el mismo Señor, que colma de bienes a quienes lo invocan.
    Ya que todo el que invoque el nombre del Señor se salvará.
    Pero, ¿Cómo invocarlo sin creer en él? ¿Y cómo creer, sin haber oído hablar de él? ¿Y cómo oír hablar de él, si nadie lo predica?
    ¿Y quiénes predicarán, si no se los envía? Como dice la Escritura: ¡Qué hermosos son los pasos de los que anuncian buenas noticias!
    Pero no todos aceptan la Buena Noticia. Así lo dice Isaías: Señor, ¿Quién creyó en nuestra predicación?
    La fe, por lo tanto, nace de la predicación y la predicación se realiza en virtud de la Palabra de Cristo.
    Yo me pregunto: ¿Acaso no la han oído? Sí, por supuesto: Por toda la tierra se extiende su voz y sus palabras llegan hasta los confines del mundo.


Salmo 19(18),2-3.4-5.


El cielo proclama la gloria de Dios
y el firmamento anuncia la obra de sus manos;
un día transmite al otro este mensaje

y las noches se van dando la noticia.
Sin hablar, sin pronunciar palabras,
sin que se escuche su voz,

resuena su eco por toda la tierra
y su lenguaje, hasta los confines del mundo.
Allí puso una carpa para el sol


    Evangelio según San Mateo 4,18-22.

    Mientras caminaba a orillas del mar de Galilea, Jesús vio a dos hermanos: a Simón, llamado Pedro, y a su hermano Andrés, que echaban las redes al mar porque eran pescadores.
    Entonces les dijo: "Síganme, y yo los haré pescadores de hombres".
    Inmediatamente, ellos dejaron las redes y lo siguieron.
    Continuando su camino, vio a otros dos hermanos: a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca con Zebedeo, su padre, arreglando las redes; y Jesús los llamó.
    Inmediatamente, ellos dejaron la barca y a su padre, y lo siguieron.

    Palabra del Señor

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - 30 de Noviembre - "Andrés siguió Jesús hasta la cruz"


San Claudio de la Colombière (1641-1682) jesuita Diario espiritual (Écrits spirituels, Christus n° 9, DDB, 1982), trad. sc©evangelizo.org

Andrés siguió Jesús hasta la cruz

    [“¡O buena cruz que has tomado tu gloria de los miembros del Señor! Cruz largo tiempo deseada, ardientemente amada, buscada sin cesar y preparada para mis ardientes deseos”].* La fiesta de san Andrés, estuve conmovido al ver cómo ese santo se prosterna súbitamente a la vista de la cruz, no puede retener su alegría y la hace estallar con palabras tan apasionadas. “Buena”: útil, honorable, agradable, es todo su bien, es el único bien que lo alcanza. “Cruz largo tiempo deseada”, no sólo deseada sino deseada con ardor, por eso el tiempo se le hacía largo. “Cruz ardientemente amada”: el amor no existe sin preocupación, ese santo buscaba la cruz con el afán y temor de un hombre que aprehende no encontrar, que no puede encontrar pronto. Dirán ustedes que encontrará un tesoro cuando la encuentre. El éxtasis que demuestra es el de un amante poseído de un amor extremo. “Buscada sin cesar”: he aquí nuestra regla y es por eso que debe encontrarla. “Preparada para mis ardientes deseos”, estas palabras muestran un gran deseo. Era necesario que amase mucho a Jesucristo para encontrar tanto placer en la cruz. A veces se aman los hombres por los bienes que poseen, pero amar sus miserias por amor a ellos, es inaudito. Es ya mucho si no se los odia a causa de sus miserias. No hay amor más grande que dar su vida por nuestros hermanos (Jn 15,13). Pero hay grados en ese sacrificio, ya que morir con esta alegría y afán, es por un amor incomparable. ¡Qué fe! 
    (* La liturgia de la fiesta -Matinés, 2º nocturno, 6º lección- atribuye esas palabras a San Andrés).

