viernes, 28 de febrero de 2025

-PROPÓSITO DEL DÍA- "Para que por la práctica de los consejos evangélicos y la vida de oración, podamos crecer en el amor a Dios y nuestros hermanos"



 

EVANGELIO - 01 de Marzo - San Marcos 10,13-16.


    Libro de Eclesiástico 17,1-13.

    El Señor creó al hombre de la tierra y lo hace volver de nuevo a ella.
    Le señaló un número de días y un tiempo determinado, y puso bajo su dominio las cosas de la tierra.
    Lo revistió de una fuerza semejante a la suya y lo hizo según su propia imagen.
    Hizo que todos los vivientes lo temieran, para que él dominara las fieras y los pájaros.
    Le dio una lengua, ojos y oídos, el poder de discernir y un corazón para pensar.
    El colmó a los hombres de saber y entendimiento, y les mostró el bien y el mal.
    Les infundió su propia luz, para manifestarles la grandeza de sus obras, y les permitió gloriarse eternamente de sus maravillas: así alabarán su Nombre santo, proclamando la grandeza de sus obras.
    Les concedió además la ciencia y les dio como herencia una Ley de vida; estableció con ellos una alianza eterna y les hizo conocer sus decretos.
    Ellos vieron con sus ojos la grandeza de su gloria y oyeron con sus oídos la gloria de su voz.


Salmo 103(102),13-14.15-16.17-18a.

¡El amor del Señor permanece para siempre!

Como un padre cariñoso con sus hijos,
así es cariñoso el Señor con sus fieles;
él conoce de qué estamos hechos,
sabe muy bien que no somos más que polvo.

Los días del hombre son como la hierba:
él florece como las flores del campo;
las roza el viento, y ya no existen más,
ni el sitio donde estaban las verá otra vez.

Pero el amor del Señor permanece para siempre,
y su justicia llega hasta los hijos y los nietos
de los que lo temen y observan su alianza.


    Evangelio según San Marcos 10,13-16.

    Le trajeron entonces a unos niños para que los tocara, pero los discípulos los reprendieron.
    Al ver esto, Jesús se enojó y les dijo: "Dejen que los niños se acerquen a mí y no se lo impidan, porque el Reino de Dios pertenece a los que son como ellos.
    Les aseguro que el que no recibe el Reino de Dios como un niño, no entrará en él".
    Después los abrazó y los bendijo, imponiéndoles las manos.

    Palabra del Señor

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - 01 de Marzo - «Quien no reciba el Reino como un niño no entrará en él»


        San Francisco de Sales, obispo Tratado del Amor de Dios: Ser como niño: Amar y ser libre 


«Quien no reciba el Reino como un niño no entrará en él» 

    Ciertamente, allá en el Cielo, tendremos un corazón libre de pasiones, un alma toda purificada de distracciones, un espíritu libre de contradicciones, y fuerzas exentas de repugnancias. Por tanto, amaremos a Dios con una perpetua y jamás interrumpida dilección.

    Pero este amor tan perfecto no podemos pretenderlo en esta vida mortal, ya que aún no poseemos ni el corazón, ni el alma, ni el espíritu, ni las fuerzas de los bienaventurados; aquí nos basta con amar con todo el corazón y todas las fuerzas que tenemos.

    Mientras somos niños, somos buenos como niños, hablamos como niños, amamos como niños; cuando seamos perfectos allá arriba en el Cielo, dejaremos de ser niños y amaremos a Dios con perfección.

    Pero mientras estamos en la infancia de nuestra vida mortal, no debemos dejar de hacer lo que podamos, como se nos ha mandado, puesto que podemos hacerlo; y es más: nos es fácil, ya que se trata del mandamiento del amor y del amor de Dios, que es soberanamente bueno, soberanamente amable.

    La verdadera virtud no tiene límites, va siempre más allá, y sobre todo la santa caridad, que es la virtud de las virtudes, pues teniendo un objeto infinito, sería capaz de volverse infinita si encontrase un amor capaz del infinito...

    La caridad en nosotros, puede ser perfeccionada hasta el infinito pero exclusivamente; es decir, que la caridad puede siempre hacerse cada vez más excelente, pero no puede ser infinita.

    Es un favor extremo que Dios hace a nuestra alma, el de poder crecer sin fin, cada vez más, en el amor de Dios, mientras aún está en esta vida caduca.

    «Anda en mi presencia y sé perfecto», dice Dios. El camino no se ha hecho para sentarse sino para caminar.

SANTORAL - SAN ROSENDO OBISPO

01 de Marzo


     Obispo y abad Nació Rosendo el 26 de noviembre del 907. Lo bautizó Sabarico, tío paterno del recién nacido. Ante el acontecimiento, agradecidos los padres, intensifican las buenas obras construyendo y dotando monasterios.

    Es nombrado Obispo cuando sólo tiene dieciocho años, en el 925. Sucede a su tío Sabarico en la sede de Mondoñedo. Pide al Señor la paz que buena falta hacía entre su pueblo. Se gana la confianza de los abades del entorno, dirime contiendas entre los nobles, soluciona pleitos, reconcilia penitentes y aconseja en las dudas; también apaga rencores, cura las heridas de la envidia tan presente en todos los tiempos, pacifica matrimonios, sofoca conspiraciones y serena ánimos inquietos.

    Abundando en el influjo social, contribuye poderosamente en la abolición de la esclavitud. Pero en el año 955 le llega una orden un tanto extraña del rey Ordoño III. Ahora comienza a ser, además de obispo, militar y político de su tiempo. Luego, los normandos invadieron, en el 968 y por mar, las costas de su territorio; los expulsa de sus feudos mandándoles a don Gonzalo.

