martes, 16 de febrero de 2016

LITURGIA

Elementos Materiales de la Liturgia

El Templo, el Altar, vestiduras del Papa, obispos y sacerdotes, colores litúrgicos


    Es signo de la castidad, la cual debe de tal manera lucir en el sacerdote, que no admita, en absoluto, ninguna mancha ni en el cuerpo ni en el corazón.
    En señal de lo cual mandó Dios, en otro tiempo, que los comensales del cordero se ciñeran los lomos, y el mismo Cristo dijo: “Sint lumbi vestri praecincti”, “estad con vuestras ropas ceñidas a la cintura”. Y también aparece en el Apocalipsis de San Juan ceñido por una orla dorada, para que comprendamos que nos hace falta purificarnos de todos los afectos, y vencer el amor carnal con el espiritual, que es el oro de la caridad.
    Para que el alba, se adapte convenientemente al cuerpo del que la lleva y quede redondeada por su parte inferior sin que cuelgue por ningún lado, el clérigo se ciñe sobre ella un grueso cordón, el cíngulo, que puede ser blanco, dorado o del color litúrgico del día; el cual, fijado primero por delante y haciéndolo cruzar por detrás, vuelve simplemente a cada lado, desde donde cuelga hacia abajo el cordón que sobra, y que ordinariamente va rematado por una borla.
    Espiritualmente nos recuerda, según la oración que reza el sacerdote, la necesidad de luchar contra las bajas pasiones de la carne: “Cíñeme, Señor, con el cíngulo de la pureza, y apaga en mis carnes el fuego de la concupiscencia, para que more siempre en mí la virtud de la continencia y castidad”.
    Entre los romanos era el complemento imprescindible de la túnica, al menos para salir a la calle. Pero hacia el s.IV sólo lo usaban los trabajadores y el Papa Celestino reprochaba a los obispos de Galia el usarlo.
    El volver a usarlo y en el ámbito litúrgico habría estado precedido por el uso que de él hacían los monjes.En la Edad Media, y hasta el s.XV no se usaba el cíngulo en forma de cordón, sino una banda de lino, de unos 7 cm. de ancho, que se sujetaba mediante una correa o cintas.
    Muchas veces se lo adornaba con bordados; y algunos con piedras preciosas y láminas de oro y plata.
    Este uso perduró hasta nuestros días, en algunos lugares, como puede verse por el siguiente decreto: “ Como el cíngulo significa los cordeles y azotes con que fue azotado y flagelado N.S., reprobamos absolutamente esos cíngulos de género más o menos bordado, que son más bien bandas o fajas. Pueden tolerarse los que están actualmente en uso hasta que se acaben”. (D.4048; Conc.Plen.lat. no.905)

FUENTE:Catholic.net




DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA ( CAP II )

La Naturaleza de la Doctrina Social







REFLEXIÓN

Reflexiones Espirituales

Martes 16 de Febrero


Del Tratado de san Cipriano, obispo y mártir, Sobre la oración del Señor 
(Cap. 1-3: CSEL 3, 267-268)

QUIEN NOS DIO LA VIDA NOS ENSEÑÓ TAMBIÉN A ORAR

    Los preceptos evangélicos, hermanos muy amados, no son sino enseñanzas divinas, fundamentos para edificar la esperanza, medios para consolidar la fe, alimento para inflamar el corazón, guía para indicar el camino, amparo para obtener la salvación; ellos, instruyendo las mentes dóciles de los creyentes en la tierra, los conducen a la vida eterna.

    Ya por los profetas, sus siervos, Dios quiso hablar y hacerse oír de muchas maneras; pero mucho más es lo que nos dice el Hijo, lo que la Palabra de Dios, que estuvo en los profetas, atestigua ahora con su propia voz, pues ya no manda preparar el camino para el que ha de venir, sino que viene él mismo, nos abre y muestra el camino, a fin de que, los que antes errábamos ciegos y a tientas en las tinieblas de la muerte, iluminados ahora por la luz de la gracia, sigamos la senda de la vida, bajo la tutela y dirección de Dios.

    A más de otras enseñanzas y preceptos divinos, con los cuales encaminó a su pueblo a la salvación, Cristo nos enseñó también la forma de orar, él mismo nos inculcó y enseñó las cosas que hemos de pedir. Quien nos dio la vida nos enseñó también a orar, con aquella misma benignidad con que se dignó dar y conferir los demás dones, para que, al hablar ante el Padre con la misma oración que el Hijo enseñó, más fácilmente seamos escuchados.

