miércoles, 8 de mayo de 2019

LITURGIA DE LAS HORAS - LAUDES



TIEMPO PASCUAL
JUEVES DE SEMANA III
Propio del Tiempo. Salterio III

9 de mayo

LAUDES
(Oración de la mañana)

INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)

V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza

Ant. Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.

Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA

Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.

Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.

Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.

Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.

Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.

Himno: EL AGUA PURA, DON DE LA MAÑANA

El agua pura, don de la mañana,
da a los ojos el brillo de la vida,
y el alma se despierta cuando escucha
que el ángel dice: «¡Cristo resucita!»

¡Cómo quieren las venas de mi cuerpo
ser música, ser cuerdas de la lira,
y cantar, salmodiar como los pájaros,
en esta Pascua santa la alegría!

Mirad cuál surge Cristo transparente:
en medio de los hombres se perfila
su cuerpo humano, cuerpo del amigo
deseado, serena compañía.

El que quiera palparlo, aquí se acerque,
entre con su fe en el Hombre que humaniza,
derrame su dolor y su quebranto,
dé riendas al amor, su gozo diga.

A ti, Jesús ungido, te ensalzamos,
a ti, nuestro Señor, que depositas
tu santo y bello cuerpo en este mundo,
como en el campo se echa la semilla. Amén.

SALMODIA

Ant 1. Cantaremos danzando: Jerusalén, ciudad de Dios, todas mis fuentes están en ti. Aleluya.

Salmo 86 - HIMNO A JERUSALÉN, MADRE DE TODOS LOS PUEBLOS.

Él la ha cimentado sobre el monte santo;
y el Señor prefiere las puertas de Sión
a todas las moradas de Jacob.

¡Qué pregón tan glorioso para ti,
ciudad de Dios!
«Contaré a Egipto y a Babilonia
entre mis fieles;
filisteos, tirios y etíopes
han nacido allí.»

Se dirá de Sión: «Uno por uno
todos han nacido en ella;
el Altísimo en persona la ha fundado.»

El Señor escribirá en el registro de los pueblos:
«Éste ha nacido allí.»
Y cantarán mientras danzan:
«Todas mis fuentes están en ti.»

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Cantaremos danzando: Jerusalén, ciudad de Dios, todas mis fuentes están en ti. Aleluya.

Ant 2. Como un pastor el Señor ha reunido su rebaño. Aleluya.

Cántico: EL BUEN PASTOR ES EL DIOS ALTÍSIMO Y SAPIENTÍSIMO - Is 40, 10-17

Mirad, el Señor Dios llega con poder,
y su brazo manda.
Mirad, viene con él su salario
y su recompensa lo precede.

Como un pastor que apacienta el rebaño,
su brazo lo reúne,
toma en brazos los corderos
y hace recostar a las madres.

¿Quién ha medido a puñados el mar
o mensurado a palmos el cielo,
o a cuartillos el polvo de la tierra?

¿Quién ha pesado en la balanza los montes
y en la báscula las colinas?
¿Quién ha medido el aliento del Señor?
¿Quién le ha sugerido su proyecto?

¿Con quién se aconsejó para entenderlo,
para que le enseñara el camino exacto,
para que le enseñara el saber
y le sugiriese el método inteligente?

Mirad, las naciones son gotas de un cubo
y valen lo que el polvillo de balanza.
Mirad, las islas pesan lo que un grano,
el Líbano no basta para leña,
sus fieras no bastan para el holocausto.

En su presencia, las naciones todas,
como si no existieran,
son ante él como nada y vacío.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Como un pastor el Señor ha reunido su rebaño. Aleluya.

Ant 3. El Señor es grande en Sión, encumbrado sobre todos los pueblos. Aleluya.

Salmo 98 - SANTO ES EL SEÑOR, NUESTRO DIOS.

El Señor reina, tiemblen las naciones;
sentado sobre querubines, vacile la tierra.

El Señor es grande en Sión,
encumbrado sobre todos los pueblos.
Reconozcan tu nombre, grande y terrible:
Él es santo.

Reinas con poder y amas la justicia,
tú has establecido la rectitud;
tú administras la justicia y el derecho,
tú actúas en Jacob.

Ensalzad al Señor, Dios nuestro;
postraos ante el estrado de sus pies:
Él es santo.

Moisés y Aarón con sus sacerdotes,
Samuel con los que invocan su nombre,
invocaban al Señor, y él respondía.
Dios les hablaba desde la columna de nube;
oyeron sus mandatos y la ley que les dio.

Señor, Dios nuestro, tú les respondías,
tú eras para ellos un Dios de perdón
y un Dios vengador de sus maldades.

Ensalzad al Señor, Dios nuestro;
postraos ante su monte santo:
Santo es el Señor, nuestro Dios.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. El Señor es grande en Sión, encumbrado sobre todos los pueblos. Aleluya.

LECTURA BREVE   Rm 8, 10-11

Si Cristo está en vosotros, aunque vuestro cuerpo haya muerto por causa del pecado, el espíritu tiene vida por la justificación. Y si el Espíritu de aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el mismo que resucitó a Cristo Jesús de entre los muertos vivificará también vuestros cuerpos mortales por obra de su Espíritu que habita en vosotros.

RESPONSORIO BREVE

V. El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya. Aleluya.
R. El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya. Aleluya.

V. El que por nosotros colgó del madero.
R. Aleluya. Aleluya.

V. Gloria al Padre,y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya. Aleluya.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Os lo aseguro con toda verdad: el que cree en mí tiene vida eterna. Aleluya.

Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR      Lc 1, 68-79

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Os lo aseguro con toda verdad: el que cree en mí tiene vida eterna. Aleluya.

PRECES

Glorifiquemos a Cristo resucitado y siempre presente en su Iglesia, y supliquémosle, diciendo:

Quédate con nosotros, Señor.

Señor Jesús, vencedor del pecado y de la muerte,
permanece en medio de nosotros, tú que vives por los siglos de los siglos.

Señor, ven a nosotros con tu poder invencible
y muéstranos la bondad de Dios Padre.

Señor, ayuda al mundo abrumado por las discordias,
ya que tú solo tienes el poder de salvar y reconciliar.

Confírmanos en la fe de la victoria final
y arraiga en nosotros la esperanza de tu manifestación gloriosa.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Porque Jesucristo nos ha hecho participar de su propia vida, somos hijos de Dios, y por ello nos atrevemos a decir:

Padre nuestro...

ORACIÓN

Dios todopoderoso y eterno, que en estos días de Pascua nos has revelado con más plenitud la grandeza de tu amor, concédenos, ya que nos has librado de las tinieblas del error, que nos adhiramos más firmemente a tus enseñanzas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén

CONCLUSIÓN 

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

Fuente: Oficio Divino

LITURGIA DE LAS HORAS - VÍSPERAS



TIEMPO PASCUAL
JUEVES DE SEMANA III
Propio del Tiempo. Salterio III

9 de mayo

VÍSPERAS
(Oración de la tarde)

INVOCACIÓN INICIAL

V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno: ES LA PASCUA REAL, NO YA LA SOMBRA.

Es la Pascua real, no ya la sombra,
la verdadera pascua del Señor;
la sangre del pasado es solo un signo,
la mera imagen de la gran unción.

En verdad, tú, Jesús, nos protegiste
con tus sangrientas manos paternales;
envolviendo en tus alas nuestras almas,
la verdadera alianza tú sellaste.