    La sede de Santiago queda vacante en ese tiempo y es la infanta Margarita, tutora del rey don Ramiro III, quien le insta para que la acepte. Cuida de nuevo del clero, rehace monasterios, atiende a los fieles, asegura aspectos civiles de los bienes eclesiásticos, asiste al concilio de León acompañado por san Pedro de Mezonzo e impregna de dinamismo apostólico a los a los clérigos y a los monjes. Pudo pasar los tres últimos años de su vida en el monasterio de Celanova, rezando, predicando y dando ejemplo. Murió el 1 de marzo del 977.

Oremos

    Señor, tú que por la predicación de San Rosendo llamaste a nuestros padres a la luz admirable del Evangelio, te pedimos que, por su intercesión, nosotros crezcamos también en tu gracia y en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. Que vive y reina contigo. Amén

-FRASE DEL DÍA-

 


jueves, 27 de febrero de 2025

-PROPÓSITO DEL DÍA- "Para que por la práctica de los consejos evangélicos y la vida de oración, podamos crecer en el amor a Dios y nuestros hermanos"



 

EVANGELIO - 28 de Febrero - San Marcos 10,1-12.


    Libro de Eclesiástico 6,5-17.

    Las palabras dulces multiplican los amigos y un lenguaje amable favorece las buenas relaciones.
    Que sean muchos los que te saludan, pero el que te aconseja, sea uno entre mil.
    Si ganas un amigo, gánalo en la prueba, y no le des confianza demasiado pronto.
    Porque hay amigos ocasionales, que dejan de serlo en el día de tu aflicción.
    Hay amigos que se vuelven enemigos, y para avergonzarte, revelan el motivo de la disputa.
    Hay amigos que comparten tu mesa y dejan de serlo en el día de la aflicción.
    Mientras te vaya bien, serán como tú mismo y hablarán abiertamente con tus servidores; pero si te va mal, se pondrán contra ti y se esconderán de tu vista.
    Sepárate de tus enemigos y sé precavido con tus amigos.
    Un amigo fiel es un refugio seguro: el que lo encuentra ha encontrado un tesoro.
    Un amigo fiel no tiene precio, no hay manera de estimar su valor.
    Un amigo fiel es un bálsamo de vida, que encuentran los que temen al Señor.
    El que teme al Señor encamina bien su amistad, porque como es él, así también será su amigo.


Salmo 119(118),12.16.18.27.34.35.

¡Condúceme por la senda de tus mandamientos, Señor!

Tú eres bendito, Señor:
enséñame tus preceptos.
Mi alegría está en tus preceptos:
no me olvidaré de tu palabra.

Abre mis ojos,
para que contemple las maravillas de tu ley.
Instrúyeme en el camino de tus leyes,
y yo meditaré tus maravillas.

Instrúyeme, para que observe tu ley
y la cumpla de todo corazón.
Condúceme por la senda de tus mandamientos,
porque en ella tengo puesta mi alegría.


    Evangelio según San Marcos 10,1-12.

    Jesús fue a la región de Judea y al otro lado del Jordán. Se reunió nuevamente la multitud alrededor de él y, como de costumbre, les estuvo enseñando una vez más.
    Se acercaron algunos fariseos y, para ponerlo a prueba, le plantearon esta cuestión: "¿Es lícito al hombre divorciarse de su mujer?".
    El les respondió: "¿Qué es lo que Moisés les ha ordenado?".
    Ellos dijeron: "Moisés permitió redactar una declaración de divorcio y separarse de ella".
    Entonces Jesús les respondió: "Si Moisés les dio esta prescripción fue debido a la dureza del corazón de ustedes.
    Pero desde el principio de la creación, Dios los hizo varón y mujer.
    Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre, y los dos no serán sino una sola carne. De manera que ya no son dos, sino una sola carne.
    Que el hombre no separe lo que Dios ha unido".
    Cuando regresaron a la casa, los discípulos le volvieron a preguntar sobre esto.
    El les dijo: "El que se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra aquella; y si una mujer se divorcia de su marido y se casa con otro, también comete adulterio".

    Palabra del Señor

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - 28 de Febrero - “Los dos serán una sola carne”


San Juan Pablo II (1920-2005) papa Homilía para la apertura del Sínodo sobre la Familia, 26/09/1980, §5 y 7


“Los dos serán una sola carne”
            
    Cuando Cristo, antes de su muerte, en el umbral de su misterio pascual, ora al Padre diciendo: “Padre Santo, guarda en tu nombre a los que me has dado para que sean uno, como tú y yo somos uno” (Jn 17,11), pedía también, quizás de un modo privilegiado, por la unidad de los matrimonios y de las familias. Ora por la unidad de sus discípulos, por la unidad de la Iglesia. Ahora bien, el misterio de la Iglesia es comparado por San Pablo al matrimonio. (Ef 5,32)

    La Iglesia, por tanto, no sólo coloca el matrimonio y la familia en un lugar especial dentro de sus afanes, sino que, en cierto modo, considera también el matrimonio como preclara imagen suya. Colmada del amor de Cristo-Esposo, que nos amó "hasta el extremo", la Iglesia mira hacia los esposos, que se juran amor hasta la muerte, y considera como tarea suya peculiar salvaguardar este amor, esta fidelidad y esta honestidad y todos los bienes que nacen de ahí para la persona humana y para la sociedad. Es precisamente la familia la que da la vida a la sociedad. Es en ella donde, a través de la obra de la educación, se forma la estructura misma de la humanidad, de cada hombre sobre la tierra.