    El Señor había ya predicho que se acercaba la hora en que los verdaderos adoradores adorarían al Padre en espíritu y en verdad; y cumplió lo que antes había prometido, de manera que nosotros, que por su santificación hemos recibido el espíritu y la verdad, también por su enseñanza podamos adorar en verdad y en espíritu.

    ¿Pues qué otra oración en espíritu puede haber fuera de la que nos fue dada por Cristo, el mismo que nos envió el Espíritu Santo? ¿Qué otra plegaria puede haber que sea en verdad ante el Padre, sino la pronunciada por boca del Hijo, que es la misma verdad? Hasta tal punto, que orar de manera distinta de la que él nos enseñó no sólo es ignorancia, sino también culpa, ya que él mismo dijo: Anuláis el mandamiento de Dios por seguir vuestras tradiciones.

    Oremos, pues, hermanos muy amados, tal como Dios, nuestro maestro, nos enseñó. A Dios le resulta familiar y aceptable la oración, cuando oramos con la que es suya, cuando llega a sus oídos la oración del mismo Cristo.

    Reconozca el Padre las palabras del Hijo, cuando hacemos oración; el mismo que habita en nuestro interior esté también en nuestra voz y, puesto que es abogado de nuestros pecados ante el Padre, pronunciemos las palabras de este abogado nuestro cuando nosotros, pecadores, pidamos por nuestros delitos.

    Pues, si dice que cuanto pidamos al Padre en su nombre nos lo concederá, ¿con cuánta mayor eficacia no obtendremos lo que pedimos en el nombre de Cristo, si lo pedimos con su propia oración?

EXTRAÍDA : SEGUNDA LECTURA OFICIO DE LECTURA DEL DÍA




LA FRASE DEL DÍA

Martes 16 de Febrero





EVANGELIO

Tiempo de Cuaresma

Martes 16 de Febrero       Semana I



    Libro de Isaías 55,10-11.

    Así habla el Señor:
    Así como la lluvia y la nieve descienden del cielo y no vuelven a él sin haber empapado la tierra, sin haberla fecundado y hecho germinar, para que dé la semilla al sembrador y el pan al que come, así sucede con la palabra que sale de mi boca: ella no vuelve a mí estéril, sino que realiza todo lo que yo quiero y cumple la misión que yo le encomendé.



    Salmo 34(33),4-5.6-7.16-17.18-19.

Glorifiquen conmigo al Señor,
alabemos su Nombre todos juntos.
Busqué al Señor: El me respondió
y me libró de todos mis temores.

Miren hacia El y quedarán resplandecientes,
y sus rostros no se avergonzarán.
Este pobre hombre invocó al Señor:
El lo escuchó y lo salvó de sus angustias.

Los ojos del Señor miran al justo
y sus oídos escuchan su clamor;
pero el Señor rechaza a los que hacen el mal
para borrar su recuerdo de la tierra.

Cuando ellos claman, el Señor los escucha
y los libra de todas sus angustias.
El Señor está cerca del que sufre
y salva a los que están abatidos.




    Evangelio según San Mateo 6,7-15.

    Jesús dijo a sus discípulos:
    Cuando oren, no hablen mucho, como hacen los paganos: ellos creen que por mucho hablar serán escuchados.
    No hagan como ellos, porque el Padre que está en el cielo sabe bien qué es lo que les hace falta, antes de que se lo pidan.
    Ustedes oren de esta manera: Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre, que venga tu Reino, que se haga tu voluntad en la tierra como en el cielo.
    Danos hoy nuestro pan de cada día.
    Perdona nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a los que nos han ofendido.
    No nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del mal.
    Si perdonan sus faltas a los demás, el Padre que está en el cielo también los perdonará a ustedes.
    Pero si no perdonan a los demás, tampoco el Padre los perdonará a ustedes.

Fuente: ©Evangelizo.org




MEDITACIÓN DEL EVANGELIO

Martes 16 de Febrero





HIMNO

TIEMPO DE CUARESMA
MARTES DE LA SEMANA I
Propio del Tiempo. Salterio I
16 de Febrero






SANTORAL

Santoral del Día

Martes 16 de Febrero


    Onésimo († ca. 90-95) (también llamado Onésimo de Bizancio y El Sagrado Apóstol Onésimo en algunas iglesias ortodoxas) era un sirviente deFilemón, personaje importante e influyente deColosa de Frigia, convertido alcristianismo por San Pablo. Onésimo cuando huía de la justicia, por haberle robado a su amo; se encontró con Pablo , quien se hallaba entonces prisionero en Roma. El Apóstol lo convirtió al Cristianismo, lo bautizó y lo envió a la casa de Filemón con una carta de recomendación, que decía lo siguiente:

    Te suplico en favor de mi hijo Onésimo, al que engendré en la prisión. Antes, él no te prestó ninguna utilidad, pero ahora te será muy útil, como lo es para mí. Te lo envío como si fuera yo mismo. Con gusto lo hubiera retenido a mi lado, para que me sirviera en tu nombre mientras estoy prisionero a causa del Evangelio. Pero no he querido realizar nada sin tu consentimiento, para que el beneficio que me haces no sea forzado, sino voluntario. Tal vez, él se apartó de ti por un instante, a fin de que lo recuperes para siempre, no ya como un esclavo, sino como algo mucho mejor, como un hermano querido. Si es tan querido para mí, cuánto más lo será para ti, que estás unido a él por lazos humanos y en el Señor.

    Según parece, Filemón perdonó y le concedió la libertad a Onésimo por haberse arrenpentido, y lo mandó a reunirse de nuevo con San Pablo. Según cuenta Jerónimo de Estridón, Onésimo se volvió un predicador cristiano y luego Obispo de Éfeso por orden del Apóstol Pablo. Posteriormente, Onésimo fue apresado y llevado a Roma, donde murió lapidado.


Oremos

    Confesamos, Señor, que sólo tú eres santo y que sin ti nadie es bueno, y humildemente te pedios que la intercesión de San Onésimo de Bizancio venga en nuestra ayuda para que de tal forma vivamos en el mundo que merezcamos llegara a la contemplación de tu gloria. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.



Fuente: ©Evangelizo.org





lunes, 15 de febrero de 2016

LITURGIA

Elementos Materiales de la Liturgia

El Templo, el Altar, vestiduras del Papa, obispos y sacerdotes, colores litúrgicos


El alba, túnica litúrgica

    El alba es una túnica talar religiosa, es decir, que llega hasta los talones. Es una prenda blanca de mangas largas y generalmente muy anchas con la que el párroco cubre todo el cuerpo. El alba es un ornamento litúrgico que suele ser usado tanto porsacerdotes, como diáconos y demás ministros para realizar las celebraciones eucarísticas. El alba puede ser vestida con cíngulo a la cintura y con ámito.
    Simboliza la auto negación y la castidad que corresponde a un sacerdote además de recordarle que debe hacer buenas obras a lo largo de toda su vida. Hoy en día, mientras el se coloca el alba, el sacerdote reza la siguiente oración: “Purifícame, señor, y limpia mi corazón, para que purificado con la sangre del cordero, pueda disfrutar de los goces eternos”.
    El alba, evolución de un ornamento religioso
    A lo largo de la historia, el alba, ha sido conocida con mucho nombres como pueden ser el de linea o tunica linea,por el materia del cual está hecho; poderis, tunica talaris, o simplemente talaris, por el hecho de debe llegar a los pies, camisia, por el parecido de la prenda a una camisa, etc.
    El origen de este ornamento litúrgico no está claro. Según algunas fuentes esta prenda se remonta a vestiduras del sacerdocio Judío. Según otros textos, el origen del alba estaría relacionado con el atuendo ordinario que empleaban tanto Romanos como Griegos.
    La época en la que comenzó a emplearse la túnica talar blanca para la realización de celebraciones litúrgicas es difícilmente determinable. El uso de este tipo de prenda, muy común los primeros años del cristianismo, y la ausencia de documentación adecuada, no permiten determinar cuando pasó a ser de uso exclusivo de los ministros de la iglesia.
    Antes del IX, el alba ya se había convertido en una parte integra del atuendo sacramental del sacerdote. Rabano Maura, el cual escribe "De Clericorum Institutione" en 818 dónde se describe elalba o túnica talar como una prenda de lino blanco símbolo de la auto negación y la castidad correspondiente al sacerdote. Su longitud, siempre hasta los tobillos, servía como recordatorio a los párrocos de su obligación de obrar bien hasta el fin de su vida terrenal.
    En el siglo XII, el alba era la vestimenta que todos los clérigos usaban cuando ejercían sus funciones religiosas.
El uso del alba ha evolucionado con los años. Actualmente es una prenda que los párrocos emplean casi en exclusiva la oficiar la Misa. Su uso se ha extendido a todas las celebraciones a lo largo del Año Litúrgico: Adviento, Navidad,Semana Santa, etc...
    El alba litúrgica, características y ornamentación
    Las características del alba apenas han variado a lo largo de la historia. Durante la Edad Media se realizaban ajustadas a la cintura del párroco aumentando el diámetro según se acercaba a los tobillos. Con el pasar de los siglos y la moda de prendas más holgadas, el diámetro del alba fue aumentando hasta las dimensiones que actualmente conocemos.
    La ornamentación del alba has sido históricamente uno de los atributos de la prenda que mayor evolución ha sufrido. En los primeros años del Cristainismo se adornaba el borde inferior, las muñecas y la apertura de la cabeza con un ribete. Con la llegada de la Edad Media y la evolución de los criterios estéticos, muchos párrocos comenzaron a utilizar albas con porciones de brocado, o bordados, en la parte inferior del alba y en las muñecas. Este tipo de decoración del alba fue utilizada a lo largo de muchos siglos hasta la llegada delencaje y la vainica.
    En la actualidad el uso de toda esta ornamentación ha quedado a juicio del párroco, existiendo albas sin ningún tipo de decoración y albas decoradas con bordados, puntilla, brocados o vainica.