FIESTA DE SAN ANDRÉS APÓSTOL

30 de Noviembre


    Fiesta de San Andrés, apóstol, natural de Betsaida, hermano de Pedro y pescador como él. Fue el primero de los discípulos de Juan el Bautista a quien llamó el Señor Jesús junto al Jordán y que le siguió, trayendo consigo a su hermano. La tradición dice que, después de Pentecostés, predicó el Evangelio en la región de Acaya, en Grecia, y que fue crucificado en Patrás. La Iglesia de Constantinopla lo venera como muy insigne patrono.

    Andrés, nacido en Betsaida, fue primeramente discípulo de Juan Bautista, siguió después a Cristo y le presentó también a su hermano Pedro. Él y Felipe son los que llevaron ante Jesús a unos griegos, y el propio Andrés fue el que hizo saber a Cristo que había un muchacho que tenía unos panes y unos peces. Según la tradición, después de Pentecostés predicó el Evangelio en muchas regiones y fue crucificado en Acaya. Era hijo del pescador Jonás y hermano de Simón Pedro. La Sagrada Escritura no especifica si era mayor o menor que éste. La familia tenía una casa en Cafarnaún y en ella se alojaba Jesús cuando predicaba en esa ciudad.

    Cuando San Juan Bautista empezó a predicar la penitencia, Andrés se hizo discípulo suyo. Precisamente estaba con su maestro, cuando Juan Bautista, después de haber bautizado a Jesús, le vio pasar y exclamó: "¡He ahí al cordero de Dios!" Andrés recibió luz del cielo para comprender esas palabras misteriosas. Inmediatamente, él y otro discípulo del Bautista siguieron a Jesús, el cual los percibió con los ojos del Espíritu antes de verlos con los del cuerpo. Volviéndose, pues, hacia ellos, les dijo: "¿Qué buscáis?" Ellos respondieron que querían saber dónde vivía y Jesús les pidió que le acompañasen a su morada.

    Andrés y sus compañeros pasaron con Jesús las dos horas que quedaban del día. Andrés comprendió claramente que Jesús era el Mesías y, desde aquel instante, resolvió seguirle. Así pues, fue el primer discípulo de Jesús. Por ello los griegos le llaman "Proclete" (el primer llamado). Andrés llevó más tarde a su hermano a conocer a Jesús, quien le tomó al punto por discípulo, le dio el nombre de Pedro. Desde entonces, Andrés y Pedro fueron discípulos de Jesús.

    Al principio no le seguían constantemente, como habían de hacerlo más tarde, pero iban a escucharle siempre que podían y luego regresaban al lado de su familia a ocuparse de sus negocios. Cuando el Salvador volvió a Galilea, encontró a Pedro y Andrés pescando en el lago y los llamó definitivamente al ministerio apostólico, anunciándoles que haría de ellos pescadores de hombres. Abandonaron inmediatamente sus redes para seguirle y ya no volvieron a separarse de El. Al año siguiente, nuestro Señor eligió a los doce Apóstoles; el nombre de Andrés figura entre los cuatro primeros en las listas del Evangelio. También se le menciona a propósito de la multiplicación de los panes (Juan, 6, 8-9) y de los gentiles que querían ver a Jesús (Juan, 12, 20-22)

    Aparte de unas cuantas palabras de Eusebio, quien dice que San Andrés predicó en Scitia, y de que ciertas "actas" apócrifas que llevan el nombre del apóstol fueron empleadas por los herejes, todo lo que sabemos sobre el santo procede de escritos apócrifos. Sin embargo, hay una curiosa mención de San Andrés en el documento conocido con el nombre de "Fragmento de Muratori", que data de principios del siglo III: "El cuarto Evangelio (fue escrito) por Juan, uno de los discípulos. Cuando los otros discípulos y obispos le urgieron (a que escribiese), les dijo: "Ayunad conmigo a partir de hoy durante tres días, y después hablaremos unos con otros sobre la revelación que hayamos tenido, ya sea en pro o en contra. Esa misma noche, fue revelado a Andrés, uno de los Apóstoles, que Juan debía escribir y que todos debían revisar lo que escribiese".