    He aquí lo que dice, en el Evangelio de hoy, el Hijo al Padre: "Yo les he comunicado las palabras que tú me diste, y ellos ahora las recibieron... y creyeron que tú me has enviado...; todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío" (Jn 17, 8-10). ¿No resuena, en el corazón de las generaciones, el eco de este diálogo? ¿No constituyen estas palabras algo así como la historia viva de cada una de las familias y, a través de la familia, de cada hombre?... "Yo ruego por ellos..., por los que tú me diste; porque son tuyos" (Jn 17, 9).   

SANTORAL - BEATO CARLOS GNOCCHI

28 de Febrero


     En Milán, Italia, beato Carlos Gnocchi, presbítero, llamado "el apóstol de los mutilados" por su especial dedicación a los huérfanos y heridos de guerra.

    Don Carlos Gnocchi nació el 25 de octubre de 1902, en San Colombano al Lambro, cerca de Lodi, Italia. Fue ordenado sacerdote en 1925, en Milán. Se destacó inmediatamente como notable educador, al punto tal que en 1936 el Cardenal Ildefonso Schuster lo nombró director espiritual de la escuela más prestigiosa de Milán, el Instituto Gonzaga de los Hermanos de las Escuelas Cristianas; en este período estudió intensamente la pedagogía y escribió algunos ensayos sobre estos temas.

    En los años finales de la década del ’30, el mismo Cardenal Schuster le encargó la asistencia de los universitarios de la Segunda Legión de Milán, que comprendía en buena parte estudiantes de la Universidad Católica y muchos ex alumnos del Instituto Gonzaga. Como es sabido en 1940 Italia entró en la Segunda Guerra Mundial y muchos jóvenes estudiantes fueron enviados al frente de batalla. Don Carlos no quiso abandonar a sus jóvenes en estos momentos de peligro y se enroló como capellán voluntario del batallón "Val Tagliamento" de los alpinos, destinado al frente griego-albanés. Después de un breve intervalo en Milán, en 1942 volvió a partir, esta vez al frente ruso con los alpinos de la Tridentina. En enero de 1943 comenzó la dramática retirada del contingente italiano derrotado en aquel frente; retirada devastadora que sembró de muertos las heladas tierras rusas: "setecientos kilómetros de marcha en la estepa blanca y sin confines, sobre la nieve harinosa, entumecidos por el viento helado, flagelados por la tormenta, con 40 grados bajo cero, sin víveres, con pocas municiones arrastradas fatigosamente sobre los trineos sobrevivientes, durmiendo al descampado, a veces caminando durante la noche, atacados rabiosamente por el enemigo, agredidos a traición por los partisanos, asaltados a cada momento por tanques enemigos, bajo la pesadilla de las incursiones aéreas, cuando los camiones se detenían por falta de combustible, la artillería quedaba bloqueada por la nieve, las mulas caían extenuadas por el frío y la fatiga, las armas se encasquillaban por el hielo, la fila de los combatientes menguaba poco a poco por los caídos, los heridos y los congelados; quince días de marchas y combates, de vigilias y hambre, de privaciones y heroísmos en la más inhóspita y cruel de las estaciones y de las tierras europeas, contra enemigos aguerridos y enardecidos por el éxito, constituyen una de las más altas victorias del espíritu sobre la materia, de la voluntad por sobre la fortuna adversa, y una de las más luminosas afirmaciones de la grandeza de nuestro pueblo", escribía Don Carlos Gnocchi en uno de sus más conocidos escritos: "Cristo con los alpinos".

    Fue precisamente su experiencia del dolor en esta terrible huida la que inspiró su futura fundación. Habiendo caído a un costado de la helada ruta rusa junto a un grupo de agotados soldados y a punto de morir, un vehículo militar que pasaba intentó llevarlo sólo a él hasta la próxima base militar, pues no tenían más lugares en el transporte, dejando allí agonizando al resto de los soldados. Don Carlos se negó a abandonar a los suyos; pero estos le insistieron diciendo: "Vaya, Capellán, y ayude a nuestros hijos, ampare usted a nuestros huérfanos". Sólo ante la impresión de este conmovedor testamento, aceptó ser trasladado al hospital militar, terminando de este modo su participación en la guerra.

    Ya nuevamente en Italia, a partir de 1945, comenzó a diseñar su proyecto para ayudar a los mutilados de guerra y a los hijos de los sobrevivientes; lo que le daría el título de "padre de los mutiladitos". En 1949 su obra obtuvo el primer reconocimiento oficial, llamándose "Federación por la Infancia Mutilada"; más tarde sería reemplazada por la "Fundación por la Juventud".

    Don Carlos murió el 28 de febrero de 1956, tras una dolorosa enfermedad. Durante los últimos meses de vida redactó su opúsculo "Pedagogía del dolor inocente", auténtico testamento espiritual donde toca las cumbres del sentido cristiano del dolor.

Oremos 

     Oh Dios, tú eres nuestro Padre, y en Jesucristo nos haces hermanos, te damos gracias por habernos dado a Don Carlos Gnocchi que la Iglesia venera como beato. Danos su profunda fe, su esperanza tenaz, su ardiente caridad, para que podamos seguir su ejemplo heroico, de ayudar en la vida de cada hombre "golpeado y despojado por el dolor". Que Don Carlos nos enseñe a buscarte cada día en los más frágiles, en los ojos castos de los niños, en la sonrisa cansada de los ancianos, en el ocaso de los moribundos, para amarte cada día con el "incansable trabajo de la ciencia, con las obras de la solidaridad humana y en los prodigios de la caridad sobrenatural". Amén

-FRASE DEL DÍA-

 


miércoles, 26 de febrero de 2025

-PROPÓSITO DEL DÍA- "Para que por la práctica de los consejos evangélicos y la vida de oración, podamos crecer en el amor a Dios y nuestros hermanos"



 

EVANGELIO - 27 de Febrero - San Marcos 9,41-50.