REFLEXIÓN

Reflexiones Espirituales

Lunes 15 de Febrero


De las Disertaciones de san Gregorio de Nacianzo, obispo
(Disertación 14, Sobre el amor a los pobres, 23-25: PG 35, 887-890 )

IMITEMOS LA BENIGNIDAD DE DIOS

    Reconoce de dónde te viene la existencia, el aliento, la inteligencia y el saber, y, lo que es más aún, el conocimiento de Dios, la esperanza del reino de los cielos, la contemplación de la gloria (ahora, es verdad, como en un espejo y confusamente, pero después de un modo pleno y perfecto), el ser hijo de Dios, el ser coheredero de Cristo y, para decirlo con toda audacia, el haber sido incluso hecho dios. ¿De dónde y de quién te viene todo esto?

    Y, para enumerar también estas cosas menos importantes y que están a la vista, ¿por gracia de quién contemplas la hermosura del cielo, el recorrido del sol, la órbita de la luna, la multitud de las estrellas y el orden y concierto que en todo esto brilla, como en las cuerdas de una lira? ¿Quién te ha dado la lluvia, el cultivo de los campos, la comida, las diversas artes, el lugar para habitar, las leyes, la vida social, una vida llevadera y civilizada, la amistad y la familiaridad con los que están unidos a ti por vínculos de parentesco?

    ¿De dónde te viene que, entre los animales, unos te sean mansos y dóciles, y otros estén destinados a servirte de alimento?

    ¿Quién te ha constituido amo y rey de todo lo que hay sobre la tierra?

    ¿Quién, para no recordar una por una todas las cosas, te ha dado todo aquello que te hace superior a los demás seres animados?

    ¿No es verdad que todo esto procede de Dios, el cual te pide ahora, en justa retribución, tu benignidad, por encima de todo y en favor de todo? ¿Es que no nos avergonzaremos, después que de él hemos recibido y esperamos recibir tanto, de negarle incluso esto: la benignidad? Él, aun siendo Dios y Señor, no se avergüenza de llamarse Padre nuestro, y nosotros ¿nos cerraremos a los que son de nuestra misma condición?

    No, hermanos y amigos míos, no seamos malos administradores de los bienes que Dios nos ha regalado, no nos hagamos acreedores a la reprensión de Pedro: Avergonzaos, los que retenéis lo ajeno, esforzaos en imitar la equidad de Dios, y así nadie será pobre.

    No pongamos nuestro afán en reunir y conservar riquezas, mientras otros padecen necesidad, no sea que nos alcancen las duras y amenazadoras palabras del profeta Amós, cuando dice: Escuchad, los que decís: «¿Cuándo pasará la luna nueva, para vender el trigo, y el sábado, para ofrecer el grano?»

    Imitemos aquella suprema y primera ley de Dios, según la cual hace llover sobre justos y pecadores, y hace salir el sol igualmente para todos; que pone la tierra, las fuentes, los ríos y los bosques a plena disposición de los animales terrestres, el aire a disposición de las aves, el agua a disposición de los animales acuáticos; y que ha dado a todos con abundancia lo que necesitan para subsistir, sin estar en esto sujetos al dominio de nadie, sin ninguna ley que ponga limitaciones, sin límites ni fronteras; sino que lo ha puesto todo en común, con amplitud y abundancia, sin que por ello falte nunca de nada. Y esto lo hizo para hacer resaltar, con la igualdad del don, la igual dignidad de toda la naturaleza y para manifestar las riquezas de su benignidad.


EXTRAÍDA : SEGUNDA LECTURA OFICIO DE LECTURA DEL DÍA




DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA ( CAP II )

La Naturaleza de la Doctrina Socia





LA FRASE DEL DÍA

Lunes 15 de Febrero