Y, en tu triunfo, llevaste a nuestra carne
reconciliada con tu Padre eterno;
y, desde arriba, vienes a llevarnos
a la danza festiva de tu cielo.

Oh gozo universal, Dios se hizo hombre
para unir a los hombres con su Dios;
se rompen las cadenas del infierno,
y en los labios renace la canción.

Cristo, Rey eterno, te pedimos
que guardes con tus manos a tu Iglesia,
que protejas y ayudes a tu pueblo
y que venzas con él a las tinieblas. Amén.

SALMODIA

Ant 1. El Señor Dios le ha dado el trono de David, su padre. Aleluya.

Salmo 131 I - PROMESAS A LA CASA DE DAVID.

Señor, tenle en cuenta a David
todos sus afanes:
cómo juró al Señor
e hizo voto al Fuerte de Jacob:

«No entraré bajo el techo de mi casa,
no subiré al lecho de mi descanso,
no daré sueño a mis ojos,
ni reposo a mis párpados,
hasta que encuentre un lugar para el Señor,
una morada para el Fuerte de Jacob.»

Oímos que estaba en Efrata,
la encontramos en el Soto de Jaar:
entremos en su morada,
postrémonos ante el estrado de sus pies.

Levántate, Señor, ven a tu mansión,
ven con el arca de tu poder:
que tus sacerdotes se vistan de gala,
que tus fieles te aclamen.
Por amor a tu siervo David,
no niegues audiencia a tu Ungido.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. El Señor Dios le ha dado el trono de David, su padre. Aleluya.

Ant 2. Jesucristo es el único Soberano, el Rey de los reyes y el Señor de los señores. Aleluya.

Salmo 131 II.

El Señor ha jurado a David
una promesa que no retractará:
«A uno de tu linaje
pondré sobre tu trono.

Si tus hijos guardan mi alianza
y los mandatos que les enseño,
también sus hijos, por siempre,
se sentarán sobre tu trono.»

Porque el Señor ha elegido a Sión,
ha deseado vivir en ella:
«Ésta es mi mansión por siempre,
aquí viviré, porque la deseo.

Bendeciré sus provisiones,
a sus pobres los saciaré de pan;
vestiré a sus sacerdotes de gala,
y sus fieles aclamarán con vítores.

Haré germinar el vigor de David,
enciendo una lámpara para mi Ungido.
A sus enemigos los vestiré de ignominia,
sobre él brillará mi diadema.»

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Jesucristo es el único Soberano, el Rey de los reyes y el Señor de los señores. Aleluya.

Ant 3. ¿Quién como tú, Señor, entre los dioses? ¿Quién como tú, terrible entre los santos? Aleluya.

Cántico: EL JUICIO DE DIOS Ap 11, 17-18; 12, 10b-12a

Gracias te damos, Señor Dios omnipotente,
el que eres y el que eras,
porque has asumido el gran poder
y comenzaste a reinar.

Se encolerizaron las naciones,
llegó tu cólera,
y el tiempo de que sean juzgados los muertos,
y de dar el galardón a tus siervos los profetas,
y a los santos y a los que temen tu nombre,
y a los pequeños y a los grandes,
y de arruinar a los que arruinaron la tierra.

Ahora se estableció la salud y el poderío,
y el reinado de nuestro Dios,
y la potestad de su Cristo;
porque fue precipitado
el acusador de nuestros hermanos,
el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche.

Ellos le vencieron en virtud de la sangre del Cordero
y por la palabra del testimonio que dieron,
y no amaron tanto su vida que temieran la muerte.
Por esto, estad alegres, cielos,
y los que moráis en sus tiendas.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. ¿Quién como tú, Señor, entre los dioses? ¿Quién como tú, terrible entre los santos? Aleluya.

LECTURA BREVE   1Pe 3, 18. 21b-22

Cristo murió por los pecados una vez para siempre: el inocente por los culpables, para conduciros a Dios. Como era hombre, lo mataron; pero, como poseía el Espíritu, fue devuelto a la vida. Lo que actualmente os salva no consiste en limpiar una suciedad corporal, sino en impetrar de Dios una conciencia pura, por la resurrección de Jesucristo, que llegó al cielo, se le sometieron ángeles autoridades y poderes, y está a la derecha de Dios.

RESPONSORIO BREVE

V. Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya. Aleluya.
R. Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya. Aleluya.

V. Al ver al Señor.
R. Aleluya. Aleluya.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya. Aleluya.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Yo soy el pan vivo bajado del cielo; todo el que coma de este pan vivirá eternamente; y el pan que yo voy a dar es mi carne ofrecida por la vida del mundo. Aleluya.

Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Yo soy el pan vivo bajado del cielo; todo el que coma de este pan vivirá eternamente; y el pan que yo voy a dar es mi carne ofrecida por la vida del mundo. Aleluya.

PRECES

Glorifiquemos a Cristo, resucitado de entre los muertos como primicia de los que se han dormido, y supliquémosle, diciendo:

Tú que has resucitado de entre los muertos, escucha, Señor, nuestra oración.

Acuérdate, Señor, de tu Iglesia santa, edificada sobre el cimiento de los apóstoles y extendida hasta los confines del mundo:
que tus bendiciones abundantes se derramen sobre cuantos creen en ti.

Tú, Señor, que eres el médico de nuestros cuerpos y de nuestras almas,
visítanos con tu amor y sálvanos.

Tú que experimentaste los dolores de la cruz y ahora estás lleno de gloria,
levanta y consuela a los enfermos y líbralos de sus sufrimientos.

Tú que anunciaste la resurrección a los que yacían en las tinieblas del abismo,
libra a los prisioneros y oprimidos y da pan a los hambrientos.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Tú, Señor, que en la cruz destruiste nuestra muerte y mereciste para todos el don de la inmortalidad,
concede a nuestros hermanos difuntos la vida nueva de tu reino.

Terminemos nuestra oración con las palabras del Señor:

Padre nuestro...

ORACIÓN

Dios todopoderoso y eterno, que en estos días de Pascua nos has revelado con más plenitud la grandeza de tu amor, concédenos, ya que nos has librado de las tinieblas del error, que nos adhiramos más firmemente a tus enseñanzas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén

CONCLUSIÓN 

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

Fuente: Oficio Divino

LITURGIA DE LAS HORAS - COMPLETAS



COMPLETAS
(Oración antes del descanso nocturno)

INVOCACIÓN INICIAL

V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

EXAMEN DE CONCIENCIA 

Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada que Dios nos ha concedido, reconozcamos sinceramente nuestros pecados.

Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante vosotros, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión:
por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.

Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos,
que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor.

V. El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

Himno: EN TI, SEÑOR, REPOSAN NUESTRAS VIDAS

En ti, Señor, reposan nuestras vidas
en el descanso santo de la noche;
tú nos preparas para la alborada
y en el Espíritu Santo nos acoges.

En apartadas y lejanas tierras
el sol ha despertado las ciudades;
amigo de los hombres, ve sus penas
y ensancha de tu amor los manantiales.

Vencedor de la muerte y de las sombras,
Hijo eterno de Dios, resucitado,
líbranos del peligro de la noche
al dormirnos confiados en tus brazos. Amén.

SALMODIA

Ant 1. Aleluya, aleluya, aleluya.

Salmo 15 - CRISTO Y SUS MIEMBROS ESPERAN LA RESURRECCIÓN.

Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;
yo digo al Señor: «Tú eres mi bien.»
Los dioses y señores de la tierra
no me satisfacen.