    El género de muerte de San Andrés y el sitio en que murió son también inciertos. La "pasión" apócrifa dice que fue crucificado en Patras de Acaya. Como no fue clavado a la cruz, sino simplemente atado, pudo predicar al pueblo durante dos días antes de morir. Según parece, la tradición de que murió en una cruz en forma de "X" no circuló antes del siglo IV. En tiempos del emperador Constancio II (+361), las presuntas reliquias de San Andrés fueron trasladadas de Patras a la iglesia de los Apóstoles, en Constantinopla. Los cruzados tomaron Constantinopla en 1204, y, poco después las reliquias fueron robadas y trasladadas a la catedral de Amalfi, en Italia.

    El nombre de San Andrés figura en el canon de la misa, junto con los de otros Apóstoles. También figura, con los nombres de la Virgen Santísima y de San Pedro y San Pablo, en la intercalación que sigue al Padrenuestro. Esta mención suele atribuirse a la devoción que el Papa San Gregorio Magno profesaba al santo, aunque tal vez data de fecha anterior.

Oremos

    Dios todopoderoso y eterno, escucha la oración de tu pueblo y concédenos que, así como el apóstol San Andrés fue en la tierra predicador del Evangelio y pastor de tu Iglesia, así ahora en el cielo sea nuestro poderoso abogado ante ti. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén

sábado, 28 de noviembre de 2020

PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO


     La vigilancia en espera de la venida del Señor. Durante esta primer semana las lecturas bíblicas y la predicación son una invitación con las palabras del Evangelio: "Velen y estén preparados, que no saben cuándo llegará el momento". Es importante que, como familia nos hagamos un propósito que nos permita avanzar en el camino hacia la Navidad; ¿qué te parece si nos proponemos revisar nuestras relaciones familiares? Como resultado deberemos buscar el perdón de quienes hemos ofendido y darlo a quienes nos hayan ofendido para comenzar el Adviento viviendo en un ambiente de armonía y amor familiar. Desde luego, esto deberá ser extensivo también a los demás grupos de personas con los que nos relacionamos diariamente, como la escuela, el trabajo, los vecinos, etc. Esta semana, en familia al igual que en cada comunidad parroquial, encenderemos la primer vela de la Corona de Adviento, color morada, como signo de vigilancia y deseos de conversión.

EVANGELIO - 29 de Noviembre - San Marcos 13,33-37


    Libro de Isaías 63,16b-17.19b.64,2b-7.

    Tú, Señor, eres nuestro padre, "nuestro Redentor" es tu Nombre desde siempre!
    ¿Por qué, Señor, nos desvías de tus caminos y endureces nuestros corazones para que dejen de temerte? ¡Vuelve, por amor a tus servidores y a las tribus de tu herencia!
    ¡Si rasgaras el cielo y descendieras, las montañas se disolverían delante de ti!
    Cuando hiciste portentos inesperados, que nadie había escuchado jamás, ningún oído oyó, ningún ojo vio a otro Dios, fuera de ti, que hiciera tales cosas por los que esperan en él.
    Tú vas al encuentro de los que practican la justicia y se acuerdan de tus caminos. Tú estás irritado, y nosotros hemos pecado, desde siempre fuimos rebeldes contra ti.
    Nos hemos convertido en una cosa impura, toda nuestra justicia es como un trapo sucio. Nos hemos marchitado como el follaje y nuestras culpas nos arrastran como el viento.
    No hay nadie que invoque tu Nombre, nadie que despierte para aferrarse a ti, porque tú nos ocultaste tu rostro y nos pusiste a merced de nuestras culpas.
    Pero tú, Señor, eres nuestro padre, nosotros somos la arcilla, y tu, nuestro alfarero: ¡todos somos la obra de tus manos!

Salmo 80(79),2ac.3b.15-16.18-19.