    Libro de Eclesiástico 5,1-10.

    No te fíes de tus riquezas ni digas: "Con esto me basta".
    No dejes que tu deseo y tu fuerza te lleven a obrar según tus caprichos.
    No digas: "¿Quién podrá dominarme?", porque el Señor da a cada uno su merecido.
    No digas: "Pequé, ¿y qué me sucedió?, porque el Señor es paciente.
    No estés tan seguro del perdón, mientras cometes un pecado tras otro.
    No digas: "Su compasión es grande; él perdonará la multitud de mis pecados", porque en él está la misericordia, pero también la ira, y su indignación recae sobre los pecadores.
    No tardes en volver al Señor, dejando pasar un día tras otro, porque la ira del Señor irrumpirá súbitamente y perecerás en el momento del castigo.
    No te fíes de las riquezas adquiridas injustamente: de nada te servirán en el día de la desgracia.
    No te dejes llevar por todos los vientos ni vayas por cualquier camino: así obra el pecador que habla con doblez.
    Sé firme en tus convicciones y que tu palabra sea una sola.


Salmo 1,1-2.3.4.6.

¡Feliz el que pone su confianza en el Señor!

¡Feliz el hombre
que no sigue el consejo de los malvados,
ni se detiene en el camino de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los impíos,
sino que se complace en la ley del Señor
y la medita de día y de noche!

El es como un árbol
plantado al borde de las aguas,
que produce fruto a su debido tiempo,
y cuyas hojas nunca se marchitan:
todo lo que haga le saldrá bien.

No sucede así con los malvados:
ellos son como paja que se lleva el viento.
Porque el Señor cuida el camino de los justos,
pero el camino de los malvados termina mal. 


    Evangelio según San Marcos 9,41-50.

    Jesús dijo a sus discípulos: «Les aseguro que no quedará sin recompensa el que les dé de beber un vaso de agua por el hecho de que ustedes pertenecen a Cristo.
    Si alguien llegara a escandalizar a uno de estos pequeños que tienen fe, sería preferible para él que le ataran al cuello una piedra de moler y lo arrojaran al mar.
    Si tu mano es para ti ocasión de pecado, córtala, porque más te vale entrar en la Vida manco, que ir con tus dos manos a la Gehena, al fuego inextinguible.
    Y si tu pie es para ti ocasión de pecado, córtalo, porque más te vale entrar lisiado en la Vida, que ser arrojado con tus dos pies a la Gehena.
    Y si tu ojo es para ti ocasión de pecado, arráncalo, porque más te vale entrar con un solo ojo en el Reino de Dios, que ser arrojado con tus dos ojos a la Gehena, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga.
    Porque cada uno será salado por el fuego.
    La sal es una cosa excelente, pero si se vuelve insípida, ¿con qué la volverán a salar? Que haya sal en ustedes mismos y vivan en paz unos con otros».

    Palabra del Señor

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - 27 de Febrero - "Los caminos para entrar en la vida eterna"

 

San Juan Crisóstomo (c. 345-407) presbítero en Antioquía, después obispo de Constantinopla, doctor de la Iglesia Sermón sobre el demonio tentador; PG 49, 263-264


"Los caminos para entrar en la vida eterna"
    
    ¿Queréis que os indique los caminos de la conversión? Son numerosos, variados y diferentes, pero todos conducen al cielo. El primer camino de la conversión es aborrecer nuestros pecados. “Empieza tú a confesar tus pecados para ser justo” (Is 43,26). Esto porque dice el profeta: “Me dije: -confesaré al Señor mis culpas.- Y tú perdonaste mi falta y mi pecado” (Sal 31,5). Condena tú mismo las faltas que has cometido y esto bastará para que el Maestro te escuche. El que condena sus pecados irá con más cuidado para no recaer en ellos...

    Hay un segundo camino que no es inferior al primero y es: no guardar rencor a nuestros enemigos, dominar nuestra cólera para perdonar las ofensas que nos infligen nuestros compañeros de servicio, porque así obtendremos el perdón de las ofensas contra el Maestro. Es la segunda manera de obtener la purificación de nuestras faltas. “Si perdonáis a vuestros deudores, dice el Señor, mi Padre que está en el cielo perdonará también vuestras faltas” (Mt 6,14).

    ¿Quieres conocer el tercer camino de la conversión? ES la oración ferviente y atenta desde el fondo del corazón... El cuarto camino es la limosna. Tiene un poder  considerable e indecible... Luego, la modestia y la humildad no son medios menores para destruir el pecado desde la raíz. Tenemos como testimonio de ello el publicano que no podía proclamar su buenas acciones sino que en su lugar ofreció su humildad y depositó ante el Señor el pesado fardo de sus faltas (Lc 18,9ss).

    Acabamos de indicar cinco caminos hacia la conversión... ¡No te quedes inactivo sino que cada día avanza por estos caminos! Son fáciles, y a pesar de tus miserias puedes ir por ellos.

SANTORAL - SAN GREGORIO DE NAREK

27 de Febrero


    En el monasterio de Narek, en Armenia, san Gregorio, monje, doctor de los armenios, ilustre por su doctrina, sus escritos y su sabiduría mística.