Multiplican las estatuas
de dioses extraños;
no derramaré sus libaciones con mis manos,
ni tomaré sus nombres en mis labios.

El Señor es mi heredad y mi copa;
mi suerte está en tu mano:
me ha tocado un lote hermoso,
me encanta mi heredad.

Bendeciré al Señor, que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré.

Por eso se me alegra el corazón,
se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa serena.
Porque no me entregarás a la muerte,
ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción.

Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Aleluya, aleluya, aleluya.

LECTURA BREVE   1Ts 5, 23 

Que el mismo Dios de la paz os consagre totalmente y que todo vuestro ser, alma y cuerpo, sea custodiado sin reproche hasta la Parusía de nuestro Señor Jesucristo.

RESPONSORIO BREVE

V. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya.

V. Tú, el Dios leal, nos librarás.
R. Aleluya, aleluya.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. Aleluya.

CÁNTICO DE SIMEÓN       Lc 2, 29-32

Ahora, Señor, según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo irse en paz,

porque mis ojos han visto a tu Salvador,
a quien has presentado ante todos los pueblos

luz para alumbrar a las naciones
y gloria de tu pueblo Israel.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. Aleluya.

ORACIÓN

OREMOS,
Señor, Dios nuestro, concédenos un descanso tranquilo que restaure nuestras fuerzas, desgastadas ahora por el trabajo del día; así, fortalecidos con tu ayuda, te serviremos siempre con todo nuestro cuerpo y nuestro espíritu. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.

BENDICIÓN

V. El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte.
R. Amén.

ANTÍFONA FINAL DE LA SANTÍSIMA VIRGEN

Reina del cielo, alégrate, aleluya,
porque Cristo,
a quien llevaste en tu seno, aleluya,
ha resucitado, según su palabra, aleluya.
Ruega al Señor por nosotros, aleluya.

Fuente: Oficio Divino

EVANGELIO - 09 de Mayo - San Juan 6,44-51


    Evangelio según San Juan 6,44-51.

    Jesús dijo a la gente: "Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre que me envió; y yo lo resucitaré en el último día.
    Está escrito en el libro de los Profetas: Todos serán instruidos por Dios. Todo el que oyó al Padre y recibe su enseñanza, viene a mí.
    Nadie ha visto nunca al Padre, sino el que viene de Dios: sólo él ha visto al Padre.
    Les aseguro que el que cree, tiene Vida eterna.
    Yo soy el pan de Vida.
    Sus padres, en el desierto, comieron el maná y murieron.
    Pero este es el pan que desciende del cielo, para que aquel que lo coma no muera.
    Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente, y el pan que yo daré es mi carne para la Vida del mundo".

    Palabra del Señor

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - 09 de Mayo - "El pan que yo daré es mi carne, para la vida del mundo"


San Juan Crisóstomo (c. 345-407), presbítero en Antioquía, después obispo de Constantinopla, doctor de la Iglesia Homilías sobre la 1ª carta a los Corintios, nº 24


“El pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo”

    “Nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque comemos todos del mismo pan” (1C 10,17). ¿Qué es este pan que comemos? El Cuerpo de Cristo. ¿Qué llegan a ser los que comen de él? El Cuerpo de Cristo; no una multitud sino un mismo Cuerpo. Al igual que el pan, compuesto de tantos granos de trigo, no es más que un único pan en el que los granos desaparecen; al igual que los granos siguen formando el pan pero es imposible distinguirlos dentro de la masa en la que subsisten tan bien unidos, así también nosotros, todos unidos con Cristo no formamos más que un todo. En efecto, un miembro no se nutre de un cuerpo distinto del que se nutre otro miembro del mismo cuerpo, sino que es el mismo Cuerpo el que los nutre a todos. Por esto el apóstol Pablo ha añadido: “Participamos todos de un mismo pan”.

    Pues bien, si ahora todos participamos del mismo pan, si todos llegamos a ser el mismo Cristo, ¿por qué no vivimos todos la misma caridad?... Es eso lo que ya demostraban nuestros padres en su tiempo: “en el grupo de los creyentes todos pensaban y sentían lo mismo” (Hch 4,32). Ahora no es igual; sino todo lo contrario. Y, sin embargo, hombre, es Cristo quien ha venido a buscarte, a ti que estabas tan lejos de él, para unirse a ti. ¿Y tú no quieres unirte a tu hermano?...

    En efecto, no tan sólo nos ha dado su cuerpo, sino que, así como la primera carne, sacada de la tierra, estaba muerta por el pecado, él, por así decirlo, ha introducido en ella otro fermento, su misma carne, de la misma naturaleza que la nuestra pero exenta de todo pecado, llena de vida. El Señor nos la ha dado a compartir a todos para que, alimentados de esta nueva carne, viviendo en comunión los unos con los otros, podamos entrar en la vida inmortal.

SANTORAL - BEATA TERESA DE JESÚS

09 de Mayo


    Carolina nació en Regensburg-Stadtamhof, Alemania el 20 de junio de 1797. Fue hija única. Su padre era capitán de barco. Ambos progenitores le proporcionaron la formación precisa para hacer frente a las circunstancias sociales, políticas y religiosas generadas por la Revolución francesa. Dosificaron sabiamente su tiempo educándola en el hogar, sensibilizando su espíritu con la atención constante a los pobres, y ensanchando su mente con travesías sobre el Danubio rumbo a Viena. Durante un tiempo estudió con las canonesas de Notre Dame, fundación de san Pedro Fourier, hasta que en 1809 el gobierno clausuró esta institución y el centro académico regido por ellas. El P. George Michael Wittmann, párroco de la catedral y después obispo de Regensburg, tuvo la visión de los grandes pastores. Seleccionó a tres de las alumnas más brillantes y se propuso seguir adelante con la tarea educativa. Una de ellas era Carolina. Wittmann le infundió la idea de ser maestra y le ayudó a culminar la formación. Tenía 12 años cuando comenzó a impartir clases. Desde un principio se caracterizó por su gracia y carisma en la enseñanza. Era muy competente humana y profesionalmente, una persona que no temía al esfuerzo. Además, y eso era lo esencial, vivía amparada en la penitencia y en la oración. Durante más de veinte años hizo de la escuela de Stadtamhof, dirigida a niños sin recursos, un modelo a imitar.

    Impulsó la educación integral atendiendo a todas las necesidades de la persona. Introdujo disciplinas versátiles de suma utilidad para la vida: economía doméstica, idiomas, música, capacitación para los negocios, gimnasia, arte dramático… En todo momento fue consciente del influjo social que tienen las mujeres y madres, y del papel que ejercen si reciben una adecuada formación cristiana. Y dedicó su vida a paliar esta importante carencia que sufren los que viven en la pobreza, colectivo con el que se ensaña la falta de escolarización. Hizo posible que niñas y jóvenes pudieran optar a oportunidades, que de otro modo les habrían sido vedadas, accediendo en igualdad de condiciones a estratos sociales y políticos reservados a clases pudientes.