Escucha, Pastor de Israel,
Tú que tienes el trono sobre los querubines,
reafirma tu poder y ven a salvarnos.
Vuélvete, Señor de los ejércitos,

observa desde el cielo y mira:
ven a visitar tu vid,
la cepa que plantó tu mano,
el retoño que Tú hiciste vigoroso.
Que tu mano sostenga al que está a tu derecha,

al hombre que Tú fortaleciste,
y nunca nos apartaremos de ti:
devuélvenos la vida e invocaremos tu Nombre.

    Carta I de San Pablo a los Corintios 1,3-9.

    Hermanos: Llegue a ustedes la gracia y la paz que proceden de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.
    No dejo de dar gracias a Dios por ustedes, por la gracia que él les ha concedido en Cristo Jesús.
    En efecto, ustedes han sido colmados en él con toda clase de riquezas, las de la palabra y las del conocimiento, en la medida que el testimonio de Cristo se arraigó en ustedes.
    Por eso, mientras esperan la Revelación de nuestro Señor Jesucristo, no les falta ningún don de la gracia.
    El los mantendrá firmes hasta el fin, para que sean irreprochables en el día de la Venida de nuestro Señor Jesucristo.
    Porque Dios es fiel, y él los llamó a vivir en comunión con su Hijo Jesucristo, nuestro Señor.


    Evangelio según San Marcos 13,33-37.

    En aquél tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Tengan cuidado y estén prevenidos, porque no saben cuándo llegará el momento.
    Será como un hombre que se va de viaje, deja su casa al cuidado de sus servidores, asigna a cada uno su tarea, y recomienda al portero que permanezca en vela.
    Estén prevenidos, entonces, porque no saben cuándo llegará el dueño de casa, si al atardecer, a medianoche, al canto del gallo o por la mañana.
    No sea que llegue de improviso y los encuentre dormidos.
    Y esto que les digo a ustedes, lo digo a todos: ¡Estén prevenidos!".

    Palabra del Señor 

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - 29 de Noviembre - "Las dos venidas de Cristo"


San Juan Crisóstomo (c. 345-407) presbítero en Antioquía, después obispo de Constantinopla, doctor de la Iglesia Homilía sobre el salmo 49

Las dos venidas de Cristo

    En su primera venida, Dios llegó sin esplendor alguno, desconocido de la mayoría, prolongando durante largos años el misterio de su vida oculta. Cuando descendió de la montaña de la Transfiguración, Jesús encargó a los discípulos que no dijeran a nadie que él era el Mesías. Jesús venía, como un pastor, a buscar a su oveja descarriada, y, para recoger al animal indócil, hizo falta ocultarse. Como un médico que se guarda de espantar al enfermo en un primer momento, el Salvador evita darse a conocer desde el principio de su misión. Lo hace poco a poco, casi insensiblemente. El profeta anunció esta venida sin gloria en estos términos: “Y descenderá como lluvia sobre vellón; y como gotas goteando sobre la tierra.” (Sal 71,6 LXX) No ha rasgado el firmamento para venir sobre las nubes, sino que vino en silencio, encerrado en el seno de una Virgen durante nueve meses. Nació en un pesebre, como hijo de un humilde artesano... Se mueve de aquí para allá como un hombre cualquiera, sus vestidos son simples, su mesa frugal. Camina sin cesar, hasta cansarse, por los caminos de la vida. Pero su segunda venida no será así. Llegará con tanto esplendor que no hará falta anunciarla: “...como el relámpago sale de oriente y brilla hasta occidente, así será la venida del Hijo del hombre.” (Mt 24,27) Será el tiempo del juicio y de la sentencia pronunciada. Entonces, el Señor aparecerá no como un médico sino como un juez. El profeta Daniel ha visto su trono, la corriente de aguas al pie de su asiento en el tribunal y el fuego alrededor, el carro y las ruedas (cf Dn 7,9-10)... David, el rey-profeta, no habla más que de esplendor, de gloria, de fuego resplandeciente: “...delante de él viene un fuego devorador, en torno suyo ruge la tormenta...” (cf Sal 49,3) Todas estas comparaciones tiene por objeto de presentarnos la soberanía de Dios, la luz esplendorosa que lo envuelve y su naturaleza inaccesible.