    Nació hacia el 950 en una familia de eclesiásticos ilustrados. San Gregorio ingresó al monasterio de Narek, en el sudeste del lago Van (en la actualidad perteneciente a Turquía) siendo de joven edad. Cercano ya al primer milenio del cristianismo, el monasterio de Narek se alzaba como un floreciente centro de estudios. Eran estos tiempos de relativa calma, tiempos de creatividad, antes de que las invasiones mongolas y turcas cambiaran Armenia para siempre. Armenia experimentó en esa época un renacimiento de su literatura, pintura, arquitectura y teología, de los que san Gregorio fue una figura central. Su obra de madurez fue el «Libro de Oraciones». Él mismo pensó en esta obra como su testamento: «Sus letras son como mi cuerpo, y su significado como mi alma» (oración 54e), y llamó a su obra una «enciclopedia de oración para todas las naciones»; tenía la esperanza de que su obra sirviera de guía para todos los hombres en cualquier situación. San Gregorio busca responder a la pregunta de que podemos ofrecerle a Dios, que ya tiene todo, y encuentra que lo mejor que podemos es ofrecerle los «suspiros del corazón» (frase con la que encabeza cada oración), que él plasma en estas oraciones, a veces llamadas también Lamentaciones. Según parece, escribió su libro tras una penosa y debilitante enfermedad:

    Los tormentos de mis enfermedades [...] como un cáncer que se disemina, han tocado todas las partes de mi cuerpo, no hay bálsamo -como no lo hubo para Israel- para mis innumerables llagas, cada parte de mi cuerpo, de la cabeza a los pies, está enferma y alejada del auxilio de los médicos. Pero tú, misericordioso, benéfico, bendito, de largos sufrimientos, rey inmortal, escucha por misericordia las oraciones de mi asediado corazón cuando a ti grito, Señor, en el tiempo de mi necesidad. (oración 18k, trad. del inglés)

    En 95 oraciones llenas de gracia, san Gregorio lleva a plenitud la expresividad de la lengua clásica armenia para traducir los suspiros del corazón contrito y humillado en una ofrenda de palabras agradables a Dios; el resultado es un edificio de la fe para todas las edades, de rica imaginería, teología sutil, erudición bíblica, unidos a la inmediatez sincera de su comunicación con Dios. San Gregorio dejó este mundo hacia el 1005, pero a través de su obra su voz continúa hablando.

    Esta breve noticia proviene de un sitio web en inglés dedicado al Libro de Oraciones de san Gregorio. Lamentablemente las referencias al santo en Occidente son escasísimas, prácticamente no hay datos sobre él en los santorales, incluso en los muy completos, ya que su incorporación al Martirologio Romano es reciente. El lector puede atisbar la belleza de su obra en dicho web, donde está volcado por entero al inglés por Thomas J. Samuelian, autor también del web.

    San Gregorio fue un distinguido teólogo y uno de los poetas más importantes de la literatura armenia. Entre sus obras se destacan un Comentario sobre el Cantar de los Cantares, muchos panegíricos y una colección de noventa y cinco oraciones en forma poética llamada “Narek”, por el monasterio en el que vivió. Murió alrededor del año 1005 y fue enterrado en el mismo monasterio. Su tumba fue el destino de peregrinaciones hasta la época de las masacres perpetradas por los turcos.


Oremos

    Dios todopoderoso y eterno que te has dignado colmar de ciencia mística a San Gregorio, maestro y honor del pueblo armenio, haz que, siguiendo sus enseñanzas, aprendamos el arte de dialogar contigo y a sostener siempre nuestra vida con los sacramentos de la Iglesia. Por nuestro Señor Jesucristo

-FRASE DEL DÍA-

 


martes, 25 de febrero de 2025

-PROPÓSITO DEL DÍA- "Para que por la práctica de los consejos evangélicos y la vida de oración, podamos crecer en el amor a Dios y nuestros hermanos"



 

EVANGELIO - 26 de Febrero - San Marcos 9,38-40.


    Libro de Eclesiástico 4,12-22.

    El que la ama, ama la vida, y los que la buscan ardientemente serán colmados de gozo.
    El que la posee heredará la gloria, y dondequiera que vaya, el Señor lo bendecirá.
    Los que la sirven rinden culto al Santo y los que la aman son amados por el Señor.
    El que la escucha juzgará a las naciones y el que le presta atención habitará seguro.
    El que confía en ella la recibirá en herencia y sus descendientes también la poseerán.
    Al comienzo, ella lo conducirá por un camino sinuoso, le infundirá temor y estremecimiento y lo hará sufrir con su disciplina, hasta que tenga confianza en él y lo haya probado con sus exigencias.
    Después, volverá a él por el camino recto, lo alegrará y le revelará sus secretos.
    Si él se desvía, ella lo abandonará y lo dejará librado a su propia caída.
    Ten en cuenta el momento y cuídate del mal, y no te avergüences de ti mismo.
    Porque hay una vergüenza que lleva al pecado, y hay otra vergüenza que es gloria y gracia.
    No te perjudiques por tener en cuenta a los demás, y que la vergüenza no provoque tu caída.


Salmo 119(118),165.168.171.172.174.175.

¡Tu ley es mi alegría, Señor!

Los que aman tu ley gozan de una gran paz,
nada los hace tropezar.
Yo observo tus mandamientos y tus prescripciones,
porque tú conoces todos mis caminos.

Que mis labios expresen tu alabanza,
porque me has enseñado tus preceptos.
Que mi lengua se haga eco de tu promesa,
porque todos tus mandamientos son justos.

Yo ansío tu salvación, Señor,
y tu ley es toda mi alegría.
Que yo viva y pueda alabarte,
y que tu justicia venga en mi ayuda.


    Evangelio según San Marcos 9,38-40.

    Juan le dijo a Jesús: "Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu Nombre, y tratamos de impedírselo porque no es de los nuestros".
    Pero Jesús les dijo: "No se lo impidan, porque nadie puede hacer un milagro en mi Nombre y luego hablar mal de mí.
    Y el que no está contra nosotros, está con nosotros.