    En 1816 se vinculó a dos maestras compañeras de trabajo que compartían sus ideales de estricta penitencia y oración. Fue una época que le sirvió para afianzar su anhelo de consagrarse en la vida religiosa. El prelado Wittmann vio en ello una señal del cielo para poner en marcha una comunidad dirigida a la educación cristiana de niñas y jóvenes. Con el restablecimiento de las libertades religiosas en 1828 el panorama había cambiado y podía afrontarse abiertamente una nueva fundación. De modo que indujo a Carolina a realizar esta empresa, asesorándola, aunque murió en 1833 sin ver culminado este sueño. Surgieron diversos contratiempos que hubieran hecho desistir a muchas personas de este empeño, pero no a una beata como ella que hacía de la oración y de su entrega la estela que le conduciría al cielo. En octubre de ese año de 1833 inició vida comunitaria en Neunburg vorm Wald junto a dos jóvenes y estableció la primera escuela de las Hermanas de Notre Dame. Dedicada a María, el fundamento estaba en la Eucaristía y en el espíritu de pobreza. Contó con el apoyo del monarca Luis I de Baviera. En medio de las vicisitudes un sacerdote amigo de Wittmann, Franz Sebastian Job, lo secundó en la tarea de auxiliar a la fundadora. No le faltó su asistencia en el ámbito espiritual así como en el financiero hasta que se produjo su muerte en 1834.

    Carolina profesó en noviembre de 1835 tomando el nombre de María Teresa de Jesús, en memoria de la santa de Ávila por la que sentía especial admiración. Y fundó la congregación de las Pobres Hermanas Escolásticas de Nuestra Señora. Las expectativas de muchas jóvenes hallaron respuesta en esta nueva institución vinculándose a la pequeña comunidad. De dos en dos, como Cristo sugirió, recorrían lugares donde el progreso no había hecho acto de presencia. Diversas localidades y aldeas de difícil acceso vieron renacer su esperanza con el florecimiento de jardines de infancia, escuelas, hogares para ancianos y centros de atención. La congregación se extendió prontamente por Europa y Estados Unidos. Carolina viajó a este país el año 1847 contribuyendo a la expansión de su obra. Se trasladó de un lado a otro en difíciles condiciones, recorriendo miles de kilómetros en carretas tiradas por bueyes para visitar las escuelas que sus hijas habían establecido allí para educación de hijas de emigrantes alemanes. En este viaje, junto al beato Juan Neumann, fundó un orfanato en Baltimore. Al regresar a su país surgieron importantes problemas con el arzobispo de Munich-Freising, Graf von Reisach fundamentalmente por el borrador de la regla, origen del litigio. Éste no compartía la idea de que existiera un gobierno central en la congregación regida a través de una superiora general; quería que dependiesen de él. En un momento dado, la beata estuvo amenazada de excomunión. Y compareció ante el arzobispo musitando en voz baja, mientras se hallaba arrodillada ante él, su deseo de someterse a sus indicaciones en la medida en que no vulneraran la voluntad de Dios y su conciencia. Siguió adelante, sin ver quebrarse ni un ápice su confianza en la divina providencia, con espíritu perseverante, sosteniendo con su oración y entrega la misión recibida. Dio muestra de ser una mujer de gran fortaleza y empuje. En 1865 Pío IX autorizó los estatutos y la confirmó como superiora general, oficio reservado hasta ese momento a los varones. Fue probada también al final de sus días ya que las guerras desatadas en Europa y América conllevaron el cierre de algunas de las misiones que abrió. El 9 de mayo de 1879 fallecía en Múnich. Comenzó a cumplirse su anhelo de: «adorar y amar eternamente; regocijarse eternamente en la gloria de Dios y de sus santos», que había manifestado en vida. Juan Pablo II la beatificó el 17 de noviembre de 1985.

EL CANON DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS

ANTIGUO TESTAMENTO


Libro de Nehemías

Autor: El Libro de Nehemías no especifica el nombre de su autor, pero tanto las tradiciones judías como cristianas reconocen a Esdras como el autor. Esto se basa en el hecho de que los libros de Esdras y Nehemías fueron originalmente uno solo.

Fecha de su Escritura:
El Libro de Nehemías fue escrito probablemente entre el 445 y el 420 a.C.

Propósito de la Escritura:
El Libro de Nehemías, es uno de los libros históricos de la Biblia, y éste continúa la historia del regreso de Israel de la cautividad en Babilonia y la reconstrucción del Templo de Jerusalén.

Versos Clave: Nehemías 1:3 “Y me dijeron: El remanente, los que quedaron de la cautividad, allí en la provincia, están en gran mal y afrenta, y el muro de Jerusalén derribado, y sus puertas quemadas a fuego.”

Nehemías 1:11 “Te ruego, oh Jehová, esté ahora atento tu oído a la oración de tu siervo, y a la oración de tus siervos, quienes desean reverenciar tu nombre; concede ahora buen éxito a tu siervo, y dale gracia delante de aquel varón.”

Nehemías 6:15-16 “Fue terminado, pues, el muro, el veinticinco del mes de Elul, en cincuenta y dos días. Y cuando lo oyeron todos nuestros enemigos, temieron todas las naciones que estaban alrededor de nosotros, y se sintieron humillados, y conocieron que por nuestro Dios había sido hecha esta obra.”

Breve Resumen: Nehemías era un hebreo en Persia cuando escuchó la noticia de que el Templo en Jerusalén había sido reconstruido. Su preocupación creció sabiendo que no había muro que protegiera a la ciudad. Nehemías pidió a Dios ser utilizado para salvar la ciudad. Dios respondió a su oración ablandando el corazón del rey persa Artajerjes, quien no solo le dio su bendición, sino también los suministros para utilizarlos en el proyecto. Nehemías obtuvo el permiso del rey de regresar a Jerusalén, donde fue hecho gobernador.

A pesar de la oposición y acusaciones, el muro fue construido y los enemigos silenciados. La gente, inspirada por Nehemías, ofrendó diezmos y mucho dinero, materiales, y la mano de obra para completar el muro en unos increíbles 52 días, a pesar de mucha oposición. Sin embargo, este esfuerzo unido duró poco, porque Jerusalén cayó nuevamente en la apostasía cuando Nehemías se ausentó por un tiempo. A su regreso después de 12 años, encontró los muros fuertes, pero la gente debilitada. Él se dio a la tarea de enseñar moralidad a la gente, y no se anduvo con rodeos. “Y reñí con ellos, y los maldije, y herí a algunos de ellos, y les arranqué los cabellos, y les hice jurar, diciendo: No daréis vuestras hijas a sus hijos, y no tomaréis de sus hijas para vuestros hijos, ni para vosotros mismos.” (13:25). Re-estableció la verdadera adoración a través de la oración y animó a la gente para un avivamiento mediante la lectura y sujeción a la Palabra de Dios.

Referencias Proféticas: Nehemías era un hombre de oración y él oró apasionadamente por su pueblo (Nehemías 1). Su celosa intercesión por su pueblo ante Dios, prefigura a nuestro gran Intercesor, Jesucristo, quien oró fervientemente por Su pueblo en Su oración como Sumo-sacerdote en Juan 17. Tanto Nehemías como Jesús tenían un profundo amor por el pueblo de Dios, el cual derramaban en oración a Dios, intercediendo por ellos ante el trono.

Aplicación Práctica: Nehemías condujo a los israelitas al amor y respeto por el texto de la Escritura. Por su amor a Dios y su deseo de verlo honrado y glorificado, Nehemías guió a los israelitas hacia la fe y la obediencia que Dios había deseado de ellos por mucho tiempo. De la misma manera, los cristianos debemos amar y respetar profundamente las verdades de la Escritura, aprenderlas de memoria, meditar en ellas de día y de noche, y volvernos a ellas para el cumplimiento de cada necesidad espiritual. 2 Timoteo 3:16-17 nos dice: “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.” Si esperamos experimentar el avivamiento espiritual de los israelitas (Nehemías 8:1-8), debemos comenzar con la Palabra de Dios.

martes, 7 de mayo de 2019

LITURGIA DE LAS HORAS - OFICIO DE LECTURA



TIEMPO PASCUAL
MIÉRCOLES DE LA SEMANA III
Del Común de la Santísima Virgen María.