SANTORAL - SAN GREGORIO TAUMATURGO

29 de Noviembre


    Se llama "taumaturgo" al que hace muchos milagros. A este santo le pusieron ese nombre porque según indica la tradición popular, desde tiempos de Moisés, no se había visto a un hombre conseguir tantos milagros como los que obtuvo San Gregorio.

    Cuando era joven tuvo que viajar a Cesarea, en Palestina, a acompañar a una hermana; estando allá, conoció al sabio más grande de su tiempo que era Orígenes quien había puesto una escuela de teología en esa ciudad. Al estallar la persecución de Decio en 250, San Gregorio aconsejó a los cristianos que se escondieran para que no tuvieran peligro de renegar de su fe cristiana por temor a los tormentos. Se ha hecho célebre en la historia de la Iglesia la frase que dijo este gran santo poco antes de morir. Preguntó: "¿Cuántos infieles quedan aún en la ciudad sin convertirse al cristianismo?" Le respondieron: "Quedan diecisiete", y él exclamó gozoso: "Gracias Señor: ese era el número de cristianos que había en esta ciudad cuando yo llegué a misionar aquí. En ese tiempo no había sino 17 cristianos, y ahora no hay sino 17 paganos".

    Las gentes lo invocaban después cuando hubo inundaciones y terremotos, y es que San Gregorio con sus oraciones y sacrificios logró detener terribles inundaciones que amenazaban acabar con toda los cultivos y casas de la ciudad.

Oremos

    Haced, oh Dios omnipotente, que la augusta solemnidad del bienaventurado Gregorio, vuestro confesor pontífice, aumente en nosotros el espíritu de piedad y el deseo de la salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

viernes, 27 de noviembre de 2020

EVANGELIO - 28 de Noviembre - San Lucas 21,34-36


      Apocalipsis 22,1-7.

   El Ángel me mostró un río de agua de vida, claro como el cristal, que brotaba del trono de Dios y del Cordero, en medio de la plaza de la Ciudad. A ambos lados del río, había arboles de vida que fructificaban doce veces al año, una vez por mes, y sus hojas servían para curar a los pueblos.
    Ya no habrá allí ninguna maldición. El trono de Dios y del Cordero estará en la Ciudad, y sus servidores lo adorarán.
    Ellos contemplarán su rostro y llevarán su Nombre en la frente.
    Tampoco existirá la noche, ni les hará falta la luz de las lámparas ni la luz del sol, porque el Señor Dios los iluminará, y ellos reinarán por los siglos de los siglos.
    Después me dijo: "Estas palabras son verdaderas y dignas de crédito. El Señor Dios que inspira a los profetas envió a su mensajero para mostrar a sus servidores lo que tiene que suceder pronto.
    ¡Volveré pronto! Feliz el que cumple las palabras proféticas de este Libro".


Salmo 95(94),1-2.3-5.6-7.

¡Vengan, cantemos con júbilo al Señor,
aclamemos a la Roca que nos salva!
¡Lleguemos hasta él dándole gracias,
aclamemos con música al Señor!

Porque el Señor es un Dios grande,
el soberano de todos los dioses:
en su mano están los abismos de la tierra,
y son suyas las cumbres de las montañas;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
y la tierra firme, que formaron sus manos.

¡Entren, inclinémonos para adorarlo!
¡Doblemos la rodilla ante el Señor que nos creó!
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros, el pueblo que él apacienta,
las ovejas conducidas por su mano.
Ojalá hoy escuchen la voz del Señor


    Evangelio según San Lucas 21,34-36.

    Jesús dijo a sus discípulos: "Tengan cuidado de no dejarse aturdir por los excesos, la embriaguez y las preocupaciones de la vida, para que ese día no caiga de improviso sobre ustedes como una trampa, porque sobrevendrá a todos los hombres en toda la tierra.
    Estén prevenidos y oren incesantemente, para quedar a salvo de todo lo que ha de ocurrir. Así podrán comparecer seguros ante el Hijo del hombre".