    Palabra del Señor

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - 26 de Febrero - "¿Acaso van con nosotros?"


      Concilio Vaticano II Constitución dogmática sobre la Iglesia “Lumen gentium”, §16 


"¿Acaso van con nosotros?"
    
    Por último, quienes todavía no recibieron el Evangelio, se ordenan al Pueblo de Dios de diversas maneras. En primer lugar, aquel pueblo que recibió los testamentos y las promesas y del que Cristo nació según la carne (cf. Rm 9,4-5). Por causa de los padres es un pueblo amadísimo en razón de la elección, pues Dios no se arrepiente de sus dones y de su vocación (cf. Rm 11, 28-29). Pero el designio de salvación abarca también a los que reconocen al Creador, entre los cuales están en primer lugar los musulmanes, que, confesando adherirse a la fe de Abraham, adoran con nosotros a un Dios único, misericordioso, que juzgará a los hombres en el día postrero.
 
    Ni el mismo Dios está lejos de otros que buscan en sombras e imágenes al Dios desconocido, puesto que todos reciben de El la vida, la inspiración y todas las cosas (cf. Hch 17,25-28), y el Salvador quiere que todos los hombres se salven (cf. 1 Tm 2,4). Pues quienes, ignorando sin culpa el Evangelio de Cristo y su Iglesia, buscan, no obstante, a Dios con un corazón sincero y se esfuerzan, bajo el influjo de la gracia, en cumplir con obras su voluntad, conocida mediante el juicio de la conciencia, pueden conseguir la salvación eterna. Y la divina Providencia tampoco niega los auxilios necesarios para la salvación a quienes sin culpa no han llegado todavía a un conocimiento expreso de Dios y se esfuerzan en llevar una vida recta, no sin la gracia de Dios. Cuanto hay de bueno y verdadero entre ellos, la Iglesia lo juzga como una preparación del Evangelio y otorgado por quien ilumina a todos los hombres para que al fin tengan la vida. 

SANTORAL - BEATA PIEDAD DE LA CRUZ

26 de Febrero


    «Su ingreso en la vida religiosa fue el fruto de su perseverancia. Sin ceder al desánimo insistió cuántas veces fue preciso intentando vincularse a varios Institutos. Es fundadora de las Hermanas Salesianas del Sagrado Corazón de Jesús»

    La incertidumbre es frecuente en la vida santa. Acompaña al aparente fracaso de un sueño que no logra materializarse. Son momentos de prueba para un alma que se da de bruces contra las cuerdas de la soledad y el vacío. La porción del camino que desea recorrer, el único que ve, se le resiste y no sabe por qué. Dios, que conoce lo que está dentro del corazón de cada cual, que tiene constancia hasta del último de nuestros cabellos, permite circunstancias que la razón no entiende porque la explicación de los sucesos no discurre por esos derroteros. A quienes persisten en sus ruegos, a su debido tiempo, cuando Él juzga oportuno les da la luz y erradica los escollos, como hizo con esta beata.

    Tomasa, que ese era su nombre de pila, nació en Bocairente, Valencia, España, el 12 de noviembre de 1842. Era la quinta de ocho hermanos. Sintió la llamada a la vida religiosa cuando realizó la primera comunión: «Cuando recibí por primera vez la Sagrada Comunión, quedé como anonadada y experimenté que Jesús me llamaba a la vida religiosa». En esta época solía enseñarse a bordar y a recitar, y ella mostró buenas dotes no solo para la confección y la poesía sino también para la música, como constataron en el colegio de Loreto donde estudiaba. Pero la formación genuina, tanto humana como espiritual, se la proporcionaron las religiosas de la Sagrada Familia de Burdeos en Valencia.

    La época no era propicia para los que optaban por la consagración. Por eso, pero sobre todo porque la Providencia la había elegido para otra misión, las puertas del convento parecían cerradas para la beata, pese a que intentó en varias ocasiones cumplir su anhelo una vez que su familia dejó de oponerse a sus deseos. Pretendió ingresar con las carmelitas descalzas de Onteniente, y la enfermedad dio al traste con su aspiración. Fue un obstáculo que la obligó a regresar a su casa paterna. Y otro tanto le aconteció con las carmelitas de la caridad de Vich ya que estando junto a ellas contrajo el cólera. Entonces sus padres habían fallecido. De hecho, no dio ningún paso hasta que los perdió; había vivido dedicada a su cuidado mientras asistía a pobres y enfermos.

    En este proceso de búsqueda –ya había hecho voluntaria renuncia al matrimonio–, y dado que no identificaba el camino que debía emprender, sino muchos impedimentos a lo que se proponía, halló empleo como obrera textil en Barcelona y sirvió en el colegio de las mercedarias de la enseñanza. Intacto conservaba su deseo de consagración que decidió llevar adelante aunque tuviera que hacerlo fuera de un convento. Luego estuvo en Benicassim, en el desierto de Las Palmas pensando que quizá podía dedicarse a una especie de consagración eremítica. Su confesor no lo veía claro, y ella misma se dio cuenta in situ de que tenía razón. Así que volvió a Barcelona con el peso de su incertidumbre: «Tuya, Jesús mío, tuya quiero ser, pero dime dónde». La respuesta llegó a través de una experiencia mística. El Sagrado Corazón de Jesús le mostró su hombro izquierdo ensangrentado, diciéndole: «Mira cómo me han puesto los hombres con sus ingratitudes, ¿quieres tú ayudarme a llevar esta cruz?». Ella respondió como Samuel, sin dudar: «Señor, si necesitas una víctima y me quieres a mí, aquí estoy, Señor». Entonces, el Redentor le dijo: «Funda, hija mía, que de ti y de tu Congregación siempre tendré misericordia». Aún le quedaba por saber dónde se iniciaría la obra.