8 de mayo

NUESTRA SEÑORA DE LUJÁN, Patrona de la República Argentina. (SOLEMNIDAD)
El culto a la virgen María bajo la advocación de Nuestra Señora de Luján data del año 1630, cuando una imagen de la Inmaculada era transportada en una carreta desde Buenos Aires a Santiago del Estero. Poco después de pasar por el río Luján, se produce el hecho singular que da origen a esta advocación. La Virgen elegía ese lugar para dispensar desde allí especial protección al pueblo argentino. Al primitivo oratorio le fueron sucediendo capillas e iglesias. Entre 1890 y 1935 se construyó la actual basílica de estilo gótico, solemnemente dedicada el 6 de Octubre de 1930.


OFICIO DE LECTURA

INVITATORIO 

Si ésta es la primera oración del día:

V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza

Se añade el Salmo del Invitatorio con la siguiente antífona:

Ant. Celebremos el patrocinio de santa María Virgen, concebida sin pecado, y adoremos a su Hijo, Jesucristo el Señor. Aleluya.

Si antes se ha rezado ya alguna otra Hora:

V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno: TÚ ERES TODA HERMOSA

Tú eres toda hermosa,
¡oh Madre del Señor!;
tú eres de Dios gloria,
la obra de su amor.

¡Oh rosa sin espinas,
oh vaso de elección!
de ti nació la vida,
por ti nos vino Dios.

Sellada fuente pura
de gracia y de piedad,
bendita cual ninguna,
sin culpa original.

Infunde en nuestro pecho
la fuerza de tu amor,
feliz Madre del Verbo,
custodia del Señor. Amén.

SALMODIA

Ant 1. Pongo hostilidad entre ti y la mujer, entre tu linaje y el suyo. Aleluya.

Salmo 23 - ENTRADA SOLEMNE DE DIOS EN SU TEMPLO.

Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
El la fundó sobre los mares,
El la afianzó sobre los ríos.

¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?

El hombre de manos inocentes
y puro corazón,
que no confía en los ídolos
ni jura contra el prójimo en falso.
Ese recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.

Este es el grupo que busca al Señor,
que viene a tu presencia, Dios de Jacob.

¡Portones!, alzad los dinteles,
levantaos, puertas antiguas:
va a entrar el Rey de la gloria.

¿Quién es ese Rey de la gloria?
El Señor, héroe valeroso;
el Señor, héroe de la guerra.

¡Portones!, alzad los dinteles,
levantaos, puertas antiguas:
va a entrar el Rey de la gloria.

¿Quién es ese Rey de la gloria?
El Señor, Dios de los ejércitos.
Él es el Rey de la gloria.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Pongo hostilidad entre ti y la mujer, entre tu linaje y el suyo. Aleluya.

Ant 2. El Señor te ha bendecido, santa Virgen María, más que a todas las mujeres de la tierra. Aleluya.

Salmo 45 - DIOS, REFUGIO Y FORTALEZA DE SU PUEBLO

Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza,
poderoso defensor en el peligro.

Por eso no tememos aunque tiemble la tierra
y los montes se desplomen en el mar.

Que hiervan y bramen sus olas,
que sacudan a los montes con su furia:

El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.

El correr de las acequias alegra la ciudad de Dios,
el Altísimo consagra su morada.

Teniendo a Dios en medio, no vacila;
Dios la socorre al despuntar la aurora.

Los pueblos se amotinan, los reyes se rebelan;
pero él lanza su trueno y se tambalea la tierra.

El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.

Venid a ver las obras del Señor,
las maravillas que hace en la tierra:

Pone fin a la guerra hasta el extremo del orbe,
rompe los arcos, quiebra las lanzas,
prende fuego a los escudos.

«Rendíos, reconoced que yo soy Dios:
más alto que los pueblos, más alto que la tierra.»

El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. El Señor te ha bendecido, santa Virgen María, más que a todas las mujeres de la tierra. Aleluya.

Ant 3. La santidad, Señor, es el adorno de tu casa. Aleluya.

Salmo 86 - HIMNO A JERUSALÉN, MADRE DE TODOS LOS PUEBLOS.

Él la ha cimentado sobre el monte santo;
y el Señor prefiere las puertas de Sión
a todas las moradas de Jacob.

¡Qué pregón tan glorioso para ti,
ciudad de Dios!
«Contaré a Egipto y a Babilonia
entre mis fieles;
filisteos, tirios y etíopes
han nacido allí.»

Se dirá de Sión: «Uno por uno
todos han nacido en ella;
el Altísimo en persona la ha fundado.»

El Señor escribirá en el registro de los pueblos:
«Éste ha nacido allí.»
Y cantarán mientras danzan:
«Todas mis fuentes están en ti.»

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. La santidad, Señor, es el adorno de tu casa. Aleluya.

V. Dichosa tú, María, que has creído. Aleluya.
R. Porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá. Aleluya.

PRIMERA LECTURA

De la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 5, 12-21

DONDE ABUNDÓ EL PECADO SOBREABUNDÓ LA GRACIA

Hermanos: Así como por un solo hombre entró el pecado en el mundo y, por el pecado, la muerte, y, de este modo, la muerte pasó a todos los hombres, dado que todos han pecado...

(Porque ya antes de la promulgación de la ley existía el pecado en el mundo, y sin embargo no puede imputarse pecado si no hay ley; vemos, empero, que, de hecho, la muerte reinó ya desde Adán a Moisés sobre todos los que pecaron, aun cuando su transgresión no fue en las mismas condiciones en que pecó Adán, el cual era figura del que había de venir.

Sin embargo, con el don no sucedió como con el delito, pues, si por el delito de uno solo murió la multitud, ¡con cuánta mayor profusión, por la gracia de un solo hombre, Jesucristo, se derramó sobre todos la bondad y el don de Dios! Ni fueron los efectos de este don como los efectos del pecado de aquel único hombre que pecó, porque la sentencia que llevó a la condenación vino por uno solo, en cambio, el don, partiendo de muchas transgresiones, lleva a la justificación.)

...Así pues (decía), si, por la falta de uno solo, la muerte estableció su reinado, también, con mucha mayor razón, por causa de uno solo, de Jesucristo, reinarán en la vida los que reciben la sobreabundancia de la gracia y el don de la justificación.

Por consiguiente, así como el delito de uno solo atrajo sobre todos los hombres la condenación, así también la obra de justicia de uno solo procura a todos la justificación que da la vida. Y como por la desobediencia de un solo hombre todos los demás quedaron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno solo todos quedarán constituidos justos.

La ley, ciertamente, fue ocasión de que se multiplicasen los delitos, pero donde abundó el pecado sobreabundó la gracia, para que así como reinó el pecado produciendo la muerte, así también reine la gracia dándonos vida eterna por Jesucristo, Señor nuestro.