    Palabra del Señor

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - 28 de Noviembre - “Estén prevenidos y oren incesantemente"


San Vicente de Paúl (1581-1660) presbítero, fundador de la Congregación de la Misión y las Hijas de la Caridad Conversaciones con las Hijas de la Caridad (Entretiens aux Filles de la Charité, conférence du 22 janvier 1645, Tome IX, Gabalda, 1923), trad. sc©evangelizo.org

“Estén prevenidos y oren incesantemente" 

    Me dirán quizás, queridas hijas mías, que tienen tan poco recogimiento, mismo cuando ustedes rezan a Dios, que no están ni un cuarto de hora sin distracciones. No se asombran. Los más grandes servidores de Dios tienen a veces esas mismas penas. Hablaba un día con un buen sacerdote, convertido hace algunos años, que emplea un largo tiempo para rezar. Me decía que no tenía frecuentemente ni gusto ni satisfacción, fuera de decir “Mi Dios, estoy aquí en su presencia para hacer su muy santa voluntad. Es suficiente que me vea”. Hagan lo mismo. (…) Hay un medio muy fácil: tomen como tema de sus oraciones la pasión de Nuestro Señor. No hay una de ustedes que no sepa lo que ocurrió, porque escuchó predicar o porque ha meditado sobre ello. Oh hijas mías, ¡qué excelente medio para hacer oración la pasión de Nuestro Señor! Es una fuente de juventud en la que encontrarán cada día algo nuevo. San Francisco no tenía otro sujeto de oración que la pasión de Nuestro Señor y recomienda a sus queridos hijos espirituales de servirse continuamente. ¿Dónde creen que san Buenaventura ha extraído toda su ciencia? En el libro sagrado de la Cruz. Harían bien en habituarse. Se los aconsejo.

SANTORAL - SANTA CATALINA LABOURÉ

28 de Noviembre


    1806-1876 Catalina la trabajadora parece decir su nombre, la activa y la oscura, la humilde y la obediente. Y así fue desde la niñez, sustituyendo a su madre muerta en la dirección de la granja paterna, cuidando a diez hermanos, atendiendo a todo y aun encontrando tiempo para ir a la iglesia y visitar enfermos. Una modesta campesina bretona, no muy instruida por lo que sabemos, pero con el recio sentido común y el sólido equilibrio de las mujeres fuertes y sacrificadas acostumbradas al trabajo más ingrato y más duro. No le fue fácil cumplir su vocación religiosa (antes tuvo que ser criada y camarera en el café de su hermano en París), hasta que hizo el noviciado en las Hijas de la Caridad, la fundación de san Vicente de Paúl.

    El resto de su vida no tiene relieve visible, cuarenta y tantos años en un hospital, en medio del anonimato más absoluto, personaje que representa a miles de monjas dedicadas al servicio de los desamparados por amor de Dios; en hospitales, asilos, manicomios, orfanatos, allí donde se sufre, y sin que nadie las conozca, una monjita, como se las suele llamar.

    Nadie sabía que en su juventud, en 1830, en la capilla de la rue du Bac había tenido unas visiones de la Virgen, visiones muy plásticas (la Virgen sentada en una silla que aún se conserva) en las que Nuestra Señora le pedía que se acuñase una medalla con su imagen de cuyas manos saliesen rayos de luz, las gracias que derrama sobre el mundo.

    Este fue el origen de la «medalla milagrosa», que se difundió rápidamente y obró numerosos prodigios sobrenaturales, sin que nadie supiera hasta la muerte de Catalina que fue ella quien vio a la Virgen y escuchó sus palabras, cumpliendo su encargo para luego poner el sello del silencio y de la caridad sin nombre a la misión recibida.