    Y obedeciendo a la sugerencia del obispo Jaime Catalá, se dirigió a su confesor determinada a cumplir sus indicaciones. La escasez de vocaciones y las necesidades que se presentaron en su tierra, anegada por la destructiva inundación del río Segura que arrasó la huerta murciana en 1884 como en 1879 lo hiciera la riada de Santa Teresa, fueron determinantes para encaminar sus pasos hacia allí. Y las inmediaciones de Alcantarilla alumbraron el nacimiento de la primera comunidad de terciarias de la Virgen del Carmen. Lidió con el cólera prodigando cuidados a los enfermos y a niñas huérfanas en un pequeño centro sanitario que denominó «La Providencia». Aumentaron las vocaciones y se abrieron nuevas casas, una de ellas en Albacete. Pero quería conocer si esa era realmente la voluntad de Dios, y el único signo para dilucidarlo era la cruz: «fundar en tribulación».

    Los problemas surgieron entre miembros de las casas de Alcantarilla y Caudete cuando la Congregación no había recibido aún aprobación diocesana. Fueron días de intensa oración y sufrimiento. El padre Tomás Bryan y Livermore la envió junto a otra religiosa, sor Alfonsa, la única que perseveró, al Convento de la Visitación de las Salesas Reales, en Orihuela, para hacer ejercicios espirituales y proyectar una nueva fundación. Y aquí se le dio a entender su verdadero carisma: los niños pobres y abandonados, los ancianos y los enfermos, a quienes mostraría el Corazón misericordioso de Jesús y el patrocinio de san Francisco de Sales para esta obra que debía poner en marcha. Así nació en 1890 la Congregación de Hermanas Salesianas del Sagrado Corazón de Jesús.

    Volcada en las necesidades de todos, ofrendó su piadosa vida abrazada a la cruz, confiada, perseverante hasta el fin. "La limosna del amor vale más que la del dinero», hizo notar. El año de su muerte, 1916, contrajo una grave enfermedad y el 26 de febrero murió sentada en su sillón en la casa de Alcantarilla. En otros momentos, mirando el crucifijo había dicho: «Aquél murió en la cruz y yo no debo morir en la cama, sino en el suelo». Fue beatificada el 21 de marzo de 2004 por Juan Pablo II.

Oremos

    Madre Piedad de la Cruz, amiga de los pobres y los niños. Dios te dio su Gracia, recorriste difíciles caminos, enseñando tu bondad. Para ser santa naciste, iluminaste a los sin techo, esperanza les diste. Damos gracias por tu ejemplo, ayúdanos. Té lo pedimos de todo corazón. Amén

-FRASE DEL DÍA-



 

lunes, 24 de febrero de 2025

-PROPÓSITO DEL DÍA- "Para que por la práctica de los consejos evangélicos y la vida de oración, podamos crecer en el amor a Dios y nuestros hermanos"



 

EVANGELIO - 25 de Febrero - San Marcos 9,30-37


    Libro de Eclesiástico 2,1-11.

    Hijo, si te decides a servir al Señor, prepara tu alma para la prueba.
    Endereza tu corazón, sé firme, y no te inquietes en el momento de la desgracia.
    Unete al Señor y no te separes, para que al final de tus días seas enaltecido.
    Acepta de buen grado todo lo que te suceda, y sé paciente en las vicisitudes de tu humillación.
    Porque el oro se purifica en el fuego, y los que agradan a Dios, en el crisol de la humillación.
    Confía en él, y él vendrá en tu ayuda, endereza tus caminos y espera en él.
    Los que temen al Señor, esperen su misericordia, y no se desvíen, para no caer.
    Los que temen al Señor, tengan confianza en él, y no les faltará su recompensa.
    Los que temen al Señor, esperen sus beneficios, el gozo duradero y la misericordia.
    Fíjense en las generaciones pasadas y vean: ¿Quién confió en el Señor y quedó confundido? ¿Quién perseveró en su temor y fue abandonado? ¿Quién lo invocó y no fue tenido en cuenta?
    Porque el Señor es misericordioso y compasivo, perdona los pecados y salva en el momento de la aflicción.


Salmo 37(36),3-4.18-19.27-28.39-40.

¡Confía tu suerte al Señor!

Confía en el Señor y practica el bien;
habita en la tierra y vive tranquilo:
que el Señor sea tu único deleite,
y él colmará los deseos de tu corazón.
El Señor se preocupa de los buenos
y su herencia permanecerá para siempre;

no desfallecerán en los momentos de penuria,
y en tiempos de hambre quedarán saciados.
Aléjate del mal, practica el bien,
y siempre tendrás una morada,
porque el Señor ama la justicia
y nunca abandona a sus fieles.

Los impíos serán aniquilados
y su descendencia quedará extirpada,
La salvación de los justos viene del Señor,
él es su refugio en el momento del peligro;
el Señor los ayuda y los libera,
los salva porque confiaron en él.


    Evangelio según San Marcos 9,30-37.

    Al salir de allí atravesaron la Galilea; Jesús no quería que nadie lo supiera, porque enseñaba y les decía: "El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres; lo matarán y tres días después de su muerte, resucitará".
    Pero los discípulos no comprendían esto y temían hacerle preguntas.
    Llegaron a Cafarnaún y, una vez que estuvieron en la casa, les preguntó: "¿De qué hablaban en el camino?".
    Ellos callaban, porque habían estado discutiendo sobre quién era el más grande.
    Entonces, sentándose, llamó a los Doce y les dijo: "El que quiere ser el primero, debe hacerse el último de todos y el servidor de todos".
    Después, tomando a un niño, lo puso en medio de ellos y, abrazándolo, les dijo: "El que recibe a uno de estos pequeños en mi Nombre, me recibe a mí, y el que me recibe, no es a mí al que recibe, sino a aquel que me ha enviado".

