jueves, 26 de mayo de 2016

EVANGELIO

TIEMPO ORDINARIO
JUEVES DE LA SEMANA VIII
Del Común de pastores para un santo presbítero. Salterio IV
26 de mayo
SAN FELIPE NERI, presbítero. (MEMORIA)


    Libro de Génesis 14,18-20. 

    Y Melquisedec, rey de Salém, que era sacerdote de Dios, el Altísimo, hizo traer pan y vino, y bendijo a Abrám, diciendo: "¡Bendito sea Abrám de parte de Dios, el Altísimo, creador del cielo y de la tierra! 
    ¡Bendito sea Dios, el Altísimo, que entregó a tus enemigos en tus manos!". Y Abrám le dio el diezmo de todo. 



Salmo 110(109),1.2.3.4. 

Dijo el Señor a mi Señor: 
«Siéntate a mi derecha, 
mientras yo pongo a tus enemigos 
como estrado de tus pies».

El Señor extenderá el poder de tu cetro: 
«¡Desde Sión domina, en medio de tus enemigos!
Tú eres príncipe desde tu nacimiento, 
con esplendor de santidad; 
yo mismo te engendré como rocío, 
desde el seno de la aurora.»

El Señor lo ha jurado y no se retractará: 
«Tú eres sacerdote para siempre, 
a la manera de Melquisedec.»




    Carta I de San Pablo a los Corintios 11,23-26. 

    Hermanos: Lo que yo recibí del Señor, y a mi vez les he transmitido, es lo siguiente: El Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó el pan, dio gracias, lo partió y dijo: "Esto es mi Cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía". 
    De la misma manera, después de cenar, tomó la copa, diciendo: "Esta copa es la Nueva Alianza que se sella con mi Sangre. Siempre que la beban, háganlo en memora mía". 
    Y así, siempre que coman este pan y beban esta copa, proclamarán la muerte del Señor hasta que él vuelva. 



    Evangelio según San Lucas 9,11b-17. 

    Pero la multitud se dio cuenta y lo siguió. El los recibió, les habló del Reino de Dios y devolvió la salud a los que tenían necesidad de ser curados. 
    Al caer la tarde, se acercaron los Doce y le dijeron: "Despide a la multitud, para que vayan a los pueblos y caseríos de los alrededores en busca de albergue y alimento, porque estamos en un lugar desierto". 
    El les respondió: "Denles de comer ustedes mismos". Pero ellos dijeron: "No tenemos más que cinco panes y dos pescados, a no ser que vayamos nosotros a comprar alimentos para toda esta gente". 
    Porque eran alrededor de cinco mil hombres.     Entonces Jesús les dijo a sus discípulos: "Háganlos sentar en grupos de cincuenta". 
    Y ellos hicieron sentar a todos. 
    Jesús tomó los cinco panes y los dos pescados y, levantando los ojos al cielo, pronunció sobre ellos la bendición, los partió y los fue entregando a sus discípulos para que se los sirvieran a la multitud. 
    Todos comieron hasta saciarse y con lo que sobró se llenaron doce canastas. 

Fuente: ©Evangelizo.org



    "Tu rostro buscaré, Señor". Con perseverancia insistiré en esta búsqueda; en efecto, no buscaré algo de poco valor, sino tu rostro, Señor, para amarte gratuitamente, dado que no encuentro nada más valioso.

    San Agustín

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