Oremos 

    Tú, Señor, que concediste a Santa Catalina Labouré el don de imitar con fidelidad a Cristo pobre y humilde, concédenos también a nosotros, por intercesión de esta Santa, la gracia de que, viviendo fielmente nuestra vocación, tendamos hacia la perfección que nos propones en la persona de tu Hijo. Que vive y reina contigo. Amén

LOS FRUTOS DEL ESPÍRITU SANTO



Los frutos del Espíritu Santo

    No son algo propio sino que es algo que el mismo Espíritu Santo forma en nosotros. Y para que pueda formar estos frutos es necesario dejarlo entrar en nuestra vida. Es el Espíritu de Dios el que hará germinar desde dentro de nosotros aquellos frutos que provienen de la unión y cercanía que tengamos con el mismo Dios.



12º CASTIDAD

    La castidad es la victoria conseguida sobre la carne y que hace del cristiano templo vivo del Espíritu Santo. El alma casta, ya sea virgen o casada [porque también existe la castidad conyugal, en el perfecto orden y empleo del matrimonio] reina sobre su cuerpo, en gran paz y siente en ella, la inefable alegría de la íntima amistad de Dios, habiendo dicho Jesús: Felices los limpios de corazón, porque verán a Dios. Con la gracia de Dios.

jueves, 26 de noviembre de 2020

EVANGELIO - 27 de Noviembre - San Lucas 21,29-33


       Apocalipsis 20,1-4.11-15.21,1-2.

    Yo, Juan, vi que un Ángel descendía del cielo, llevando en su mano la llave del Abismo y una enorme cadena.
    El capturó al Dragón, la antigua Serpiente -que es el Diablo o Satanás- y lo encadenó por mil años.
    Después lo arrojó al Abismo, lo cerró con llave y lo selló, para que el Dragón no pudiera seducir a los pueblos paganos hasta que se cumplieran los mil años. Transcurridos esos mil años, será soltado por un breve tiempo.
    Entonces vi unos tronos, y los que se sentaron en ellos recibieron autoridad para juzgar. También vi las almas de los que habían sido decapitados a causa del testimonio de Jesús y de la Palabra de Dios, y a todos los que no habían adorado a la Bestia ni a su imagen, ni habían recibido su marca en la frente o en la mano. Ellos revivieron y reinaron con Cristo durante mil años.
    Después vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él. Ante su presencia, el cielo y la tierra desaparecieron sin dejar rastros.
    Y vi a los que habían muerto, grandes y pequeños, de pie delante del trono. Fueron abiertos los libros, y también fue abierto el Libro de la Vida; y los que habían muerto fueron juzgados de acuerdo con el contenido de los libros; cada uno según sus obras.
    El mar devolvió a los muertos que guardaba: la Muerte y el Abismo hicieron lo mismo, y cada uno fue juzgado según sus obras.
    Entonces la Muerte y el Abismo fueron arrojados al estanque de fuego, que es la segunda muerte.
    Y los que no estaban inscritos en el Libro de la Vida fueron arrojados al estanque de fuego.
    Después vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra desaparecieron, y el mar ya no existe más.
    Vi la Ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo y venía de Dios, embellecida como una novia preparada para recibir a su esposo.


Salmo 84(83),3.4.5-6a.8a.

Mi alma se consume de deseos
por los atrios del Señor;
mi corazón y mi carne claman ansiosos
por el Dios viviente.

Hasta el gorrión encontró una casa,
y la golondrina tiene un nido
donde poner sus pichones,
junto a tus altares, Señor del universo,
mi Rey y mi Dios.

¡Felices los que habitan en tu Casa
y te alaban sin cesar!
¡Felices los que encuentran su fuerza en ti!
Ellos avanzan con vigor siempre creciente.


    Evangelio según San Lucas 21,29-33.

    Jesús hizo a sus discípulos esta comparación: "Miren lo que sucede con la higuera o con cualquier otro árbol.
    Cuando comienza a echar brotes, ustedes se dan cuenta de que se acerca el verano.
    Así también, cuando vean que suceden todas estas cosas, sepan que el Reino de Dios está cerca.
    Les aseguro que no pasará esta generación hasta que se cumpla todo esto.
    El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán."

    Palabra del Señor