    Palabra del Señor

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - 25 de Febrero - El obispo, como todo cristiano, “servidor de todos”

 

San Agustín (354-430) obispo de Hipona (África del Norte), doctor de la Iglesia Sermón para la consagración de un obispo, Guelferbytanus n°32; PLS 2, 637


El obispo, como todo cristiano, “servidor de todos”
    
    Aquel que gobierna al pueblo debe entender ante todo que él es el servidor de todos. No debe desdeñar su servicio... ya que el Señor de los Señores (1Tim 6,15) nunca desdeñó ponerse a nuestro servicio.

    Esta impureza de la carne que se vislumbra entre los discípulos de Cristo como un deseo de grandeza; el humo del orgullo que les nublaba la vista. De hecho, podemos leer: “Una disputa surge entre ellos para saber quién era el más grande” (Lucas 22,24). Pero el Señor sanador estaba ahí; él reprimió sus ínfulas... Él les mostró el ejemplo de humildad en un niño... Porque el orgullo es un gran mal, el primer mal, el origen de todo pecado...

    Por ello el apóstol Pablo recomienda, entre otras virtudes de los responsables de la Iglesia, la humildad (1Timoteo 3,6)... Cuando el Señor hablaba del ejemplo del niño: “El que quiera ser el más grande entre vosotros, que sea vuestro servidor” (Mateo 20,26)... Les hablo como obispo y mis advertencias me dan miedo a mí mismo... Cristo vino a la tierra “no para ser servido, sino para servir, y dar su vida para saldar la deuda de una multitud” (Marcos 10,45). Así fue como él sirvió, así es el tipo de servidor que nos ordena ser. Él dio su vida, él nos redimió. ¿Quién entre nosotros puede redimir a alguien más? Nos redimió de la muerte con su muerte, con su sangre. A nosotros que estábamos dispersos por la tierra, él nos levantó con su humildad. Pero nosotros también debemos poner de nuestra parte para sus miembros, porque nosotros fuimos hechos sus miembros. Él es la cabeza, nosotros el cuerpo (Efesios 1,22). Y el apóstol Juan nos exhorta a imitarlo: “Cristo dio su vida por nosotros; nosotros también debemos dar nuestra vida por nuestros hermanos” (1Juan 3,16). 

SANTORAL - BEATA MARÍA LUDOVICA DE ANGELIS,VIRGEN

25 de Febrero


      En City Bell, Argentina, beata María Ludovica (Antonina) De Angelis, virgen de las Hermanas de Nuestra Señora de la Merced.

    “El ángel de los niños enfermos” El 24 de octubre de 1880 nació en San Gregorio, pequeño pueblo de montaña en la región de los Abruzos, Italia, Antonina De Angelis hija de Ludovica De Angelis y Santa Colaianni, humildes labradores de la región, quienes enseñaron a la pequeña sus primeras palabras y oraciones al mismo tiempo que infundían en ella el amor a Nuestro Señor Jesucristo, la devoción a la Santa Virgen María, a la misa dominical y a los sanos principios de castidad y caridad cristiana.

    Antonina creció en ese hogar devoto y piadoso, ayudando a sus padres y llevando una vida ejemplar hasta que, a fines de 1904 , anunció que estaba decidida a abrazar la vida religiosa, ingresando el 14 de Noviembre de ese mismo año en el noviciado de las Hijas de la Misericordia. En mayo de 1905 vistió el hábito y tomó el nombre de María Ludovica, con el que pasaría a la inmortalidad . El 3 de ese mes hizo sus votos de obediencia, pobreza y castidad para dedicarse, durante los dos años siguientes, a la oración, al cuidado de la niñez y al socorro de los menesterosos.

    El 14 de noviembre de 1907 su congregación la envió a la República Argentina, con un reducido grupo de religiosas que arribó al puerto de Buenos Aires el 4 de diciembre, encaminándose a la ciudad de La Plata donde, llamada por las damas de la Sociedad de Beneficencia, se incorporó al incipiente Hospital de Niños local, fundado el 6 de septiembre de 1887. Sor Ludovica supo brindar al Hospital de Niños una calidez especial con la que superó la típica frialdad de esas instituciones, estableciendo con éxito el espíritu de familia entre internados, médicos, enfermeros y directivos. Después de su fallecimiento, acaecido el 25 Febrero de 1962, cuando contaba 82 años de edad, el merecido homenaje pudo realizarse. Durante su sepelio, el Dr. Carlos Boffi, director del Hospital, manifestó que por entonces funcionaba “ … 25 servicios con capacidad de 600 enfermitos.

    Todo es obra concebida, dirigida y obtenida por la Superiora, Madre Ludovica”. Con su desaparición, los niños enfermos no solamente perdieron una madre sino a un verdadero ángel protector. En el año 2004 fue beatificada por el Papa Juan Pablo II, después de haber sido reconocido un milagro de curación en una niña platense de pocos años de edad. De comprobarse un milagro más, la venerable religiosa de las Hijas de la Misericordia accederá a la santidad que ya tiene ganada por la grandeza de su obra en pro de los niños enfermos y necesitados.

Oremos

    Concédenos, Señor, un conocimiento profundo y un amor intenso a tu santo nombre, semejantes a los que diste a la Beata María Ludovica, para que así, sirviéndote con sinceridad y lealtad, a ejemplo suyo también nosotros te agrademos con nuestra fe y con nuestras obras por los más indefensos y los más necesitados. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo. Amén

-FRASE DEL DÍA-