RESPONSORIO    Rm 5, 12; Lc 1, 30; cf. Sal 114, 8; cf. 17, 19

R. Por un solo hombre entró el pecado en el mundo y, por él, todos han pecado. Pero tú * no temas, María, porque has hallado gracia a los ojos de Dios. Aleluya.
V. El Señor arrancó tu alma de la muerte, y fue tu apoyo contra tu adversario.
R. No temas, María, porque has hallado gracia a los ojos de Dios. Aleluya.

SEGUNDA LECTURA

De la relación del mercedario fray Pedro Nolasco de Santa María
(Año 1737: Archivo de la Basílica nacional de Luján)

ORIGEN DE LA ADVOCACIÓN DE NUESTRA SEÑORA DE LUJAN

En aquel tiempo que el reino de Portugal y el de Castilla se gobernaban por una Corona, con el mucho comercio que tenía esta ciudad con el Brasil, un portugués, vecino de Córdoba, que fundó la hacienda de Sumampa, pidió a un paisano suyo le trajese del Brasil una imagen pequeña de la Concepción, para colocar en una capilla que estaba fabricando en dicha su hacienda; y con este encargue le remitieron a un mismo tiempo dos, las cuales, encajonadas, cargó en su carretón. Y llegando al río de Luján hizo noche en lo de un paisano suyo, llamado fulano Rosendo.

Queriendo proseguir su viaje, uncidos los bueyes por la mañana, no pudieron mover dicho carretón; por cuya causa le volvieron a descargar, y entonces le movieron los bueyes sin alguna dificultad. Y admirados todos de este prodigio, le preguntaron qué llevaba en la carga, que allí se había descargado, que pudiese servir de impedimento a su viaje; y él respondió que no llevaba cosa de impedimento, antes sí dos imágenes para darles culto.

Y determinaron se embarcase en el carretón los dos cajoncitos de las imágenes e hiciesen caminar el carretón; y se hallaron con el impedimento primero; a que empezó a exclamar el devoto portugués a la Virgen Santísima que bien sabía el efecto, para qué la llevaba, que era para colocarla en la capilla que en su nombre tenía fabricada; y, persuadiéndole a que sacase él un cajón y dejase el otro, probaron a que caminase el carretón, y no se pudo mover de su lugar; volvieron a hacer la diligencia de sacar el cajón que había quedado y cargar el que habían bajado, y entonces se movió dicho carretón sin impedimento alguno; quedando el dueño muy contento con la imagen que se llevó, dejando la otra en el paraje, donde le mostraba quererse quedar.

Ésta es la imagen de Nuestra Señora de Luján, que estuvo muchos años en lo de dicho Rosendo, en un oratorio muy corto, y muy venerada la imagen de todo el pago. Y dicho Rosendo dedicó un negro, llamado Manuel, al culto de dicha imagen, quien cuidaba de la lámpara de dicha Señora, que incesantemente ardía.

Y con el transcurso del tiempo y muerto el dueño de aquella estancia vino a quedar en casi despoblado. Y por ser mucha la frecuencia de devotos, que acudían movidos de sus muchos milagros, y no tener en dicha estancia dónde albergarse, pidió una señora, doña Ana de Matos, le diesen dicha imagen que la llevaría a su hacienda, que estaba en dicho río y colocóla en un oratorio; y con la asistencia y fervor del capellán don Pedro Montalbo y del mayordomo, don Manuel Casco de Mendoza, se enfervorizó la devoción de todo el pago y aun de las provincias remotas y se pusieron a fabricar la capilla, que hasta hoy permanece.

RESPONSORIO     

R. Dichosa eres, santa Virgen María, y digna de toda alabanza. * De ti nació el sol de justicia, Cristo, nuestro Dios, por quien hemos sido salvados y redimidos. Aleluya.
V. Celebremos con gozo esta fiesta de santa María Virgen.
R. De ti nació el sol de justicia. Cristo, nuestro Dios, por quien hemos sido salvados y redimidos. Aleluya.

Himno: SEÑOR, DIOS ETERNO

Señor, Dios eterno, alegres te cantamos,
a ti nuestra alabanza,
a ti, Padre del cielo, te aclama la creación.

Postrados ante ti, los ángeles te adoran
y cantan sin cesar:

Santo, santo, santo es el Señor,
Dios del universo;
llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.

A ti, Señor, te alaba el coro celestial de los apóstoles,
la multitud de los profetas te enaltece,
y el ejército glorioso de los mártires te aclama.

A ti la Iglesia santa,
por todos los confines extendida,
con júbilo te adora y canta tu grandeza:

Padre, infinitamente santo,
Hijo eterno, unigénito de Dios,
santo Espíritu de amor y de consuelo.

Oh Cristo, tú eres el Rey de la gloria,
tú el Hijo y Palabra del Padre,
tú el Rey de toda la creación.

Tú, para salvar al hombre,
tomaste la condición de esclavo
en el seno de una virgen.

Tú destruiste la muerte
y abriste a los creyentes las puertas de la gloria.

Tú vives ahora,
inmortal y glorioso, en el reino del Padre.

Tú vendrás algún día,
como juez universal.

Muéstrate, pues, amigo y defensor
de los hombres que salvaste.

Y recíbelos por siempre allá en tu reino,
con tus santos y elegidos.

La parte que sigue puede omitirse, si se cree oportuno.

Salva a tu pueblo, Señor,
y bendice a tu heredad.

Sé su pastor,
y guíalos por siempre.

Día tras día te bendeciremos
y alabaremos tu nombre por siempre jamás.

Dígnate, Señor,
guardarnos de pecado en este día.

Ten piedad de nosotros, Señor,
ten piedad de nosotros.

Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti.

A ti, Señor, me acojo,
no quede yo nunca defraudado.

ORACIÓN.

OREMOS,
Señor, mira con bondad la fidelidad de tu Pueblo y concédenos que, por los méritos e intercesión de la santísima Virgen María, obtengamos los dones de tu gracia en la vida presente y la salvación eterna en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén

CONCLUSIÓN

V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.

Fuente: Oficio Divino

LITURGIA DE LAS HORAS - LAUDES



TIEMPO PASCUAL
MIÉRCOLES DE LA SEMANA III
Del Común de la Santísima Virgen María.

8 de mayo

NUESTRA SEÑORA DE LUJÁN, Patrona de la República Argentina. (SOLEMNIDAD)

LAUDES
(Oración de la mañana)

INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)

V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza

Ant. Celebremos el patrocinio de santa María Virgen, concebida sin pecado, y adoremos a su Hijo, Jesucristo el Señor. Aleluya.

Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA

Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.

Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.

Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.

Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.

Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Celebremos el patrocinio de santa María Virgen, concebida sin pecado, y adoremos a su Hijo, Jesucristo el Señor. Aleluya.

Himno: SALVE DIVINA MARÍA

Salve divina María,
de la luz intacta Madre.
Salve, pues tienes por Hijo
al mismo Verbo del Padre.

Todas las generaciones
te bendicen a porfía,
y de un siglo a otro
repiten: «Ave María!»

Como Hija, Madre y Esposa
Dios te ha tenido consigo.
Cuán feliz eres, María,
porque el Señor es contigo.

Por milagro sin ejemplo
siendo Madre, Virgen eres.
Salve, mil veces bendita
entre todas las mujeres.

También para siempre sea
con gloria eterna ensalzado
Jesús, el fruto bendito
de tu vientre inmaculado. Amén.

SALMODIA

Ant 1. ¿Quién es esa que surge como el alba, hermosa como la luna y límpida como el sol, imponente como escuadrón a banderas desplegadas? Aleluya.

SALMO 62, 2-9 - EL ALMA SEDIENTA DE DIOS

¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.

¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.

Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré de manjares exquisitos,
y mis labios te alabarán jubilosos.

En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. ¿Quién es esa que surge como el alba, hermosa como la luna y límpida como el sol, imponente como escuadrón a banderas desplegadas? Aleluya.

Ant 2. Tú eres la gloria de Jerusalén; tú, la alegría de Israel; tú, el honor de nuestro pueblo. Aleluya.

Cántico: TODA LA CREACIÓN ALABE AL SEÑOR - Dn 3, 57-88. 56

Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.

Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.

Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.

Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.

Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.

Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.

Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.

Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.

Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.

Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.

Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.

Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.

Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.

Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.

Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.

Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.

Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.

No se dice Gloria al Padre.

Ant. Tú eres la gloria de Jerusalén; tú, la alegría de Israel; tú, el honor de nuestro pueblo. Aleluya.

Ant 3. Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo. Aleluya.

Salmo 149 - ALEGRÍA DE LOS SANTOS

Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.

Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.

Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:

para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.

Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo. Aleluya.

LECTURA BREVE   Cf. Sir 50, 5-10

¡Qué majestuosa cuando salía detrás del velo! Como estrella matutina en medio de las nubes, como la luna en los días de plenilunio, como el sol cuando brilla sobre el templo del Altísimo, como el arco iris que ilumina las nubes de gloria, como flor de rosal en primavera, como lirio junto a un manantial, como vaso de oro macizo adornado con piedras preciosas.

RESPONSORIO BREVE

V. Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo. Aleluya, Aleluya.
R. Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo. Aleluya, Aleluya.

V. Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre.
R. Aleluya, Aleluya.

V. Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo. Aleluya, Aleluya.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. He elegido y santificado este lugar, para que en él permanezca mi nombre para siempre y estén fijos en él mis ojos y mi corazón. Aleluya.

Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR      Lc 1, 68-79

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. He elegido y santificado este lugar, para que en él permanezca mi nombre para siempre y estén fijos en él mis ojos y mi corazón. Aleluya.

PRECES

Elevemos nuestras súplicas a Cristo, el Salvador del mundo, que quiso darnos todos los bienes por mediación de María, y digámosle:

Escucha, Señor, nuestras plegarias.

Bendito seas, Señor, que en tu inmensa bondad quisiste que tu Madre pusiera su trono en nuestras pampas, a orillas del río Luján,
mira a tu pueblo que clama a ti y concédele los dones de la prosperidad y la paz.

Bendito seas, Señor, que quisiste mostrar tus favores primero a los humildes y sencillos,
alivia a los necesitados, da pan a los hambrientos, consuelo a los afligidos, salud a los enfermos.

Bendito seas, Señor, que quisiste darnos un ejemplo de fidelidad y piedad en la persona del negro Manuel,
haz que imitemos su sencillez y sepamos ser serviciales con nuestros hermanos.

Bendito seas, Señor, que por María abriste en Luján una fuente de gracia y bendición,
mira a tu Iglesia, a nuestro santo padre, el papa Francisco, a nuestros obispos, sacerdotes, gobernantes y pueblo, y conserva a todos en la unidad de la fe y la caridad.

Bendito seas, Señor, que constituiste a tu Madre señora y protectora de nuestra Patria,
que su patrocinio nos alcance en la tierra los bienes que necesitamos y que un día gocemos de las alegrías eternas del cielo.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Unidos fraternalmente bajo la protección maternal de María, digamos a Dios con profunda confianza filial:

Padre nuestro...

ORACIÓN

Señor, mira con bondad la fidelidad de tu Pueblo y concédenos que, por los méritos e intercesión de la santísima Virgen María, obtengamos los dones de tu gracia en la vida presente y la salvación eterna en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén

CONCLUSIÓN 

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

Fuente: Oficio Divino

LITURGIA DE LAS HORAS - VÍSPERAS



TIEMPO PASCUAL
MIÉRCOLES DE LA SEMANA III
Del Común de la Santísima Virgen María.

8 de mayo

NUESTRA SEÑORA DE LUJÁN, Patrona de la República Argentina. (SOLEMNIDAD)

II VÍSPERAS
(Oración de la tarde)

INVOCACIÓN INICIAL

V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno: EXCELSA REINA DE VÍRGENES

Excelsa Reina de vírgenes,
de Dios Madre virginal,
puerta y dulzura del cielo,
esperanza del mortal.

Cándida flor entre espinas,
paloma de luz solar,
nacida de nuestra estirpe
donas medicina al mal.

Alcázar inexpugnable,
fúlgida estrella del mar,
desbarata los ardides,
guíenos tu claridad.

Sola inmaculada brillas
sin mancha original,
y triunfas de la serpiente
y su veneno letal.

Disipa sombras de errores,
aleja escollo fatal,
y el que fluctúa extraviado
halle en ti seguridad.

Se tribute excelsa gloria
a la augusta Trinidad
que te embelleció de gracias
y santidad singular. Amén.

SALMODIA

Ant 1. Toda hermosa eres, María, y en tí no se encuentra la mancha original. Aleluya.

Salmo 121 LA CIUDAD SANTA DE JERUSALÉN

¡Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor»!
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén.

Jerusalén está fundada
como ciudad bien compacta.
Allá suben las tribus,
las tribus del Señor,

según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia
en el palacio de David.

Desead la paz a Jerusalén:
«Vivan seguros los que te aman,
haya paz dentro de tus muros,
seguridad en tus palacios.»

Por mis hermanos y compañeros,
voy a decir: «La paz contigo.»
Por la casa del Señor, nuestro Dios,
te deseo todo bien.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Toda hermosa eres, María, y en tí no se encuentra la mancha original. Aleluya.

Ant 2. Me felicitarán todas las generaciones, porque el poderoso ha hecho obras grandes por mí. Aleluya.

Salmo 126 - EL ESFUERZO HUMANO ES INÚTIL SIN DIOS.

Si el Señor no construye la casa,
en vano se cansan los albañiles;
si el Señor no guarda la ciudad,
en vano vigilan los centinelas.

Es inútil que madruguéis,
que veléis hasta muy tarde,
los que coméis el pan de vuestros sudores:
¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen!

La herencia que da el Señor son los hijos;
una recompensa es el fruto de las entrañas:
son saetas en mano de un guerrero
los hijos de la juventud.

Dichoso el hombre que llena
con ellas su aljaba:
no quedará derrotado cuando litigue
con su adversario en la plaza.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Me felicitarán todas las generaciones, porque el poderoso ha hecho obras grandes por mí. Aleluya.

Ant 3. El gorrión ha encontrado una casa, y la tórtola ha hallado un nido para colocar sus polluelos. Aleluya.

Cántico: EL PLAN DIVINO DE SALVACIÓN - Ef 1, 3-10

Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

El nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados
e irreprochables ante él por el amor.

Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.

Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.

Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. El gorrión ha encontrado una casa, y la tórtola ha hallado un nido para colocar sus polluelos. Aleluya.

LECTURA BREVE   Ap 21, 2-3

Vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo, enviada por Dios, arreglada como una novia que se adorna para su esposo. Y escuché una voz potente que decía desde el trono: «Ésta es la morada de Dios con los hombres, y acampará entre ellos. Ellos serán su pueblo y Dios estará con ellos.»

RESPONSORIO BREVE

V. Se levantaron sus hijos, y la proclamaron bienaventurada. Aleluya, aleluya.
R. Se levantaron sus hijos, y la proclamaron bienaventurada. Aleluya, aleluya.

V. Porque el Señor obró en ella maravillas.
R. Aleluya, aleluya.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Se levantaron sus hijos, y la proclamaron bienaventurada. Aleluya, aleluya.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Las aguas torrenciales no han podido apagar el amor, ni los ríos extinguirlo. Aleluya.

Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Las aguas torrenciales no han podido apagar el amor, ni los ríos extinguirlo. Aleluya.

PRECES

Proclamemos las grandezas de Dios Padre todopoderoso, que quiso que todas las generaciones felicitaran a María, la madre de su Hijo, y supliquémosle diciendo:

Que la llena de gracia interceda por nosotros.

Señor, Dios nuestro, admirable siempre en tus obras, que has querido que la inmaculada Virgen María participara en cuerpo y alma de la gloria de Jesucristo,
haz que todos tus hijos deseen y caminen hacia esta misma gloria.

Tú que nos diste a María por madre, concede por su mediación salud a los enfermos, socorro a los desamparados, unidad a los hogares y casa a los sin techo.

Tú que hiciste de María la madre de misericordia,
haz que cuantos viven en peligros o están tentados sientan su protección maternal.

Tú que en tu madre, nuestra Señora de Luján, abriste en nuestra patria una fuente de bendición, mira benigno a nuestras autoridades y pueblo,
y haz que la Iglesia crezca y se dilate en la verdadera fe y caridad.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Tú que coronaste a María como reina del cielo,
haz que nuestros queridos muertos puedan alcanzar con todos los santos la felicidad de tu reino.

Confiando en el Señor, que hizo obras grandes en María, pidamos al Padre que colme también de bienes al mundo hambriento de verdad y de pan:

Padre nuestro...

ORACIÓN

Señor, mira con bondad la fidelidad de tu Pueblo y concédenos que, por los méritos e intercesión de la santísima Virgen María, obtengamos los dones de tu gracia en la vida presente y la salvación eterna en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén

CONCLUSIÓN 

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

Fuente: Oficio Divino

LITURGIA DE LAS HORAS - COMPLETAS



COMPLETAS
(Oración antes del descanso nocturno)

INVOCACIÓN INICIAL

V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno: EXCELSA REINA DE VÍRGENES

Excelsa Reina de vírgenes,
de Dios Madre virginal,
puerta y dulzura del cielo,
esperanza del mortal.

Cándida flor entre espinas,
paloma de luz solar,
nacida de nuestra estirpe
donas medicina al mal.

Alcázar inexpugnable,
fúlgida estrella del mar,
desbarata los ardides,
guíenos tu claridad.

Sola inmaculada brillas
sin mancha original,
y triunfas de la serpiente
y su veneno letal.

Disipa sombras de errores,
aleja escollo fatal,
y el que fluctúa extraviado
halle en ti seguridad.

Se tribute excelsa gloria
a la augusta Trinidad
que te embelleció de gracias
y santidad singular. Amén.

SALMODIA

Ant 1. Toda hermosa eres, María, y en tí no se encuentra la mancha original. Aleluya.

Salmo 121 LA CIUDAD SANTA DE JERUSALÉN

¡Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor»!
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén.

Jerusalén está fundada
como ciudad bien compacta.
Allá suben las tribus,
las tribus del Señor,

según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia
en el palacio de David.

Desead la paz a Jerusalén:
«Vivan seguros los que te aman,
haya paz dentro de tus muros,
seguridad en tus palacios.»

Por mis hermanos y compañeros,
voy a decir: «La paz contigo.»
Por la casa del Señor, nuestro Dios,
te deseo todo bien.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Toda hermosa eres, María, y en tí no se encuentra la mancha original. Aleluya.

Ant 2. Me felicitarán todas las generaciones, porque el poderoso ha hecho obras grandes por mí. Aleluya.

Salmo 126 - EL ESFUERZO HUMANO ES INÚTIL SIN DIOS.

Si el Señor no construye la casa,
en vano se cansan los albañiles;
si el Señor no guarda la ciudad,
en vano vigilan los centinelas.

Es inútil que madruguéis,
que veléis hasta muy tarde,
los que coméis el pan de vuestros sudores:
¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen!

La herencia que da el Señor son los hijos;
una recompensa es el fruto de las entrañas:
son saetas en mano de un guerrero
los hijos de la juventud.

Dichoso el hombre que llena
con ellas su aljaba:
no quedará derrotado cuando litigue
con su adversario en la plaza.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Me felicitarán todas las generaciones, porque el poderoso ha hecho obras grandes por mí. Aleluya.

Ant 3. El gorrión ha encontrado una casa, y la tórtola ha hallado un nido para colocar sus polluelos. Aleluya.

Cántico: EL PLAN DIVINO DE SALVACIÓN - Ef 1, 3-10

Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

El nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados
e irreprochables ante él por el amor.

Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.

Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.

Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. El gorrión ha encontrado una casa, y la tórtola ha hallado un nido para colocar sus polluelos. Aleluya.

LECTURA BREVE   Ap 21, 2-3

Vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo, enviada por Dios, arreglada como una novia que se adorna para su esposo. Y escuché una voz potente que decía desde el trono: «Ésta es la morada de Dios con los hombres, y acampará entre ellos. Ellos serán su pueblo y Dios estará con ellos.»

RESPONSORIO BREVE

V. Se levantaron sus hijos, y la proclamaron bienaventurada. Aleluya, aleluya.
R. Se levantaron sus hijos, y la proclamaron bienaventurada. Aleluya, aleluya.

V. Porque el Señor obró en ella maravillas.
R. Aleluya, aleluya.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Se levantaron sus hijos, y la proclamaron bienaventurada. Aleluya, aleluya.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Las aguas torrenciales no han podido apagar el amor, ni los ríos extinguirlo. Aleluya.

Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Las aguas torrenciales no han podido apagar el amor, ni los ríos extinguirlo. Aleluya.

PRECES

Proclamemos las grandezas de Dios Padre todopoderoso, que quiso que todas las generaciones felicitaran a María, la madre de su Hijo, y supliquémosle diciendo:

Que la llena de gracia interceda por nosotros.

Señor, Dios nuestro, admirable siempre en tus obras, que has querido que la inmaculada Virgen María participara en cuerpo y alma de la gloria de Jesucristo,
haz que todos tus hijos deseen y caminen hacia esta misma gloria.

Tú que nos diste a María por madre, concede por su mediación salud a los enfermos, socorro a los desamparados, unidad a los hogares y casa a los sin techo.

Tú que hiciste de María la madre de misericordia,
haz que cuantos viven en peligros o están tentados sientan su protección maternal.

Tú que en tu madre, nuestra Señora de Luján, abriste en nuestra patria una fuente de bendición, mira benigno a nuestras autoridades y pueblo,
y haz que la Iglesia crezca y se dilate en la verdadera fe y caridad.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Tú que coronaste a María como reina del cielo,
haz que nuestros queridos muertos puedan alcanzar con todos los santos la felicidad de tu reino.

Confiando en el Señor, que hizo obras grandes en María, pidamos al Padre que colme también de bienes al mundo hambriento de verdad y de pan:

Padre nuestro...

ORACIÓN

Señor, mira con bondad la fidelidad de tu Pueblo y concédenos que, por los méritos e intercesión de la santísima Virgen María, obtengamos los dones de tu gracia en la vida presente y la salvación eterna en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén

CONCLUSIÓN 

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

Fuente: Oficio Divino